martes, 4 de enero de 2011

CASCOS: ASÍ ESTÁ EL GALLINERO ASTURIANO

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Pelayo Roces entrega ayer en el registro de la Junta su renuncia como diputado regional del PP. / nacho orejas

Pelayo Roces entrega ayer en el registro de la Junta su renuncia como diputado regional del PP. / nacho orejas
M. S. / P. GONZÁLEZ OVIEDO Pelayo Roces, diputado regional del PP y vicepresidente segundo de la Junta General del Principado, es el más significativo de los 40 militantes del PP asturiano (Oviedo 12, Gijón 11, Valdés 10, Villaviciosa 4, Grado 1, Llanes y Madrid 1) que ayer decidieron abandonar la disciplina de la formación política siguiendo los pasos del ex ministro Francisco Álvarez-Cascos, que el sábado anunció que dejaba el PP tras ser rechazado como candidato por Mariano Rajoy y que el domingo abrió la puerta a liderar un nuevo partido en Asturias si existe una "marea" social que se lo pida. Estas fugas fueron tachadas de "insignificantes" por la dirección regional, que sacó pecho asegurando que el PP tiene 21.660 militantes y que ayer mismo registró una decena de altas, según esta versión, gracias a la salida de Cascos.

Roces, amigo íntimo del ex ministro, entregó su acta de diputado en la Junta en la mañana de ayer y renunció a su militancia en el PP en una dura carta remitida a la dirección nacional. Siguiendo la estela de Cascos, en la misiva contra Mariano Rajoy. Una postura que ayer recibió la crítica prácticamente unánime de muchos líderes nacionales, incluso de algunos de los que habían apoyado a Cascos.

Tras Pelayo Roces anunciaron su adiós otros 39 militantes, entre ellos el ex senador gijonés Isidro Martínez Oblanca, que solicitó su baja directamente en la sede central de Génova. Curiosamente hubo cinco personas que pidieron la baja sin ser militantes. Otros, como el concejal popular del Ayuntamiento de Gijón, Pablo González, anunciaron ayer que en los próximos días "formalizará la coherencia" de su apoyo a Álvarez-Cascos. Precisamente en Gijón, feudo de Pilar Fernández Pardo, contraria a la candidatura del ex ministro, y en Oviedo se produjeron ayer nuevas altas de afiliados, fórmula con la que algunos simpatizantes mostraron su aplauso a la salida de Cascos del PP.

Pelayo Roces, que dice adiós para ponerse a las órdenes del ex ministro en lo que algunos ya han bautizado como el Fabada Party, en referencia al Tea Party, movimiento ultraconservador norteamericano, criticó la forma de hacer política de la dirección regional y del alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo. Mientras esto sucedía, el propio Cascos aseguraba ayer en un medio digital que no quiere "abrir brechas internas en el PP", pero advirtió de que no se mantendrá callado si hay provocaciones. "Que me dejen tranquilo o tendré que contestarles", afirmó. Frente a esto, el afín a Cascos, Roces, acusa en su carta de renuncia a Mariano Rajoy de llevar las riendas del PP de forma "desacertada" y le critica por permitir "el trato vejatorio que le han dispensado ciertos militantes asturianos" a Cascos. Éste fue el principal motivo esgrimido por el ex ministro para dejar el partido horas después de haber sido descartado.

Roces carga contra la renovación del partido por la que apuesta Rajoy ya que a su juicio "se multiplican los liberados" a los que no se les exige "ni dedicación ni resultados". En este sentido la carta prosigue: "Ni valores, ni resultados. Tengo el convencimiento de que el PP renovado que usted preside, por el que trabajé durante tantos años, ya no me representa". Roces echó en cara a Ovidio Sánchez la falta de trabajo. "El ejercicio de oposición en Asturias es una demostración permanente de falta de ideas que suele ser un defecto muy corriente entre las personas poco aficionadas a trabajar". E insiste: "no se promociona ni a personas trabajadoras, ni a compañeros leales". En este grupo también incluye a Gabino de Lorenzo y a sus fieles.

