domingo, 10 de abril de 2011

LA REPÚBLICA, LA EDAD DEL ODIO

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No hay pan para tanto Chorizo


Hacia 1930 estaba cada vez más claro que el optimismo y las ilusiones de una nueva belle epoque no parecían muy justificados. De hecho, de forma gráfica Niall Ferguson ha utilizado la expresión «Edad del odio» para calificar el período comprendido entre las dos guerras mundiales \[...\] Después de la Gran Guerra casi ningún país escapó a esos cambios, un proceso caracterizado por George Mosse como brutalización de la política.. Las violencias partidistas se multiplicaron en el difícil contexto de transición de la guerra a la paz. Finalizadas las hostilidades, la guerra se prosiguió de otra forma. Los lenguajes bélicos se mantuvieron en vigor así como el deseo de aniquilar totalmente al adversario. \[...\]
Ciñéndonos a la República, aunque de tarde en tarde se glorifique el mito, esta experiencia democrática y sus élites rectoras tuvieron muy poco de modélicas, hasta el punto de que sólo de forma forzada se les puede considerar antecesoras de la democracia española actual \[...\]. Más allá de los avances que impulsó (la extensión del sufragio a las mujeres, las reformas sociales, la ampliación de los derechos ciudadanos a las capas populares, la política educativa...) dejó mucho que desear como régimen pluralista basado en el pacto y en el consenso. En este aspecto, tuvieron una gran responsabilidad, qué duda cabe, las fuerzas políticas y sociales que no se identificaron con el proyecto democratizador iniciado en 1931 \[...\]. Salvo excepciones individuales más bien contadas, los grupos políticos que nutrieron ese abundante caudal autoritario (monárquicos tradicionalistas, católicos corporativos, fascistas) no miraron a la democracia como punto de llegada \[...\].
«La República es nuestra»
Pero la República no sólo encontró obstáculos en su flanco derecho. La puesta en cuestión de esta democracia también partió del universo —igualmente plural— de las izquierdas, en particular de las izquierdas revolucionarias. Los comunistas, que eran pocos, y sobre todo los anarcosindicalistas le declaron la guerra a la República prácticamente nada más nacer. De hecho, hasta 1934 el principal escollo interpuesto en el camino de la democratización fueron los segundos. Su protagonismo antidemocrático durante esas fechas fue mucho más importante que los impulsos desestabilizadores lanzados desde el mundo conservador. \[...\]
Para los socialistas, aunque no fuera su modelo ideal, la República únicamente habría de ser para ellos y para los republicanos, y por lo tanto sólo ellos deberían ser sus exclusivos gestores. Dado su carácter «revolucionario y popular», el nuevo régimen solamente podía ser administrado «por los genuinos representantes de ese pueblo que lo había traído». En consecuencia, sus enemigos y opositores quedaban automáticamente fuera del hecho fundacional. El manifiesto lanzado a los pocos días del 14 de abril por las ejecutivas socialistas no dejaba ningún resquicio a la duda: «Esta República española que ahora empieza, y de la cual hemos de ser nosotros guardianes vigilantes, es algo esencialmente nuestro porque a nuestro calor ha nacido y a nuestro calor ha de afirmarse y perfeccionarse en el futuro \[...\].
