viernes, 24 de septiembre de 2010

FALACIAS QUE USA LA IZQUIERDA QUE NO SE LAS CREE NADIE, PERO QUE HACEN MELLA

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aquiesto dijo el día 23 de Septiembre de 2010 a las 21:03:26:
Este gañán,quiere gobernar cueste a quien cueste y a costa de los españoles.Todos pagando y él y sus esbirros gastando gastando.
Gobierno podrido.
jorgegvr dijo el día 23 de Septiembre de 2010 a las 21:03:24:
"Funcas -la Fundación de las Cajas de Ahorro- ya ha alertado de que sería una medida completamente insuficiente y de que será necesario incrementar los tributos a todas las rentas".

¿Qué se puede esperar de una semiempresa de esas cajas dirigidas por políticos?. Que ladren lo que piden sus amos y no se atreven a decir.

Todavía estamos esperando a que toda esta gentuza entregue la tarjeta de crédito con cargo a la caja, el coche oficial con chófer y resto de gabelas que mantienen algunos todavía, tras haber quebrado la caja por falta de "cash".

No hay que inventar nuevos impuestos, cabrones. Lo que tenéis que hacer es dejar de malgastar como hacíais hasta ahora.
O eso, o que estalle la tormenta.
loboe dijo el día 23 de Septiembre de 2010 a las 20:27:49:
Aprovechando que el asunto está sobre el tapete, me gustaría sacar a colación una idea que me asalta periódicamente y que tiene relación con una de las verdades o dogmas del siglo, que aparentemente es indiscutida e indiscutible. Me refiero a algo tan simple como que los que más tengan paguen más.

Desde luego, no tengo empacho en admitir que a bote pronto, la idea es atractiva y que tiene el encanto de lo simple y evidente. Podríamos afirmar incluso que es la verdad de Perogrullo y que se trata en suma, de una de esas afirmaciones que podemos soltar en cualquier ámbito sin miedo a que nadie ose contradecirnos, con la ventaja adicional de que nuestra condición de progre socialmente responsable y solidario queda garantizada. Si guardando las pausas oportunas, añadimos a lo anterior que no nos gustan las pieles; que abogamos por el desarrollo sostenible; que preferimos la bicicleta al coche y que preferimos la música y la lectura a la televisión, tendremos garantizado de un currículum provisional de los más atractivo y aceptable.

Sin embargo, siempre me ha parecido que el primer axioma dista mucho de ser tal y que debería ser objeto de una profunda revisión por cualquier sociedad que pretendiera ser mínimamente justa, avanzada y responsable.

Por supuesto que hay casos y casos tanto en un extremo como en otro y en principio no me estoy refiriendo a los extremos de la escala. Es decir, ni al multimillonario porque es hijo de papá rico, ni al famélico que se ve arrojado a la indigencia por los avatares de la vida.

Creo que el asunto viene de la teoría comúnmente aceptada por la izquierda cavernaria de que todo el que tiene más que su vecino debe ser porque lo ha robado. O en la versión actualizada por la izquierda de hoy, que lo justifica con dos palabras que le son muy caras: "favorecidos" y "desfavorecidos". Según esta moderna versión, tanto unos como otros lo son simplemente por los designios del destino, de forma que -para eso están las políticas-, los primeros deben dar a los segundos sin más contemplaciones o considerandos.

Por supuesto, al esquelético entramado lógico o intelectual que soporta semejante teoría, no le importa lo más mínimo si yo, que soy un "favorecido de la fortuna", he perdido días y noches trabajando como un enano para guardar; si he prescindido de mil y un caprichos; de viajes a Cancún y a Punta Cana -donde hasta hace poco, había más Españoles que perros descalzos-; si conservo aún ese viejo coche ¿Pero todavía lo tienes? y si me cuidé muy mucho de dar la señal para un adosado en la inseguridad de que, en contra de lo que decía mi vecino, estaba perdiendo dinero; era un acojonado y estaba desperdiciando la oportunidad de dar un magnífico pelotazo antes de que me dieran las llaves.

Por supuesto, tampoco le preocupa lo contrario. Es decir, si a ese "desfavorecido" al que hoy hay que ayudar a mi costa, ha ido de trabajo en trabajo porque él no estaba para aguantar lo más mínimo ni para que lo explotaran; si se ha "metido" en un coche último modelo; si ya estado varias veces en sitios donde posiblemente yo no estaré nunca; se conoce todos los restaurantes y bares de copas de la ciudad y se metió no en uno, sino en dos adosados porque con las ganancias, el suyo le saldría gratis.

En fin, no quiero cansarles con mis cogitaciones y además, creo que tienen la idea: que niego la mayor. No creo que los que más tienen tengan que pagar más -al menos como regla general-, aunque de momento tenga que fastidiarme y pensar que es mentira la moraleja del poema de Samaniego de la hormiga y la cigarra, porque al final vinieron las izquierdas y en invierno le quitaron sus reservas a las hormigas para dárselo a las desfavorecidas cigarras. Claro que me consuela pensar que al siguiente invierno las cigarras también perecieron porque no quedaron más hormigas favorecidas a las que saquear.

P.D. Para tranquilidad de los que a la vista de lo anterior, estén pensado que tengo la vida asegurada y vivo de mis rentas, decirles que lamentablemente, están en un error.
hiphothe dijo el día 23 de Septiembre de 2010 a las 19:39:19:
¿Por qué no se diferencia claramente a los CONTRIBUYENTES VERDADEROS de los CONTRIBUYENTES FALSOS?

Contribuyente verdadero es el que aporta dinero a las arcas del Estado, fruto de su actividad o su trabajo pero que no lo obtiene de esas mismas arcas.

Esto no es lo que hacen los millones de políticos, empresas que trabajan con la administración ni funcionarios ya que estos no aportan nada, simplemente devuelven parte de lo que les dan de esas mismas arcas. Por este procedimiento y si no se apoya y se aumenta el número de contribuyentes verdaderos, acabaremos por dejar las arcas secas ya que no se puede aumentar la recaudación cuando unicamente se recibe una parte de lo que se saca.
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