11 - CUIDADO CON CORO CILLAN

EX CUÑADA DEL SOCIALISTA DIEGO LÓPEZ GARRIDO

La secretaria de Cillán se marcha a Turquía y deja el Juzgado inactivo

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MARTES, 15 DE MARZO DE 2011

11-M: Cuidado con Coro Cillán

Hace algún tiempo nos llamaba la atención en este blog un aspecto muy concreto de la investigación sobre el 11-M, como era el tratamiento que se había dado a una de las pruebas más principales de la misma, los restos encontrados en los focos de explosión de las bombas. El tema nos pareció en su momento muy grave, ya que estamos hablando de la destrucción de cientos de pruebas cuyo peso se cuenta, literalmente, por decenas de toneladas.

El apresurado desguace de los trenes e incineración de restos solo 48 horas después de la tragedia es, sin ningún género de dudas, la más negra de todas las turbiedades que rodean el 11-M: Ni el absurdo episodio del Skoda Fabia desestimado como prueba falsa, ni los perros adiestrados que no detectan explosivos en un vehículo que los contiene en abundancia, ni la imposible mochila aparecida de la nada, ni el presunto suicidio en Leganés de unos supuestos terroristas a cuyos cadáveres -vulnerando la LECrim- no se hace autopsia alguna.

La clave, como en los clásicos de la novela negra, está en el arma homicida. En el explosivo utilizado. Y muy concretamente en la operación de recogida, análisis y destrucción de restos que termina convirtiendo toneladas de pruebas analizables en, literalmente, veintitrés pequeños fragmentos previamente lavados con acetona a partir de los cuales no se logra realizar un análisis judicialmente concluyente (la certeza química sí existe) sobre el explosivo que estalla en los trenes. Y que no fue -hasta el extremo de que la Sentencia se ve obligada a pasar de puntillas sobre el tema- Goma2-ECO.

Digámoslo ya: Toda la investigación policial del 11-M -y con ella, toda la instrucción del sumario- se ha articulado en torno a la Goma2-ECO. Hasta el extremo de que cuando empiezan a aparecer los componentes clásicos del Titadyn, se tambalea el sumario entero, salvado por los pelos en base a la explicación -considerada imposible por cualquier experto- de la contaminación en laboratorio de muestras cerradas en bolsas de plástico. Aun así, la Sentencia nos habla de un explosivo tipo goma sin poder identificar la marca sustraído en todo o en parte de Mina Conchita. Lo que viene a decir que el 11-M explotó algo -no sabemos qué- y Mina Conchita tiene algo que ver.  

Y esta y no otra es la cuestión clave: Si el explosivo utilizado en los trenes no fue Goma2-ECO -y no lo fue- no salió de Mina Conchita. No la vendió ese Suárez-Trashorras condenado por el 11-M. No la robaron esos tres pobres marroquíes sin conocer la zona y en mitad de un temporal de nieve como no se había visto en años. El rocambolesco viaje Asturias-Madrid en un coche robado, con matrículas falsas, tres multas y un control de la Guardia Civil en el trayecto o bien no se produjo, o bien le falta el elemento fundamental del transporte de explosivos.    

Así las cosas, en el momento en el cual las acusaciones particulares se encuentran con una pericia química de resultados que evidencian la existencia en el explosivo de componentes ajenos a la Goma2-ECO y propios del Titadyn a los que se da una explicación ridícula basada en moléculas voladoras que no han obstaculizado pericia alguna en toda la larga historia de las investigaciones antiterroristas en España y que además amenazan con convertir judicialmente al 11-M en el primer atentado con bomba cuya composición se desconoce -como efectivamente así fue- los Letrados de las víctimas y sus peritos de parte hacen lo lógico: Pedir más muestras para analizar. 

Pero no las hay. No las hay porque contra toda Ley, lógica y costumbre, los trenes del 11-M se desguazan a los dos días de los atentados. Y no las hay porque los cientos de muestras que cabalmente debieron recoger -y ahora sabemos que recogieron- los TEDAX fueron incineradas al mismo tiempo en Valdemingómez. Y eso es una actuación tan irregular que, aparte de las conspiraciones que a uno puedan venirle o no a la cabeza, tiene que generarle consecuencias penales a unos mandos policiales que deben ser y son perfectamente identificables.

Y no hablamos aquí de los TEDAX que recogen las muestras -y ojo con ellos, porque su actuación ha sido manifiestamente extraña- sino de los mandos de la Unidad que se las quita de las manos a la voz de aquí mando yo. Ahí está el escándalo y es ahí donde Coro Cillán, desde su Juzgado de Plaza de Castilla, está permitiendo excavar a la representación letrada de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M. 

De lo actuado hasta ahora, dos cosas muy reseñables: En primer lugar, el cúmulo de irregularidades que están destapando los TÉDAX. En segundo lugar, que el principal imputado, el jefe de los TEDAX del 11-M Juan Jesús Sánchez-Manzano, ha pedido ser juzgado no por encubrimiento... sino por colaboración con banda armada. Sí, lo ha pedido él. Prefiere un sumario instruido y juzgado por la Audiencia Nacional que uno instruido en Plaza de Castilla y sentenciado en Julián Camarillo. 

Y creo que a estas alturas todos sabemos porqué. 

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