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El último baile del chalet de Pozo
El complejo hotelero y de restauración cierra por la crisis después de 32 años en los que ha ...
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Diario de León
álvaro caballero | león 13/03/2013
Cuando poco después del mediodía del viernes dejen sus habitaciones los 15 últimos clientes, el chalé de Pozo echara la llave a más de 32 años de historia. La historia de una empresa familiar que nació en 1980 para dar cabida a la creciente demanda de salones de banquetes que había en la ciudad y que, en abril del 2000, creció para diversificar su oferta con un hotel de 60 habitaciones. Un complejo que ahora cae arrastrado por las cifras de la crisis, como confirma Blanca del Pozo, una de las cuatro hijas de Cesáreo del Pozo y Aida Mateos. El adiós a un enclave emotivo de la ciudad que enmarca las fotografías de boda de «más de 4.200 parejas» y de «las celebraciones de primera comunión de 2.000 leoneses». «Algunos incluso las dos cosas, ya que muchas familias hicieron la comunión, se casaron, bautizaron a sus hijos e incluso han hecho otra vez la primera comunión», relata sentada a una mesa desde la que se ve el escenario en el que ha crecido.
El chalé nació del impulso de Cesáreo del Pozo, quien dejó el restaurante familiar de sus padres, Gabriel y Sofía, en la plaza de San Marcelo para que lo regentara su hermano y decidió levantar un salón de banquetes a la salida de León, en la carretera de Santander. Un primer edificio que luego tuvo dos ampliaciones más. Y un hotel ya en el 2000, en el que la familia invirtió «cerca de 4,5 millones, sin tener que financiar nada», apostilla Blanca del Pozo.
Un entramado que ahora deciden cerrar. «Hemos llegado a un punto en el que nos está empezando a costar dinero», admite la hija del fundador, quien subraya que no deben «dinero a nadie», a pesar de que «desde el 2008 los banquetes han bajado un 50%, tanto en número, como en comensales». «Tenemos una exigencia de calidad y antes de tener que poner menús a mitad de precio, preferimos quitarnos el sombrero y despedirnos», concede la portavoz de la empresa, quien se extiende en que el balance del hotel en el 2012 se ha cerrado con «una ocupación del 20%, frente al 60% que había en el 2000». «Por debajo del 40%, esto no es viable», apunta. Datos a los que se suma una «necesidad de inversión reformas en el edificio originario del restaurante» para el que «claramente no es el momento», añade.
El cierre arrastra a la lista del paro a los 12 trabajadores que hay en plantilla, donde se llegaron a contabilizar hasta 24 fijos en el año 2000, más los extras de fin de semana para los banquetes, que han salido de nómina en los últimos años para intentar frenar la caída de ingresos. Empleados entre los que hay gente que «lleva 32 años», como cita Blanca del Pozo, quien insiste en que «es una empresa que siempre ha funcionado como una gran familia». Una familia que ahora «pierde a un hijo», explica la portavoz de la empresa, mientras señala con la mano hacia el cartel de entrada bajo el que ha cruzado León en miles de celebraciones.
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