lunes, 15 de octubre de 2012

COMPANYS,¿ FUE MARTIR O VERDUGO?


Lluís Companys, “el pajarito”: ¿mártir o verdugo?


Autor: “Lo tocagaites del Bages”.

(Traducción: “blog mites i mentides del nacionalisme català”)

“El pajarito”. Éste es la apodo por el que se conoce a un personaje tenebroso y oscuro, que causó miles de asesinatos a causa a su cobardía y falta de coraje, y que tan sólo demostró un poco de valentía en el momento de su muerte. El personaje en cuestión no es otro que el actualmente venerado hasta el aburrimiento Lluís Companys i Jover, «El Pajarito» ( 1 ).

La biografía de Companys es extensa y compleja, y repasando su militancia política sorprende la falta de una línea ideológica clara, pasando de ser un abogado de anarquistas a ser miembro destacado del partido derechista de Melquíades Alvarez o abanderado de la izquierda más independentista. Actualmente la palabra que podría definir a este personaje sería la de «trepa», es decir, aquella persona que desprovista de ideología política lucha para conseguir llegar al máximo de sus ambiciones políticas sin ningún tipo de escrúpulo.

Lluís Companys i Jover nació en Tarrós (Lleida) el 1883, estudió derecho en Barcelona y de joven contactó con grupos lerrouxistas. Su falta de fe catalanista lo llevó a militar en el Partido Reformista de Melquíades Álvarez (político asturiano de extrema derecha que murió asesinado en la prisión Modelo de Madrid en 1936), su adscripción españolista y derechista duró unos años, de 1912 a 1915, lo suficiente para ver que no podía colmar sus desmesuradas ambiciones de poder y de gloria.

El 1917 pensó en crear su propio partido, el Partido Republicano Catalán, junto con Marcelino Domingo (futuro ministro español de Agricultura, Industria y Comercio y Francesc Layret (“el chico del azúcar”, asesinado el 1920 en Barcelona por miembros del Sindicato Libre), y lo llevó a defender grupos de pistoleros anarquistas acusados de asesinatos. Durante estas fechas los militantes anarcosindicalistas conocen a su defensor por el apodo de “Pajarito” (por lo bien que “piaba” defendiendo las tropelías de aquellas pandillas de desarraigados). Su radicalización y la vehemencia con la que defendía a los criminales le llevó a su detención en 1920, siendo encarcelado en Mahón (en la prisión de la Mola) por provocador y por alentar el uso de la violencia.

Liberado poco después fundó la «Unión de Rabassaires», a partir de una idea del pagès Francesc Riera (alcalde de Martorell), y tuvo una destacada actuación con ocasión de la Ley de Contratos que motivó la radicalización campesina y el enfrentamiento con las clases acomodadas y derechistas de la burguesía catalana (lo que en la actualidad representaría Convergència). La agitación del campo fue muy intensa y los conflictos entre “rabassaires” y jornaleros, por un lado, y propietarios, por otra, condujo a Cataluña a una incensante espiral de tensión.

Companys se radicaliza cada vez más, y cambia su talante anarquista por una ideología mezcla de independentismo y de anarquismo-marxismo, alimentada por su afán de protagonismo. El 1930 entró a formar parte del Comité Revolucionario de Cataluña yparticipó en la fundación de Esquerra Republicana de Cataluña. A partir de este momento sus ambiciones se ven colmadas, y empieza una carrera política en aumento (concejal del Ayuntamiento de Barcelona en 1931, gobernador civil de Barcelona, diputado al Parlamento español y al catalán en 1932 y ministro de la Marina de España en 1933). Pero la culminación de sus sueños llega el año 1934, con la muerte del Presidente Macià. Es entonces cuando Companys es nombrado presidente de la Generalitat Republicana, con la oposición de los miembros de la Lliga (encabezados por Francesc Cambó), y protagonizará uno de los episodios más negros y oscuros de la vida de Cataluña: el 6 de Octubre.

El 28 de junio murió Joan Selvas, Consejero de Gobernación, y fue inmediatamente sustituido por el radicalizado Josep Dencàs (miembro de Estat Català, grupo integrado dentro del Esquerra Republicana). El dos de octubre el gobierno Samper, dimite y Lerroux es el encargado de formar nuevo gobierno. Entraron a su gobierno tres miembros de la CEDA -la derecha española-, y las izquierdas, no pudiéndolo soportar, convocan huelga general. Se en este contexto que Companys (3) arrastrado por su mesianismo y por los consejos de sus hombres de confianza más nacionalistas (Dencàs, principalmente) decretó a las ocho horas y diez minutos del 6 de Octubre el Estado Catalán dentro de la República Española (4).

Companys pretendía iniciar una revolución izquierdista con la ayuda de los miembros más radicalizados del nacionalismo catalán (Dencàs y sus pelotones, Compte y los miembros del CADCI, etc), que junto con un levantamiento en toda España (la revolución sólo triunfa a Asturias) (5), terminara con el gobierno derechista de Lerroux (6). Grupos nacionalistas organizaron concentraciones paramilitares («Nosaltres sols», «Partido Nacionalista Catalán», «Jóvenes de Estado Catalán», etc) en la plaza Universitat de Barcelona, para conseguir el apoyo de la juventud a la insurrección.

Los hechos del 6 de Octubre terminaron el día siguiente, cuando Companys se rindió al General Batet (7).Cuatro disparos, un militar y un par de nacionalistas muertos en el local del CADCI (Jaume Compte y González Alba) es el resultado de aquella alocada aventura de Companys (. Los desesperados intentos que “El Pajarito” había hecho por radio para que los catalanes acudieran a apoyarlo, fracasaron. Se quedó sólo. Ni sus compañeros anarquistas acudieron a salvarlo. Fue detenido y condenado a treinta años de prisión. La aventura acabó cómicamente cuando Dencàs y otros miembros de Estat Català y ERC huyeron por el alcantarillado de la Generalitat en una aventura tragicómica que los llevó hasta Italia.