Bajo tales presupuestos se entiende que los socialistas no concibieran la democracia republicana como una democracia pluralista, liberal y representativa en la que se sintieran cómodos todos los españoles, sino como una democracia revolucionaria forjada, siquiera parcialmente, a su imagen y semejanza. Su discurso subrayaba que sólo los que hubieran aceptado esa legitimidad revolucionaria de origen podrían estar legal y constitucionalmente capacitados para ejercer el poder y ser investidos con la consideración de fuerzas leales. Así, desde su particular interpretación la República echaba a andar como un sistema que excluía a sus adversarios, que castigaba —o en el mejor de los casos restringía— la disparidad de opiniones, supeditando la libertad individual al progreso colectivo de la sociedad. \[...\]
El solo hecho de que Acción Nacional se presentara a las elecciones para intentar llevar diputados a las Constituyentes era un gesto que les parecía inconcebible, pues al fin y al cabo no representaban a nadie. Eran «la España leprosa», cuya carroña había soterrado para siempre «el verdadero pueblo que trabaja y estudia, que sufre y ama». El despliegue de insultos con el que se recibió el retorno de los católicos al escenario político sorprende tanto por su riqueza expresiva como por su implacable ferocidad e ironía. Baste un ejemplo entre mil del periódico «El Socialista» (27-5-1931): «¡Ya viene, ya viene! [...] la turba de alimañas, de raposas, de avechuchos, de sabandijas, de vampiros, de cuervos, de garduñas, de lechuzas, de reptiles, de chacales, de hienas y demás animales y animánculos dañinos que infectaron el país hasta el advenimiento de la República, torna ahora en infernal algarabía de graznidos, chillidos, aullidos, silbidos y rugidos». \[...\]
A la agresión con la agresión
Desde principios del verano de 1933 numerosos círculos socialistas empezaron a acariciar en voz alta la idea de la dictadura del proletariado. Aunque la cosa estaba en el ambiente, el aldabonazo en el giro revolucionario del socialismo lo dieron los famosos pronunciamientos públicos de Largo Caballero, que se sucedieron sin solución de continuidad desde el mes de julio. El entusiasmo con el que recibió la llegada de la República en 1931 se esfumó ahora como por ensalmo. \[...\] En una entrevista con Santiago Carrillo a finales de septiembre, Largo Caballero se explayó con la sincera rudeza que le caracterizaba, exponiendo a los lectores el núcleo más antidemocrático de su pensamiento: «Yo no sé cómo hay quien tiene tanto horror a la dictadura del proletariado, a una posible violencia obrera. ¿No es mil veces preferible la violencia obrera al fascismo?» En los doce meses siguientes, tanto de puertas afuera como en privado, se continuó hablando sin respiro de la amenaza fascista —sin especificar muy bien qué era eso—, de la obligación de estar alerta y de la necesidad de armarse para hacer la revolución. \[...\].
Tras la caída del Gobierno Azaña a principios de septiembre y su recambio por un Gobierno Lerroux, la escalada verbal adquirió tonos casi apocalípticos. Dado que el «derrengado carro de la democracia republicana» les había expulsado «con vilipendio» del poder, abriendo la puerta al «fascista» Lerroux, no quedaba otro camino que conquistarlo «de la forma que sea» para «realizar la necesidad histórica de nuestros días: la dictadura socialista que gobierne para el proletariado». Las posiciones de los caballeristas fueron ganando peso por doquier, hasta el punto que casi todos los socialistas —con la salvedad del grupo de Besteiro— acabaron por hacerlas suyas. \[...\]
La aplastante victoria de las derechas y el centro exasperó a los socialistas y borró de su discurso cualquier resto de respeto a la legalidad constituida. Lo de menos era que ellos se hubieran implicado a fondo en su construcción mientras formaron parte del Gobierno. No aceptaron la derrota y se mostraron dispuestos a vulnerar las reglas del juego democrático. En sus esquemas ideológicos no se contempló como algo normal la alternancia en el ejercicio del poder. Se evidenciaba así, pues, que para los socialistas república no era igual a democracia. \[...\] El único sector socialista que se opuso a estos planes fue el representado por los dirigentes besteiristas que todavía controlaban la UGT. \[...\] Se desmarcaron claramente de los objetivos insurreccionales. En una reunión del Comité Nacional de la UGT celebrada el 13 de diciembre a puerta cerrada, Saborit negó que sobre la República recayese una verdadera amenaza fascista: «¿Se trata de que hay un peligro inmediato de fascismo? Yo digo que eso seriamente no hay quien lo diga [...]»
