¿Ciudadanos por la Constitución?
6 de Abril de 2006 - 09:46:43 - Pío Moa
Alfonso Guerra, uno de los necios más descollantes de la política española, explicó un día a los rusos el secreto de la Transición: ¡el bikini! Ahora compara la maniobra de la Alianza contra la Ley, con la desintegración de la URSS. La liquidación de un imperio totalitario con el intento de destruir una nación democrática. Intento en que colabora, el hipócrita.
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El libro-reportaje de Alfredo Semprún El crimen que desató la guerra civil ofrece una pintura curiosamente actual. Tras el asesinato de Calvo Sotelo, la policía del Frente Popular, degenerada en grupo terrorista, organiza la burla sistemática de las investigaciones judiciales. Sigan las pesquisas de Luis del Pino.
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La base ideológica de la Alianza contra la Ley, en especial la del gobierno ilegal de Zapo, se basa en la vieja premisa de todos los despotismos: anular la libertad para procurar la felicidad. La “autorrealización”, dicen ellos. Pero ya lo aclaró Azaña, “La libertad no hace al hombre feliz, lo hace, sencillamente, hombre”. Lástima que él mismo no hubiera sido consecuente.
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Qué hacer. "Lois dijo, el día 4 de abril: Propongo un movimiento que podría llamarse Ciudadanos por la Constitución. La Constitución significa la unidad de España y las libertades, por eso la atacan los liberticidas. Venga, a preparar un manifiesto y a recoger firmas". La Constitución es reformable, pero si aceptamos que terminen de echarla abajo los liberticidas, el desastre estará asegurado. Un movimiento de Ciudadanos por la Constitución podría ser una buena iniciativa, y el nombre está bastante bien. Vale la pena pensarlo.
Un primer paso para empezar a movilizarse y a establecer contactos podría ser la campaña en torno a la II República, propuesta ayer.
1Salvatore, día 6 de Abril de 2006 a las 10:03
Guerra condensa toda la babosería del PSOE. Fijaros qué pocas personas hay en ese partido con un poco de dignidad: Gotzone Mora y cinco o seis más. Por cierto, todas vascas. Tenía alguna confianza en el gallego Vázquez, pero no acaba de definirse el tío.
En fin, lo mismo le pasó a Besteiro. Una propuesta: ¿Por qué los disidentes del PSOE no montan algo así como un "Foro Besteiro", que reivindique las mejores tradiciones del partido, si las hay, y se oponga a la basura que tenemos encima?
En fin, lo mismo le pasó a Besteiro. Una propuesta: ¿Por qué los disidentes del PSOE no montan algo así como un "Foro Besteiro", que reivindique las mejores tradiciones del partido, si las hay, y se oponga a la basura que tenemos encima?
2brócoli, día 6 de Abril de 2006 a las 10:05
Supongo que habréis visto el artículo de Moa hoy, en LD: "El respeto a la ley". Acabo de difundirlo a toda mi lista de correos.
3Juan, día 6 de Abril de 2006 a las 10:10
Creo que cada día las cosas se están poniendo más claras para todos.
Lo de "Ciudadanos por la Constitución" suena bien. ¿Y qué os parece "Ciudadanos por la Unidad y la Democracia?" El nombre tiene también importancia.
Mabel y Marga: las consignas son muy importantes, pero hay que empezar por crear un poco de organización, para que no quede todo diluido. Por eso estoy de acuerdo en lo de la campaña sobre la república.
Lo de "Ciudadanos por la Constitución" suena bien. ¿Y qué os parece "Ciudadanos por la Unidad y la Democracia?" El nombre tiene también importancia.
Mabel y Marga: las consignas son muy importantes, pero hay que empezar por crear un poco de organización, para que no quede todo diluido. Por eso estoy de acuerdo en lo de la campaña sobre la república.
4lópez, día 6 de Abril de 2006 a las 10:18
Del blog de Fernández Barbadillo:
Hay noticias impresionantes. En Sudáfrica una mujer mató a golpes al hijo de su pareja lesbiana por negarse a llamarla papá. Además, la paliza se produjo delante de la madre del niño, que no movió un dedo para protegerle.
Un tribunal sudafricano ha fallado que Engeline de Nysschen (33 años) y Hanelie Botha (31 años) son culpables de asesinato. La sentencia se impondrá el 26 de junio.
El relato de los hechos es el siguiente. Engeline exigió a Jandre Botha, hijo de su amante y de sólo cuatro años de edad, que la llamase “papá” y el niño se negó. Entonces, la mujer empezó a golpearle con tal fuerza que le causó unas heridas semejantes a las que habría sufrido una persona que se hubiese caído de un segundo piso: cráneo fracturado, daño cerebral y piernas, manos y pelvis rotas. La madre asistió impasible a la paliza mortal.
¿Por qué comento esta noticia lamentable? Como escribe José Javier Esparza, de quien he tomado esta noticia, lo indignante es el manto de silencio con que se ha tapado el asesinato, cuando los telediarios dedican la mitad de su horario al fútbol, a desfiles de modas y a estrenos de cine.
Nos constan otras dos cosas de gran importancia. Una, que los medios de comunicación más poderosos silencian sistemáticamente cualquier noticia que contravenga los dogmas de lo políticamente correcto (por ejemplo, los casos de violencia en "familias" homosexuales). Y la otra: que en ninguna pareja heterosexual se ha asesinado a un niño por negarse a llamar a su padre "papá".
Hay noticias impresionantes. En Sudáfrica una mujer mató a golpes al hijo de su pareja lesbiana por negarse a llamarla papá. Además, la paliza se produjo delante de la madre del niño, que no movió un dedo para protegerle.
Un tribunal sudafricano ha fallado que Engeline de Nysschen (33 años) y Hanelie Botha (31 años) son culpables de asesinato. La sentencia se impondrá el 26 de junio.
El relato de los hechos es el siguiente. Engeline exigió a Jandre Botha, hijo de su amante y de sólo cuatro años de edad, que la llamase “papá” y el niño se negó. Entonces, la mujer empezó a golpearle con tal fuerza que le causó unas heridas semejantes a las que habría sufrido una persona que se hubiese caído de un segundo piso: cráneo fracturado, daño cerebral y piernas, manos y pelvis rotas. La madre asistió impasible a la paliza mortal.
¿Por qué comento esta noticia lamentable? Como escribe José Javier Esparza, de quien he tomado esta noticia, lo indignante es el manto de silencio con que se ha tapado el asesinato, cuando los telediarios dedican la mitad de su horario al fútbol, a desfiles de modas y a estrenos de cine.
Nos constan otras dos cosas de gran importancia. Una, que los medios de comunicación más poderosos silencian sistemáticamente cualquier noticia que contravenga los dogmas de lo políticamente correcto (por ejemplo, los casos de violencia en "familias" homosexuales). Y la otra: que en ninguna pareja heterosexual se ha asesinado a un niño por negarse a llamar a su padre "papá".
5Pere, día 6 de Abril de 2006 a las 10:26
Le parece mal al señor Moa que Alfonso Guerra compare la liquidación de un estado totalitario (la URSS) con el intento de destruir una nación democrática (supongo que se referirá a España).
Sin embargo, unas líneas más abajo (y en todos y cada uno de sus últimos artículos), compara a la policía (a la actual) con un grupo terrorista, habla del gobierno ilegal y déspota de Zapatero y de la destrucción de la Constitución por parte de los liberticidas (el Gobierno, PRISA, las izquierdas, los centristas, los nacionalistas... en fin, todos menos la COPE y él).
Pues no veo yo ningún estado democrático en sus palabras para que no le parezca bien la comparación entre la URSS y España. De hecho, parece que, según sus palabras, en la URSS eran unos santos.
Por otra parte, y en contestación al primer mensaje (de Salvatore) y a tantos otros que insisten en la disidencia del PSOE, quisiera recordarles o informarles de algo que a algunos se les olvida o desconocen. El PSOE, internamente, funciona con Federaciones (sí, igual que un Estado Federal); el PSC (Maragall y compañía) y el PSV (Patxi López y compañía) son dos Federaciones independientes (desde principios de la Democracia, que yo sepa, si no desde antes), que no pertenecen al PSOE, sino que están "asociadas" a él, aunque en cualquier momento pueden salir de la Federación a iniciativa propia. Por lo tanto, no sé de qué se escandalizan, si la forma de Estado que persigue el PSOE está clara desde el momento en que, internamente, funciona como un Estado Federal.
Una última cosilla, para despedirme de este Blog. La verdad es que era entretenido cuando salió ver las barbaridades que se pueden llegar a decir cuando hay alguien que, estando en minoría, cree que la mayoría del pueblo está con él (me refiero a Pío Moa y a todos sus seguidores); per al final, cansa. Y cansa porque se acaba repitiendo siempre lo mismo, siempre las mismas mentiras: gobierno ilegal, alianza contra la ley, liberticidas...
Espero que no se aburran ustedes. Yo me voy con mi discurso a otra parte.
Sin embargo, unas líneas más abajo (y en todos y cada uno de sus últimos artículos), compara a la policía (a la actual) con un grupo terrorista, habla del gobierno ilegal y déspota de Zapatero y de la destrucción de la Constitución por parte de los liberticidas (el Gobierno, PRISA, las izquierdas, los centristas, los nacionalistas... en fin, todos menos la COPE y él).
Pues no veo yo ningún estado democrático en sus palabras para que no le parezca bien la comparación entre la URSS y España. De hecho, parece que, según sus palabras, en la URSS eran unos santos.
Por otra parte, y en contestación al primer mensaje (de Salvatore) y a tantos otros que insisten en la disidencia del PSOE, quisiera recordarles o informarles de algo que a algunos se les olvida o desconocen. El PSOE, internamente, funciona con Federaciones (sí, igual que un Estado Federal); el PSC (Maragall y compañía) y el PSV (Patxi López y compañía) son dos Federaciones independientes (desde principios de la Democracia, que yo sepa, si no desde antes), que no pertenecen al PSOE, sino que están "asociadas" a él, aunque en cualquier momento pueden salir de la Federación a iniciativa propia. Por lo tanto, no sé de qué se escandalizan, si la forma de Estado que persigue el PSOE está clara desde el momento en que, internamente, funciona como un Estado Federal.
Una última cosilla, para despedirme de este Blog. La verdad es que era entretenido cuando salió ver las barbaridades que se pueden llegar a decir cuando hay alguien que, estando en minoría, cree que la mayoría del pueblo está con él (me refiero a Pío Moa y a todos sus seguidores); per al final, cansa. Y cansa porque se acaba repitiendo siempre lo mismo, siempre las mismas mentiras: gobierno ilegal, alianza contra la ley, liberticidas...
Espero que no se aburran ustedes. Yo me voy con mi discurso a otra parte.
6Zimmerman, día 6 de Abril de 2006 a las 10:28
Parece que hoy que Moa está flojito (en el sentido de moderado: sólo un par de insultos y un ninguneo), la droga dura la pone el tal Barbadillo (¿se habrá pasado con el idem?). El caso es que no falte.
7Jorgete, día 6 de Abril de 2006 a las 10:29
En http://blogs.libertaddigital.com/Jorgete/">eso estamos.
Ayer buscando en la red imágenes topé con el archivo fotográfico del PC, bastante interesante, sobre todo la colección de cartelería de la república y el FP.
¿Alguien puede pasar direcciones interesantes para husmear en aquella época, en el campo de las imágenes?
Un saludo
Ayer buscando en la red imágenes topé con el archivo fotográfico del PC, bastante interesante, sobre todo la colección de cartelería de la república y el FP.
¿Alguien puede pasar direcciones interesantes para husmear en aquella época, en el campo de las imágenes?
Un saludo
8guronial, día 6 de Abril de 2006 a las 10:35
Hay algunas personas decentes en el PP y PSOE.
Lo lógico sería q abandonaran esos partidos demagogos donde militan.
¿Por qué no lo hacen?
Es muy sencillo.
Al estar en una partitocracia, el abandonar los partidos dominantes es poco menos q estar abocado al ostracismo.
Imaginemos q San Gil, Rosa Díez, Redondo Terreros, Gochone Mora, etc, forman un nuevo partido. Si hicieran eso perderían el brutal soporte económico q poseen ahora. Poco menos q se tendrían q ir a vivir debajo de un puente.
Si las elecciones en España consistieran en leer los programas de cada partido y votar en consecuencia. Otro gallo cantaría. Por desgracia, en España sólo se vota a los partidos q salen en la tele.
Ciudadanos de Cataluña ha resuelto ese problema porque varios de sus creadores son autores importantes en los medios. De todas formas, necesitarán de una buena carga económica para obtener buenos resultados.
Curioso, ¿verdad?, estamos en una democracia en la q cuánto más dinero financiero se consigue, más votos se recolectan.
En esta legislatura se ha dado un golpe de estado a la soberanía del pueblo español recogida en la Constitución.
Me parece perfecto q la mayoría de los catalanes quieran ser una nación, o un estado independiente o lo q quieran. Pero hay q dejar claro q HA DE SER CONSULTADO TODO EL PUEBLO ESPAÑOL para q eso ocurra. ZETAP ha ideado una serie de trucos vergonzosos para evitar esa consulta.
"Ciudadanos por la Constitución" es una buena idea. La línea de esa asociación/partido yo la enfocaría en el sentido q he puesto antes. Es decir, en vez de defender la unidad de España etc, DEBE defender la soberanía del pueblo español, es decir, la Constitución.
¿Que el pueblo español decide darle la independencia al País Vasco? Así sea
¿Que el pueblo español decide centralizar de nuevo el estado de las Autonomías? Así sea
Hay quien dice q la soberanía del pueblo español está representada por los diputados. Eso me provoca una carcajada tremebunda.
"Ciudadanos por la Constitución" luchará porque el legislador no realice trucos legales para traicionar la Constitución. Y luchará por dejar claro q la soberanía es del pueblo español: independencia de territorios, cadena perpetua o pena de muerte para violadores asesinos y terroristas, centralización del estado, participación en conflictos bélicos. ¡Hacen falta más consultas populares!
¡No nos fiamos de los diputados, leche!
¡Debemos controlarlos mucho más!
¡Ya han hecho suficientes atrocidades: GAL, corrupción, etc etc etc!
¡Más consultas populares! ¡Por favor!
Ahora sólo falta gente importante q mueva "Ciudadanos por la Constitución".
¡Ojalá q Losantos y Herrera y Gochone y Vidal........y ¡¡María San Gil!! lo formaran mañana mismo!
¡Con q sacaran 1 escaño en las generales habría valido la pena!
¡¡Q no queremos votar a gallardones, piquétes, rubalcabos, pepiños blancos y demás!!
9Educado, día 6 de Abril de 2006 a las 10:40
El señor Moa me echa hoy de la blogia. Está bien que insulten(que tampoco) quienes escribimos comentarios. Tiene pase que un lector cabreado insulte -como ocurre aquí-, pero que el autor lo haga es impresentable. Si de verdad tiene razones, a qué insultar. Dimito, vaMoa dejarlo ya.
10escéptico, día 6 de Abril de 2006 a las 10:47
Casi me jugaría el cuello, señor Moa, a que su campaña sobre la república no irá a ningún sitio.Encontrará a muchos que le digan amén, y luego no moverán un dedo. Ya lo verá.
11DIANA, día 6 de Abril de 2006 a las 10:48
Pere y Zimmerman: estoy totalmente de acuerdo con vuestros comentarios, independientemente de que me guste mucho visitar este blog que me resulta super entretenido, es que me parto con las "idas de olla" del Moa y sus seguidores.