Pero el febrero de 1936 las izquierdas ganan las elecciones y Azaña formó el nuevo gobierno de la República y liberó a Companys, que vuelve a la Presidencia de la Generalitat. Los hechos se precipitaron en Cataluña, caen los primeros hombres de derechas asesinados (los hermanos Miquel y Josep Bahía el 28 de abril de 1936), se empiezan a quemar iglesias y las amenazas se vuelven realidad por todas partes y el levantamiento militar del 18 de julio hace despertar en Cataluña una revolución anarquista que ocasionó miles de muertos. El fracaso en Barcelona de la insurrección lleva a los miembros de las izquierdas a organizarse a través del “Comité de Defensa Confederal”, dirigido por Durruti y García Oliver. Los amigos de Companys exigieron al Presidente el reparto de armas y éste no sólo no se opuso sino que lo alentó (treinta mil fusiles, ametralladoras y cartuchos fueron repartidos entre las masas). El resultado fue la locura, la muerte y la destrucción (9). 


La aparición de comités de todo tipo, formados por miembros del Frente Popular (militantes de ERC, de la CNT y otros) los abocó a tomar el poder por la fuerza. El comisario de orden público, general Escofet, dimite de su cargo por que no se quiere hacer responsable del desorden y de las muertes. Companys reúne a sus consejeros y se alegra de la Revolución. Les ofrece el poder. El crimen y la anarquía son recompensados por el Presidente de la Generalitat, quien creó personamente el “Comité Central de Milicias Antifascistas”, auténtico poder durante aquellos años.

En enero de 1939 se exilió en Francia, pero fue detenido por la Gestapo, entregado a las autoridades españolas y sometido a un consejo de guerra. Fue fusilado el 15 d ‘octubre de 1940 en el Castillo de Montjuic. Parece ser que fue el único momento de gallardía de su vida, cuando ante el pelotón de fusilamiento pidió descalzarse para tocar con sus pies desnudos la tierra catalana, que tanto le había hecho sufrir.

El general Franco alagó a Companys al darle la oportunidad de redimirse con su ejecución. Es posible que si se le hubiera perdonado, en la actualidad Companys sólo sería un mal recuerdo para todos los catalanes.

Notas:

(1).- Se pueden leer anécdotas de estos hechos al libro de J. M. Fontana ‘Los catalanes en la guerra de España’, Ediciones Acervo.

(2).- Acerca de la participación de los catalanes en el gobierno de España desde el siglo XIX hasta la actualidad, se puede consultar el libro de Vidal y Folch ‘Los catalanes y el poder’, Ediciones El País-Aguilar.

(3).- Companys manisfestó a sus colaboradores: «Ahora ya no dirán que no soy catalanista». Se recoge esta frase a muchos libros, como por ejemplo en “Los catalanes en la Guerra de España”. Actualmente la historiografia nacionalista niega esta frase, pronunciada por un hombre que necesitaba fortalecer unas posiciones nacionalistas que hasta aquel momento eran dudosas.

(4).- «Catalans!, les forces monàrquiques i feixistes…». El texto íntegro de su discurso lo podéis encontrar en ‘Historia de Cataluña’ de Pierre Vilar. Volumen I.

(5).- El chiste «Vale más huevos a la asturiana que gallina a la catalana» hace referencia a la bravura de los anarquistas asturianos en comparación con el miedo y la deserción que caracterizó el comportamiento de los nacionalistas catalanes.

(6).- Las causas del levantamiento de Companys, a pesar de ser muy oscuras, podríamos enmarcarlas dentro de la polémica desatada a partir de la Ley de Contratos de Cultivo. Esto comportó un enfrentamiento entre Companys contra la Liga y el gobierno Central.

(7).- « …los desperfectos en los edificios fueron realizados mediante proyectiles que no podían explotar. Batet quiere evitar mártires y causar daños irreparables. A las seis de la mañana, Companys comunica a Batet que se quiere rendir». Pierre Vilar ,’De la revolución de septiembre a finales de la Guerra Civil’. Historia de Cataluña. Volumen VI.

(.- «… la tibieza patriótica y sobre todo la intriga eligieron a Lluís Companys, abogado de la CNT, no excesivamente fervoroso en Catalanismo…», «Companys ponía en marcha la Generalitat en una aventura revolucionaria que tenía que suscitar la antipatía de toda Europa contra Cataluña…», «Aquella noche trágica del 6 al 7 de Octubre de 1934, Esquerra trajo la causa de Cataluña al terreno de la violencia, único en que podía y debía perder, comprometiéndose en una revuelta de tipo comunista…». Carles Cardó, ‘Las dos Tradiciones’. Historia Espiritual de les Espanyes.

(9).- «Hay entre nosotros tres instituciones violentamente odiables, y de las cuales el pueblo, año tras año, se sentía amargado, es decir: el clericalismo, el militarismo y el latifundismo. El movimiento del cual sois testigos es la explosión de una cólera inmensa, de una inmensa necesidad de venganza. Esta cólera explica el carácter impetuoso de este movimiento». Declaraciones de Lluís Companys el 1936 a la revista francesa ‘Vu en Espagne’». «El problema del Catolicismo en Cataluña no se planteará, porque todas las iglesias han sido destruidas…», declaraciones al periódico ‘L’Ouvre’», recogido en el libro ‘Mártires del Penedès’, de Salvador Nonell.



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