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La fecha del 23-F se asocia tradicionalmente al golpe de Estado de Tejero en 1981, pero en la misma fecha dos años más tarde ocurrió otro de los episodios más sonados de la historia española: el gobierno recién estrenado de Felipe González expropió Rumasa a José María Ruiz Mateos porque entendía que estaba en situación de quiebra técnica y si caía causaría un grave perjuicio a la economía nacional.
Hoy se cumplen 25 años de aquella decisión sin precedentes, en la que el Estado se hizo con el mayor hólding empresarial privado del país, del que formaban parte cerca de 800 empresas aunque sólo 250 estaban operativas.
La operación le supuso un coste neto al Estado de 4.056 millones de euros, pese a que un año después de la expropiación vendió prácticamente todas las empresas.
Pizarro, asesor de Boyer
Entre ellas se incluían Galerías Preciados, Hotasa, Loewe, Castellblanch, Banco Atlántico, Garvey, Federico Paternina, Segura Viudas y René Barbier, entre otras.
¿Y qué ha sido de ellas en los 25 años que han transcurrido desde aquel decreto-ley, firmado con la ayuda del hoy candidato del Partido Popular Manuel Pizarro y entonces asesor jurídico de Miguel Boyer?
La mayoría de ellas, cerca del 90%, han desaparecido pese a que en tonces fueron vendidas a inversores supuestamente solventes, pero otras muchas están integradas en grandes grupos nacionales e internacionales.
Incluso algunas de ellas, como Bodegas Garvey o Chocolates Trapa, han vuelto a propiedad de Ruiz Mateos, que en estos años, en los que ha pasado por trece cárceles diferentes, ha creado Nueva Rumasa.
Tras un largo periplo por varios grupos, Galerías Preciados acabó absorbida por su gran competidor: El Corte Inglés, que pagó 180,3 millones de euros en 1995 por los activos de la cadena de grandes almacenes.
Quienes más se beneficiaron de la operación fueron los hermanos venezolanos Cisneros, quienes pagaron al Estado español sólo 1,3 millones de euros en 1984 por la sociedad y tres años después la vendieron por 180 millones al británico Mountleigh.
De la veintena de entidades financieras que poseía Rumasa ya no queda ninguna independiente. La más significativa y cuya marca aún existe, Banco Atlántico, acabó en manos de Sabadell.
La empresa de artículos de lujo Loewe se la quedó en principio Urvois-Spinola, pero acabó integrada en uno de los grandes grupos mundiales del sector: Louis Vuitton. Loewe tiene en estos momentos 180 tiendas en el mundo.
Castellblanch, Segura Viudas y René Barbier, tres de las muchas bodegas que poseíaRuiz Mateos, son ahora propiedad de Freixenet. En el negocio hotelero, el empresario ha creado una nueva Hotasa, que posee numerosos establecimientos en destinos vacacionales.
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