Que no, Javier
26 de Enero de 2011 - 09:21:27 - Luis del Pino - 5 comentarios
Javier Arenas se apareció ayer en Veo7, para traernos una buena noticia y otra mala.
La mala es que no se ha enterado de la misa la mitad, en lo que al 11-M se refiere. A preguntas de Pedro J, rescató Arenas la teoría de la colaboración etarra-islamista, volviendo a repetir la cantinela de que los autores materiales de la masacre son los moritos desharrapados de Lavapiés, de que no conocemos quiénes son los autores intelectuales y de que lo natural es que se hubiera podido producir una colaboración del terrorismo islámico con nuestro grupo terrorista local, que lleva cuarenta años matando. O sea, que ETA apuntó y los moritos dispararon.
Ya sé que resulta aburrido tener que repetir cosas que ya hemos dejado claras hace cuatro años, pero parece que la pedagogía sigue siendo necesaria. Así que vayamos por partes:
1) Aún asumiendo que TODA la versión oficial es cierta, ni siquiera sabemos quiénes son los autores materiales del atentado, don Javier. Sólo hay una persona condenada por colocar una bomba en los trenes: Jamal Zougham. La Audiencia Nacional dictaminó que los siete muertos de Leganés también habían colocado sendos artefactos explosivos, pero el Tribunal Supremo corrigió explícitamente esa afirmación, indicando que no se ha aportado la más mínima prueba de que eso sea así. Como consecuencia, las víctimas del 11-M han quedado imposibilitadas de reclamar daños y perjuicios a los herederos de los muertos de Leganés. Por tanto, don Javier, no conocemos quiénes fueron los autores materiales del 11-M, aún cuando aceptemos como cierta TODA la versión oficial.
2) Pero es que, además, ya hemos aportado los suficientes datos como para que haya quedado claro, hace mucho tiempo, que la versión oficial es, TODA ella, mentira. No hay ni una sola prueba material, don Javier, que resista el más mínimo análisis: ni la mochila de Vallecas estuvo nunca en los trenes, ni la furgoneta Kangoo tenía ningún objeto relevante antes de ser llevada a dependencias policiales, ni el coche Skoda Fabia estaba en Alcalá de Henares la mañana del 11-M, ni la trama telefónica cuenta con el mínimo soporte documental imprescindible, ni en Leganés se suicidó nadie. Si tiene usted alguna duda al respecto, don Javier, le puedo poner en contacto con algunos miembros de su partido que le proporcionarán información sobre lo que le digo.
Toda la versión oficial es una inmensa patraña, improvisada y chapucera, con la que se ha querido cortar, con la máxima celeridad posible, cualquier investigación de un suceso - la masacre de Madrid - que nada tiene de atentado terrorista y sí mucho de golpe de timón político. De esos golpes de timón que tanto nos gustan por estas latitudes, don Javier.
Hasta ahí la mala noticia. La buena es que Javier Arenas se comprometió a que el PP impulsará las investigaciones sobre el 11-M cuando llegue al poder.
Independientemente de si uno se cree esas palabras de Arenas o no, el solo hecho de que formule en alta voz ese compromiso ya representa un avance, si lo comparamos con el ominoso silencio que el PP ha guardado en torno a la masacre de Madrid en los tres últimos años. Por lo menos, de las palabras de Arenas se deduce que todavía queda mucho por investigar. Algo es algo, comparado con quienes pretenden que del 11-M ya no se hable nunca. Bienvenido sea, pues, el ofrecimiento que Arenas ha hecho.
Por mi parte, ni siquiera exijo tanto. Ni siquiera exijo que el PP investigue el 11-M. Con que no se comporte como el actual gobierno - es decir, con que no obstaculice las investigaciones una vez que llegue al poder - me daría por satisfecho.
Ayer entrevistábamos en La Noche de César a los policías Parrilla y Rivera, que narraban su calvario judicial. Hace pocas semanas, conocíamos otra sentencia que daba la razón a los periodistas a los que se ha pretendido silenciar a base de querellas por investigar el 11-M.
Con que el PP dejara actuar a quienes investigamos la masacre, con que no machacara a los policías honrados, con que no azuzara a la Fiscalía contra nosotros, con que consiguiera que quienes tienen algo que contar no sintieran miedo de su propio gobierno... el avance sería espectacular. Del resto, ya nos encargaríamos quienes investigamos la masacre.
Si encima el PP ayudara un poquito desde el gobierno a esclarecer la verdad - como sería su deber -, miel sobre hojuelas. Pero ya les digo: ni siquiera exijo tanto.
Aunque soñar es gratis, claro.
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