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ZAPATERO VOTOS CERO POR MARXISTA
3 | | 24/6/2009 - 09:38h
La gente tiende a culpar a ZP de casi todo; lo cierto es que este individuo es nefasto, pero no más ni menos que la mayoría de la gente que considera benéfico su paso por la política española.
El BAMBI demoníaco es la quintaesencia del pensamiento marxista; la destrucción del pensamiento crítico de raíz cristiana y nacido de la independencia y honestidad personal.
El marxismo aboga por la creación de un nuevo individuo (no diré hombre, porque no merece ese calificativo) y una nueva sociedad.
Ese nuevo individuo es ZP, y la nueva sociedad, la que quiere para España.
Básicamente, se trata de destruir la ética de la civilización cristiana para sustituirla por la no-ética marxista; digo, no-ética, porque el marxismo ignora la diferencia del bien y del mal, para ellos, sólo es bueno lo que favorece sus fines y malo, lo que lo entorpece.
Eso es zp y sus cuates, y eso es todo lo que puede ofrecer la no-ética marxista y lo que ha ofrecido a lo largo de la historia.
Muchos votantes de ZP ignoran esto, prefieren pensar que ZP no es marxista, que es una cosa light de izquierdas y progre; pues no, es tan marxista como puede serlo Fidel castro, Hitler, Stalin o cualquiera de los que basan en Marx la esencia de su ideario, aunque los efectos hayan sido diferentes en cada caso.
Lo cierto es que para ZP y los marxistas, lo mismo que para el Islam o el nacionalismo, la democracia es un juego que usan para destruirlo desde dentro y apalancarse en el poder; son ideologías esencialmente antidemocráticas.
La economía, como el resto de las cosas que manipulan, sólo les interesa si les sirve para esa perpetuación y destrucción del sistema democrático.
El marxismo necesita esclavos, y no hay mejor forma de hacer esclavos que arruinando a un país
Cuando la gente carezca de recursos, saldrá a la calle a manifestarse a favor del tirano banderas porque viven del subsidio y la limosna del Estado; esclavitud ideológica y económica.
En Cuba, régimen afín a ZP, lo saben bien, el régimen se apoya en la pobreza y dificultades del pueblo; esa es la estrategia marxista.
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