Alguien llamó a la Plataforma por la Escuela Pública de Vallecas para interesarse por las camisetas verdes. Quería hacerse con alguna. O muchas. El pasado miércoles, por «e-mail», esta fue la respuesta desde la organización vallecana: «Hola compañeros. La serigrafía la empresa que nos las hace se llama Antillón. No se aprovecharán porque es gente implicada con nosotros desde hace mucho tiempo».
Y añade: «De este asunto sacan poco, te lo garantizo (están vendiéndolas por ahí a 15 euros). A nosotros nos sale la camiseta por 3 euros, pero encargamos casi 1.700 a la semana. Te lo digo porque el precio varía en función del pedido. También te digo que hace cuatro años hacíamos unas 400 o 500 con mucho miedo de tener que “comérnoslas”, y hoy no damos abasto. Bueno, el teléfono es ....., y su e-mail ..... El responsable se llama Isidro. Salud y ánimo».
También ha trascendido la siguiente conversación entre el que vende y otra persona que quiere comprar una camiseta verde:
Comprador (C): Yo quiero L y S, una y una. ¿Son 5 euros cada una?
Vendedor (V): Sí señor.
(C): Yo soy autónomo y siempre pido un ticket o algo. ¿Hace falta?
(V) (risas): No, somos el mercado negro.
(C): Lo que ustedes me digan. Como estoy acostumbrado, me voy a tomar un café y pido el ticket.
Mientras, ayer miles de jóvenes se manifestaron desde Atocha a Sol ataviados con las camisetas verdes. Convocados por el Sindicato de Estudiantes, llamaron a una jornada de huelga que no caló por igual en todos los institutos públicos. Esta organización estudiantil se nutre hoy de grupos radicalizados. Nació a mitad de los años 80 y se hizo famosa por sus protestas contra el Gobierno socialista y por el popular «Cojo Manteca».
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