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Los costes económicos de la independencia de Catalunya
Leyendo esta excelente crónica de Claudi Pérez de cómo se interpreta en Bruselas la crisis desatada en Catalunya, tras la manifestación de la Diada, este economista observador ha decidió analizarlo en clave económica. Los estudios que he podido leer sobre el análisis coste beneficio de una Catalunya independiente son de bastante poco nivel.
Hace años leí un análisis de costes beneficios que tras la separación de Checoslovaquia llegaba a la conclusión de que la renta por habitante de los catalanes sería mayor fuera que dentro de España. El informe embellecía los beneficios e infraestimaba los costes dando a entender que se concentraban en cambiar las etiquetas de los productos.
La literatura económica sobre estos temas empieza en Jacob Viner y su teoría se sigue utilizando aunque se han mejorado las técnicas de medición. La integración económica supone un desarme arancelario con los países con los que te unes, crea nuevo comercio y aumenta la renta por habitante. Pero, la nueva área impone aranceles al exterior que pueden acabar generando desviaciones de comercio de importaciones a producción doméstica. En estos procesos, los productos domésticos suelen incorporar menos tecnología o calidad que los anteriores y eso lleva a que la renta por habitante disminuya. Jagdish Bhagwati ha estudiado estos procesos en profundidad.
Una Catalunya independiente tendría que renegociar los tratados europeos y necesitaría el voto unánime de los países miembros, incluido España, para formar parte no sólo del Euro sino de la Unión Europea. Suponiendo que eso se consigue, habría un proceso de destrucción de comercio que reduciría la renta por habitante de los catalanes y del resto de los españoles. En este caso, la desviación de comercio reduciría ese efecto, pero el resultado sería una menor renta por habitante y mayor malestar de los ciudadanos.
Pero el mayor problema es financiero. El comunismo fue un sistema desastroso que acabó generando pobreza y malestar. Uno de sus principales problemas era la inexistencia de un sistema financiero que permitiese a los agentes endeudarse, especialmente con el exterior. En los procesos de separación post comunistas apenas había deuda pública y mucho menos deuda externa. Por lo tanto, comparar la independencia de Catalunya con esos países es un grave error conceptual que llevará decisiones erróneas de la sociedad catalana y especialmente de sus actuales gobernantes nacionalistas.
Conceptualmente, la deuda pública de una Catalunya independiente sería superior a la que ahora tiene el conjunto del Estado español. Tendría que asumir su parte correspondiente a la deuda del conjunto del Estado y la suya propia que es en términos de PIB que es un 50% superior a la media y el doble que la de Aragón con quien comparte territorio, legislación, etc. Por eso es increíble que se diga que fuera de España Catalunya tendría una prima de riesgo menor que dentro de España. Las ideas son libres pero los hechos son únicos. Los hechos es que Catalunya lleva fuera de los mercados casi tres años y ya no puede ni emitir bonos patrióticos.
Pero el principal problema sería la deuda privada y especialmente bancaria. Catalunya es una región del Euro y su principal problema, al igual que la del resto de las regiones españolas, es el sobrenedeudamiento. La burbuja llevó a los bancos y cajas catalanas a conceder muchos más créditos que depósitos y financiar estos con los mercados mayoristas. La mayoría de las cajas catalanas han quebrado pero incluso La Caixa y Sabadell quebrarían en un proceso de independencia. Igual que se calculan las balanzas fiscales, nadie ha calculado la deuda externa neta de Catalunya. Supongamos el caso de La Caixa. La entidad tendría que mantener su banco en España y abrir una nueva filial en Catalunya. Supongamos que ambas siguen en el Euro. La Caixa tendría deudores con hipotecas a 25 años en el resto de España. Pero los depósitos que financian esas hipotecas sufrirían una fuga masiva a otras entidades. La independencia catalana despertaría al dragón del nacionalismo español y sacaría lo peor de esta sociedad, incluidas las campañas de boicot. Lo contrario pasaría en Catalunya, gente sacando depósitos de entidades españolas a catalanas. El problema es que La Caixa tiene más depósitos fuera de Catalunya. ¿Quién sustituye a esos depósitos? Como dicen en Argentina cuando llega el caos pierdes el control. Este proceso sería ingobernable, incluso dentro del Euro y con apelación ilimitada al BCE.
Es evidente que se están infravalorando los costes de la independencia. También es evidente que la manifestación de la Diada representa un sentir de la sociedad catalana que debe tener respuesta. Algunos colegas economistas pensarán que se puede explicar a esos millones de personas este análisis económico para convencerlos. Cuando estallan este tipo de crisis es cuando entendemos por qué existen políticos y un sistema de partidos y si no los hubiera habría que inventarlos. Si esta crisis fuera resuelta por economistas sería la forma más segura de llegar a la independencia y al desastre.
El pacto fiscal sería la puntilla de muerte del estado español y el puente para una independencia futura. Una solución federal sería formalizar la elevada descentralización de gasto y de competencias existentes en nuestras autonomías, aunque el demonio siempre está en los detalles. La clave es una reforma fiscal que aumente la recaudación y de más recursos financieros a las comunidades autónomas. Pero a la vez hay que racionalizar el tamaño de la burocracia, eliminar las diputaciones, reducir significativamente el número de ayuntamientos, eliminar gastos superfluos que se crearon al hervor de la burbuja. Aquí convendría una autocrítica de la sociedad catalana.
Madrid también se ve perjudicado por el juego de las balanzas fiscales. La pregunta es ¿por qué tiene la mitad de deuda sobre PIB que Catalunya? Desde el inicio CIU diseñó una sanidad concertada mucho más cara que el resto. Con el tripartito el gasto crecía a tasas de dos dígitos muy por encima del resto del estado. Y lo primero que hizo CIU al volver al poder en 2010 con una economía al borde del bono basura y el default fue eliminar el impuesto de sucesiones, la medida fiscal más regresiva de las que se conocen.
Cómo dijo Platón, citando a Heráclito “nunca te bañarás en el mismo rio, la corriente se habrá encargado de cambiarlo” La crisis ha reducido estructuralmente la recaudación fiscal y eso ha precipitado la fricción. Cambiemos, negociamos, discutamos. Pero si el camino es la independencia y el nacionalismo, español o catalán, a este economista observador le tendrán en frente. Mi principal misión es dejar a mis hijos de 2 y 5 años un mundo mejor que el que yo me encontré. Y la independencia de Catalunya haría que mis hijos y los hijos de todos los españoles, incluidos los catalanes, vivan mucho peor que sus padres.
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