12laboro, día 6 de Abril de 2006 a las 10:50
(5) Me parece que usted no entiende lo que lle, amigo pera. Por lo menos, lo que todos entendemos.
(9)¿Educado o hipocritón?
(9)¿Educado o hipocritón?
13gabriel, día 6 de Abril de 2006 a las 10:52
Y usted, escéptico, ¿es de los que dirán amén y no darán ni golpe?
14ursu, día 6 de Abril de 2006 a las 10:52
Yo propongo el nombre de CIUDADANOS DE ESPAÑA
15guillermo, día 6 de Abril de 2006 a las 10:55
Sigo con mi tema. Lo de ayer sobre el rey de Northumberland estuvo muy sugestivo. Por cierto, aunque no tengo prácticamente tiempo para leer el todo el blog, lo que veo me gusta cada vez más. Incluidas las paridas de lo "progres", que no dejan de adornarlo. Pero lo mío es otra cosa, camaradas, y sigo:
Como ya he indicado, creo que el debate en torno a ciencia-ateísmo y religión puede plantearse en torno al sentido del mundo y de la vida. Parece, por tanto, que la religión se basa en la intuición de un sentido del mundo y de la vida, aunque acepte que ese sentido se le escapa en gran medida (si bien no totalmente): sólo Dios, creador del universo, puede conocerlo por completo. En cambio el método científico excluye la idea de sentido, y por lo tanto, la idea de Dios. Los grandes éxitos de la ciencia en el conocimiento del mundo y en sus aplicaciones prácticas para satisfacer los deseos humanos serían un poderoso argumento contra la idea de Dios, la cual negarían o volverían, al menos, inoperante, como planteaba Laplace: “No hay necesidad de tal hipótesis”.
No obstante, la idea de un mundo y una vida sin sentido resulta psíquicamente insoportable, y sus consecuencias serían socialmente demoledoras. Por ello los que creen defender el ateísmo desde la ciencia, recalan por lo común en otra forma de fe en el sentido del mundo: el mundo, la naturaleza, tendría un sentido, en definitiva: beneficiar al ser humano. La ciencia no dice, desde luego, que el mundo esté hecho para beneficiar al ser humano (alguna tendencia habla de un “principio antrópico”, harto dudoso), pero tampoco puede sostener lo contrario, ni siquiera que el mundo sea indiferente al hombre, desde el momento en que el hombre puede aprovecharlo, puede utilizar el conocimiento de sus leyes en beneficio propio, como prueban los hechos más evidentes. Por algo estarán así dispuestas las cosas.
Por consiguiente, si no es posible afirmar que el mundo exista para beneficio del ser humano, puede decirse que, en todo caso, “es como si” existiera con ese fin, por más que al hombre le cueste un gran esfuerzo aprovechar sus dones, y aun cuando a veces el mundo se muestre destructivo para él. El ser humano aparece como el centro y rey de la Creación. A menudo los cientifistas defienden el ateísmo en ese sentido: la religión nos haría depender de un más allá y de una voluntad ajena y fantasmal, mientras que la ciencia nos permite mejorar en el aquí y ahora, en la vida real, de acuerdo con nuestra voluntad y nuestros deseos. Obviamente no pretenden que el hombre haya creado el mundo, eso sería llevar las cosas demasiado lejos, y por otra parte prescinden de la idea o imagen de la creación pero en todo caso el mundo y la vida no pierden su sentido: si no proceden de la creación y la voluntad divina, existen en todo caso “como para” servir la voluntad y los deseos humanos.
Como ya he indicado, creo que el debate en torno a ciencia-ateísmo y religión puede plantearse en torno al sentido del mundo y de la vida. Parece, por tanto, que la religión se basa en la intuición de un sentido del mundo y de la vida, aunque acepte que ese sentido se le escapa en gran medida (si bien no totalmente): sólo Dios, creador del universo, puede conocerlo por completo. En cambio el método científico excluye la idea de sentido, y por lo tanto, la idea de Dios. Los grandes éxitos de la ciencia en el conocimiento del mundo y en sus aplicaciones prácticas para satisfacer los deseos humanos serían un poderoso argumento contra la idea de Dios, la cual negarían o volverían, al menos, inoperante, como planteaba Laplace: “No hay necesidad de tal hipótesis”.
No obstante, la idea de un mundo y una vida sin sentido resulta psíquicamente insoportable, y sus consecuencias serían socialmente demoledoras. Por ello los que creen defender el ateísmo desde la ciencia, recalan por lo común en otra forma de fe en el sentido del mundo: el mundo, la naturaleza, tendría un sentido, en definitiva: beneficiar al ser humano. La ciencia no dice, desde luego, que el mundo esté hecho para beneficiar al ser humano (alguna tendencia habla de un “principio antrópico”, harto dudoso), pero tampoco puede sostener lo contrario, ni siquiera que el mundo sea indiferente al hombre, desde el momento en que el hombre puede aprovecharlo, puede utilizar el conocimiento de sus leyes en beneficio propio, como prueban los hechos más evidentes. Por algo estarán así dispuestas las cosas.
Por consiguiente, si no es posible afirmar que el mundo exista para beneficio del ser humano, puede decirse que, en todo caso, “es como si” existiera con ese fin, por más que al hombre le cueste un gran esfuerzo aprovechar sus dones, y aun cuando a veces el mundo se muestre destructivo para él. El ser humano aparece como el centro y rey de la Creación. A menudo los cientifistas defienden el ateísmo en ese sentido: la religión nos haría depender de un más allá y de una voluntad ajena y fantasmal, mientras que la ciencia nos permite mejorar en el aquí y ahora, en la vida real, de acuerdo con nuestra voluntad y nuestros deseos. Obviamente no pretenden que el hombre haya creado el mundo, eso sería llevar las cosas demasiado lejos, y por otra parte prescinden de la idea o imagen de la creación pero en todo caso el mundo y la vida no pierden su sentido: si no proceden de la creación y la voluntad divina, existen en todo caso “como para” servir la voluntad y los deseos humanos.
16escéptico, día 6 de Abril de 2006 a las 11:00
Yo, don Gabriel, soy escéptico, pero no inactivo. Igual que decía Javier ayer, imprimo copias de los textos del blog, y difundo muchas cosas a mi círculo de correos. La reacción que obtengo es mínima. No desisto porque ya sé que en dos días no se limpia la basura de años, pero con casi todos los medios de masas en manos de la Vil Alianza, qué quiere usted que le diga.
17laboro, día 6 de Abril de 2006 a las 11:04
Mire, escéptico, si usted se mueve, puede permitirse ese escepticismo. Pero me llamó la atención el texto de Ochoa sobre Escipión, cuando la suerte de Roma parecía echada: ni un paso atrás.
Además, ¿se ha fijado usted en las manifestaciones de la AVT y demás? Hay decenas, o cientos de miles de personas que desearían hacer algo, la cuestión es llegar a ellas y darles una salida más activa. Por eso yo difundo este blog todo lo que puedo.
Además, ¿se ha fijado usted en las manifestaciones de la AVT y demás? Hay decenas, o cientos de miles de personas que desearían hacer algo, la cuestión es llegar a ellas y darles una salida más activa. Por eso yo difundo este blog todo lo que puedo.
18guronial, día 6 de Abril de 2006 a las 11:08
2ª República española
1.- Se instauró tras un golpe de estado a la Monarquía. Aprovechandounas elecciones municipales, los republicanos, q sólo ganaron en lasgrandes ciudades, proclamaron la 2ª República traicionando la Leyvigente y lo q había votado el pueblo. Por suerte el Rey se exhilióvoluntariamente para evitar un derramamiento de sangre, evitando así laguerra civil (ejemplo q luego nadie siguió).2.- Acción anticlerical brutal. ¿El pueblo quería eso?2.- Fueron años llena de enfrentamientos: comunistas, anarquistas,independentistas, monárquicos, falangistas, católicos......todos ellosfueron asesinados a cientos. Manuel Azaña: "En Casas Viejas no ha ocurrido, que sepamos, sino lo quetenía que ocurrir".(es decir, quemar vivos a los anarquistas) Incluyendo tb el golpe de estado del 34 y proclamaciones de repúblicasindependientes. Todo ello bañado en sangre, por supuesto.3.- Como todas esas muertes no fueron suficientes, los socialistasdecidieron asesinar a Gil Robles y Calvo Sotelo (Gil Robles se salvó porlos pelos) mientras ardian las Iglesias.4.- Alzamiento de media España contra la otra.
----
En fin, siempre tendremos quien defienda la 2ª República y otros aFranco. Porque la propaganda es lo q se traga la mayoría de la gente.
1.- Se instauró tras un golpe de estado a la Monarquía. Aprovechandounas elecciones municipales, los republicanos, q sólo ganaron en lasgrandes ciudades, proclamaron la 2ª República traicionando la Leyvigente y lo q había votado el pueblo. Por suerte el Rey se exhilióvoluntariamente para evitar un derramamiento de sangre, evitando así laguerra civil (ejemplo q luego nadie siguió).2.- Acción anticlerical brutal. ¿El pueblo quería eso?2.- Fueron años llena de enfrentamientos: comunistas, anarquistas,independentistas, monárquicos, falangistas, católicos......todos ellosfueron asesinados a cientos. Manuel Azaña: "En Casas Viejas no ha ocurrido, que sepamos, sino lo quetenía que ocurrir".(es decir, quemar vivos a los anarquistas) Incluyendo tb el golpe de estado del 34 y proclamaciones de repúblicasindependientes. Todo ello bañado en sangre, por supuesto.3.- Como todas esas muertes no fueron suficientes, los socialistasdecidieron asesinar a Gil Robles y Calvo Sotelo (Gil Robles se salvó porlos pelos) mientras ardian las Iglesias.4.- Alzamiento de media España contra la otra.
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En fin, siempre tendremos quien defienda la 2ª República y otros aFranco. Porque la propaganda es lo q se traga la mayoría de la gente.
19Odiséus, día 6 de Abril de 2006 a las 11:08
Para Guillermo: EL HOMBRE MÁQUINA
La naturaleza del movimiento nos es tan desconocida como la de la materia. Tampoco tenemos medio de comprender cómo se produce el movimiento de la materia. Pero del hecho de no saber cómo la materia inerte y simple se transforma en la materia activa y compuesta de los organismos, me consuelo tan fácilmente como del hecho de no poder mirar al sol sin anteponerle un cristal oscuro. Con el mismo feliz ánimo encaro las demás maravillas de la naturaleza, y me refiero a la aparición del pensamiento y la sensibilidad en un ser que al principio era, para nuestra limitada visión, sólo un poco de barro.
Si admitimos que la materia organizada está dotada de un principio de movimiento, que es lo único que la distingue de la no organizada, y además que en los animales todo depende de diferencias en la organización, como he demostrado, tendremos despejado el enigma de la sustancia y del hombre. Es evidente que no hay en el mundo más que una sustancia, cuya más completa expresión es el hombre. Comparado con los simios y los animales más inteligentes, el hombre es lo que el reloj planetario de Huygens al lado del reloj dl rey Julián. Tal como hicieron falta más instrumentos, ruedas y plumas para reproducir el movimiento de los planetas que para señalar las horas, o como Vaucanson hubo de usar más arte para construir su flautista que para su pato y mucho más hubiera precisado para hacer un “hablante”. Máquina tal, en manos de uno de los nuevos Prometeos, no ha de tenerse ya por imposible.
Análogamente, hubo la naturaleza de emplear más arte y técnica para construir una máquina capaz de mostrar todos los movimientos del corazón y del espíritu, ya que aunque por el pulso no pueden medirse las horas, sirve no obstante de barómetro párale calor y la vivacidad, de los que puede inferirse el estado del alma. Sin duda no yerro al afirmar que el cuerpo humano es un reloj, aunque un reloj admirable, compuesto con tal arte y habilidad que cuando la rueda de los segundos se para, sigue en marcha la de los minutos, y asimismo la de los cuartos de hora y las demás, aunque las primeras estén oxidadas por cualquier causa. Esto se ve en que la estrangulación de algunos vasos no basta para destruir o detener el motor de todo el movimiento, que es el corazón. ¿No ocurre aunque alguien comprende sin poder expresar lo que comprende (por ejemplo, poco después de un ataque), mientras que otro que no entiende nada cuenta maquinalmente lo que sueña, al operar con libertad sus nervios y su lengua en el cerebro? Esto no tiene por qué sorprender a los médicos inteligentes. Y dicho sea de paso, creo que de dos médicos el mejor y más fiable es el más experto en la física o mecánica del cuerpo y deja en paz el alma con todas las perplejidades que ese fantasma engendra en los necios y los ignorantes”.
La Mettrie, El hombre máquina.
La naturaleza del movimiento nos es tan desconocida como la de la materia. Tampoco tenemos medio de comprender cómo se produce el movimiento de la materia. Pero del hecho de no saber cómo la materia inerte y simple se transforma en la materia activa y compuesta de los organismos, me consuelo tan fácilmente como del hecho de no poder mirar al sol sin anteponerle un cristal oscuro. Con el mismo feliz ánimo encaro las demás maravillas de la naturaleza, y me refiero a la aparición del pensamiento y la sensibilidad en un ser que al principio era, para nuestra limitada visión, sólo un poco de barro.
Si admitimos que la materia organizada está dotada de un principio de movimiento, que es lo único que la distingue de la no organizada, y además que en los animales todo depende de diferencias en la organización, como he demostrado, tendremos despejado el enigma de la sustancia y del hombre. Es evidente que no hay en el mundo más que una sustancia, cuya más completa expresión es el hombre. Comparado con los simios y los animales más inteligentes, el hombre es lo que el reloj planetario de Huygens al lado del reloj dl rey Julián. Tal como hicieron falta más instrumentos, ruedas y plumas para reproducir el movimiento de los planetas que para señalar las horas, o como Vaucanson hubo de usar más arte para construir su flautista que para su pato y mucho más hubiera precisado para hacer un “hablante”. Máquina tal, en manos de uno de los nuevos Prometeos, no ha de tenerse ya por imposible.
Análogamente, hubo la naturaleza de emplear más arte y técnica para construir una máquina capaz de mostrar todos los movimientos del corazón y del espíritu, ya que aunque por el pulso no pueden medirse las horas, sirve no obstante de barómetro párale calor y la vivacidad, de los que puede inferirse el estado del alma. Sin duda no yerro al afirmar que el cuerpo humano es un reloj, aunque un reloj admirable, compuesto con tal arte y habilidad que cuando la rueda de los segundos se para, sigue en marcha la de los minutos, y asimismo la de los cuartos de hora y las demás, aunque las primeras estén oxidadas por cualquier causa. Esto se ve en que la estrangulación de algunos vasos no basta para destruir o detener el motor de todo el movimiento, que es el corazón. ¿No ocurre aunque alguien comprende sin poder expresar lo que comprende (por ejemplo, poco después de un ataque), mientras que otro que no entiende nada cuenta maquinalmente lo que sueña, al operar con libertad sus nervios y su lengua en el cerebro? Esto no tiene por qué sorprender a los médicos inteligentes. Y dicho sea de paso, creo que de dos médicos el mejor y más fiable es el más experto en la física o mecánica del cuerpo y deja en paz el alma con todas las perplejidades que ese fantasma engendra en los necios y los ignorantes”.
La Mettrie, El hombre máquina.
20Mabel, día 6 de Abril de 2006 a las 11:10
De acuerdo, creemos CIUDADANOS POR LA CONSTITUCIÓN. ¿Por donde empezamos?¿Quien redacta el manifiesto?.
