miércoles, 7 de diciembre de 2011

LA RESURRECCIÓN DE JESÚS NO FUE EN DOMINGO


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Jesucristo dijo claramente que estaría en el sepulcro tres días y tres noches. ¿Acaso hay tres días y tres noches entre el atardecer del viernes y el amanecer del domingo?.En el mundo que profesa el cristianismo, ¿quién no ha oído que nuestro Señor Jesucristo murió un viernes por la tarde y resucitó al amanecer del domingo siguiente? Todos conocemos esta tradición pero pocos se detienen a preguntar si es cierta.

Recordemos las instrucciones que Dios da a cada uno de nosotros en 1 Tesalonicenses 5:21: “Examinadlo todo, retened lo bueno”. Para probar la verdad nuestra única autoridad fidedigna es la Santa Biblia. Las creencias de hombres, incluso de la cristiandad tradicional, carecen de validez si contradicen lo revelado en la Palabra de Dios. Estudiemos, pues, la Biblia, que es la única fuente de pruebas irrefutables sobre este tema.

La señal del Mesías

Cuando los fariseos le pidieron a Jesús una señal sobrenatural para probar que Él era el Mesías, les respondió así: “la generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches” (Mateo 12:39-40). Es muy importante detenernos a analizar esta señal sobrenatural. La señal no era sólo el hecho de que Jesús resucitara sino el hecho de que estuviera sepultado tres días y tres noches completas. Esta fue la única señal que Él dio, y si no la cumplía, entonces se podría afirmar que Jesucristo no fue el Mesías.

Hoy la gran mayoría de los que profesan el cristianismo creen en una tradición que niega precisamente esta señal. Es una tradición que, por lo tanto, niega que Jesús sea el Mesías.

Los teólogos tratan de explicar

Muchos teólogos se han visto en apuros tratando de explicar cómo Cristo pudo morir un viernes por la tarde y resucitar un domingo por la mañana. Para respaldar su tesis, tienen que negar la validez de la señal de Jonás. Esto lo hacen de varias maneras. Unos dicen que Jesús sólo creyó que estaría tres días y tres noches pero en realidad no fue así. Otros afirman que “tres días y tres noches” en realidad significa un día y dos noches, o partes del día.

Pero el que lea la Biblia sin prejuicios tendrá que aceptar que los tres días y tres noches de Jesucristo fueron precisamente eso: tres días completos y tres noches completas.

La experiencia de Jonás

En Jonás 1:17 leemos: “Y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches”. Jesucristo dijo que Él estaría en el sepulcro el mismo tiempo que Jonás en el vientre del pez. Hay un interesante paralelismo entre Jesucristo y Jonás. Jonás estuvo en el ¡Seol” (que en hebreo significa sepulcro, véase Jonás 2:2) 72 horas, y de allí Dios lo liberó para que salvara al pueblo de Nínive llevándole un mensaje de advertencia. De la misma manera, Jesús tenía que estar en el sepulcro 72 horas para luego resucitar y ser el Salvador del mundo.

¿Qué son “días” y “noches” para Dios?

Mucho se ha debatido sobre el significado de un día o noche en la Biblia. Pero este es un punto que queda aclarado desde el primer capítulo de Génesis. Allí dice: “Y separó Dios la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día” (Génesis 1:4-5).

Aquí conviene aclarar que el día y la noche se dividen en doce horas cada uno, según palabras del mismo Jesús en Juan 11:9: “¿No tiene el día doce horas? El que anda de día, no tropieza, porque ve la luz...” En Mateo 20:1-12 Jesús menciona también las diferentes horas del día y la llegada de la noche (versículo 8).

Génesis 1 sigue contando los días dejando en claro cuánto tiempo está comprendido dentro de la expresión “tercer día”. Veamos: “Y fue la tarde y la mañana el día segundo...” Y fue la tarde y la mañana el día tercero” (versículo 8, 13). No puede haber duda de que la expresión “día tercero” o “tercer día” comprende” tres períodos de tinieblas llamados NOCHES y tres períodos de luz llamados DÍAS (Génesis 1:5). Cuando la Biblia cuenta tres días, incluye todo el tiempo transcurrido en tres días completos con sus tres noches completas, para un total de 72 horas. Tengamos esto presente al analizar el tiempo que Jesucristo estuvo sepultado.

¿Cuánto tiempo estuvo Jesús en el sepulcro?

En Mateo 27:63-64 encontramos la prueba de que “el tercer día” y “después de tres días” significa lo mismo en el contexto de la resurrección de Cristo. Los sacerdotes y los fariseos dijeron a Pilato: “Señor, nos acordamos que aquel engañador dijo, viviendo aún: DESPUÉS DE TRES DÍAS RESUCITARÉ. Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta EL TERCER DÍA...”. Este texto demuestra que en los evangelios las expresiones “el tercer día” y “después de tres días” representan la misma duración.

Muchos son los pasajes, fuera de los que ya hemos visto en Mateo y Jonás, donde Jesucristo afirmó que resucitaría del sepulcro después de tres días o bien al tercer día. Veamos algunos de ellos.

