lunes, 17 de diciembre de 2012

ZP - ZIDANES Y PAVONES EN EL REAL MADRID

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Piensen
¿QUIEN FUE 1º EL HUEVO O LA GALLINA?
¿QUIEN ES EL HUEVO, QUIEN ES LA GALLINA?
SI FUERA EL HUEVÓN YA SABRÍAMOS, SIN DUDAR
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La leyenda de los Pavones

Al eslogan "Zidanes y Pavones" le faltó contenido


Florentino Pérez - wikimedia commons
Florentino Pérez - wikimedia commons
La vuelta de Paco Pavón con el Zaragoza al Bernabéu recupera un lema que Florentino Pérez hizo célebre pero que no cuajó en el Real Madrid: galáctico.
El eslogan Zidanes y Pavones con el que Florentino Pérez quiso dar a conocer las líneas maestras de su Real Madrid galáctico sobrevolará de nuevo el Bernabéu cuando Paco Pavón, esta vez con el Real Zaragoza, ponga sus pies sobre el césped de Chamartín. El ejercicio de marketing, desde luego, cumplió con uno de sus objetivos: pasar a las posteridad.
Prueba de ellos es que han pasado más de nueve años desde que el mandatario blanco, probablemente asesorado por Jorge Valdano, decidiera conjugar el apellido de dos de sus futbolistas para explicar la dualidad de su política deportiva y la frase sigue fresca en el ideario del aficionado blanco, y del fútbol en general.
La traducción a la política deportiva del Real Madrid parecía clara: de un lado se ficharían a los mejores jugadores del mundo, como así se hizo, y del otro se apostaría por los talentos de la cantera para dar consistencia a la plantilla. Aquí es donde, con la perspectiva del tiempo, se puede afirmar que falló un modelo articulado para lograr el éxito deportivo y el equilibrio económico. La realidad fue más tozuda.



La llegada de Zidane
Los datos son irrefutables. Poniendo como punto de partida la temporada 2001/02, momento en el que llegaZidane y por lo tanto toma cuerpo el lema florentiniano, la presencia en el primer equipo de la cantera tiene los nombres de Raúl Bravo, Miñambres y, cómo no, quien dio nombre a todos ellos: Paco Pavón.
De los tres denominados Pavones, el central fue quien contó con más confianza al jugar 28 partidos de Liga, 26 de ellos como titular. Raúl Bravo, con seis participaciones y Miñambres, con una, no corrieron la misma suerte que su compañero. Por lo tanto, el primer año se vio reducido el eslogan a Zidanes y Pavón.
En el segundo intento por dar cuerpo a la línea deportiva marcada, se sumó a esta terna la presencia en la primera plantilla blanca del meta Carlos Sánchez como tercer portero, Rubén, Valdo y Cambiasso. El argentino fue el que mejor suerte corrió al acumular 24 participaciones ligueras. Rubén sólo disputó un encuentro, mientras que Valdo y Carlos Sánchez no llegaron a lucir en partido oficial.

El mejor momento

En esta temporada (02/03), sin embargo, sí se dejó sentir un poco más la cantera, una vez que Cambiasso disfrutó de cierto crédito en el centro de campo, mientras que Pavón (22 partidos) y Miñambres (16) defendían su pequeña parcela en la zaga blanca.
También Portillo, presente en el equipo desde la llegada de Florentino en 2000, tuvo sus minutos al disputar un total de 10 choques en Liga, en los cuales dejó cinco tantos. Y eso que el Zidane de ese año fue Ronaldo, que retornó a España para dejar 23 dianas.
La llegada de Beckham en la 2003/04 terminó de rebajar los minutos de los canteranos en el equipo, pese a que hasta cinco jóvenes promesas se sumaron al plantel (Borja, Juanfran, Núñez, Mejía y Jordi López).
De todos ellos, sólo Pavón y Raúl Bravo pudieron sentirse integrados en el equipo. Uno, el central, disputó 29 partidos, mientras que Bravo rompió con su tendencia y jugó la friolera de 32 encuentros, todos ellos como titular. El premio fue su presencia en la Eurocopa de Portugal en 2004.
Sólo Borja y Núñez fueron capaces de pasar de la barrera de los diez partidos, con 15 y 11 participaciones ligueras, respectivamente. Cambiasso jugó en 17 ocasiones, pero sólo lo hizo en seis ocasiones desde el inicio. La presencia de la cantera, por lo tanto, entraba definitivamente en barrena.

Cambio de estrategia

La campaña 2004/05 dejó vacío de contenido el célebre eslogan. La falta de títulos hizo cambiar el paso a la dirección deportiva del club y se apostó por no subir nuevos canteranos. Pero tampoco se arriesgó mucho por los que ya estaba.
Solamente Pavón y Raúl Bravo fueron capaces de mantener el tipo, pero ninguno de los dos llegó a la veintena de partido aquella Liga. El resto, entre los que ya no estaba Cambiasso, traspasado al Inter, no dejaron de ser una anécdota.
Aquel punto de inflexión mató para siempre una idea brillante, pero nefastamente ejecutada. Ahora, en su segundo mandato al frente de la nave blanca y con la lección bien aprendida, Florentino Pérez elude señalar a la cantera como un vivero fundamental y sólo recurrirá a ella en caso de extrema necesidad. La salidas de canteranos como Negredo, Miguel Torres o Javi García en su reentré no hacen pensar en lo contrario.

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