MUJERES MILITARES LE HICIERON REGALOS PARA SU BEBÉ
La canción
La muerte no es el final es una canción cristiana compuesta por el sacerdote vasco Cesáreo Gabaráin Azurmendi, (1936-1991) tras haber perdido a Juan Pedro, un joven de 17 años que era organista en su parroquia.
Dicho sacerdote compuso centenares de canciones, algunas mundialmente conocidas como «Pescador de Hombres» (Tú has venido a la orilla...)
Posteriormente, las Fuerzas Armadas de España adoptaron esta música como himno que se entona en homenaje a los que han muerto realizando actividades militares en toda
Esta adopción tiene su origen en el año 1981, cuando el teniente general José María Sáenz de Tejada la escuchó en el transcurso de un funeral e imaginó en qué medida realzaría el traslado de la tradicional corona de laurel hasta la cruz en los ceremoniales militares de homenaje a los Caídos.
La perfilación de la versión definitiva de la música para destino castrense fue llevada a cabo por Tomás Asiaín.
Parte de la letra que cantan las fuerzas armadas
Cuando la pena nos alcanza
por el compañero perdido,
cuando el adiós dolorido
busca en la fe su esperanza.
En tu palabra confiamos
con la certeza de que Tú
ya lo has devuelto a la vida,
ya lo has llevado a la luz.
Ya lo has devuelto a la vida,
ya lo has llevado a la luz
Ministra Chacón - 10
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ministro bono - 0
NIEVE INSURRECTA
Fuente - ABC -- 28.01.05
La ola de frío que asuela España ha traído algunas curiosidades. Una de las más notables ha sido que la nevada caída en Talarn, donde se localiza la sede de
La imagen, remitida a la cadena Cope por un oyente que fotografió la reciente "aparición" de la frase, da buena cuenta de cómo esta "nieve insurrecta" ha cubierto los surcos que quedaron después de que se borrase el lema a instancias del Departamento que dirigía José Bono.
Cuando el año estaba doblando su última esquina, desde Talarn (Lérida) nos asustaban con el desafecto de una noticia antipática.
A
«A España servir hasta morir».
Al parecer, la leyenda trasminaba relinchos imperialistas y sablazos castellanizantes, por lo que al influjo de la fina sensibilidad nacionalista del tripartito se aconsejó borrar de la falda del monte tan insultante caligrafía, toda vez que España quieren algunos que, por aquella zona, termine en Molina de Aragón.
A nuestro más patriótico ministro de Defensa, el señor Bono, señor, sí señor, debió de pillarle la corrección caligráfica con la bandera en la mano.
No debe de ser fácil izar la gran bandera de España de
En Madrid somos más españoles que el toro de Osborne.
Pero en Cataluña los toros están casi prohibidos...
La naturaleza, políticamente incorrecta como sabemos, ha vuelto a escribir sobre la falda de la montaña lo que algunos hombres no pudieron evitar que otros hombres, en nombre de la nada, borraran con absoluto desprecio constitucional.
Debió de ser un borrón contra natura porque es la propia Naturaleza la que ha vuelto a dejar esa leyenda de Talarn visible, muy visible y a punto de nieve.
En Belmez aparecen caras parasicológicas.
En Talarn lo hace una leyenda borrada por la parasicología política...
No se confirma que Carod-Rovira se haya entrevistado con el hombre del tiempo al otro lado de los Pirineos.
Pero se rumoreaba con insistencia por Cataluña que iba a hacerlo para exigirle que las nevadas cayeran de Molina de Aragón para allá y que sobre Cataluña lloviera café.
Ya saben cómo se las gasta Carod cuando de repartir calamidades se trata.
Toma café y que truene por España.
Es posible que mañana mande a los mossos de esquadra a que ataquen el monte.
Demasiado tarde:
la montaña ha vuelto a hablar dejando claro que
«A España servir hasta morir».
El que “sirva”, claro.
Si no sirves no te queremos "pá ná".
Servir, de "valer para algo", aunque sea poco, tampoco vamos a pasarnos
¿Capicci?
Fuente: ABC
28.01.05
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