lunes, 20 de septiembre de 2010

CORBACHADAS

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LIBERTAD DIGITAL

El 12 de abril de 2008, Celestino Corbacho, natural de Valverde de Leganés (Badajoz) y criado en Hospitalet de Llobregat, es nombrado ministro de Trabajo. Desde entonces han transcurrido 2 años y 5 meses de crisis económica. En este período, España ha pasado de algo más de 2 millones de parados, a los 4,5 millones con los que cuenta actualmente.

En total, han sido 29 meses en los que Corbacho se ha convertido en uno de los ministros más discutidos. El paro es el problema fundamental para el Ejecutivo y eso que apenas un mes y medio antes de que Zapatero nombrara a Corbacho sustituto de Caldera, había prometido en un cara a cara electoral televisado con Rajoy que la próxima legislatura sería la del pleno empleo.

Durante estos años, Corbacho no ha frenado el crecimiento disparado del desempleo, más bien al contrario. Mientras el paro crecía y crecía, el titular de Trabajo hacía pronósticos descabellados, contradecía a otros miembros del Gobierno, se peleaba con el gobernador del Banco de España y tiraba piedras contra la Reforma Laboral que, sobre el papel, había redactado su propio Ministerio.

Sólo a modo de recordatorio, sirva esta recopilación de "perlas" de Celestino Corbacho:

El 24 de octubre de 2008, meses después de asumir la cartera de trabajo, Celestino Corbacho no dudó en afirmar que "la crisis financiera en dos meses debería estar finiquitada". Sólo un día después de estas declaraciones, se reafirmó en sus palabras y dijo que esto [la crisis] "se va a acabar pronto". Como es público y notorio, se equivocó.

El 8 de enero de 2009, el mercado laboral español ya sufría una intensa sangría de puestos de trabajo. Celestino Corbacho intentaba quitarle hierro al asunto y aseguraba que no llegaríamos "de ninguna manera a los 4 millones de parados". En estos momentos, con un 20% de paro, la duda real es si el número de parados en España alcanzará los 5 millones. En aquellas fechas, el paro sin maquillaje ya alcanzaba los 3,5 millones.

04 de febrero de 2009: Otra de las declaraciones más recordadas del extremeño se produjo cuando aseguró que el problema de la sangría de nuestro mercado laboral es la "excesiva flexibilidad" del empleo. No sólo se oponía a los consejos de todos los expertos (como el FMI hace sólo unos días), sino que su negativa a abaratar el despido se contradice con la reforma laboral que su Gobierno aprobó un año después.

El 30 de marzo de 2009 no desiste en su afición a hacer pronósticos. La crisis no se ha finiquitado, pero augura que en julio de ese año llegaría la recuperación y el empleo.

El 21 de abril de 2009, tras mantener una intensa "guerra fría" con el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO), a cuenta del sistema de pensiones, Celestino Corbacho estalló y le espetó que "deje de dar recetas" sobre el mercado laboral. En esencia, MAFO había urgido al Ejecutivo a plantear una reforma del sistema de pensiones ya que, debido a la crisis y a la sangría de empleos, peligraba el sistema. Ocho meses después, en diciembre de 2009, era Elena Salgado la que se mostraba dispuesta a aumentar la edad de jubilación para sostener las pensiones; eso sí, contra el criterio de Corbacho.

El 22 de febrero de 2010, Celestino Corbacho admite que la crisis ya había llegado a las familias. La solución que ofreció fue la de lavarse las manos ante el paro y pedir ayuda a las ONG.

09 de marzo de 2010: Ante las informaciones sobre una posible modificación del sistema de pensiones, Corbacho aconsejó a los trabajadores contratar un plan privado para "compensar la pérdida de ingresos que se produce al jubilarse". Eso sí, el ministro aseguró que el sistema público no tendría problemas.

13 de marzo de 2010: Cuatro días después de desatar la polémica, Corbacho admitió en una entrevista en La Vanguardia que él tenía un plan privado al que ingresaba "entre 250 y 300 euros al mes".

19 de junio de 2010: En mitad de la tensión desatada por el anuncio de una reforma laboral muy alejada de las pretensiones de los sindicatos, Corbacho dejaba otra de sus frases lapidarias: "La reforma laboral no es para crear empleo". Entonces, señor ministro de Trabajo, ¿para qué sirve?

Corbacho se despide: Hasta en su despedida Corbacho ha dado alguna frase memorable. Ya en febrero se especulaba con su posible destitución, con Zapatero decantándose por Sebastián y Blanco para pactar sus medidas anticrisis con la oposición. El propio Corbacho, quizás harto de estar siempre en las quinielas, se postulaba a sí mismo como futuro ex ministro a principios de verano. En plenas negociaciones sobre la reforma laboral, asunto que implicaba de lleno a su departamento, proclamaba que se iría "sin ningún problema" si se lo pedía Zapatero. Incluso llegó a firmar que tardaría sólo "un cuarto de hora" en hacer la maleta y marcharse a Hospitalet. Ahora puede comprobarlo.

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