En abril de 1934, las Juventudes Socialistas ratificaron en un congreso su apuesta por la insurrección armada y la dictadura del proletariado. Al tiempo que dieron por agotado el «régimen burgués», desarrollaron una organización militar propia que conllevó el acopio de armas y el adiestramiento de los militantes en muchos sitios. En aquel congreso, lejos de atemperar sus encendidos ánimos, Largo Caballero —líder indiscutible ya de los socialistas— les animó a crear un «ejército revolucionario», a seguir el camino de la violencia y a adueñarse «íntegramente» del poder político «como sea», al margen de las «instituciones burguesas»: «tengo que manifestar que la revolución no se hace con gritos de viva el socialismo [...]. Se hace violentamente, luchando en la calle con el enemigo».
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JUAN J. RAMOS LÓPEZ
10.4.2011 11:49h.
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¿Y los 40 años de franquismo y lo que llevamos de Democracia (de cartón piedra, porque siguen los mismos en puestos de responsabilidad), que?
51
QUE PASEN BUEN DÍA
10.4.2011 11:39h.
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Escribo desde Albacete, me han borrado el comentario,no era nada irrespetuoso,no me volveré a poner otro comentario, muy al contrario,seré yo quién no vuelva a entrar en ABC
49
LIBERTAD RELIGIOSA
10.4.2011 11:27h.
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Nada más claro y contundente como guía para el buen actuar del hombre que la sabiduría implícita en los diez mandamientos y que fue el fermento revolucionario en los ejes de nuestra civilización occidental y que nos diferenció sustancialmente del primigenio acto basado en el marcado del territorio, dando al pueblo claridad con el sentido de la luz del alma humana; así pues en una democracia occidental el estado no puede ser un ente homogéneo, monocolor ya que su gobierno es refrendado por votos pluralista proveniente de pensamientos y creencias diversas, y entre ellas la cristiana, referencia histórica en nuestra cultura occidental. El poder político se erige en cada legislatura en nombre de un partido concreto, que tiene el deber de conciliar la diversidad que va a gobernar; en tema tan sensible como la creencia religiosa inherente a la esencia del ser, y que nuestra Constitución trata en el Artículo 16 del capítulo segundo sobre los derechos fundamentales y de las libertades, y que se expresa así: "Se garantiza la libertad religiosa y de culto de los individuos y de las comunidades, sin más limitación, en su manifestación, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley". Esto es, que el Estado garantiza el derecho a la libre elección religiosa y no se entiende bien por qué se quitan los crucifijos, se profanan las capillas, se promulgan leyes propias de un estado laico en un estado aconfesional …y que invierten los términos de tal Artículo 16, pues las limitaciones manifiestamente provocativas no parten de la religión católica sino de este gobierno hacia ella y los ciudadanos cristianos no comprenden por qué no se aplica la ley para mantener el orden público a su parcela religiosa. No hay nada más cerca del orden público que la ley de oro cristiana: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
46
ENRIQUE
10.4.2011 11:17h.
Responder
Hola, "PACOME" (comentario 44). No justifiques el sectarismo de la izquierda por el sectarismo de la derecha, pues tu mismo lucirás como sectario. Se habla y adoctrina hasta la saciedad a la población sobre la violencia de la derecha y el articulista trata de explicar que las cosas fueron en los dos sentidos. ¿Te cuesta comprenderlo? ¿Sabías que la I República fue abortada por un golpe de Estado liderado por los fascistas en connivencia con el PSOE? ¿Sabías que en sus discursos después del golpe de Estado de Primo de Rivera, Largo Caballero decía que la democracia no era importante, que lo que importaba era tomar el poder y que los fascistas y ellos perseguían los mismos objetivos? Los fascistas, antisistema, radicales de cualquier bando, estalinistas, anarquistas y buena parte del PSOE son exactamente la misma cosa. Abogan por el uso de la violencia para constituir un Estado todopoderoso en detrimento de las libertades del individuo, son antisemitas, antiamericanos y en el fondo no les importa para nada el bienestar ciudadano. TODOS IGUALES, ENTIÉNDELO (y SOY DE IZQUIERDAS, A MUCHA HONRA, PERO ANTE TODO SOY DEMÓCRATA)
42
PEDRO
10.4.2011 11:03h.
