domingo, 18 de julio de 2010

MADRID, GALLARDÓN, LA CORULLA Y SEBASTÍAN. LA OPERACIÓN MALAYA Y LAS INICIALES DE JEFE DE LA POLICÍA JUDICIAL

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OPERACIÓN MALAYA / NUEVAS PRUEBAS APUNTAN A LA IMPLICACIÓN DE JUAN ANTONIO GONZÁLEZ, COMO ADELANTÓ DIAGONAL

Las iniciales del jefe de la Policía Judicial aparecen en la lista de sobornos de Roca

MIGUEL ÁNGEL DE LUCAS , REDACCIÓN

Jueves 26 de abril de 2007. Número 53

Las iniciales J.A.G. se encuentran vinculadas a un pago de 200.000 euros por parte del principal imputado del escándalo de corrupción.Las siglas coinciden con el nombre de Juan Antonio González, comisario de la Policía Judicial y responsable de investigar el caso Juan Antonio Roca estaba al tanto de los nombramientos de nuevos puestos policiales gracias a J.A.G., algo que, según una nota interna de Interior, sólo sabría la cúpula policial.

La noticia la adelantaba este periódico en junio de 2006: las siglas de Juan Antonio González, el jefe de la Policía Judicial, figuraban en la agenda de Juan Antonio Roca, según fuentes de la investigación. Desde que se inició la Operación Malaya en marzo del pasado año, la aparición de nombres de mandos policiales entre los contactos del principal imputado de la trama no ha dejado de causar sorpresa, especialmente porque indicaría que la investigación de los culpables podría estar en manos de quienes habrían sido sus cómplices.

Las agendas del presunto ‘cerebro’ de la corrupción en Marbella no son un documento al uso. Para la investigación, el encuentro de estas notas manuscritas en marzo de 2006 supuso una mina informativa. En ellas Juan Antonio Roca indicaba con afán minucioso cobros e ingresos, y detallaba el quién, el cuánto y el cuándo del juego de intereses que movía Marbella. En esa línea, la aparición de las iniciales J.A.G., coincidentes con las del máximo responsable de la investigación policial de la Operación Malaya, suponía ya entonces un dato intranquilizador.

Ahora, un año más tarde, nuevos documentos se suman a esta coincidencia. Según aparece en el sumario judicial, el fiscal anticorrupción Juan Carlos López Caballero ha solicitado que se abra una investigación en torno a un cargo policial cuyas siglas J.A.G. fueron halladas en una lista de sobornos de Juan Antonio Roca.

El mes de abril, la policía requisó una serie de documentos en el trastero de uno de los muchos inmuebles del ‘cerebro’ de Marbella. Allí se encontraron toda una serie de siglas y cantidades asignadas. Cantidades que, según se ha comprobado, corresponden punto por punto con los balances ocultos que figuraban en el ordenador del contable de Roca.

La lista es larga, y en ella constan las iniciales de algunos promotores notablemente beneficiados por la peculiar política urbanística marbellí. Aparecen, según fuentes de la investigación, las iniciales J.M.E. (presumiblemente José María Enríquez, empresario inmobiliario imputado en la operación). O las de C.P. y G.M. (Cristóbal Peñaroya y Gianni Montaldo, otros dos hombres de negocios también imputados). Todos se corresponden con el entorno del principal encausado en la Operación Malaya. Entre ellos J.A.G. también dispone de una cantidad asignada. En concreto, se contaba con pagarle 200.000 euros en diciembre. Una cantidad que, por su cuantía, ha llevado a concluir que no era la primera remesa que se enviaba.

En este sentido, el mismo documento da a entender que las inversiones de Roca se veían bien recompensadas. Así, se señala cómo en diciembre de 2005 una llamada de J.A.G. puso en alerta a Roca sobre la llegada de Francisco de Paula como nuevo comisario de Marbella. No fue el único sobre aviso. Roca además habría tenido la primicia del nombramiento de José Martín como próximo jefe de la Comisaría general de seguridad ciudadana.

Toda esta información no podía encontrarse al alcance de cualquiera. Ni siquiera de agentes de a pie. Según un informe interno del Ministerio del Interior, las iniciales deben corresponder a alguien que conociese de antemano los cambios. Debería ser, por tanto, alguien que se encontrase con un “alto puesto en la estructura policial”. La investigación judicial ha demostrado que el ex brazo derecho de Gil estaba al tanto de todo lo que sucedía en los cuerpos de seguridad, Hasta tal punto que, según publicaba recientemente El Ideal de Granada, “el asesor de Urbanismo había anunciado que se iba y tomó precauciones semanas antes de la operación”. “En una conversación, el propio Roca llegó a decir: ‘Esto explota en marzo”, apunta el diario en un artículo titulado ‘¿Lo sabía Roca?’, donde no se descarta que entre los confidentes del ‘cerebro’ figurase “posiblemente un policía de alto rango”.