Yo estoy dispuesta a colaborar en todo lo que haga falta, pero por favor, empecemos a concretar y a dar pasos en alguna dirección, porque cada día que pasa se comenten tropelías mayores y la gente se está acostumbrando a vivir en el fraude de ley como si fuese algo inevitable y consustancial a nuestro país.
D. Pío, si usted está convencido de que debemos crear esa asociación,plataforma o lo que sea, debe dar el primer paso, usted tiene acceso a los medios, aglutina gente, nosotros nos vamos a poner a discutir aquí hasta el día del juicio Final, sin cuajar nada.Tiene que organizarlo usted y nosotros le seguiremos y le apoyaremos.
Creo que es la única forma de que esto salga adelante
Yo estoy dispuesta a colaborar en todo lo que haga falta, pero por favor, empecemos a concretar y a dar pasos en alguna dirección, porque cada día que pasa se comenten tropelías mayores y la gente se está acostumbrando a vivir en el fraude de ley como si fuese algo inevitable y consustancial a nuestro país.
D. Pío, si usted está convencido de que debemos crear esa asociación,plataforma o lo que sea, debe dar el primer paso, usted tiene acceso a los medios, aglutina gente, nosotros nos vamos a poner a discutir aquí hasta el día del juicio Final, sin cuajar nada.Tiene que organizarlo usted y nosotros le seguiremos y le apoyaremos.
Creo que es la única forma de que esto salga adelante
21guronial, día 6 de Abril de 2006 a las 11:10
2ª República española
1.- Se instauró tras un golpe de estado a la Monarquía. Aprovechando unas elecciones municipales, los republicanos, q sólo ganaron en las grandes ciudades, proclamaron la 2ª República traicionando la Ley vigente y lo q había votado el pueblo. Por suerte el Rey se exilió voluntariamente para evitar un derramamiento de sangre, evitando así laguerra civil (ejemplo q luego nadie siguió).
2.- Acción anticlerical brutal. ¿El pueblo quería eso?
3.- Fueron años llena de enfrentamientos: comunistas, anarquistas,independentistas, monárquicos, falangistas, católicos......todos ellos fueron asesinados a cientos. Manuel Azaña: "En Casas Viejas no ha ocurrido, que sepamos, sino lo quetenía que ocurrir".
(es decir, quemar vivos a los anarquistas)
Incluyendo tb el golpe de estado del 34 y proclamaciones de repúblicas independientes.
Todo ello bañado en sangre, por supuesto.
3.- Como todas esas muertes no fueron suficientes, los socialistas decidieron asesinar a Gil Robles y Calvo Sotelo (Gil Robles se salvó por los pelos) mientras ardian las Iglesias.
4.- Alzamiento de media España contra la otra.
Pero en fin, siempre tendremos quien defienda la 2ª República y otros a Franco. Porque la propaganda es lo q se traga la mayoría de la gente.
1.- Se instauró tras un golpe de estado a la Monarquía. Aprovechando unas elecciones municipales, los republicanos, q sólo ganaron en las grandes ciudades, proclamaron la 2ª República traicionando la Ley vigente y lo q había votado el pueblo. Por suerte el Rey se exilió voluntariamente para evitar un derramamiento de sangre, evitando así laguerra civil (ejemplo q luego nadie siguió).
2.- Acción anticlerical brutal. ¿El pueblo quería eso?
3.- Fueron años llena de enfrentamientos: comunistas, anarquistas,independentistas, monárquicos, falangistas, católicos......todos ellos fueron asesinados a cientos. Manuel Azaña: "En Casas Viejas no ha ocurrido, que sepamos, sino lo quetenía que ocurrir".
(es decir, quemar vivos a los anarquistas)
Incluyendo tb el golpe de estado del 34 y proclamaciones de repúblicas independientes.
Todo ello bañado en sangre, por supuesto.
3.- Como todas esas muertes no fueron suficientes, los socialistas decidieron asesinar a Gil Robles y Calvo Sotelo (Gil Robles se salvó por los pelos) mientras ardian las Iglesias.
4.- Alzamiento de media España contra la otra.
Pero en fin, siempre tendremos quien defienda la 2ª República y otros a Franco. Porque la propaganda es lo q se traga la mayoría de la gente.
22ramón, día 6 de Abril de 2006 a las 11:12
"Ciudadanos de España" es un mal título. Porque en España habrá muchos ciudadanos que no estén de acuerdo con nosotros, y no por eso dejan de ser ciudadanos españoles. Es lo mismo que esas usurpaciones tipo "Jueces para la democracia". ¿Es que los que no piensan como ellos ya no son demócratas?
En cambio "Ciudadanos por la Constitución" queda perfectamente, como dice Lois. Porque se trata de oponerse a quienes intentan destruir la Constitución, y con ella la nación y la democracia.
En cambio "Ciudadanos por la Constitución" queda perfectamente, como dice Lois. Porque se trata de oponerse a quienes intentan destruir la Constitución, y con ella la nación y la democracia.
23foroelroble, día 6 de Abril de 2006 a las 11:14
(20) Mabel, Moa ya está haciendo lo que hace, pero cada uno de nosotros tiene mucho que hacer también. A mí me parece que el manifiesto de foroelroble podría servir.
24laboro, día 6 de Abril de 2006 a las 11:20
En desacuerdo con Mabel. La palabra y la acción deben ir juntas, sin sustituir una a otra. Y palabra significa también discusión. En el foro deben discutirse opciones diferentes y también formas de trabajar. Si no, ¿para qué es un foro?
25Hegemon, día 6 de Abril de 2006 a las 11:22
A mi cualquier iniciativa en favor o para defender la Constitución y la nación española, la ley y a los españoles mismos me parece bien. Estudio la posibilidad de pertenecer a la Fundación de Abascal y otros en Defensa de la Nación Española. Yo me apunto, como también envié hace meses, correos a mis amigos y conocidos con titulares de LD y algunos comentarios que no pasaban de tres líneas. Reenvié el comunicado de Luis del Pino en favor de la última manifestación de la AVT en la cual estuve y, al final, recibí algunas respuestas interesantes. Un viejo amigo de la escuela me envió un correo solicitándome "que me abstuviera de enviarle correos de esa índole. Gracias" Yo, educadamente, le dije que así lo haría, que yo también tuve que aguantar correos en sentido contrario, fotos trucadas de Aznar, otros correos burlones con Rajoy y demás, que los aguanté estoicamente e incluso que algunos me divertían y que lamentaba que se hubiera trasladado a vivir a Perpiñan. y por supuesto le desee mucha suerte porque la ibamos a necesitar todos y "de nada".
Esa idea, como véis, ya la he puesto en práctica y me temo que alguna vieja amistad ya no será tan amistad. El último párrafo de Moa hoy es muy explícito. Es lo que muchos españoles vamos a hacer. Que hay una "manifa" en favor de España, allí estaré, a favor de las víctimas, allí estaré, que ya no me callo con mis amigos cuando hablan de política, ahora tengo muchos más argumentos y razones que cuando era un chaval que se quedaba con la rabia contenida cuando compañeros y amigos sociatas, estudiantes de Derecho, utilizando buena palabrería, me tapaban la boca, incluso ya en los 80 cuando argumentaban que "Ceuta y Melilla es un anacronismo y que son de Marruecos". Si, si, ya entonces se oían cosas así. Así que no me sorprende nada, pero nada el PSOE de ahora. Como decía uno, ¿De que os sorprendéis del PSOE?, El PSE manda en el PSOE al igual que el PSC pero como el mismo Montilla dijo a Losantos "el PSOE no manda en el PSC". España tiene que ser lo que diga la izquierda sino a la checa.
Esa idea, como véis, ya la he puesto en práctica y me temo que alguna vieja amistad ya no será tan amistad. El último párrafo de Moa hoy es muy explícito. Es lo que muchos españoles vamos a hacer. Que hay una "manifa" en favor de España, allí estaré, a favor de las víctimas, allí estaré, que ya no me callo con mis amigos cuando hablan de política, ahora tengo muchos más argumentos y razones que cuando era un chaval que se quedaba con la rabia contenida cuando compañeros y amigos sociatas, estudiantes de Derecho, utilizando buena palabrería, me tapaban la boca, incluso ya en los 80 cuando argumentaban que "Ceuta y Melilla es un anacronismo y que son de Marruecos". Si, si, ya entonces se oían cosas así. Así que no me sorprende nada, pero nada el PSOE de ahora. Como decía uno, ¿De que os sorprendéis del PSOE?, El PSE manda en el PSOE al igual que el PSC pero como el mismo Montilla dijo a Losantos "el PSOE no manda en el PSC". España tiene que ser lo que diga la izquierda sino a la checa.
26activista, día 6 de Abril de 2006 a las 11:25
Para Mabel y otros: "Amamos la belleza con sencillez, y amamos la sabiduría sin caer por ello en la molicie. Empleamos la la riqueza como medio de acción y no de vanagloria, no siendo entre nosotros vergonzosa la pobreza, pero sí el no hacer nada por salir de ella. En nuestra ciudad las personas se ocupan tanto de sus asuntos privados como de los del Estado, y esta diversidad de ocupaciones permite a los ciudadanos adquirir un juicio excelente en política. Pues somos los único que al ciudadano indiferente en las cuestiones públicas no lo consideramos un tranquilo, sino un inepto. Nosotros mismos consideramos y juzgamos detenidamente tales cuestiones, porque creemos que lo que perjudica la acción no son las palabras, sino el no haberse informado previamente, mediante la discusión, de lo que debe hacerse.
También nos distinguimos en que demostramos la mayor audacia y calculamos a fondo las empresas que vamos a realizar, mientras que a otros el cálculo les lleva a la irresolución y la ignorancia a la temeridad"
Pericles.
También nos distinguimos en que demostramos la mayor audacia y calculamos a fondo las empresas que vamos a realizar, mientras que a otros el cálculo les lleva a la irresolución y la ignorancia a la temeridad"
Pericles.
27DIANA, día 6 de Abril de 2006 a las 11:34
Pues yo propongo algo mucho mejor: vayámonos de picnic, que estamos en primavera el campo está hermosísimo y los pajarillos cantan... Cada uno puede aportar algo: que si una ensaladilla rusa, que si unas croquetillas, que si unos filetitos empanados... Yo puedo llevar varias tortillas de patata, que me sale estupenda, ya solo me falta que me digáis a cuant@s os gusta con cebolla y a cuant@s sin ella. Ahh, por favor, que alguien traiga el vino.
28abyxypes, día 6 de Abril de 2006 a las 11:43
Ya existe la Fundación para la Defensa de la Nación Española, que defiende lo mismo que propone Pío Moa. ¿Por qué no os sumáis a sus fines?
29ciudadanox , día 6 de Abril de 2006 a las 11:47
La idea de ciudadanos por la constitución me parace excelente.
en la lista de politicuchos sinverguenzas de este pais EN ACTIVO yo la encabezaría con alfonso Guerra y Eduardo Zaplana. Desde que leí la transcripción de las cintas del caso Naseiro en las que Zaplana se descubría como un vulgar chorizo, no termino de entender como es posible que ocupe esa posición tan destacada en el PP.
en la lista de politicuchos sinverguenzas de este pais EN ACTIVO yo la encabezaría con alfonso Guerra y Eduardo Zaplana. Desde que leí la transcripción de las cintas del caso Naseiro en las que Zaplana se descubría como un vulgar chorizo, no termino de entender como es posible que ocupe esa posición tan destacada en el PP.
30DIANA, día 6 de Abril de 2006 a las 11:50
Y que tal "Ciudadanos por el tortillón" (de tortilla ESPAÑOLA, claro está.
31mnemos, día 6 de Abril de 2006 a las 12:18
Algunas letras del Himno republicano:
Si los curas y frailes supieran
la paliza que les van a dar,
subirÍan al coro cantando:
"Libertad, libertad, libertad!"
Si los Reyes de España supieran
lo poco que van a durar,
a la calle saldrían gritando:
"¡Libertad, libertad, libertad!"
La Reina vol corona
que vingui a Barcelona
Corona li darem
i el coll li tallarem
Un hombre estaba cagando
y no tenía papel
pasó el Rey Alfonso XIII
y se limpio el culo con él.
Si los curas y frailes supieran
la paliza que les van a dar,
subirÍan al coro cantando:
"Libertad, libertad, libertad!"
Si los Reyes de España supieran
lo poco que van a durar,
a la calle saldrían gritando:
"¡Libertad, libertad, libertad!"
La Reina vol corona
que vingui a Barcelona
Corona li darem
i el coll li tallarem
Un hombre estaba cagando
y no tenía papel
pasó el Rey Alfonso XIII
y se limpio el culo con él.
32Juan Rafael Garcia, día 6 de Abril de 2006 a las 12:19
COMENTARIO ELIMINADO A PETICIÓN DEL AUTOR DEL MISMO.
33ramón, día 6 de Abril de 2006 a las 12:30
(31) Esos textos (letra del himno de Riego) definen perfectamente lo que fue aquella miserable república. Empezó con una bandera irrisoria y con esos cantos ¿qué podría salir de ahí? Pues lo mismo que de la Vil Alianza. Desataron una violencia brutal, planearon la guerra civil, y al final las pagaron todas juntas. Pero no aprenden.
34aducés, día 6 de Abril de 2006 a las 12:34
(28) Yo no sé qué actividad desarrolla esa fundación. No pasa nada por que exista esa y otras cosas. Supongo que el Foro Ermua o la AVT también persiguen básicamente los mismos objetivos. Por supuesto que si se constituyera un movimiento de Ciudadanos por la Constitución, iríamos juntos con todos ellos.
35galaico, día 6 de Abril de 2006 a las 12:39
(32) Lo que usted cuenta ha pasado no cientos, sino miles de veces con los sociatas en toda España. Usted fíjese sólo en los alcaldes, concejales de urbanismo, etc., que han entrado como gente normal de clase media y han salido enriquecidos, directamente o a través de negocios familiares montados ad hoc. Lo que salió a la luz de la corrupción sociata fue solo la punta del iceberg. Y la corrupción afecta también a parte de los jueces, politizados. Conviene denunciar estos casos, mandar cartas a la prensa, insistir judicialmente todo lo que se pueda. Ellos cuentan con que la gente termine desanimada, pero hay que aguantar más que ellos.
36Ochoa, día 6 de Abril de 2006 a las 12:47
Hola, cari amici, os cuelgo de nuevo el breve discurso de Brantôme sobre los españoles, publiado en español por ediciones Áltera. Premio (moral, claro) al que sacó lo de Escipión:
“ Por las palabras de este soldado y por la fanfarronada anterior, vemos cómo los soldados españoles se han atribuido siempre la gloria de ser los mejores entre todas las naciones. Y, por cierto, no les falta base para tal opinión y confianza, porque a sus palabras siempre les han acompañado los hechos.
Pues ellos son quienes en los últimos cien o ciento veinte años han conquistado, por su valor y su virtud, las Indias Occidentales y Orientales, que forman un mundo completo.
Ellos son los que tantas veces nos han combatido, batido y rebatido en el reino de Nápoles, expulsándonos finalmente de allí.
Y otro tanto han hecho en Milán, cuya ocupación tanta sangre y recursos nos había costado, y nos han frustrado arrbatánonos nuestro antiguo patrimonio.
Y no contentos con los bienes que nos quitaron, pasaron a Flandes y vinieron a Francia para intentar expulsarnos de nuestros hogares; y si bien no lo lograron, nos han causado grandes males, nos han tomado ciudades y ganado batallas y han hecho perecer a no sé cuántos cientos de miles de los nuestros, aunque nosotros también hemos hecho morir a muchos de los suyos.
