jueves, 15 de julio de 2010

MENTIRAS DEL GRUPO PRISA NO TAN GORDAS COMO LA DE LOS TERRORISTAS INMOLADOS DEL 11-M

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Gallardón entra en escena: espiaron a Cobo y al marianista Alfredo Prada

30-01-2009 - Diariocrítico
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Gallardón entra en escena: espiaron a Cobo y al marianista Alfredo Prada

Los dirigentes populares habían intentado quitar hierro al torpedo que había sido lanzado contra la línea de flotación del PP de Madrid. Vano intento, porque el martes 20 de enero el periódico de Prisa volvía a la carga, desvelando que “el Gobierno de Aguirre” (sic) espió a Manuel Cobo, el vicealcalde de Alberto Ruiz-Gallardón. La ‘vigilancia’ se habría hecho en plena batalla por el poder en el PP nacional, mientras Rajoy era aclamado en el XVI Congreso de Valencia.

En un primer momento, Mariano Rajoy restó importancia a las informaciones sobre una trama corrupta de espionaje en la Comunidad de Madrid. También Esperanza Aguirre dijo que “la Comunidad de Madrid es una institución que no tiene nada que ver con nada relacionado con el espionaje y si se elaboran dossiers se está delinquiendo”. Pero el martes 20 de enero el diario El País –que disponía en exclusiva de los dossieres filtrados- comenzó a desarrollar la trama enunciada un día antes y añadió nuevas informaciones que hicieron estallar la tormenta: el grupo de ex agentes de policía y de la Guardia Civil a sueldo de la Consejería de Interior de la Comunidad de Madrid, dirigida por Francisco Granados, realizó en abril de 2008 seguimientos diarios a Manuel Cobo, vicealcalde y mano derecha deAlberto Ruiz-Gallardón, y elaboró detallados informes sobre sus actividades públicas y privadas.

Quedaba aclarado que los seguimientos irregulares se produjeron en plena batalla por el poder en el PP tras el fracaso de Rajoy en las elecciones de marzo de 2008 y de cara al XVI Congreso Nacional del PP en Valencia; que los ex agentes fueron fichados en septiembre de 2007 por la Consejería de Interior como "asesores de seguridad"; que trabajaban a las órdenes del ex policía nacional Marcos Peña, dependiente del consejero Francisco Granados; que el vicepresidente de la Comunidad de Madrid,Ignacio González, denunció los hechos ante la fiscalía, y que el Gobierno de Madrid hizo lo propio ante un juzgado de la capital.

El dispositivo en torno a Manuel Cobo

El diario de Prisa afirmaba ese martes que los ex guardias civiles a sueldo de la Comunidad de Madrid utilizaron vehículos para sus seguimientos en abril de 2008 a Manuel Cobo y a otros altos cargos del PP, supuestamente rivales de Aguirre en aquel momento: “Cobo sale del domicilio a las 08.25 de la mañana, tomando el itinerario particular y llegando a su puesto de trabajo a las 09.02 horas. Se observa que durante los desplazamientos le acompañan una moto y un vehículo turismo con un ocupante por detrás, realizando la contravigilancia. Este mismo vehículo es el que también realiza la contravigilancia en su domicilio”, señalaba un “Parte” relativo al 2 de abril, que añadía, según El País: “Una vez llega el objetivo al puesto de trabajo, como quiera que la zona está dotada de fuertes medidas de vigilancia y control, después de un tiempo prudencial, abandonamos la zona y nos dirigimos a montar el dispositivo de otro objetivo”. Había temor a que los espías fueran localizados por la protección oficial del vicealcalde de Madrid.

Podrían tener una explicación estos seguimientos que, en realidad, no traen aparejada información ‘comprometida’ –supuestas corruptelas- sobre Cobo: en esos momentos de lucha intestina en el PP era muy útil saber quién se reunía con quién dentro del PP “para comprobar alianzas, deserciones o cambios de filas en las posturas enfrentadas en el partido”. En definitiva, quiénes desde las filas aguirristas coqueteaban con los marianistas o para percibir qué contactos tenían con Rajoy los fieles a Ruiz-Gallardón. Y, así, el “Parte” del 8 de abril en los aledaños de Génova, 13, sede del PP, es elocuente: “A media mañana, 'C' [Cobo] se encuentra en la sede del PP sita en la calle de Génova, de dónde sale a las 14.25”.

Tembló Génova cuando se supo que espiaron a Prada

La tormenta ya había estallado plenamente el jueves 22 de enero cuando el serial de EL País continuó con un titular que anonadaría a Rajoy y le haría reaccionar: “Los espías siguieron al consejero Prada antes de ser destituido por Aguirre”. Alfredo Prada Presa era entonces consejero de Justicia y único miembro del Gobierno de Esperanza Aguirre que había manifestado públicamente su apoyo a Mariano Rajoy. A partir de marzo de 2008, el equipo de espías de la Comunidad de Madrid que vigilaba también a Manuel Cobo, siguió también a Prada, según este periódico, y después de unos meses de seguimiento y tras confirmar Rajoy su liderazgo en el XVI Congreso Nacional, Aguirre destituyó a Prada. Era el 25 de junio de 2008. En septiembre, Rajoy lo fichaba para su dirección como responsable de exterior.

