1-¿Podrían decir algo bueno que hiciera Mussolini?
LOZANO
En el campo económico, uno de los programas de desarrollo rural más celebrados por la propaganda del régimen fue la recuperación para el cultivo de las lagunas pontinas, a cincuenta kilómetros de Roma.
Cubrían una zona de 780 kilómetros cuadrados en el centro de Italia, entre el mar Tirreno y las faldas de los Apeninos.
Sin embargo, la recuperación de tierras para la agricultura fue cara y se tuvieron que elevar los impuestos para poder pagarla.
Eso provocó un incremento de la evasión fiscal.
El principal beneficio de estos proyectos fue proporcionar trabajo durante la gran depresión.
A pesar de todo, los resultados quedaron muy por debajo de los grandiosos objetivos oficiales
BOLINAGA
Hasta el demonio ha hecho alguna cosa buena alguna vez.
Los Pactos de Letrán, por ejemplo,
solventaron satisfactoriamente
un problema de décadas con el Papado,
a pesar de que supusieron una cierta «claudicación»
de sus postulados originales
(declaración de la católica como religión oficial, etc.).
Son muy señaladas en este sentido también
las grandes obras de infraestructura,
como carreteras, vías férreas, etc.,
y la política autárquica,
que si bien funcionó en un primer momento,
terminó por llevar a Italia al desastre.
2-¿Y resumir las cosas negativas?
LOZANO
Aunque el fascismo no llegó al extremo criminal de los regímenes de Stalin y de Hitler, impuso una dictadura de dos décadas.
Las víctimas más conocidas de la dictadura fueron aquellos que se atrevieron a mostrar su oposición de forma pública:
el socialista moderado Matteotti, asesinado en 1924;
el demócrata liberal Giovanni Amándola, que falleció en el exilio doce meses después de recibir una paliza a manos de los fascistas;
el religioso católico Giovanni Minzoni, muerto a manos de squadristi,
y Antonio Gramsci, el líder marxista del Partido Comunista Italiano, que murió tras sufrir diez años de cárcel.
BOLINAGA
Instauró un régimen que ignoró los Derechos Humanos e implantó un régimen que se enorgullecía públicamente de ello
(«el individuo ha muerto»);
difundió el concepto de totalitarismo
y lo ofreció como un ideal a aspirar;
se entregó decididamente a los conceptos racistas del nacionalsocialimo
a partir de 1938
(cuando su nacionalismo siempre había sido cultural y no biologista)
iniciando una persecución antisemita de imitación nazi
que no estaba dentro de sus postulados originales;
reinterpretó el marxismo
(en una primera etapa) a su gusto
y manipuló la tradición intelectual italiana
para justificar sus deseos de dominio;
anuló el pensamiento crítico.
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