EL MARXISMO AL QUE NOS LLEVAN A LO TONTO

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APADRINA A UN PARADO.

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GOBIERNO DE ESPAÑA
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E.me
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6 | Van Holden | 4/9/2009 - 09:13h

TALANTE,
palabra mágica del vocabulario marxista;
el uso propagandístico del lenguaje con la intención de envolver adecuadamente una mercancía defectuosa.

Efectivamente,
el talante es la forma de hacer las cosas;
un talante dialogante,
constructivo y positivo está muy bien cuando acompaña a algo sustancial.

El talante en sí mismo no es nada,
si nada hay detrás.

El asesino puede matar con buen talante,
el ladrón o el pederasta también pueden tener muy buen talante.

El santo,
el sabio,
la persona eficiente
puede carecer de buen talante,
y sin embargo sus actos son plenamente válidos y satisfactorios.

El meollo del asunto es que el marxismo es lo que es,
y eso no lo cambia
ni el buen talante,
ni el buen rollito,
ni la pose,
ni la PSOE.

El marxismo pretende cambiar la dinámica natural de las cosas y sustituirla por un mundo equivocado de valores y principios contra natura.

Ayudar al que lo necesita está muy bien si antes intentas que no necesite una ayuda que puede procurarse él mismo con su esfuerzo y valía.

Tener una fábrica de parados
para después subvencionarlos con un salario inútil,
para llevar una vida acorde con los tiempos que vivimos,
es empobrecer al conjunto de la población
y no solucionar el problema,
al contrario,
lo agudizas.

Ese dinero sale del bolsillo del contribuyente,
y es pan para hoy y hambre para mañana;

Esas son las soluciones marxistas;
no tienen escrúpulos a la hora de usar el dinero ajeno,
no tanto para ayudar a personas necesitadas,
sino para transmitir el mensaje
de que el papá Estado
va a proteger a todo el que lo necesite,
siempre que confíe en el proyecto marxista.

Esto no es social-democracia,
esto es marxismo
y populismo a manos llenas;

Un social-demócrata auténtico,
primero respeta la democracia y a todas sus instituciones,
después aplica unas medidas sociales
que permitan que la mayor parte de la población
alcance una cotas de calidad de vida aceptables;

La social-democracia europea
se basa más en el humanismo cristiano
que en las doctrinas marxistas.

España,
que nunca tuvo un fondo cristiano de base auténtico y consolidado,
ha sido el caldo de cultivo de todas las tesis marxistas anticristianas.

La religiosidad española,
basada en los pasos de semana santa,
en la liturgia barroca
y en una interpretación superficial y formal de la Biblia,
ha convertido, junto a la influencia marxista,
en un páramo espiritual
la tierra de Santiago matamoros
y la Virgen María.

España ha perdido los anticuerpos necesarios
(el cristianismo)
para defenderse de la contaminación marxista,
cuya doctrina anula la libertad individual
y es, por tanto,
esencialmente inhumana.