Omisión del deber

Pero las confidencias no han sido la única falta de la que ha sido acusado el cuerpo policial. Como recordaba en un artículo el portal de internet Diariocrítico, “era conocido que en Málaga, en la Costa del Sol en general, había corruptelas entre agentes de la Policía y de la Guardia Civil, y, de hecho, se efectuaron diversas ‘purgas’ y se tuvo que crear ad hoc el Grupo de Respuesta Especial contra el Crimen Organizado (GRECO)”.

Dentro de la ciudad, el ex jefe de la Policía Local, Rafael del Pozo, fue imputado por el juez Torres de los delitos de omisión del deber en la persecución de delitos y tenencia ilícita de armas, así como de encubrimiento o tráfico de influencias. Una serie de acusaciones por las que Del Pozo quedó en libertad bajo fianza tras pagar una multa de 20.000 euros y que no han impedido que fuera readmitido en el Ayuntamiento y volviese a vestir el uniforme.

Menos problemas, en todo caso, se han encontrado tanto J.A.G. como otros altos responsables policiales aparecidos entre las notas de Roca. Según el mismo artículo de Diariocrítico, estos serían otros tres comisarios (de Marbella, de la Unidad de Delincuencia Económica y Violenta y de la Unidad de Coordinación Operativa Territorial). Todos ellos, incluido Juan Antonio González, comparten un punto común: han tenido mando o son originarios de Murcia, donde el propio Roca realizó amplias inversiones urbanísticas.

El lugar donde comenzó todo

Experto en especulación, Juan Antonio Roca sabía bien donde meter su dinero: “Lo que interesa es invertir en Murcia; Murcia es la hostia”. Allí fue donde en sus comienzos tejió una poderosa red de influencia. Juan Antonio González, que en 2000 fue nombrado a Jefe Superior de Policía de esta Comunidad, también tuvo en Murcia parte de su fulgurante carrera policial. Una trayectoria en la que, junto a operaciones como la detención de varios miembros de los GRAPO, o la captura en el aeropuerto de Bangkok del ex director de la Guardia civil, Luis Roldán, se encuentran numerosas acusaciones de haber participado en diversos casos de tortura. Incluso su participación como uno de los cinco policías encargados de los interrogatorios en los que perdió la vida Joseba Arregui en 1981 (ver DIAGONAL, nº 32).

Lejos de ver frenada su carrera por estos casos, el comisario siguió ascendiendo en 1996, 2000 y junio de 2004. Según revelan a DIAGONAL fuentes de la investigación, el Ministerio del Interior es consciente de los vínculos entre J.A.G. y Roca. Aún así, Juan Antonio González continúa al frente de la investigación de Marbella. Aunque es posible que desde Interior no se quieran mover demasiadas fichas para investigar todo lo sucedido en Marbella. Recientemente, los últimos datos conocidos del sumario de la investigación han demostrado que los tentáculos urbanísticos de Marbella tocan de cerca a la familia del ministro Alfredo Pérez Rubalcaba. Su hermano, Alejandro Pérez Rubalcaba, aparece citado en conversaciones grabadas a Montserrat Carulla, quien actuaba como testaferro de Roca para sus operaciones en Madrid. En las grabaciones, además de aparecer el nombre del alcalde Alberto Ruiz Gallardón, se habla del hermano del ministro Rubalcaba para mediar en la recalificación de las instalaciones deportivas del centro de la capital donde se encuentra el frontón de Beti-Jai. Un edificio histórico de más de 3.500 metros cuadrados, declarado de bien cultural, y que Roca pretendía convertir en un hotel de lujo.


La agente de Roca en Madrid

La trama de corrupción empresarial y política de Marbella no se limita a la Costa del Sol o levante. Actualmente, parte de las operaciones de Juan Antonio Roca en Madrid se han conocido al hacerse públicas las conversaciones grabadas a Montserrat Carulla, su principal testaferro en la capital. El pinchazo telefónico duró un mes y medio. Según publica la revista Tiempo, entre el 10 de febrero y el 3 de abril de 2006, Corulla cierra la venta de una inmobiliaria, busca edificios para comprar y viaja a Murcia para firmar varios documentos de Roca. En este tiempo llega a ponerse en contacto con altos cargos de la Comunidad y el Ayuntamiento madrileños. Entre ellos, el propio alcalde, con quien queda para comer y hablar de negocios. El objetivo de Carulla pasaba por hacerse con el frontón Beti-Jai para convertirlo en un hotel. Edificar en el edificio (la instalación deportiva más antigua de la ciudad), estaba prohibido por ley; pero se consiguió que el Ayuntamiento cambiara las restricciones. El siguiente impedimento fueron las críticas del PSOE madrileño. Para suavizarlas Carulla buscó más contactos. Así, el 13 de febrero un ejecutivo de la cadena NH Hoteles llamó a la testaferro para informar que Alejandro Pérez Rubalcaba, hermano del ministro socialista, se ofrecía “para solucionar el tema”. Un mes después, las detenciones en Marbella dieron marcha atrás a la operación.

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