CACIQUISMO Y RESTAURACIÓN
La manipulación electoral que nos hizo progresar
Por Jorge Vilches
La Restauración (1875-1923) tiene muy mala fama. A veces merecida: por ejemplo, los últimos años de Alfonso XIII fueron muy malos; pero a veces, desde luego, no: y pienso ahora en los años de Alfonso XII y de la regencia de María Cristina. |
La imagen negativa se debe a la crítica que le hicieron regeneracionistas, republicanos y socialistas, con el ánimo de derribar "todo lo existente", como se decía también en 1868.
La crítica partía de una premisa: España vivía en un régimen especial, ajeno a la modernidad europea. El país estaba, decía Joaquín Costa, en manos de una oligarquía que, entre otras iniquidades, mantenía el poder gracias al caciquismo y las manipulaciones electorales que perpetraban los gobernadores civiles. La vida política era una farsa, el parlamentarismo una mentira y el sistema, algo injusto: la verdadera voz popular, representación única y natural de los intereses nacionales, estaba en las opciones políticas: los republicanos de izquierda y los socialistas.
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