Ellos son los que han triunfado sobre los alemanes y les han puesto el yugo en la guerra de Alemania, cosa no oída, ni vista ni realizada desde el gran Julio César u otros grandes emperadores romanos.
Ellos son los que, siguiendo la divisa de su gran emperador Carlos, de avanzar más allá, han cruzado el mar y caído sobre África y tomado su principal ciudad y fortaleza, Túnez y La Goleta.
Ellos son los que han pasado a Berbería y tomado el reino de Orán, las ciudades de África y Trípoli, Vélez y su peñón, y que más hubieran logrado sin el bárbaro elemento del mar y del cielo, no más suave ni piadoso uno que el otro, que les detuvo con su emperador, privándoles de la ocasión de tomar el reino de Argel, el cual habrían ganado sin la menor duda, si aquellos elementos hubieran querido favorecer, por poco que fuere, tal empresa.
Son ellos quienes, con unos puñados de tropas instalados en las ciudadelas, roques y castillos, mantienen bajo rienda e imponen la ley a los potentados de Italia y a los estados de Flandes y en diversos lugares de la Cristiandad, incluso en Berbería, Morea y otros países infieles, y hasta en Transilvania con el valiente Castaldo, y en Hungría y Bohemia.
Son ellos los que hacían sentirse invencible al emperador Carlos cuando, en lo más apurado de sus negocios y batallas, se veía en medio de no más de cuatro o cinco mil españoles, sobre cuyo valor arriesgaba su persona y su imperio y todos sus bienes, y decía a menudo que “la suma de sus guerras era puesta en las mechas encendidas de sus arquebuzeros españoles”.
Pues, por cierto, en este tiempo ellos se han llevado la palma en el uso del arcabuz, cuyo arte y primeras lecciones nos han enseñado a los franceses, ya que antes sólo usábamos ballestas y nos faltaba el ingenio de apropiarnos y acomodarnos los arcabuces.
Ellos son los que, en nuestro tiempo y ante nuestros ojos, han devuelto en un santiamén a su señor natural todo el Flandes en rebeldía, bajo el mando del gran duque de Alba, al que llamaban su padre.
En esta misma guerra de Zelanda, ellos, en número de mil a mil doscientos, atravesando un brazo de mar de un cuarto de legua de ancho en marea baja, sin otras armas que las espadas que llevaban entre los dientes, atacaron a cuatro o cinco mil zelandeses de las milicias comunales, que estaban apostados en la otra orilla, y los destrozaron.¡Milagro grande, en verdad!
Ellos fueron quienes valieron a don Juan de Austria para ganar la grande y señalada batalla de Lepanto, y siguieron siendo los que, con el gran capitán el príncipe de Parma, han hecho temblar a toda Francia, teniéndola en alarma largo tiempo.
Y ante ellos llegó a humillarse el mismo emperador Carlos cuando, tras salir de Francia por mar para ir a terminar sus días en España, habiendo desembarcado en L´Ared´O (Laredo), puerto próximo a Vizcaya, al tomar tierra se arrodilló de inmediato, según dicen, y agradeció a Dios la gracia de volver a ver este país en sus últimos días, país que había amado por encima de los demás, por haberle ayudado a elevarse al imperio y a tanta grandeza como había logrado en su tiempo; atribuyendo a la nación española, después de a Dios, todas sus victorias y triunfos. Y dijo estas palabras: “Dios os salve y guarde, oh mi querida madre. Como desnudo salido del vientre de mi madre, y como desnudo también me vuelvo a ti como a mi segunda madre, á la qual, a favor de tan grandes merecimientos que yo he recibido de ti, no podiendo por ahora, ni mas, ni mejor, yo le hago un presente de este pobre cuerpo enfermo, y de estos pobres huesos secos y debilitados”.
Habiendo hablado así con lágrimas en los ojos, saludó muy cortésmente a todos los señores que habían venido ante él; y en su lento viaje por tierra hacia su monasterio pasó por Valladolid, donde visitó a su nieto Carlos, a quien impartió elevadas lecciones y mostró el ejemplo de sus predecesores. ¡Considerad, pues, la humillación de este gran emperador, arrodillado hacia la tierra, a la que no había considerado, por así decir, lo bastante digna para contenerle. No lo habría hecho, ¡ay!, de no ser forzado por la vejez, la enfermedad y la indisposición, que quiebran al más orgulloso.
A ellos se ha debido y se debe que el gran rey de España inspire terror a todos sus enemigos, ocultos o descubiertos, y que cuando se divulga la presencia de tan solo ocho mil soldados españoles nativos en su ejército, sus enemigos se retiren y abandonen el campo.
Y lo más notable de todas estas hazañas es que no las han llevado a cabo grandes masas de hombres, sino tropas reducidas; porque nunca se han hallado diez mil españoles juntos en una ocasión, que la mayor no pasaban de ocho o nueve mil, de los cuales nunca quedaron tendidos los cadáveres de más de tres mil, por grande que fuese la carnicería en algunos combates desastrosos o batallas infortunadas, sin excluir las de Rabena o Cerisoles, tan desgraciadas y sangrientas para ellos. Cierto que perecieron casi tres mil en Santa Maura, Dalmacia, sitiados por los turcos; pero se debió a la duración del asedio, al agotamiento y al hambre por la falta de socorros después de haber combatido tan bien; pero en el asalto ya murieron pocos. En el sitio y toma de Castromoro cayeron también muchos al filo de la espada o encadenados en galeras. En el asedio de Metz murieron igualmente en gran cantidad; pero el cielo les hizo entonces tanto mal como los hombres; tanto que se dice que el emperador Carlos, después de haber pasado quince días en el lecho, aquejado de gota y sin visitar las trincheras, se levantó para verlas y reconoció la batería y las brechas realizadas; y con asombro y disgusto profirió: “¿Y como no se entra alla dentro? ¡Ah! Bien veo que no tengo mas hombres”. Algunos soldados allí presentes le oyeron y, muy enojados, le contestaron: “Sacra Majestad, no os quejeis de nosotros. Sí teneis aun algunos hombres y de los bracos; mas no podemos combatir el cielo como a los hombres”. El emperador, mirándolos con piedad, alzó los hombros y se limitó a decir: “Es verdad; Dios es más poderoso que nosotros”. Y mandó que les sirvieran vino.
Pero ¿por qué me entretengo tanto en escribir loas a estos valientes cuando ellos mismos saben, según creo, publicar sus hazañas sin ocultarlas ni en una uña? Pues si sus hechos se extienden sólo un dedo, ellos lo alargan un codo. Hacen bien: a buen hacer, buen decir”
“ Por las palabras de este soldado y por la fanfarronada anterior, vemos cómo los soldados españoles se han atribuido siempre la gloria de ser los mejores entre todas las naciones. Y, por cierto, no les falta base para tal opinión y confianza, porque a sus palabras siempre les han acompañado los hechos.
Pues ellos son quienes en los últimos cien o ciento veinte años han conquistado, por su valor y su virtud, las Indias Occidentales y Orientales, que forman un mundo completo.
Ellos son los que tantas veces nos han combatido, batido y rebatido en el reino de Nápoles, expulsándonos finalmente de allí.
Y otro tanto han hecho en Milán, cuya ocupación tanta sangre y recursos nos había costado, y nos han frustrado arrbatánonos nuestro antiguo patrimonio.
Y no contentos con los bienes que nos quitaron, pasaron a Flandes y vinieron a Francia para intentar expulsarnos de nuestros hogares; y si bien no lo lograron, nos han causado grandes males, nos han tomado ciudades y ganado batallas y han hecho perecer a no sé cuántos cientos de miles de los nuestros, aunque nosotros también hemos hecho morir a muchos de los suyos.
Ellos son los que han triunfado sobre los alemanes y les han puesto el yugo en la guerra de Alemania, cosa no oída, ni vista ni realizada desde el gran Julio César u otros grandes emperadores romanos.
Ellos son los que, siguiendo la divisa de su gran emperador Carlos, de avanzar más allá, han cruzado el mar y caído sobre África y tomado su principal ciudad y fortaleza, Túnez y La Goleta.
Ellos son los que han pasado a Berbería y tomado el reino de Orán, las ciudades de África y Trípoli, Vélez y su peñón, y que más hubieran logrado sin el bárbaro elemento del mar y del cielo, no más suave ni piadoso uno que el otro, que les detuvo con su emperador, privándoles de la ocasión de tomar el reino de Argel, el cual habrían ganado sin la menor duda, si aquellos elementos hubieran querido favorecer, por poco que fuere, tal empresa.
Son ellos quienes, con unos puñados de tropas instalados en las ciudadelas, roques y castillos, mantienen bajo rienda e imponen la ley a los potentados de Italia y a los estados de Flandes y en diversos lugares de la Cristiandad, incluso en Berbería, Morea y otros países infieles, y hasta en Transilvania con el valiente Castaldo, y en Hungría y Bohemia.
Son ellos los que hacían sentirse invencible al emperador Carlos cuando, en lo más apurado de sus negocios y batallas, se veía en medio de no más de cuatro o cinco mil españoles, sobre cuyo valor arriesgaba su persona y su imperio y todos sus bienes, y decía a menudo que “la suma de sus guerras era puesta en las mechas encendidas de sus arquebuzeros españoles”.
Pues, por cierto, en este tiempo ellos se han llevado la palma en el uso del arcabuz, cuyo arte y primeras lecciones nos han enseñado a los franceses, ya que antes sólo usábamos ballestas y nos faltaba el ingenio de apropiarnos y acomodarnos los arcabuces.
Ellos son los que, en nuestro tiempo y ante nuestros ojos, han devuelto en un santiamén a su señor natural todo el Flandes en rebeldía, bajo el mando del gran duque de Alba, al que llamaban su padre.
En esta misma guerra de Zelanda, ellos, en número de mil a mil doscientos, atravesando un brazo de mar de un cuarto de legua de ancho en marea baja, sin otras armas que las espadas que llevaban entre los dientes, atacaron a cuatro o cinco mil zelandeses de las milicias comunales, que estaban apostados en la otra orilla, y los destrozaron.¡Milagro grande, en verdad!
Ellos fueron quienes valieron a don Juan de Austria para ganar la grande y señalada batalla de Lepanto, y siguieron siendo los que, con el gran capitán el príncipe de Parma, han hecho temblar a toda Francia, teniéndola en alarma largo tiempo.
Y ante ellos llegó a humillarse el mismo emperador Carlos cuando, tras salir de Francia por mar para ir a terminar sus días en España, habiendo desembarcado en L´Ared´O (Laredo), puerto próximo a Vizcaya, al tomar tierra se arrodilló de inmediato, según dicen, y agradeció a Dios la gracia de volver a ver este país en sus últimos días, país que había amado por encima de los demás, por haberle ayudado a elevarse al imperio y a tanta grandeza como había logrado en su tiempo; atribuyendo a la nación española, después de a Dios, todas sus victorias y triunfos. Y dijo estas palabras: “Dios os salve y guarde, oh mi querida madre. Como desnudo salido del vientre de mi madre, y como desnudo también me vuelvo a ti como a mi segunda madre, á la qual, a favor de tan grandes merecimientos que yo he recibido de ti, no podiendo por ahora, ni mas, ni mejor, yo le hago un presente de este pobre cuerpo enfermo, y de estos pobres huesos secos y debilitados”.
Habiendo hablado así con lágrimas en los ojos, saludó muy cortésmente a todos los señores que habían venido ante él; y en su lento viaje por tierra hacia su monasterio pasó por Valladolid, donde visitó a su nieto Carlos, a quien impartió elevadas lecciones y mostró el ejemplo de sus predecesores. ¡Considerad, pues, la humillación de este gran emperador, arrodillado hacia la tierra, a la que no había considerado, por así decir, lo bastante digna para contenerle. No lo habría hecho, ¡ay!, de no ser forzado por la vejez, la enfermedad y la indisposición, que quiebran al más orgulloso.
A ellos se ha debido y se debe que el gran rey de España inspire terror a todos sus enemigos, ocultos o descubiertos, y que cuando se divulga la presencia de tan solo ocho mil soldados españoles nativos en su ejército, sus enemigos se retiren y abandonen el campo.
Y lo más notable de todas estas hazañas es que no las han llevado a cabo grandes masas de hombres, sino tropas reducidas; porque nunca se han hallado diez mil españoles juntos en una ocasión, que la mayor no pasaban de ocho o nueve mil, de los cuales nunca quedaron tendidos los cadáveres de más de tres mil, por grande que fuese la carnicería en algunos combates desastrosos o batallas infortunadas, sin excluir las de Rabena o Cerisoles, tan desgraciadas y sangrientas para ellos. Cierto que perecieron casi tres mil en Santa Maura, Dalmacia, sitiados por los turcos; pero se debió a la duración del asedio, al agotamiento y al hambre por la falta de socorros después de haber combatido tan bien; pero en el asalto ya murieron pocos. En el sitio y toma de Castromoro cayeron también muchos al filo de la espada o encadenados en galeras. En el asedio de Metz murieron igualmente en gran cantidad; pero el cielo les hizo entonces tanto mal como los hombres; tanto que se dice que el emperador Carlos, después de haber pasado quince días en el lecho, aquejado de gota y sin visitar las trincheras, se levantó para verlas y reconoció la batería y las brechas realizadas; y con asombro y disgusto profirió: “¿Y como no se entra alla dentro? ¡Ah! Bien veo que no tengo mas hombres”. Algunos soldados allí presentes le oyeron y, muy enojados, le contestaron: “Sacra Majestad, no os quejeis de nosotros. Sí teneis aun algunos hombres y de los bracos; mas no podemos combatir el cielo como a los hombres”. El emperador, mirándolos con piedad, alzó los hombros y se limitó a decir: “Es verdad; Dios es más poderoso que nosotros”. Y mandó que les sirvieran vino.
Pero ¿por qué me entretengo tanto en escribir loas a estos valientes cuando ellos mismos saben, según creo, publicar sus hazañas sin ocultarlas ni en una uña? Pues si sus hechos se extienden sólo un dedo, ellos lo alargan un codo. Hacen bien: a buen hacer, buen decir”
37DIANA, día 6 de Abril de 2006 a las 12:49
Quisiera hacerme eco de una importantísima noticia, que sospechosamente no ha aparecido ni en LD, ni en la cope, etc. etc. se trata de lo siguiente: "Desde el Vaticano, el Papa ha hablado en español del alto el fuego de ETA. En la audiencia general de los miércoles Benedicto XVI ha hecho un llamamiento para intensificar los esfuerzos, consolidar los horizontes de paz y superar los obstáculos que puedan presentarse.
El pontífice pidió la intercesión de un santo, San Francisco Javier en el 500 aniversario de su nacimiento. Ha pedido a los fieles que recen para la intercesión del santo en la consolidación de la paz que "parece abrirse en el País Vasco y en toda España y superar los obstáculos que puedan presentarse" a lo largo del proceso.
¡Quien lo hubiera dicho¡: el Papa cómplice de la ETA ¡ ¡Oh my god¡ ¡Deu meu senyor¡, ¡ Jó, así es que no se puede..., vosotros aquí intentando organizar un frente para salvar la patria y va este radikal de túnica blanca y flequilllito engominado a fastidiarlo todo con estas incendiarias declaraciones... Así es que no se puede organizar ná, ni picnic, ni manifiesto, ni ná de ná ¡ ¡¡ Porca miseria ¡¡
El pontífice pidió la intercesión de un santo, San Francisco Javier en el 500 aniversario de su nacimiento. Ha pedido a los fieles que recen para la intercesión del santo en la consolidación de la paz que "parece abrirse en el País Vasco y en toda España y superar los obstáculos que puedan presentarse" a lo largo del proceso.