En Lucas 9:22 dice. “Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día”. Esto podría referirse a cualquier momento del tercer día, pero no antes ni después de ese día. Ahora bien, Marcos 8:31 aclara más precisamente qué momento del día fue: “Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días”. En otras palabras, Jesucristo no podía resucitar antes de completarse los tres días. Por tanto, la resurrección tuvo que ser exactamente a la hora en que acababa de transcurrir ese tercer día.

El primer día abarcaría las primeras 24 horas a partir de su muerte. Si Cristo hubiese muerto un viernes por la tarde, ese lapso de un día iría hasta el sábado por la tarde. El segundo día nos llevaría hasta el domingo por la tarde y el tercero hasta la tarde del lunes. Vemos así, que si Cristo murió y fue sepultado un viernes por la tarde, ¡es imposible que haya resucitado antes de la tarde del lunes!

Entonces, ¿por qué dicen que Cristo murió el “Viernes Santo” y resucitó el “Domingo de Gloria”? ¡Por simple tradición! La Biblia muestra que eso no es posible, como acabamos de ver. Ninguna maniobra aritmética permite contar tres días y tres noches completos dentro del breve lapso entre el atardecer del viernes y la mañana del domingo.

No nos atengamos a las tradiciones aprendidas desde la niñez. Jesús nos advierte contra los que andan “invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido” (Marcos 7:13). Aceptemos el testimonio de la Biblia, y creamos que Jesucristo cumplió aquella señal de Jonás que Él mismo había dado: su permanencia en el sepulcro durante tres días y tres noches completas.

¿A qué hora ocurrió la resurrección?

La tradición también nos dice que Jesucristo resucitó por la mañana. Pero esto también contradice el testimonio clara de la Santa Biblia. Veamos por qué.

Ya hemos demostrado que nuestro Señor tuvo que estar un total de 72 horas: tres días y tres noches. Si la Biblia nos dice a qué hora del día fue sepultado, sabremos que resucitó a la misma hora tres días después, o sea al cabo de 72 horas.

Sabemos que en la Biblia, los días comienzan al atardecer (Levítico 23:32; Génesis 1:5). El día que Jesucristo murió crucificado era el día de “la preparación”, o sea la víspera del día de reposo (Lucas 23:54; Juan 19:31). Eran cerca de las tres de la tarde (la “hora novena”) cuando Jesús clamó a su Padre. Luego murió (Mateo 27:46-50) y poco después, cuando terminaba el día al atardecer, fue colocado en el sepulcro por José de Arimatea (Lucas 23:50-54). Es claro que ya eran bien pasadas las tres de la tarde, como se ve en Mateo 27:57-60). Cristo resucitó al cabo de tres días completos. Esto no pudo ser por la mañana sino a atardecer, a la misma hora en que había sido sepultado.

¿Cuál es el día de reposo?

En los pasajes bíblicos sobre la muerte y resurrección de Jesús, hemos visto que nuestro Señor fue crucificado y sepultado en el día de “la preparación” o víspera del día de reposo. Como el día de reposo generalmente es un sábado, muchos dan por sentado que el día de la preparación siempre cae viernes. Pero eso es desconocer las Sagradas Escrituras.

En la Biblia, la expresión “día de reposo” se usa para referirse al sábado semanal pero también se usa para ciertas fiestas anuales o días santos. Hay siete de estas fiestas solemnes en el año, y pueden caer en diferentes días de la semana. Todas ellas son “días de reposo” como vemos en Levítico 16:31; 23:24; 26-32, 39. Una de estas fiestas anuales es el primer día de Panes Sin Levadura, que cae al día siguiente de la Pascua bíblica. Este fue el día de reposo que estaba por comenzar cuando José de Arimatea colocó a Jesús en el sepulcro.

La Pascua se sacrificaba, desde los tiempos del Éxodo, en la tarde del 14 de Abib. El día 15 de Abib era un día santo o día de reposo anual. Números 28:16-17 lo explica así: “Pero en el mes primero, a los catorce días del mes, será la Pascua del Eterno. Y a los quince días de este mes, LA FIESTA SOLEMNE” (el énfasis es nuestro).

Por los evangelios sabemos que Jesucristo murió precisamente el día de la Pascua, o sea el 14 de Abib. Mateo 26:2 dice: “Sabéis que dentro de dos días se celebrará la pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado”. El tradicional cordero de la Pascua era un símbolo de Cristo, el verdadero Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Jesucristo fue sacrificado, pues, el mismo día en que los judíos mataban su cordero pascual. Y al caer la tarde de ese día 14 de Abib, se daba comienzo al día de reposo anual. El Evangelio de Juan también aclara que ese día de reposo no era un sábado semanal sino anual: “Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposo era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas” (Juan 19:31).

El año en que Cristo murió (año 31 de nuestra era), el día de reposo solemne cayó el jueves 26 de abril. Como Jesucristo murió la víspera, su crucifixión tuvo lugar el miércoles 25 de abril. José de Arimatea se apresuró a sepultarlo al atardecer del miércoles, pues estaba por comenzar el primer día de Panes Sin Levadura que es un día de reposo.

