Como no podía ser de otra forma y con un poco de retraso sobre el horario previsto, o que se preveía, Fidel Castro no ha dejado de mostrar su faceta más negra y ha despotricado como él sabe contra todo lo que se menea en el COI y en los JJ. OO.
Nosotros también hemos despotricado largo y tendido, pero con un buen montón de bases sobre las que justificar las protestas, cosas que el no se permite, no se si será debido a su pasado, cercano, como Dictador de Cuba y ahora alejado de la presidencia, pero con las mismas atribuciones, ya que su hermano es un títere, que viene de titiritero, o viceversa.
Muestra su "total solidaridad" con el agresor, como no es para menos, ya que aunque al principio se llegó a decir por la delegación cubana, que no le había tocado, hoy el COI admite que le partió un labio.
Fidel Castro,
Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba
y ex presidente del país caribeño,
defiende lo indefendible.
‘El Comandante’ ha roto una lanza
a favor de Ángel Valodia Matos,
el taekwondista que avergonzó al mundo del deporte
agrediendo a un árbitro en los Juegos Olímpicos de Pekín.
Matos, que ya ha sido suspendido de por vida,
pateó en la cara al árbitro sueco Chekir Chelbat
(al que le partió el labio)
durante su combate por la medalla de bronce.
Castro expresó su “total solidaridad”
con Matos
y su entrenador, Leudis González,
e incluso dijo que su compatriota
tuvo buenos motivos para actuar así.
Según Fidel,
de 82 años,
trataron de amañar el combate por el bronce,
y no perdió la oportunidad de atacar a los árbitros
por sus decisiones contra los púgiles cubanos
en las pruebas de boxeo.
Lo que tampoco pueden extrañarse es que dentro de unos días el tal Matos, de con sus huesos en la cárcel pon alguna nimiedad, ya que, en los Dictadores, una cosa es lo que se dice de las puertas para fuera para mantener el tipo, y otras lo que sucede dentro de casa, "que será harina de otro costal.
Pero, a lo mejor, de eso, no nos enteraremos.
¿No hay televisión en directo?
Lo que si es cierto es que la amonestación del árbitro, estaba justificada.
Había propasado el tiempo que tenía para que le atendieran de una lesión.
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