¡Quien lo hubiera dicho¡: el Papa cómplice de la ETA ¡ ¡Oh my god¡ ¡Deu meu senyor¡, ¡ Jó, así es que no se puede..., vosotros aquí intentando organizar un frente para salvar la patria y va este radikal de túnica blanca y flequilllito engominado a fastidiarlo todo con estas incendiarias declaraciones... Así es que no se puede organizar ná, ni picnic, ni manifiesto, ni ná de ná ¡ ¡¡ Porca miseria ¡¡
38laboro, día 6 de Abril de 2006 a las 12:50
(26) Maravilloso el texto de Pericles. Está en su famosa defensa de la democracia ateniense, y es la actitud que nos conviene. No debemos menospreciar la fuerza de la Sórdida Alianza, pero tampoco desanimarnos ante ella. Fuerzas de apariencia mucho más imponente, incomparablemente más imponente, han caído, no tenemos más que recordar el Imperio del Gulag.
39sotavento, día 6 de Abril de 2006 a las 12:52
Todos queremos la paz, pero nadie sensato llamará paz a la destrucción de la ley. Al contrario, es la destrucción de la ley la que trae la violencia. Por favor, repasad el artículo de hoy de Moa "El respeto a la ley". Y difundidlo cuanto podáis.
40foroelroble, día 6 de Abril de 2006 a las 12:56
Para Mabel y los demás: de nuevo os expongo el manifiesto del foroelroble, por si pudiera servir para lo que buscamos:
Manifiesto por la paz, la libertad
y la unidad de España
En 1976, tras más de un siglo de convulsiones a menudo sangrientas, y de gobiernos de excepción, la gran mayoría de los españoles acordamos una reforma política que estableció la convivencia en libertad, recogida en la Constitución de 1978. Pese a algunos defectos, inherentes a cualquier obra humana, el acuerdo constitucional ha permitido casi treinta años de paz, libertad y prosperidad, aun si siempre amenazadas, siempre perturbadas por el terrorismo y sus cómplices.
Hoy esos logros están en peligro y nadie debe cerrar los ojos al riesgo de volver a las epilepsias del pasado. Desde hace unos años fuerzas poderosas presionan sin descanso por la que llaman Segunda Transición, y por cambios en la Constitución y los estatutos de autonomía. Sin duda la Constitución y los estatutos pueden reformarse, pero sería suicida hacerlo según el interés y el gusto de partidos cuyo objetivo declarado es la disgregación de España; partidos que han amparado y se han beneficiado del terrorismo; que han sembrado el fanatismo y el rencor, que han explotado la guerra civil como instrumento para resucitar los odios y arruinar la reconciliación; que allí donde han podido, como en Cataluña, han reducido las libertades y derechos ciudadanos, o, en el País Vasco, los han arruinado prácticamente. La anterior Transición nos llevó de una dictadura a la democracia. En estas condiciones la Segunda Transición sólo podría hacernos retroceder de la democracia a las viejas convulsiones.
El peligro, aunque creciente, parecía dominable hasta la matanza de Madrid del 11 de marzo de 2004: 191 muertos y más de mil mutilados y heridos. El terrorismo islámico, nadie debe olvidarlo, comparte con los separatismos el doble objetivo de desintegrar España y destruir su democracia. Y ha logrado con esa matanza, de un solo golpe, cambiar drásticamente la política de un país como España, novena potencia económica mundial y democracia supuestamente firme. Lo consiguió gracias a la debilidad de unos políticos, al oportunismo de otros, y a la confusión y el choque psicológico producidos en millones de españoles por la brutalidad sin precedentes del golpe. Desde aquella matanza el peligro se ha vuelto mucho más acuciante.
Nunca un atentado alcanzó sus objetivos de modo tan completo. Sus autores aspiraban a dejar a los iraquíes a merced del mismo tipo de asesinos de Madrid, y por lo que respecta a España lo lograron. Pero su éxito no paró ahí: desde ese momento se invirtió, dentro de España, la política de defensa del Estado de derecho y aplicación de la ley al Terrorismo Nacionalista Vasco, política que tan excelentes resultados venía produciendo. La ETA ha vuelto a ser legalizada, vulnerando la ley y los pactos democráticos. Se pretende que la claudicación ante los asesinos, bautizada como diálogo, traerá “la paz”, como si los terroristas tuvieran interés en ella y la causa de sus crímenes radicara en la anterior defensa de la libertad y el derecho por el Estado. Sobre tal inversión perversa de la realidad se pretende dividir y desacreditar a las víctimas directas y a cuantos propugnan el imperio de la ley, tachándolos de interesados en la violencia.
Asistimos hoy a una política de apoyo y supeditación a grupos abiertamente separatistas, que se jactan de su decisión de fragmentar España e imponer en sus regiones sistemas antidemocráticos y excluyentes. Asistimos a una política de amistad y concesiones a tiranías extranjeras, incluyendo la de Mohamed VI, que no oculta su apetencia sobre territorios españoles. Asistimos a campañas de falsificación de la historia y de apología del golpismo causante de la guerra civil. Todo ello realizado con los instrumentos del Estado y mediante hechos consumados y tratos oscuros, pervirtiendo el lenguaje para presentar lo inadmisible como deseable y anestesiar la conciencia de los ciudadanos españoles con ilusionismo verbal.
Esta política funesta está haciendo degenerar a la democracia en una demagogia rampante, está destruyendo el espíritu y la letra de la libre convivencia alcanzada en 1978 después de un siglo de frustraciones, y amenaza traernos un nuevo desastre. Al arrasar la reconciliación y la paz en la libertad, legadas por la Transición y basadas en el respeto a la ley, los responsables de tal política adquieren una inmensa responsabilidad histórica.
Las conmociones del pasado han generado un espíritu pesimista, según el cual “los españoles no tenemos remedio” y estamos predestinados a arruinar nuestras mejores oportunidades. Nada más falso. Pero se impone reaccionar a tiempo, antes de que la pendiente a la catástrofe se vuelva demasiado empinada para detenerse. Los ciudadanos que aman la democracia y la unidad de España, voten al partido que voten, deben hacerse conscientes del peligro. Debemos impedir absolutamente el deterioro de nuestras libertades y la desintegración de España en pequeños estados más o menos tiránicos, atrapados por la discordia, insignificantes en el plano internacional y objeto de las intrigas de otras potencias.
Hacemos un llamamiento a crear un movimiento ciudadano que alerte a la totalidad de la población y plante cara a la actual alianza entre separatismo, terrorismo y demagogia que nos empuja al caos. En las manos de todos está impedir un nuevo fracaso histórico de nuestra convivencia.
Manifiesto por la paz, la libertad
y la unidad de España
En 1976, tras más de un siglo de convulsiones a menudo sangrientas, y de gobiernos de excepción, la gran mayoría de los españoles acordamos una reforma política que estableció la convivencia en libertad, recogida en la Constitución de 1978. Pese a algunos defectos, inherentes a cualquier obra humana, el acuerdo constitucional ha permitido casi treinta años de paz, libertad y prosperidad, aun si siempre amenazadas, siempre perturbadas por el terrorismo y sus cómplices.
Hoy esos logros están en peligro y nadie debe cerrar los ojos al riesgo de volver a las epilepsias del pasado. Desde hace unos años fuerzas poderosas presionan sin descanso por la que llaman Segunda Transición, y por cambios en la Constitución y los estatutos de autonomía. Sin duda la Constitución y los estatutos pueden reformarse, pero sería suicida hacerlo según el interés y el gusto de partidos cuyo objetivo declarado es la disgregación de España; partidos que han amparado y se han beneficiado del terrorismo; que han sembrado el fanatismo y el rencor, que han explotado la guerra civil como instrumento para resucitar los odios y arruinar la reconciliación; que allí donde han podido, como en Cataluña, han reducido las libertades y derechos ciudadanos, o, en el País Vasco, los han arruinado prácticamente. La anterior Transición nos llevó de una dictadura a la democracia. En estas condiciones la Segunda Transición sólo podría hacernos retroceder de la democracia a las viejas convulsiones.
El peligro, aunque creciente, parecía dominable hasta la matanza de Madrid del 11 de marzo de 2004: 191 muertos y más de mil mutilados y heridos. El terrorismo islámico, nadie debe olvidarlo, comparte con los separatismos el doble objetivo de desintegrar España y destruir su democracia. Y ha logrado con esa matanza, de un solo golpe, cambiar drásticamente la política de un país como España, novena potencia económica mundial y democracia supuestamente firme. Lo consiguió gracias a la debilidad de unos políticos, al oportunismo de otros, y a la confusión y el choque psicológico producidos en millones de españoles por la brutalidad sin precedentes del golpe. Desde aquella matanza el peligro se ha vuelto mucho más acuciante.
Nunca un atentado alcanzó sus objetivos de modo tan completo. Sus autores aspiraban a dejar a los iraquíes a merced del mismo tipo de asesinos de Madrid, y por lo que respecta a España lo lograron. Pero su éxito no paró ahí: desde ese momento se invirtió, dentro de España, la política de defensa del Estado de derecho y aplicación de la ley al Terrorismo Nacionalista Vasco, política que tan excelentes resultados venía produciendo. La ETA ha vuelto a ser legalizada, vulnerando la ley y los pactos democráticos. Se pretende que la claudicación ante los asesinos, bautizada como diálogo, traerá “la paz”, como si los terroristas tuvieran interés en ella y la causa de sus crímenes radicara en la anterior defensa de la libertad y el derecho por el Estado. Sobre tal inversión perversa de la realidad se pretende dividir y desacreditar a las víctimas directas y a cuantos propugnan el imperio de la ley, tachándolos de interesados en la violencia.
Asistimos hoy a una política de apoyo y supeditación a grupos abiertamente separatistas, que se jactan de su decisión de fragmentar España e imponer en sus regiones sistemas antidemocráticos y excluyentes. Asistimos a una política de amistad y concesiones a tiranías extranjeras, incluyendo la de Mohamed VI, que no oculta su apetencia sobre territorios españoles. Asistimos a campañas de falsificación de la historia y de apología del golpismo causante de la guerra civil. Todo ello realizado con los instrumentos del Estado y mediante hechos consumados y tratos oscuros, pervirtiendo el lenguaje para presentar lo inadmisible como deseable y anestesiar la conciencia de los ciudadanos españoles con ilusionismo verbal.
Esta política funesta está haciendo degenerar a la democracia en una demagogia rampante, está destruyendo el espíritu y la letra de la libre convivencia alcanzada en 1978 después de un siglo de frustraciones, y amenaza traernos un nuevo desastre. Al arrasar la reconciliación y la paz en la libertad, legadas por la Transición y basadas en el respeto a la ley, los responsables de tal política adquieren una inmensa responsabilidad histórica.
Las conmociones del pasado han generado un espíritu pesimista, según el cual “los españoles no tenemos remedio” y estamos predestinados a arruinar nuestras mejores oportunidades. Nada más falso. Pero se impone reaccionar a tiempo, antes de que la pendiente a la catástrofe se vuelva demasiado empinada para detenerse. Los ciudadanos que aman la democracia y la unidad de España, voten al partido que voten, deben hacerse conscientes del peligro. Debemos impedir absolutamente el deterioro de nuestras libertades y la desintegración de España en pequeños estados más o menos tiránicos, atrapados por la discordia, insignificantes en el plano internacional y objeto de las intrigas de otras potencias.
Hacemos un llamamiento a crear un movimiento ciudadano que alerte a la totalidad de la población y plante cara a la actual alianza entre separatismo, terrorismo y demagogia que nos empuja al caos. En las manos de todos está impedir un nuevo fracaso histórico de nuestra convivencia.
41Republicano, día 6 de Abril de 2006 a las 12:56
Permitan que con ocasión del próximo aniversario, se ilustre (más si cabe) el personal que con tanto interés sigue esta blogia:
En este País de las Maravillas para Partidos, como en el de Alicia, se desconoce por completo no solo el valor sino la existencia de lo auténtico. El lenguaje de la eufemia, al ser universal, designa las cosas sociales y políticas con palabras y frases edulcoradas que llegan a constituir un mundo ficticio en suplantación del mundo real. El triunfo del eufemismo lo garantiza el consenso de partidos y medios de comunicación. Cualquier afirmación contraria al consenso se considera delito social. No se extrañen, pues, de que mi discurso sea un delito continuado.
En esta Monarquía de Partidos estatales, España ha dejado de ser comunidad política. Como idea espiritual, agoniza. Su historia se reduce a geografía. Su materia económica y social, aumenta. Su cultura se consume como mercancía. España pierde su identidad.
La contradicción entre el ser y el querer de los españoles en tránsito, en esta Transición sin destino, crea un conflicto irreconciliable entre el hecho de ser España un Todo y la voluntad política de tratarla como Parte. Un tipo ontológico de conflicto entre la existencia y la esencia de la Nación española.
Si la nación fuera un “Proyecto”, como creyeron Ortega y Jose Antonio, y hoy creen todos los partidos, España dejaría de ser pronto una realidad política. El partido españolista carece de argumento contra los partidos que están realizando, en sus sitios natales, un proyecto sugestivo de vida en común semejante al español. Ningún partido podrá negar que su concepto de nación coincida con el proyecto de vida en común de dos enamorados, y que éste es el más sugestivo de todos. Pero si, como creo, la nación es un hecho objetivo que nos viene dado con independencia de la voluntad, entonces la realidad existencial de España hará sucumbir a un Estado monárquico que está dejando de ser esencialmente nacional.
Poblaciones sin fronteras naturales, étnicas, religiosas o jurídicas, están siendo definidas como naciones con fronteras psicológicas o sentimentales, trazadas por la expansión de apetitos de poder en pequeños partidos nacionalistas, subvencionados por la Transición de la Dictadura de un partido a la Monarquía de varios.
La Monarquía de Partidos parcela la realidad nacional de España. Parangonando a Luis XIV, el Rey Juan Carlos ya puede proclamar que “la Nación no forma cuerpo en España”. Pero no porque “resida toda entera en la persona del rey”, como dijo su pariente, sino porque ahora se encarna en tropeles de agentes nacionalistas en busca de su propio Estado. A diferencia de aquel rey absoluto, a este rey relativo no le cabe ya en la cabeza la nación española. La frivolidad de su Corona tanto sirve para instrumentar un golpe nacionalista de Estado Total, como estatutos nacionalistas de Estado Parcial. Totalitarismo o parcialitarismo de Estado derivan de una misma concepción fascista de la nación. La orteguiana del proyecto sugestivo de vida en común.
Si en este solapado período constituyente, el poder monárquico de constituir no está en la nación entera, sino en partes que pueden convertir regiones en Estados, la defensa del cuerpo de España la deja la monarquía en manos de una República que pueda ser reconstituyente de la Nación y constituyente del Estado. ¿Pero qué República puede lograr esta hazaña política? La República no se define por lo que ella es. Siempre la ha identificado lo que ella no es, la Monarquía. En la Revolución francesa, la República expresó nuevos sentimientos populares de patriotismo y civismo, pero no se definió como modo político de organizar el poder del Estado. La Dictadura jacobina, el Directorio, el Consulado y el Imperio fueron formas igualmente republicanas. La indefinición política de la República permitió a Stalin y Hitler ser tan republicanos como Jefferson o Lincoln. El fraude político trepa por las repúblicas cuando éstas se limitan a ser meras negaciones de las monarquías, o a expresar formas paganas del Estado que no se identifican con la libertad de la democracia.