Entre la fidelidad a las siglas, la meditación y el silencio. Así se encontraban ayer los principales apoyos de altos cargos del PP que Francisco Álvarez-Cascos recibió para ser candidato en Asturias ahora que toca decidir si apoyar o no al ministro en su intención de liderar un nuevo partido de derechas en el Principado. La unión de los diez alcaldes populares que dieron un paso al frente para apoyar a Álvarez-Cascos se ha roto, y la mayoría seguirá en el PP, aunque reconocen que se han complicado las elecciones.

De hecho, el ofrecimiento de Álvarez-Cascos para encabezar un nuevo proyecto en Asturias y su conversión al ideario regionalista ha sido visto por los partidos minoritarios en Asturias como una oportunidad de pescar en río revuelto y levantar cabeza electoralmente. La primera formación en mover ficha ha sido el Centro Democrático y Social (CDS), que desveló ayer supuestos contactos con personas del entorno de Cascos para que éste encabezase la candidatura del partido en Asturias. Juan Morales, de IDEAS, aseguró por su parte que su partido "está abierto a colaborar con quienes quieran luchar por el bien de Asturias". Incluso PAS-URAS, un partido escindido del PP por la oposición de sus dirigentes a Cascos, aseguró que se pensaría su incorporación si el ex ministro llamase a su puerta.

Por otra parte, el vicesecretario general de Comunicación del PP, Esteban González Pons, aseguró en su cuenta de la red social Facebook que ha recibido una amenaza de muerte que procede de uno de los simpatizantes del ex ministro. González Pons señala también que cree que la amenaza "no es creíble" pero pide que los debates se lleven a cabo desde el respeto.

La vieja guardia del PP cerró ayer filas en torno a Álvarez-Cascos y volvió a insistir en la necesidad de convocar un congreso regional en Asturias para que los militantes con su voto decidan quién será el candidato a las próximas elecciones en el Principado. Altos cargos del partido en la Comunidad de Madrid, muy próximos a Esperanza Aguirre, no están de acuerdo con la decisión de Rajoy, que ha optado por la concejala ovetense Isabel Pérez-Espinosa en detrimento de Cascos como cabeza de cartel. El ex-ministro continuará además en su cargo de vocal del Patronato de la Fundación para el análisis y los estudios Sociales (FAES), que preside José María Aznar, mientras no comunique su decisión de darse de baja de este puesto.

El vicepresidente de la Comunidad de Madrid (número dos de Esperanza Aguirre), Ignacio González, aseguró que la baja de Francisco Álvarez-Cascos en el PP "nunca se debería haber producido", ya que se trata de una decisión "mala para Asturias, para España y para el Partido Popular". González añadió que el ex vicepresidente del Gobierno central "es sin duda uno de los grandes referentes del PP y ha dedicado 34 años de su vida a construir el principal partido de este país". El político madrileño afirmó que en la convocatoria que se llevará a cabo el próximo 12 de enero, a petición del presidente del distrito madrileño de Chamberí, en el que militaba hasta ahora Álvarez Cascos, para respaldar públicamente al ex ministro, se le pedirá que reconsidere su baja del partido. Además, se instará a la dirección nacional del PP a que convoque un congreso regional "abriendo a los militantes la posibilidad de elegir al próximo candidato" del PP para Asturias "en un congreso abierto y que decidan los militantes, como se ha hecho en Mallorca"

Cascos también cuenta con el respaldo de Aznar. El secretario general de FAES, Jaime García-Legaz, anunció que el político asturiano seguirá como patrono de FAES "a todos los efectos". García-Legaz señaló que el Patronato de la Fundación no es exclusivamente político y que no hace falta estar afiliado al PP para formar parte de la Fundación. Francisco Álvarez-Cascos no ha acudido al menos a los dos últimas reuniones que ha mantenido el Patronato de esta fundación ligada al primer partido de la oposición.
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