domingo, 11 de diciembre de 2011

LA DIPUTACIÓN DE HUELVA PSOE, ES PERVERSA




La perversión institucional: la Diputación de Huelva, 2
PEDRO DE TENA/ANTONIO BARREDA

Una democracia que se precie de ser tal tiene que disponer de unas instituciones, de las que las administraciones públicas son parte esencial, profesionales, cualificadas, políticamente neutrales, al servicio de la ley y atenta a los ciudadanos por humildes que económica y socialmente sea cada cual. Los partidos herederos del marxismo consideran a esta democracia como algo formal y procuran utilizar sus posibilidades para alcanzar la "democracia real", que no es otra cosa que la sociedad, toda ella y todos sus medios, sometida al socialismo. EL PSOE lo aplicó sistemáticamente desde su triunfo en las elecciones municipales en 1979 y luego lo coronó con su triunfo en las generales y autonómicas de 1982. Lo importante nunca fue la democracia española y su aplicación en Andalucía, sino que el PSOE ocupara amplios y crecientes espacio de poder real. Esa y no otra es la explicación de la imposibilidad de la alternancia en Andalucía desde hace 32 años.

No diré yo que otros, el llamado centro derecha, sea ejemplar en estas lides. De hecho, es vergonzoso recordar que en un famoso pleno de la Diputación de Huelva, del 1 de enero de 1981, centristas de UCD y socialistas emergentes se tiraron los trastos a la cabeza. En aquel pleno, el diputado provincial socialista Aurelio Barreda Mora, todavía en activo y esposo de la ex presidenta de la Diputación de Huelva, Petronila Guerrero, con la que tiene un hijo situado en la Fundación Doñana, afeó a UCD que hubiera colocado a 40 personas sin sacar las plazas a concurso. Pero aquel centrismo terminal no se callaba. Y le tocó responder a Eugenio Galván, vicepresidente de la Cámara, que dijo lo siguiente: "De la misma forma, ustedes utilizan la contratación a dedo aunque los socialistas hagan los nombramientos con el dedo de la mano izquierda y nosotros con el de la derecha. Esto queda suficientemente demostrado en el caso de la Junta de Andalucía, en la que han entrado familias enteras así como las mujeres de los políticos".

Tras las elecciones de 1983, la Diputación de Huelva y hasta el momento presente ha estado en manos del Partido Socialista. Mucho después, el periodista onubense Manuel María Becerro incluyó en su blog, previa su publicación en el diario El Mundo la siguiente nota: "2) Dicho en una caseta de las Colombinas: «Lo de los hermanos de Chaves es pecata minuta en comparación con algunas sagas familiares de la política onubense. Entre esposas, hermanos, hijos, primos, concuñados y sobrinos segundos, te sale el esqueleto de la Administración Pública provincial: ayuntamientos, mancomunidades, Diputación, empresas públicas y despachos de la Junta y el Gobierno... Nepotismo huelvano».

Más gracioso, si cabe, es el hecho contado por nuestro amigo Antonio S. Candilejos, periodista también onubense, hace ya dos años. En 2009, el alcalde pedáneo de la localidad onubense de La Zarza, presentó una denuncia contra un vecino "bestiajo" que le agredió acusándolo de colocar a la gente " a dedo". El agredido no defendió que tuviese derecho total a contratar a concuñadas y sobrinas de confianza para todo aquello que el interés general haya de justificar, sino que cada nuevo empleado público lo cocinaban en exclusiva la Diputación de Huelva, gobernada por el PSOE y el Servicio Andaluz de Empleo, ese INEM autonómico gobernado por el PSOE. Dicho de otro modo, Martín Macías, que así se llamaba el alcalde, aseguró que un alcalde pedáneo ni pinchaba ni cortaba y que, en todo caso, habría que mirar hacia arriba para atinar con los responsables absolutos de las altas y bajas contractuales en las administraciones públicas.

La propia gente de Comisiones Obreras denuncia la situación de la Diputación onubense o huelvana, como dicen sus castizos. En 2005, estalló un caso peculiar. Se trataba de Agustín Medina, un tránsfuga de Gibraleón ascendido por nombramiento directo un mes antes de la moción de censura contra el alcalde del PP de ordenanza a técnico de Juventud en la Diputación de Huelva. Pero no fue una excepción en la política de personal del PSOE en la institución.

Emilio Gegúndez, miembro del comité de empresa por CC OO en la Diputación, hasta cincuenta trabajadores habían sido «ascendidos a dedo por decreto» en los últimos tiempos para «premiar favores políticos, parentescos o afinidades». Gegúndez, que aseguraba no tener conocimiento del caso del edil de Gibraleón, dijo en El Mundo que se trata de una «práctica habitual» en la Diputación y que, en este caso, «ha adquirido mayor notoriedad por estar relacionado con la moción de censura».

Irregularidades y trapicheos

Según explicó el sindicalista, un 10% de la plantilla, lo que se traduce en unos ochenta trabajadores, se encontraba en una situación de «adscripción provisional» o, lo que es lo mismo, ocupando un puesto de trabajo designado por decreto diferente al que ganó mediante las oposiciones. Y lo veía normal. El resto, insistió, unos cincuenta, «han sido ascendidos para premiar favores», al igual que se sospecha que había sucedido con Medina, el traidor del PP en Gibraleón.

Pero el de Comisiones analizó más sangrantemente: «Para que los políticos puedan hacer estas barbaridades, estableciendo premios por decreto, a dedo, tiene que haber funcionarios de alto nivel que lo consientan». Y siguió refiriendo que había «curiosos ejemplos» de trabajadores de Diputación de Huelva que habían ascendido o modificado sustancialmente sus condiciones de trabajo por sus «vinculaciones políticas o sindicales». A su juicio, se estaban premiando «otro tipo de méritos» que, en ningún caso, son los de igualdad, mérito, capacidad y libre concurrencia, en base a las reglas por las que debería regirse la administración pública.

Si esto lo dijera el PP, nadie lo tomaría en serio aunque fuera verdad. Pero es que situación que describe Comisiones Obreras es pavorosa. No sólo es de enchufismo de lo que se trata, es de trato desigual entre los trabajadores según se sea del régimen o no, ocultación de datos reales sobre sueldos y complementos de trabajadores de la Diputación, sobre las bolsas de contratación y normas para ascender y promocionar a la gente.

Dentro de bien poco, el 16 de diciembre, la Diputación tendrá un nuevo presidente, Ignacio Caraballo, que dicen que es mano derecha de Petronila Guerrero, la presidenta que es ida a la fuerza. Pero en realidad, Caraballo es mano derecha de su cuñado, Mario Jiménez, factótum del PSOE en Huelva por orden de Griñán de quien es portavoz en el Parlamento andaluz. Dado el nivel de enchufismo de la familia, poco cambio puede esperarse.

Lo raro es que nadie haya realizado una investigación en serio del enchufismo en la Diputación de Huelva, salvo las pinceladas aportadas por esta Tela de Araña y Libertad Digital. Lo merece.


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