Frente a lo concreto y personalizado de las monarquías, las repúblicas simbolizan la abstracción de poderes anónimos. Por eso no vienen de algo conocido que las preceda. Llegan por advenimiento. Nos sorprende que ningún movimiento republicano haya conquistado el Estado. Lo ocupa si los reyes lo dejan vacío. No es una metáfora que los pueblos se acuesten monárquicos y se despierten republicanos. Las revoluciones en Norteamérica y Rusia no realizaron un previo ideal republicano, sino la independencia frente a la monarquía inglesa o la alternativa socialista al capitalismo. La República era un instrumento. No un fin. Incluso en la Revolución Francesa, antes del 10 de Agosto del 92, solo era un fantasma faccioso que asustaba a Robespierre y Saint Just.
Como la princesa durmiente en el bosque, la República yace dormida en la sociedad, hasta que la despierta el beso principesco del Estado. No es una larva social que se transforme, por su propia madurez, en mariposa política. La anuncia una negación y nada la prepara. Anida en los corazones y no penetra en las mentes. No despierta como fauno procreador, sino como doncella predispuesta a ser violada por todos los sátiros del situacionismo o del oportunismo. Antes de dar forma al Estado, siempre ha sido una idea virginal. Un sueño.
Sin haberse construido como alternativa a la monarquía, la República adviene de repente como solución a la crisis monárquica. Y cuando se hace real como forma del Estado, no está realizada en el espíritu ni en el cuerpo social. Llega sin republicanos. Esta virtualidad, “per se”, de la República, explica sus repetidos fracasos y sus continuos renacimientos. La incapacidad de la idea republicana para ser alternativa de poder institucional, atrasa su porvenir como forma democrática del Estado. La Monarquía dura como lo malo conocido frente a la República por conocer. Hagamos al menos que la República se conozca de antemano.
La historia de la República en España se asocia a la historia de dos fracasos. El del federalismo de la I República, que nacionalismos periféricos quieren ahora repetir, y el del parlamentarismo, que nostálgicos de la II República desean restaurar. El Pacto de San Sebastián no definió su esencia ni el modo de darle existencia. La República llegó de modo imprevisto y se instaló en un Estado de precariedad. Derrotada en la guerra civil, que no supo evitar, se refugió en la dignidad del sentimiento republicano, hasta que los partidos que antaño la defendieron se aliaron con los epígonos de la Dictadura, para legitimar el fraude político de esta Monarquía de los Partidos, coronada por un Rey nombrado por Franco.
Sin conocer las causas de sus fracasos, sin saber la naturaleza de las instituciones políticas que, a la tercera vez, los vencerían, toda propuesta republicana se traduce en un encanto sentimental para dormir apocadas almas de servidumbre o en un aventurerismo irresponsable para avivar voluntades con activismos personales sin acción colectiva. La República Federal es un contrasentido cuando no hay Estados que federar. Y la Parlamentaria no cambiaría la política de la Monarquía de Partidos. ¿Sería diferente una República de Partidos? No hay que crear otros partidos. Solo que la República los saque del Estado y los ponga en su sitio, o como diría Aristóteles, en su lugar propio, es decir, en el seno de la sociedad política. Por primera vez en la historia europea, la República Constitucional se presenta como alternativa a la Monarquía Parlamentaria y a la Partitocracia. Esta nueva idea republicana es tan atractiva para el supremo interés de la libertad política y de la unidad nacional, que ella misma se basta para proponerse como único método pacífico de alcanzar la democracia formal, que evitaría la corrupción y mediocridad de la clase política, y como única solución al problema secesionista creado por los nacionalismos de partido. La disyuntiva Monarquía Parlamentaria o República Constitucional equivale hoy a la disyuntiva Partición o Unidad de España, es decir, Partitocracia o Democracia. La idea de partir la nación sale de la ambición de repartir el poder territorial entre Partidos estatales. Es paradójico que el Estado monárquico subvencione a los partidos que lo diezman.
Carecería de sentido sustituir esta Monarquía de Partidos por su hermana gemela, la República de Partidos. ¿Para qué cambiar al Rey por el Presidente de una República Parlamentaria con menos poder que el Vicepresidente de los Estados Unidos?
En este País de las Maravillas para Partidos, como en el de Alicia, se desconoce por completo no solo el valor sino la existencia de lo auténtico. El lenguaje de la eufemia, al ser universal, designa las cosas sociales y políticas con palabras y frases edulcoradas que llegan a constituir un mundo ficticio en suplantación del mundo real. El triunfo del eufemismo lo garantiza el consenso de partidos y medios de comunicación. Cualquier afirmación contraria al consenso se considera delito social. No se extrañen, pues, de que mi discurso sea un delito continuado.
En esta Monarquía de Partidos estatales, España ha dejado de ser comunidad política. Como idea espiritual, agoniza. Su historia se reduce a geografía. Su materia económica y social, aumenta. Su cultura se consume como mercancía. España pierde su identidad.
La contradicción entre el ser y el querer de los españoles en tránsito, en esta Transición sin destino, crea un conflicto irreconciliable entre el hecho de ser España un Todo y la voluntad política de tratarla como Parte. Un tipo ontológico de conflicto entre la existencia y la esencia de la Nación española.
Si la nación fuera un “Proyecto”, como creyeron Ortega y Jose Antonio, y hoy creen todos los partidos, España dejaría de ser pronto una realidad política. El partido españolista carece de argumento contra los partidos que están realizando, en sus sitios natales, un proyecto sugestivo de vida en común semejante al español. Ningún partido podrá negar que su concepto de nación coincida con el proyecto de vida en común de dos enamorados, y que éste es el más sugestivo de todos. Pero si, como creo, la nación es un hecho objetivo que nos viene dado con independencia de la voluntad, entonces la realidad existencial de España hará sucumbir a un Estado monárquico que está dejando de ser esencialmente nacional.
Poblaciones sin fronteras naturales, étnicas, religiosas o jurídicas, están siendo definidas como naciones con fronteras psicológicas o sentimentales, trazadas por la expansión de apetitos de poder en pequeños partidos nacionalistas, subvencionados por la Transición de la Dictadura de un partido a la Monarquía de varios.
La Monarquía de Partidos parcela la realidad nacional de España. Parangonando a Luis XIV, el Rey Juan Carlos ya puede proclamar que “la Nación no forma cuerpo en España”. Pero no porque “resida toda entera en la persona del rey”, como dijo su pariente, sino porque ahora se encarna en tropeles de agentes nacionalistas en busca de su propio Estado. A diferencia de aquel rey absoluto, a este rey relativo no le cabe ya en la cabeza la nación española. La frivolidad de su Corona tanto sirve para instrumentar un golpe nacionalista de Estado Total, como estatutos nacionalistas de Estado Parcial. Totalitarismo o parcialitarismo de Estado derivan de una misma concepción fascista de la nación. La orteguiana del proyecto sugestivo de vida en común.
Si en este solapado período constituyente, el poder monárquico de constituir no está en la nación entera, sino en partes que pueden convertir regiones en Estados, la defensa del cuerpo de España la deja la monarquía en manos de una República que pueda ser reconstituyente de la Nación y constituyente del Estado. ¿Pero qué República puede lograr esta hazaña política? La República no se define por lo que ella es. Siempre la ha identificado lo que ella no es, la Monarquía. En la Revolución francesa, la República expresó nuevos sentimientos populares de patriotismo y civismo, pero no se definió como modo político de organizar el poder del Estado. La Dictadura jacobina, el Directorio, el Consulado y el Imperio fueron formas igualmente republicanas. La indefinición política de la República permitió a Stalin y Hitler ser tan republicanos como Jefferson o Lincoln. El fraude político trepa por las repúblicas cuando éstas se limitan a ser meras negaciones de las monarquías, o a expresar formas paganas del Estado que no se identifican con la libertad de la democracia.
Frente a lo concreto y personalizado de las monarquías, las repúblicas simbolizan la abstracción de poderes anónimos. Por eso no vienen de algo conocido que las preceda. Llegan por advenimiento. Nos sorprende que ningún movimiento republicano haya conquistado el Estado. Lo ocupa si los reyes lo dejan vacío. No es una metáfora que los pueblos se acuesten monárquicos y se despierten republicanos. Las revoluciones en Norteamérica y Rusia no realizaron un previo ideal republicano, sino la independencia frente a la monarquía inglesa o la alternativa socialista al capitalismo. La República era un instrumento. No un fin. Incluso en la Revolución Francesa, antes del 10 de Agosto del 92, solo era un fantasma faccioso que asustaba a Robespierre y Saint Just.
Como la princesa durmiente en el bosque, la República yace dormida en la sociedad, hasta que la despierta el beso principesco del Estado. No es una larva social que se transforme, por su propia madurez, en mariposa política. La anuncia una negación y nada la prepara. Anida en los corazones y no penetra en las mentes. No despierta como fauno procreador, sino como doncella predispuesta a ser violada por todos los sátiros del situacionismo o del oportunismo. Antes de dar forma al Estado, siempre ha sido una idea virginal. Un sueño.
Sin haberse construido como alternativa a la monarquía, la República adviene de repente como solución a la crisis monárquica. Y cuando se hace real como forma del Estado, no está realizada en el espíritu ni en el cuerpo social. Llega sin republicanos. Esta virtualidad, “per se”, de la República, explica sus repetidos fracasos y sus continuos renacimientos. La incapacidad de la idea republicana para ser alternativa de poder institucional, atrasa su porvenir como forma democrática del Estado. La Monarquía dura como lo malo conocido frente a la República por conocer. Hagamos al menos que la República se conozca de antemano.
La historia de la República en España se asocia a la historia de dos fracasos. El del federalismo de la I República, que nacionalismos periféricos quieren ahora repetir, y el del parlamentarismo, que nostálgicos de la II República desean restaurar. El Pacto de San Sebastián no definió su esencia ni el modo de darle existencia. La República llegó de modo imprevisto y se instaló en un Estado de precariedad. Derrotada en la guerra civil, que no supo evitar, se refugió en la dignidad del sentimiento republicano, hasta que los partidos que antaño la defendieron se aliaron con los epígonos de la Dictadura, para legitimar el fraude político de esta Monarquía de los Partidos, coronada por un Rey nombrado por Franco.
Sin conocer las causas de sus fracasos, sin saber la naturaleza de las instituciones políticas que, a la tercera vez, los vencerían, toda propuesta republicana se traduce en un encanto sentimental para dormir apocadas almas de servidumbre o en un aventurerismo irresponsable para avivar voluntades con activismos personales sin acción colectiva. La República Federal es un contrasentido cuando no hay Estados que federar. Y la Parlamentaria no cambiaría la política de la Monarquía de Partidos. ¿Sería diferente una República de Partidos? No hay que crear otros partidos. Solo que la República los saque del Estado y los ponga en su sitio, o como diría Aristóteles, en su lugar propio, es decir, en el seno de la sociedad política. Por primera vez en la historia europea, la República Constitucional se presenta como alternativa a la Monarquía Parlamentaria y a la Partitocracia. Esta nueva idea republicana es tan atractiva para el supremo interés de la libertad política y de la unidad nacional, que ella misma se basta para proponerse como único método pacífico de alcanzar la democracia formal, que evitaría la corrupción y mediocridad de la clase política, y como única solución al problema secesionista creado por los nacionalismos de partido. La disyuntiva Monarquía Parlamentaria o República Constitucional equivale hoy a la disyuntiva Partición o Unidad de España, es decir, Partitocracia o Democracia. La idea de partir la nación sale de la ambición de repartir el poder territorial entre Partidos estatales. Es paradójico que el Estado monárquico subvencione a los partidos que lo diezman.
Carecería de sentido sustituir esta Monarquía de Partidos por su hermana gemela, la República de Partidos. ¿Para qué cambiar al Rey por el Presidente de una República Parlamentaria con menos poder que el Vicepresidente de los Estados Unidos?
42loureiro, día 6 de Abril de 2006 a las 12:58
Lo de un "Foro Besteiro" que agrupara a los socialistas decentes me parece una buena idea. ¿Ninguno de ellos va a acogerla? ¿Hay alguna cosa parecida que ya funcione por ahí? Yo me apuntaría.
43Republicano, día 6 de Abril de 2006 a las 12:59
sigue...:
"La Monarquía española cumple la misma función oligárquica que todas las Repúblicas parlamentarias. Tan corrompidas como ella, porque no son representativas de la sociedad civil, a causa del sistema electoral, ni sistemas políticos adecuados a la necesidad de un sólido poder ejecutivo en una civilización globalizada por la economía y la técnica.
El obstáculo que se opone a la República Constitucional no está en el ejército, la Iglesia o la burguesía empresarial. Sus enemigos son, como al final de la Dictadura, los medios de comunicación y los grupos políticos sindicados en el poder del Estado. Pero el principal adversario de la III República no es hoy el partido heredero del franquismo, sino el PSOE. Una sigla oportunista que, por su propia idiosincrasia, traicionará la Monarquía, cuando la vea en trance de perecer, para encabezar la República y corromperla. Su esnobismo de nuevo rico se codea y pavonea con la riqueza apátrida, como los lacayos domésticos con los grandes aristócratas del XVIII.
La plutocracia encuentra en las oligocracias políticas el instrumento para la continuidad de su señorío del mundo, mediante guerras, explotación suicida de los recursos, aranceles, armamento, artefactos informáticos, modas extravagantes y pasiones de mirar, oír o leer las costumbres de los famosos o las aberraciones de los instintos. Que vienen a ser casi lo mismo. La política ha devenido otro espectáculo que añadir a los que entretienen el ocio de sociedades políticas pasivas. El pensamiento débil y “prêt a porter” de los intelectuales modernistas ha creado la levedad de la cultura actual, la banalidad de la política y el crecimiento amorfo de las masas urbanas.
En este ambiente social de incultura política y de atonía moral, me sorprendió que un nuevo Club Republicano me invitara a presidir la conmemoración del LXXV aniversario de la II República, bajo un lema, la República Constitucional, a cuyo concepto y teoría he dedicado gran parte de mi vida intelectual.
Si hace 12 años tuve el honor de romper el tabú de la República con la presentación de mi Discurso contra todos los nacionalismos, de signo centralista, federal o secesionista, porque nadie tiene legitimidad para usar la nación como bandera partidista, hoy me enorgullece concretar aquella promesa de verdad y libertad política, proponiendo la acción constructiva de la III República a todos los demócratas que nunca creyeron en la Transición, o que se han desengañado de las ilusiones puestas en el neofranquismo de Partidos republicanos integrados y subvencionados en el Estado monárquico.
No repetiré aquí mi teoría pura de la democracia, que no es la creencia angelical en la democracia pura, sino un sistema institucional donde la libertad política se garantiza, y la corrupción se evita, con la separación de poderes en el Estado. Su síntesis está expresada con fidelidad en el manifiesto del Club Republicano que nos ha convocado, para proponer a todos los demócratas españoles, en este momento de incertidumbre política, la instauración pacífica de una República Constitucional para defensa de la unidad nacional de España y para conquistar de una vez la libertad política.