Cristo resucitó el sábado

Tres días contados a partir del atardecer del miércoles nos lleva al atardecer del sábado. Sabemos que María Magdalena y las otras mujeres llegaron al sepulcro cuando amanecía el primer día de la semana, o domingo (Mateo 28:1). A esa hora Jesús ya no estaba allí, pues había resucitado como Él lo había predicho (versículos 5-6). La lectura atenta de los cuatro Evangelios muestra que Jesucristo no resucitó el domingo por la mañana. Al despuntar ese día, cuando fueron a buscarlo, Él ya había resucitado. Tiene que ser así, ¡pues los tres días y tres noches ya se habían cumplido desde el atardecer del sábado!

Algunos dirán que el tiempo que duró Cristo en el sepulcro no tiene mayor importancia. Hay quienes dicen que estuvo apenas la mitad del tiempo previsto. ¿Tiene esto alguna importancia? Desde luego que sí. Jesucristo mismo dio ese lapso de tiempo como la señal definitiva de que Él era el Mesías.

Además, las Escrituras nos dicen en Mateo 28:5-6 que Jesucristo resucitó tal como Él lo había predicho. “Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: ... No está aquí, pues ha resucitado, como dijo”. En 1 Corintios 15:3-4 el apóstol Pablo reitera lo mismo: “Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras”. La muerte y resurrección de nuestro Señor se cumplieron tal como Él lo había predicho y tal como estaba consignado en las Sagradas Escrituras.

En resumen, Jesucristo fue crucificado un día miércoles, murió poco después de las tres de la tarde y fue sepultado al caer el sol. Pasaron tres noches y tres días, del atardecer del miércoles al atardecer del sábado, y entonces resucitó. Hay una profecía en Daniel 9:24-27 donde dice que Jesucristo sería cortado “a la mitad de la semana”. Aunque esta expresión se puede tomar de varias maneras, es interesante notar que Jesús también fue cortado (o muerto) a la mitad de la semana, un día miércoles.

Aclaración de algunos pasajes

Ciertos pasajes de los evangelios merecen atención especial. Uno de ellos es Marcos 16:9, el cual parece decir que Jesucristo resucitó al amanecer del domingo. Leamos el pasaje de nuevo, recordando que los signos de puntuación fueron agregados más arde por los traductores. En esta oración hay dos tiempos verbales. Estos indican que una acción ocurrió antes que la otra. Primero dice: “Habiendo... resucitado Jesús”, luego dice “apareció primeramente a María Magdalena”. La expresión “habiendo resucitado” indica una acción que ya se había cumplido. Recordando que la puntuación no está en el texto original, podemos leer la oración así: “Habiendo... resucitado Jesús, por la mañana el primer día de la semana apareció a María Magdalena”. No hay nada en este pasaje que afirme que Jesús resucitó el domingo por la mañana.

Recordemos que cuando María llegó muy de mañana, siendo aún oscuro, vio que ya se había quitado la piedra (Juan 20:1). Es decir que el día apenas empezaba a aclarar y Jesucristo ya no estaba. Ya había resucitado horas antes.

Podemos ver más claramente el tiempo que transcurrió entre la muerte y la resurrección de Cristo, si comprendemos que ese breve lapso incluyo dos días de reposo: el jueves que fue un sábado anual (la fiesta llamada el primer día de Panes Sin Levadura), y el sábado que era el día de reposo semanal. Por eso leemos en Marcos que las dos Marías fueron a mirar dónde sepultaban a Jesús y que más tarde, pasado el día de reposo (o sea el jueves), salieron a comprar especias aromáticas (Marcos 15:47; 16:1). Prepararon las especias el viernes (que no era festivo) y luego Lucas nos dice que después de preparar las especias ¡descansaron el día de reposo! (Lucas 23:56). Este segundo día de reposo era el sábado semanal. Terminó ese día y al despuntar el día domingo las mujeres se dirigieron al sepulcro.

Una aclaración

Hasta ahora no hemos mencionado Lucas 24:21. Es otro pasaje que habla del “tercer día” y que puede confundir a algunos.

Después de aparecerse a María Magdalena el primer día de la semana, Jesucristo se mostró también a dos discípulos que iban camino a Emaús. En Lucas 24:21, ellos le cuentan a Jesús todo lo sucedido y añaden: “Ahora, además de todo esto, hoy es ya el tercer día que esto ha acontecido”.

Ya vimos la prueba en Mateo 27:63-64 que las expresiones “después de tres días” y “el tercer día” representan la misma duración. Es por esta razón que en versiones más recientes de la Biblia, el pasaje de Lucas 24:21 aparece traducido en la siguiente forma: “Ahora, además de todo esto, ya han pasado tres días desde que esto ha acontecido” (véanse las versiones en inglés de Philips y Berkeley).

Toda persona cristiana debe conocer la verdad acerca de los tres días y las tres noches que Jesucristo estuvo en la tumba. Solamente así podrá basar sus creencias no en tradiciones de hombres sino en la santa Palabra de Dios.

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