viernes, 9 de abril de 2010

NONTANER SIXTRIPITE A SILVIO RODRIGUEZ, EL QUE DICE AQUÍ Y CALLA ALLÍ

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machaca dijo el día 9 de Abril de 2010 a las 22:18:42:
Tio, no me gustas ni cantando.
doneloys dijo el día 9 de Abril de 2010 a las 18:29:48:
Vamos a resumir y llevar todo al extremo: pongamos que el comunismo cubano fuera lo mejor para el hombre y la humanidad..., pongamos que el capitalismo occidental fuera lo peor habido y por haber..., pues bien, Sr. Silvio Rodriguez, uno tiene derecho a estar equivocado, o sea, un cubano tiene que poder subirse a una silla en cualquier plaza de Cuba, y manifestar sus ideas políticas (por supuesto ideas equivocadas, falsas, malas para la humanidad, etc..., nadie poone en duda que el comunismo es lo mejor del mundo), pero es que, repito, uno tiene derecho a pensar distinto, equivocadamente, por supuesto, tripito, no pongo en duda que el comunismo es la verdad y Castro su profeta, pero es que, cuatripito para que lo entienda, es que tengo derecho a decir lo que pienso..., aunque el capitalismo sea un error..., quintripito..., la libertad de opinión está por encima del comunismo o del capitalismo, se lo sextripito por si acaso..., poder decir lo que uno piensa es todo..., y o se puede o no se puede. Y eso es todo, no hay más. Nadie habla de si los comunistas cubanos están en lo cierto y tienen la razón..., y se lo septripito por si todavía no lo ha cogido..., sólo de si alguién puede manifestar otra opinión, algo tan simple como coger una silla, subirte a ella en una plaza de La Habana, y poder opinar lo que quieras. Es sencillo y fácil, ¿verdad? pues es la mayor conquista que el hombre puede hacer en su vida como tal: SER LIBRE.
carlitro dijo el día 9 de Abril de 2010 a las 16:38:29:
Parece mentira lo que tienen que hacer algunos "artistas" para que se les haga caso. El "cantautor", con tal de meterla en caliente a un precio asequible, sería capaz de defender cualquier cosa.

Lo que REALMENTE me parece patético es que siempre haya un micrófono disponible para todos estos retrasados mentales . . .

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