La oportunidad del momento es evidente. No hay Partido ni medio informativo que no pregone la necesidad de una reforma constitucional. La Constitución ya no es un texto intocable, ni sirve para satisfacer las ambiciones de los propios partidos que la fraguaron. Cada Partido busca su tajada. Desde la ridícula reforma sobre el sexo de la Corona, hasta el tratamiento de Cataluña y País Vasco como naciones estatales, pasando por la eliminación del ejército en tanto que garante de las instituciones políticas.
Pues bien, frente al artificial consenso de que todo es negociable en un teatro de paz, levanto la voz republicana para afirmar, con la certidumbre de las verdades naturales, que ni la unidad nacional de España ni la democracia, por la propia naturaleza histórica o formal de sus respectivas realidades, son susceptibles de negociación. La Nación no puede acordar dejar de serlo. Y democracia, sin adjetivos, solo hay una. O existen elecciones para designar, de modo directo y separado, a los representantes de los ciudadanos y al Presidente de la República, o no existe democracia. Es escandaloso que en Europa el Partido que gobierna, es decir, el que ejecuta las leyes, también las haga en los Parlamentos. La sola existencia de un banco azul produce la subordinación del poder legislativo a los agentes económicos y mediáticos que inspiran la iniciativa legislativa del poder ejecutivo, sea cual sea el partido gobernante. Por eso son todos iguales. Y los Altos Tribunales de la Justicia dejarían de estar corrompidos hasta la médula, salvo excepciones individuales, tan pronto como los partidos no tuvieran el poder de nombrar, por cuotas, a sus Magistrados.
Las Autonomías han disparado el gasto público mucho más allá de lo que demandaba la descentralización de la Administración y la desconcentración del poder estatal. Ahora, se hace necesaria una cesión de gran parte de las competencias y presupuestos autonómicos a favor de los grandes municipios regionales. Llamados a ser, por ello, los grandes beneficiarios de la República y nuestros aliados virtuales.
Por no ser una idea marxista, la República Constitucional en España no sería mal vista por los intereses económicos o ideológicos de Estados Unidos. Y frente a la necesaria federación de los Estados Europeos, el factor republicano español sería un poderoso acicate para su realización. La mal llamada Constitución de la Unión Europea ha fracasado por el temor de los Gobiernos a integrarse en un Poder federal más fuerte, y más patriótico en el sentimiento europeo, que ellos. Una República Constitucional en España tendría un rol protagonista en el proyecto de unidad europea.
Pero donde principalmente se hace necesaria es en el terreno pre-político de la unidad de España como Nación. Ni el ejército ni un partido españolista pueden garantizarla sin atentar a la libertad política, y sin provocar el sentimiento anti-español que alimenta las ambiciones federales o secesionistas de los partidos nacionalistas. Toda persona conocedora de la función social de las instituciones políticas sabe cual es la solución a este grave problema. Pero ni un solo partido tiene la generosidad de proponerla. Pues esa solución es incompatible con el mantenimiento de la Partitocracia.
Se trata de una solución institucional que no necesita reprimir las aspiraciones autonómicas, ni restringir la libertad de asociación en partidos independentistas. Una solución que, sin terrorismo de Estado ni propaganda españolista, dejará transcurrir por cauces pacíficos la libertad de asociación política y de expresión cultural de los sentimientos particularistas, incluso separatistas. Una solución que, sin fórmulas federales, equilibra la tendencia disgregadora de los poderes Autonómicos con la tendencia integradora del poder ejecutivo del Estado. Se trata de corregir el error doctrinario de la Revolución francesa, cuando otorgó a la Convención la facultad de nombrar el poder ejecutivo de la primera República. Se trata de sustituir a Locke por Montesquieu. Rousseau no es hoy el problema. Pero lo sigue siendo el artificio retórico creado por el abate Sieyès. Me refiero, como ya habrán adivinado, a la solución que encontraron los fundadores de Estados Unidos, cuando fracasó su primera Constitución Parlamentaria. A partir de Tocqueville, se sabe que el éxito de la nueva Constitución no se debió a la fórmula federal, casi idéntica a la confederal fracasada, sino a la nueva institución de un Presidente de la República elegido por sufragio universal de los ciudadanos de todos los Estados federados. El patriotismo de la nueva nación no nació en su guerra de Independencia. Lo prueba el hecho de que fuera un inglés, recién llegado, Tom Paine, quien tuvo que definir el patriotismo americano. La idea y el sentimiento de la unidad de la patria en EEUU, contra el fuerte patriotismo en cada Estado federado, nació y creció con el Presidencialismo.
Un Presidente de la República Española, elegido por sufragio directo de todos los españoles, o sea, de catalanes, vascos, gallegos, canarios, andaluces, castellanos y demás comunidades autónomas, produciría en España los mismo efectos integradores y patrióticos que en Estado Unidos. Además de asegurar institucionalmente la democracia formal y de evitar la corrupción de la clase política, mediante la separación de poderes, la institución presidencial daría lugar, en muy poco tiempo, a la preponderancia del sentimiento unitario español, sobre los sentimientos locales. Y el terrorismo separatista se desvanecería en el vacío, al quedar privado de su base sentimental.
5fc
"La Monarquía española cumple la misma función oligárquica que todas las Repúblicas parlamentarias. Tan corrompidas como ella, porque no son representativas de la sociedad civil, a causa del sistema electoral, ni sistemas políticos adecuados a la necesidad de un sólido poder ejecutivo en una civilización globalizada por la economía y la técnica.
El obstáculo que se opone a la República Constitucional no está en el ejército, la Iglesia o la burguesía empresarial. Sus enemigos son, como al final de la Dictadura, los medios de comunicación y los grupos políticos sindicados en el poder del Estado. Pero el principal adversario de la III República no es hoy el partido heredero del franquismo, sino el PSOE. Una sigla oportunista que, por su propia idiosincrasia, traicionará la Monarquía, cuando la vea en trance de perecer, para encabezar la República y corromperla. Su esnobismo de nuevo rico se codea y pavonea con la riqueza apátrida, como los lacayos domésticos con los grandes aristócratas del XVIII.
La plutocracia encuentra en las oligocracias políticas el instrumento para la continuidad de su señorío del mundo, mediante guerras, explotación suicida de los recursos, aranceles, armamento, artefactos informáticos, modas extravagantes y pasiones de mirar, oír o leer las costumbres de los famosos o las aberraciones de los instintos. Que vienen a ser casi lo mismo. La política ha devenido otro espectáculo que añadir a los que entretienen el ocio de sociedades políticas pasivas. El pensamiento débil y “prêt a porter” de los intelectuales modernistas ha creado la levedad de la cultura actual, la banalidad de la política y el crecimiento amorfo de las masas urbanas.
En este ambiente social de incultura política y de atonía moral, me sorprendió que un nuevo Club Republicano me invitara a presidir la conmemoración del LXXV aniversario de la II República, bajo un lema, la República Constitucional, a cuyo concepto y teoría he dedicado gran parte de mi vida intelectual.
Si hace 12 años tuve el honor de romper el tabú de la República con la presentación de mi Discurso contra todos los nacionalismos, de signo centralista, federal o secesionista, porque nadie tiene legitimidad para usar la nación como bandera partidista, hoy me enorgullece concretar aquella promesa de verdad y libertad política, proponiendo la acción constructiva de la III República a todos los demócratas que nunca creyeron en la Transición, o que se han desengañado de las ilusiones puestas en el neofranquismo de Partidos republicanos integrados y subvencionados en el Estado monárquico.
No repetiré aquí mi teoría pura de la democracia, que no es la creencia angelical en la democracia pura, sino un sistema institucional donde la libertad política se garantiza, y la corrupción se evita, con la separación de poderes en el Estado. Su síntesis está expresada con fidelidad en el manifiesto del Club Republicano que nos ha convocado, para proponer a todos los demócratas españoles, en este momento de incertidumbre política, la instauración pacífica de una República Constitucional para defensa de la unidad nacional de España y para conquistar de una vez la libertad política.
La oportunidad del momento es evidente. No hay Partido ni medio informativo que no pregone la necesidad de una reforma constitucional. La Constitución ya no es un texto intocable, ni sirve para satisfacer las ambiciones de los propios partidos que la fraguaron. Cada Partido busca su tajada. Desde la ridícula reforma sobre el sexo de la Corona, hasta el tratamiento de Cataluña y País Vasco como naciones estatales, pasando por la eliminación del ejército en tanto que garante de las instituciones políticas.
Pues bien, frente al artificial consenso de que todo es negociable en un teatro de paz, levanto la voz republicana para afirmar, con la certidumbre de las verdades naturales, que ni la unidad nacional de España ni la democracia, por la propia naturaleza histórica o formal de sus respectivas realidades, son susceptibles de negociación. La Nación no puede acordar dejar de serlo. Y democracia, sin adjetivos, solo hay una. O existen elecciones para designar, de modo directo y separado, a los representantes de los ciudadanos y al Presidente de la República, o no existe democracia. Es escandaloso que en Europa el Partido que gobierna, es decir, el que ejecuta las leyes, también las haga en los Parlamentos. La sola existencia de un banco azul produce la subordinación del poder legislativo a los agentes económicos y mediáticos que inspiran la iniciativa legislativa del poder ejecutivo, sea cual sea el partido gobernante. Por eso son todos iguales. Y los Altos Tribunales de la Justicia dejarían de estar corrompidos hasta la médula, salvo excepciones individuales, tan pronto como los partidos no tuvieran el poder de nombrar, por cuotas, a sus Magistrados.
Las Autonomías han disparado el gasto público mucho más allá de lo que demandaba la descentralización de la Administración y la desconcentración del poder estatal. Ahora, se hace necesaria una cesión de gran parte de las competencias y presupuestos autonómicos a favor de los grandes municipios regionales. Llamados a ser, por ello, los grandes beneficiarios de la República y nuestros aliados virtuales.
Por no ser una idea marxista, la República Constitucional en España no sería mal vista por los intereses económicos o ideológicos de Estados Unidos. Y frente a la necesaria federación de los Estados Europeos, el factor republicano español sería un poderoso acicate para su realización. La mal llamada Constitución de la Unión Europea ha fracasado por el temor de los Gobiernos a integrarse en un Poder federal más fuerte, y más patriótico en el sentimiento europeo, que ellos. Una República Constitucional en España tendría un rol protagonista en el proyecto de unidad europea.
Pero donde principalmente se hace necesaria es en el terreno pre-político de la unidad de España como Nación. Ni el ejército ni un partido españolista pueden garantizarla sin atentar a la libertad política, y sin provocar el sentimiento anti-español que alimenta las ambiciones federales o secesionistas de los partidos nacionalistas. Toda persona conocedora de la función social de las instituciones políticas sabe cual es la solución a este grave problema. Pero ni un solo partido tiene la generosidad de proponerla. Pues esa solución es incompatible con el mantenimiento de la Partitocracia.
Se trata de una solución institucional que no necesita reprimir las aspiraciones autonómicas, ni restringir la libertad de asociación en partidos independentistas. Una solución que, sin terrorismo de Estado ni propaganda españolista, dejará transcurrir por cauces pacíficos la libertad de asociación política y de expresión cultural de los sentimientos particularistas, incluso separatistas. Una solución que, sin fórmulas federales, equilibra la tendencia disgregadora de los poderes Autonómicos con la tendencia integradora del poder ejecutivo del Estado. Se trata de corregir el error doctrinario de la Revolución francesa, cuando otorgó a la Convención la facultad de nombrar el poder ejecutivo de la primera República. Se trata de sustituir a Locke por Montesquieu. Rousseau no es hoy el problema. Pero lo sigue siendo el artificio retórico creado por el abate Sieyès. Me refiero, como ya habrán adivinado, a la solución que encontraron los fundadores de Estados Unidos, cuando fracasó su primera Constitución Parlamentaria. A partir de Tocqueville, se sabe que el éxito de la nueva Constitución no se debió a la fórmula federal, casi idéntica a la confederal fracasada, sino a la nueva institución de un Presidente de la República elegido por sufragio universal de los ciudadanos de todos los Estados federados. El patriotismo de la nueva nación no nació en su guerra de Independencia. Lo prueba el hecho de que fuera un inglés, recién llegado, Tom Paine, quien tuvo que definir el patriotismo americano. La idea y el sentimiento de la unidad de la patria en EEUU, contra el fuerte patriotismo en cada Estado federado, nació y creció con el Presidencialismo.
Un Presidente de la República Española, elegido por sufragio directo de todos los españoles, o sea, de catalanes, vascos, gallegos, canarios, andaluces, castellanos y demás comunidades autónomas, produciría en España los mismo efectos integradores y patrióticos que en Estado Unidos. Además de asegurar institucionalmente la democracia formal y de evitar la corrupción de la clase política, mediante la separación de poderes, la institución presidencial daría lugar, en muy poco tiempo, a la preponderancia del sentimiento unitario español, sobre los sentimientos locales. Y el terrorismo separatista se desvanecería en el vacío, al quedar privado de su base sentimental.
5fc
44consultor, día 6 de Abril de 2006 a las 13:00
Las monarquías en Europa son todas ellas democracias. En cambio la mayor parte de las repúblicas delmundo son corruptas dictaduras. La que nos proponen el Zapo y su banda no es otra cosa.
45Republicano, día 6 de Abril de 2006 a las 13:01
Finalmente, y gracias por su atención:
"Se conoce la solución, sabemos cual es el modo de llegar a la democracia política y a la preponderancia de la unidad nacional, sin necesidad de reprimir los nacionalismos independentistas. Pero esta solución es incompatible con la Monarquía en un Estado de Partidos. Mientras haya monarquismo, parlamentarismo y partidos estatales, habrá oligarquía, corrupción y separatismo. La única solución está en la instauración de una República Constitucional. Prefiguremos la democracia de una República presidencialista, divulgando su función unitaria del sentimiento español y su trascendencia garantista de la libertad política. He de llamar la atención sobre la decisiva importancia que tendrá en la configuración de la República Constitucional, una cuestión de moralidad social previa a la política. Me refiero a la necesidad de regeneración de la lealtad en las relaciones civiles de los españoles. Una lealtad que la Dictadura desarraigó de la sociedad para edificar un primer Estado de vengadores y conversos. Una lealtad en las relaciones personales que la Transición sacrificó al superior valor de la traición en un colectivo de traidores. El fracaso de la Transición, convoca hoy a los leales.
La deslealtad ha sido el motor y el paradigma de la Transición. Paradigmáticas y contagiosas han sido las traiciones del Rey a su padre, a los principios del Movimiento y a sus amigos promotores del 23 F. La de Suárez a la Falange. La de Fraga y tantos otros franquistas a sus juramentos de represores. La de Felipe González a los postulados socialdemócratas que le llevaron al Gobierno. La de Santiago Carrillo a los ideales que le dieron personalidad política. La de los nuevos cargos públicos a sus discretas esposas y antiguos amigos. La de los intelectuales y artistas a sus credos o vocaciones. Y lo peor de todas estas deslealtades no es la crueldad de la ruptura con el mundo de los afectos anteriores. Lo peor es que tan brutal incoherencia moral haya sido enseñada, en los medios informativos y en las universidades, como la principal virtud política de la Transición. La clave del milagro español.
Un verdadero republicano ha de permanecer fiel a la República hasta el final de sus días, cualquiera que sea la ventaja que le ofrezca el consenso monárquico de la deslealtad. Los promotores de la República Constitucional han de ser intransigentes respecto de los principios éticos y políticos que la fundamentan. Solo así podrán superar la oleada de oportunismo que tratará de ahogarlos cuando la Monarquía nos enseñe sus cuartos traseros. Por mi dilatada e intensa experiencia me permitiréis daros este sencillo consejo. Participad en la acción republicana para tener la felicidad de mirar luego al pasado sin arrepentiros de haber sido tan fieles a la República, como a vuestros intereses familiares. Esa será, amigos, vuestra grandeza personal.