Al parecer, los ex agentes iban de un "objetivo" a otro en sus seguimientos –de Cobo a Prada y de Prada a Cobo- , de los que dejaban constancia en partes diarios. Es cierto que Prada, que llegó a ser vicepresidente y consejero de Justicia e Interior en el primer Gobierno de Aguirre, se mantenía en 2008 sólo como consejero de Justicia, pues el ser marianista le había valido la repulsa en el aparato del PP madrileño. En cualquier caso, El País informaba que los seguimientos incluían todo tipo de actividades de Prada: citas privadas, comidas de trabajo o actos públicos.

Los "partes" principales que, según el diario de Prisa, se hicieron sobre Prada, fueron los siguientes:

- El 22 de abril de 2008, mientras vigilan las entradas y salidas en el despacho oficial de Prada, anotan lo siguiente: "A las 17.30 llega al puesto de trabajo habitual de P [Prada] el conductor de nuestro director (Sergio)". Y el 15 de marzo detallaban cuál era su sede: "Prada sale sólo del restaurante, se monta en el vehículo oficial y nos dirigimos a la reunión que tenemos en la D. G. [Dirección General]". El 23 de abril anotan: "A las 18.25 nos desplazamos a la Dirección a requerimiento de Miguel [supuestamente, Miguel Castaño, subdirector general de Seguridad]".

- Seguimiento a Chinchón. Prada fue vigilado en su desplazamiento hasta el parador de Chinchón, a 46 kilómetros de Madrid, el 13 de abril de 2008. "Sobre las 12.20 horas detectamos el vehículo de P [Prada] en el aparcamiento interno del Parador Nacional de Chinchón. En torno a las 18.15 horas sale P del Parador de Chinchón dirección a Madrid, llegando a su trabajo sobre las 19.35". Los espías luego le seguirán hasta su casa. Ese día, Prada tuvo una reunión en el parador con los 25 miembros de su equipo de trabajo de la Consejería de Justicia.

- De un objetivo a otro. Los partes diarios sobre el objetivo "P" prueban la intensidad del seguimiento al que fue sometido Prada. El 2 de abril de 2008, tras montar una vigilancia en torno a Manuel Cobo, los espías no encuentran nada relevante: "No observamos movimientos del mismo, por tal motivo desmontamos el dispositivo y nos dirigimos a Prada".

- Control de visitas. Los espías incluso controlaban a sus visitantes oficiales. El País ofrece el siguiente “parte” fechado el 4 de abril: "Nos dirigimos al puesto de trabajo de P. Observamos que su vehículo oficial se encuentra aparcado en el lugar habitual y que en la esquina está estacionado con un conductor dentro de un vehículo. Una vez verificados los datos comprobamos que pertenece a Clara R.".

- Comprobar matrículas. El 14 de abril persiguen un kilómetro a Prada cerca de la plaza de Colón. Le pierden la pista. Por fin retoman el seguimiento cuando vuelve a su despacho oficial. "Sobre las 22.10 sale del domicilio y se dirige a un restaurante sito en la calle Comandante Zorita, en el cual entra en compañía de su mujer y de una chica muy joven; permanecemos por la zona hasta eso de las 0.50 horas, en la que salen. Al mismo tiempo, observamos un grupo de personas sin precisar si en tal evento participaron de la compañía de P. Se tomaron matrículas de vehículos con el fin de comprobar propietarios".

- Más seguimientos y destitución.
Según los documentos de El País, Prada fue ampliamente fotografiado. Así, el 20 de mayo, Prada acude al restaurante del hotel Hesperia: "Se reúne en el interior con un hombre de edad avanzada y una estatura similar a la de P. Se hicieron fotos por parte de los otros dos hombres del dispositivo que también entraron posteriormente". Un mes después fue destituido.

¿Quién lo hizo?

En ese momento la tormenta ya había estallado en toda su intensidad. Rajoy, que en un principio afirmó en Onda Cero que “a mí lo que me ha dicho Esperanza Aguirre es que ni ella ni ninguno de sus colaboradores tienen conocimiento de este asunto y yo les creo”, se vio obligado a cambiar de actitud y a ordenar a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que iniciara una investigación interna. De Cospedal habló inmediatamente con Esperanza Aguirre y con Ignacio González. Ambos desvincularon a la Presidencia de la Comunidad con cualquier trama parapolicial. En días sucesivos, De Cospedal hablará con otros implicados: Manuel Cobo y el propio Francisco Granados, sobre quien recaen las máximas sospechas.

Cobo llega a declarar: “Quiero saber quién lo hizo, quién lo encargó y con qué fines”; la presidenta de la Asamblea de Madrid, Elvira Rodríguez, llega a pedirle a Esperanza Aguirre que destituya a Francisco Granados, aunque más tarde rectifica en su petición; algunos dirigentes del PP comienzan a reclamar a Rajoy que intervenga; el ‘aparato’ del PP dice que Rajoy “tiene mucha información” –luego se verá por qué decían eso el jueves 22 de enero- y que está encima del asunto esperando acontecimientos, y el ex policía Marcos Peña se defiende desde las páginas de El País y de El Mundo y asegura que no espía a políticos.

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