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Fecha Domingo, 22 octubre a las 16:49:03
Tema Artículos de interés
Por Enrique Zubiaga
Decía el otro día en el artículo titulado “Técnicas modernas” que el fiscal general del Estado estaba demasiado ocupado mirando fijamente para otro lado como para enterarse de las cosas que están ocurriendo alrededor del “proceso de paz”.
Así pues, no es de extrañar que ni él ni el Gobierno se hayan enterado del auge de la lucha callejera, ni de las cartas de extorsión, ni de las brutales amenazas de los presos de eta a los jueces, ni de los innumerables actos que llevan a cabo los batasunos con total impunidad, incluidos tiros al aire y proclamación de su intención de lograr una Euskal Herría socialista por las buenas o por las malas. Y la verdad es que parece que no van mal encaminados
El caso es que el señor Conde Pumpido, además de seguir con la mirada fija en otro lado, ha roto a hablar, por los codos. Y para empezar se ha descolgado con que los jueces "no son titulares de una ley autoproclamada ni pueden negar el sentido de la historia y de la realidad... la voluntad mayoritaria determina la ley en cada momento y determina la actuación judicial".
Ante semejante declaración de principios el PP ha puesto el grito en el cielo y le ha exigido una explicación, así que Conde se ha presentado en el Senado y ha aprovechado para mandar otro recado a los jueces sobre su idea de cómo deben aplicar la ley para favorecer el “proceso de paz”de Rodríguez Zapatero, pero tratando de que su consejo no suene tan descarado, y tan fuerte, porque fuerte sí que es la cosa.
No lo ha conseguido. He aquí algunas de las perlas que nos ha regalado el señor fiscal:
"La justicia no está para favorecer procesos políticos, pero tampoco para obstaculizarlos". Y yo, ingenuo de mi, que pensaba que la justicia era igual para todos y estaba para hacer que se cumpla la ley, así, sin más matices.
"Prefiero una justicia que sirva para que no haya más muertos a una de trinchera que, en lugar de buscar la paz social, alimente la venganza o el enfrentamiento… Mediante trampas inventos y atajos”. O sea, que esto de la justicia es como la plastilina, moldeable a gusto del consumidor.
Pero si tuviera que enmarcar alguna perla sería esta:
“El vuelo de las togas de los fiscales no eludirá el contacto con el polvo del camino", y digo yo si esta frase tan bella tendrá algo que ver con la copla popular: "Qué polvo tiene el camino, que polvo la carretera, qué polvo tiene el molino, que polvo la molinera". Lo digo porque si está hablando de meter las togas en otros polvos distintos, no va a haber cristiano que las limpie después, que hay manchas que no salen ni con lejía conejo.
Pero donde ya se tira a la piscina de cabeza es cuando afirma que “aplicaremos la ley para que no haya más muertos, aunque a alguno se les noten las ganas de que los haya”. ¡Acabáramos!, ahora entiendo porqué Zapatero, Pepiño, Rubalcaba y todos sus aliados nacionalistas, que están encantados con “el proceso de paz”, dicen lo mismo que el fiscal de cualquiera que no lo vea tan claro como ellos, refiriéndose, claro está… ¡Al PP!, el partido que está sólo, con sus diez millones de votos, y que da la casualidad de que es el único que les puede estropear la fiesta a todos ellos.
Personalmente, señor fiscal, me encantaría que no hubiera ni un muerto más, pero también que se cumpla la ley porque de lo contrario, y hablando de “trampas inventos y atajos”, para vivir como en el salvaje oeste y obligados a tener contentos a los malos para que nos perdonen la vida, creo que casi es mejor hacer las maletas, que algún país habrá donde la Justicia no sea de plastilina, digo yo.
No se si me explico…
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