En la obra de arte, no es el tamaño sino la expresión estética lo que la hace grande. Igual ocurre con los actos creadores. La reducción de este foro se agranda con la grandeza de su expresión republicana. Pasados los sueños, ha llegado el momento de la acción para las almas nobles y fuertes. Pero solo el artista hace camino al andar. En la realización política solo se avanza si, y solo si, se anda encaminado. Mis iniciativas de acción contra la Dictadura obedecían a la estrategia de la ruptura democrática. Fracasada esta estrategia por la traición de los partidos, el consenso monárquico me desterró al exilio interior. Y gracias a este retraimiento, pude crear la teoría de la democracia formal y de la república constitucional, contra la cultura política dominante en Europa, todavía dependiente de aquel 17 de junio de 1789, que llamó Asamblea Nacional, y no Asamblea Popular como propuso Mirabeau, a la reunión de los tres órdenes, cuando la Nación aún no había sido alumbrada, ni descabezado el Rey que la encarnaba.
Con este armamento intelectual pude romper el tabú republicano en la presentación del Discurso de la República. Ahora vuelvo a la acción para promover, contra la Partitocracia y la Monarquía, la restauración nacional de España y la constitución de la democracia política, mediante la instauración de la República Constitucional.
No puedo terminar este acto de esperanza, sin comprometer mi palabra con un breve diagnóstico sobre el tema que ocupa la atención del mundo, salvo al parque de bomberos que daría alto al fuego en un supuesto incendio vasco. Como lo advirtió Maquiavelo, la clave del progreso no está en la Paz sino en la Libertad. El terrorismo no es esa guerra unilateral que inventan los adversarios de la paz. Los Bush, Blair y Aznar de las Azores. Un final del terror, negociado por los terroristas con el Gobierno, no anuncia el fin de un conflicto bélico inexistente, ni presagia una repetición de la opereta romántica del Estatuto nacional de Cataluña. Lo que se proyecta es una amputación orgánica de la libertad constituyente de todos los españoles.
La suma de dos debilidades, las que ETA y el Estado monárquico se atribuyen mutuamente, solo augura la precariedad de la negociación. Las víctimas del terror deben ser compadecidas y asistidas, pero no seguidas en sus indignadas intromisiones en la política. Decía Juvenal que “en defecto de genio, solo la indignación hace el verso”. Sin genio y sin indignación, la flaqueza española del gobierno no hará verso épico con las muletillas del hacha etarra. Veremos si lo hace elegíaco de la desgracia terrorista o de la muerte agónica del Estado español. En la vivencia de los fundadores del Club Republicano, en la historia cultural del Ateneo, en la biografía de todos los asistentes a este acto, incluso en la de los que discrepen de mis tesis, se integrará el orgullo de haber participado en la creación del punto de orientación y la senda política, por donde podrán discurrir las acciones dispersas del pluralismo ideológico, hasta converger en la instauración de la futura República Constitucional. Aquí solo hemos diseñado su cauce.
Declaro, para terminar, mi eterna gratitud a los vivos que participen en la realización práctica de la República Constitucional. Debemos responder, con inteligencia y carácter, a la crisis de esta Monarquía de Partidos. A la que denuncio como proyección fascista de Estado Parcial. Por mi parte, todos saben que siempre haré un poco más de lo que un hombre consecuente pueda hacer por la República que alborea. Un sistema integrador de la voluntad política nacional en la realidad histórica de España. Y única fórmula política que garantiza la libertad política.
* El texto es un resumen de la intervención de Antonio García-Trevijano en el acto celebrado en el Ateneo por los 'Clubs Republicanos' con ocasión del 75 Aniversario de la II República. "
ESTOY SEGURO QUE ALGUIEN HA ADIVINADO YA LA PERSONA AUTORA DEL TEXTO.
"Se conoce la solución, sabemos cual es el modo de llegar a la democracia política y a la preponderancia de la unidad nacional, sin necesidad de reprimir los nacionalismos independentistas. Pero esta solución es incompatible con la Monarquía en un Estado de Partidos. Mientras haya monarquismo, parlamentarismo y partidos estatales, habrá oligarquía, corrupción y separatismo. La única solución está en la instauración de una República Constitucional. Prefiguremos la democracia de una República presidencialista, divulgando su función unitaria del sentimiento español y su trascendencia garantista de la libertad política. He de llamar la atención sobre la decisiva importancia que tendrá en la configuración de la República Constitucional, una cuestión de moralidad social previa a la política. Me refiero a la necesidad de regeneración de la lealtad en las relaciones civiles de los españoles. Una lealtad que la Dictadura desarraigó de la sociedad para edificar un primer Estado de vengadores y conversos. Una lealtad en las relaciones personales que la Transición sacrificó al superior valor de la traición en un colectivo de traidores. El fracaso de la Transición, convoca hoy a los leales.
La deslealtad ha sido el motor y el paradigma de la Transición. Paradigmáticas y contagiosas han sido las traiciones del Rey a su padre, a los principios del Movimiento y a sus amigos promotores del 23 F. La de Suárez a la Falange. La de Fraga y tantos otros franquistas a sus juramentos de represores. La de Felipe González a los postulados socialdemócratas que le llevaron al Gobierno. La de Santiago Carrillo a los ideales que le dieron personalidad política. La de los nuevos cargos públicos a sus discretas esposas y antiguos amigos. La de los intelectuales y artistas a sus credos o vocaciones. Y lo peor de todas estas deslealtades no es la crueldad de la ruptura con el mundo de los afectos anteriores. Lo peor es que tan brutal incoherencia moral haya sido enseñada, en los medios informativos y en las universidades, como la principal virtud política de la Transición. La clave del milagro español.
Un verdadero republicano ha de permanecer fiel a la República hasta el final de sus días, cualquiera que sea la ventaja que le ofrezca el consenso monárquico de la deslealtad. Los promotores de la República Constitucional han de ser intransigentes respecto de los principios éticos y políticos que la fundamentan. Solo así podrán superar la oleada de oportunismo que tratará de ahogarlos cuando la Monarquía nos enseñe sus cuartos traseros. Por mi dilatada e intensa experiencia me permitiréis daros este sencillo consejo. Participad en la acción republicana para tener la felicidad de mirar luego al pasado sin arrepentiros de haber sido tan fieles a la República, como a vuestros intereses familiares. Esa será, amigos, vuestra grandeza personal.
En la obra de arte, no es el tamaño sino la expresión estética lo que la hace grande. Igual ocurre con los actos creadores. La reducción de este foro se agranda con la grandeza de su expresión republicana. Pasados los sueños, ha llegado el momento de la acción para las almas nobles y fuertes. Pero solo el artista hace camino al andar. En la realización política solo se avanza si, y solo si, se anda encaminado. Mis iniciativas de acción contra la Dictadura obedecían a la estrategia de la ruptura democrática. Fracasada esta estrategia por la traición de los partidos, el consenso monárquico me desterró al exilio interior. Y gracias a este retraimiento, pude crear la teoría de la democracia formal y de la república constitucional, contra la cultura política dominante en Europa, todavía dependiente de aquel 17 de junio de 1789, que llamó Asamblea Nacional, y no Asamblea Popular como propuso Mirabeau, a la reunión de los tres órdenes, cuando la Nación aún no había sido alumbrada, ni descabezado el Rey que la encarnaba.
Con este armamento intelectual pude romper el tabú republicano en la presentación del Discurso de la República. Ahora vuelvo a la acción para promover, contra la Partitocracia y la Monarquía, la restauración nacional de España y la constitución de la democracia política, mediante la instauración de la República Constitucional.
No puedo terminar este acto de esperanza, sin comprometer mi palabra con un breve diagnóstico sobre el tema que ocupa la atención del mundo, salvo al parque de bomberos que daría alto al fuego en un supuesto incendio vasco. Como lo advirtió Maquiavelo, la clave del progreso no está en la Paz sino en la Libertad. El terrorismo no es esa guerra unilateral que inventan los adversarios de la paz. Los Bush, Blair y Aznar de las Azores. Un final del terror, negociado por los terroristas con el Gobierno, no anuncia el fin de un conflicto bélico inexistente, ni presagia una repetición de la opereta romántica del Estatuto nacional de Cataluña. Lo que se proyecta es una amputación orgánica de la libertad constituyente de todos los españoles.
La suma de dos debilidades, las que ETA y el Estado monárquico se atribuyen mutuamente, solo augura la precariedad de la negociación. Las víctimas del terror deben ser compadecidas y asistidas, pero no seguidas en sus indignadas intromisiones en la política. Decía Juvenal que “en defecto de genio, solo la indignación hace el verso”. Sin genio y sin indignación, la flaqueza española del gobierno no hará verso épico con las muletillas del hacha etarra. Veremos si lo hace elegíaco de la desgracia terrorista o de la muerte agónica del Estado español. En la vivencia de los fundadores del Club Republicano, en la historia cultural del Ateneo, en la biografía de todos los asistentes a este acto, incluso en la de los que discrepen de mis tesis, se integrará el orgullo de haber participado en la creación del punto de orientación y la senda política, por donde podrán discurrir las acciones dispersas del pluralismo ideológico, hasta converger en la instauración de la futura República Constitucional. Aquí solo hemos diseñado su cauce.
Declaro, para terminar, mi eterna gratitud a los vivos que participen en la realización práctica de la República Constitucional. Debemos responder, con inteligencia y carácter, a la crisis de esta Monarquía de Partidos. A la que denuncio como proyección fascista de Estado Parcial. Por mi parte, todos saben que siempre haré un poco más de lo que un hombre consecuente pueda hacer por la República que alborea. Un sistema integrador de la voluntad política nacional en la realidad histórica de España. Y única fórmula política que garantiza la libertad política.
* El texto es un resumen de la intervención de Antonio García-Trevijano en el acto celebrado en el Ateneo por los 'Clubs Republicanos' con ocasión del 75 Aniversario de la II República. "
ESTOY SEGURO QUE ALGUIEN HA ADIVINADO YA LA PERSONA AUTORA DEL TEXTO.
46válgamedios, día 6 de Abril de 2006 a las 13:03
(41, 43) Ufff. Suena vagamente a las gansadas de García trevijano.
47DIANA, día 6 de Abril de 2006 a las 13:04
Esos manifiestos son larguísimos, da una pereza leer esa parrafada que dudo que sea útil. Yo mas bien quisiera volver a hacerme eco de una importantísima y positiva noticia (que viniendo de quien viene, me extraña que no haya aparecido ni en LD, ni en la cope, etc. etc. se trata de lo siguiente: "Desde el Vaticano, el Papa ha hablado en español del alto el fuego de ETA. En la audiencia general de los miércoles Benedicto XVI ha hecho un llamamiento para intensificar los esfuerzos, consolidar los horizontes de paz y superar los obstáculos que puedan presentarse.
El pontífice pidió la intercesión de un santo, San Francisco Javier en el 500 aniversario de su nacimiento. Ha pedido a los fieles que recen para la intercesión del santo en la consolidación de la paz que "parece abrirse en el País Vasco y en toda España y superar los obstáculos que puedan presentarse" a lo largo del proceso.
¡Quien lo hubiera dicho¡: el Papa cómplice de la ETA ¡ ¡Oh my god¡ ¡Deu meu senyor¡, ¡ Jó, así es que no se puede..., vosotros aquí intentando organizar un frente para salvar la patria y va este radikal de túnica blanca y flequilllito engominado a fastidiarlo todo con estas incendiarias declaraciones... Así es que no se puede organizar ná, ni picnic, ni manifiesto, ni ná de ná ¡ ¡¡ Porca miseria ¡¡
P.D.: Yo por mi parte me dedicaré a difundir "el manifiesto" de Benedicto XVI, que me parece mucho mas razonable que todo lo que leo por aquí. (Quien iba a decirlo, una progre como yo, al final me va a acabar gustando Ratzinger. Qué cosas tiene la vida¡¡
El pontífice pidió la intercesión de un santo, San Francisco Javier en el 500 aniversario de su nacimiento. Ha pedido a los fieles que recen para la intercesión del santo en la consolidación de la paz que "parece abrirse en el País Vasco y en toda España y superar los obstáculos que puedan presentarse" a lo largo del proceso.
¡Quien lo hubiera dicho¡: el Papa cómplice de la ETA ¡ ¡Oh my god¡ ¡Deu meu senyor¡, ¡ Jó, así es que no se puede..., vosotros aquí intentando organizar un frente para salvar la patria y va este radikal de túnica blanca y flequilllito engominado a fastidiarlo todo con estas incendiarias declaraciones... Así es que no se puede organizar ná, ni picnic, ni manifiesto, ni ná de ná ¡ ¡¡ Porca miseria ¡¡
P.D.: Yo por mi parte me dedicaré a difundir "el manifiesto" de Benedicto XVI, que me parece mucho mas razonable que todo lo que leo por aquí. (Quien iba a decirlo, una progre como yo, al final me va a acabar gustando Ratzinger. Qué cosas tiene la vida¡¡
48válgamedios, día 6 de Abril de 2006 a las 13:05
Vaya, acerté. García Trevijano, notable charlatán. Tuvo algo que ver con la Constitución de Guinea Ecuatorial o algo parecido.
49guronial, día 6 de Abril de 2006 a las 13:07
"Ciudadanos por la Constitución"
1.- Debe ser un partido político. Asociaciones hay ya por un tubo.
2.- Manifiesto: Hincapié en la defensa de la soberanía del pueblo español recogida en la Constitución.
España puede ser autonómica, centralizada o federal. Pero lo será según lo decida el pueblo español soberano.
3.- Defensa de la soberanía popular: reforma Ley electoral, consultas populares xa ciertos temas, etc.
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Hay quien piensa q el PP defiende esto.
Pero está completamente equivocado. Las listas electorales están cerradas a cal y canto porque el PP lo quiere así.
El PP ha humillado y dejado en la estacada a los castellanohablantes y personas no nacionalistas de Cataluña, traicionando la Constitución española. La UNESCO aconseja q la primera educación se haga en lengua materna. En Cataluña no se puede gracias al colaboracionismo del PP.
Lo de la Unidad española ya lo defienden otras asociaciones.
La Constitución soberana puede decidir q España deje de ser una. PERO SERÁ CUANDO NOSOTROS QUERAMOS, SI ES Q QUEREMOS.
Esta es mi idea de "Ciudadanos por la Constitución".
Como veis es totalmente distinto a "Ciudadnos por la Unidad de España". Y creo q es mucho mejor así.
Ayyyyy cuánto daría por q Losantos y Herrera impulsaran algo parecido.
50vamosallá, día 6 de Abril de 2006 a las 13:09
(42) Estoy seguro de que este blog lo leen socialistas que están preocupados por los rumbos de su ilegal gobierno. ¿Por qué no recogen la idea? Besteiro representa lo mejor de la historia del PSOE, representa el respeto a la ley, y de haberse impuesto, no habría tenido lugar la guerra civil. Fíjense en la trascendencia de la idea y de la reivindicación del personaje, precisamente ahora.
El Zapo se llama a sí mismo "rojo". Es decir, solidario de los mayores genocidas del siglo XX. Un socialista honrado no puede consentir estas cosas.
El Zapo se llama a sí mismo "rojo". Es decir, solidario de los mayores genocidas del siglo XX. Un socialista honrado no puede consentir estas cosas.
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