Responder
Cada día alguien con sentido del equilibrio y la objetividad nos demuestra que la Guerra Civil no fue idea de Franco. Largo Caballero deseaba ese enfrentamiento armado y lo consiguió. Pero calculó mal las consecuencias y nunca sospechó que su interlocutor sería Franco. El PSOE hoy,con ZP a la cabeza,al que ha apoyado sin reservas durante 7 años,demuestra que España mantiene bien viva la semilla del enfrentamiento y el odio hacia quien no piensa igual. ZP solo se ha encargado de regarla y abonarla. Así estamos.
40
ENRIQUE
10.4.2011 10:58h.
Responder
Perdón a todos ... ¡Que despiste! Estaba leyendo casi a la vez "El País" y "ABC" y pensaba que este artículo era de "El País", por lo que me resultaba un tanto extraño el sentido de crítica a la izquierda intolerante y felicitaba al periódico por el cambio positivo. Ya veo que no es así ... Ojalá pudiéramos ver este tipo de artículos en los medios controlados por el PSOE (PRISA - El País - La SER, La Sexta, Cuatro, Telecinco, El Periódico, etc.).
39
CABALLERISTA
10.4.2011 10:58h.
Responder
Este fragmento recuerda a los Monty Phyton, que han hecho por nosotros los romanos..." Más allá de los avances que impulsó (la extensión del sufragio a las mujeres, las reformas sociales, la ampliación de los derechos ciudadanos a las capas populares, la política educativa...) " Nada, La República sólo sirvió para jartarse de odiar. Qué cerriles. Mira que han tenido tiempo y bibliografia para rectificar, pero nada de nada, impasible el ademán. Aún así habrá que contar con ellos para la III República Española. Salud
38
ENRIQUE
10.4.2011 10:53h.
Responder
Felicidades a Fernando del Rey por su gran objetividad y sentido democrático mostrados en este artículo, algo que francamente no me esperaba de "El País" y que me hace mas proclive a leer sus artículos. Soy de izquierda (de la de verdad, de la democrática, progresista y tolerante), pero el fanatismo extremista, intolerante y violento de muchos que se hacen llamar "de izquierdas" me produce urticaria y a menudo prefiero posiciones más moderadas que se encuentran en partidos no considerados como "de izquierdas". Ojalá todos sepamos asumir la lección de este artículo y nos volvamos menos sectarios y más tolerantes. Gracias.
37
PACOME
10.4.2011 10:47h.
Respondiendo a #35
Responder
Hola, yo no intento quitar el trabajo a nadie. Yo solo digo que puestos a futurar se se haga con base historica y coincido con usted, la historia es la que es y lo demas son cuentos. Saludos.
36
PACOME
10.4.2011 10:44h.
Respondiendo a #33
Responder
Te recuewrdo que TODOS somos herederos naturales de la 2ª Republica pues pertenece a NUESTRO pasado reciente. En la 2ª Republica habia derechas, izquierdas, intransigentes de derechas, intransigentes de izquierdas,democratas, faascistas.....Es un periodo historico mal estudiado en España, Poco despues de la muerte de franco en España se seguia estudiando mal, hioy en día en muchos casos se sigue estudiando mal. Y lo que es peor, algunos "historietadores", que no historiadores, nos contamina con sus mentiras y medias verdades sobre aquel tiempo.
35
JOAN
10.4.2011 10:43h.
Respondiendo a #13
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Mire, no cite Vd a Rappel para terminar quitándole el trabajo. En Francia, después de la liberación, estuvieron a un tris de la guerra civil. y no lo fue porque Stalin pactó con De Gaulle la salida de Francia de los americanos, como así ocurrió años después. Por no citarle la guerra civl entre comunistas y monárquicos en Grecia. Así pues, ciñamonos, todos, a lo que fue. saludos.
33
MIGUEL@64
10.4.2011 10:22h.
Responder
Me da mucha pena comprobar que, después de tantos años, las actitudes siguen siendo las mismas: mantenerse en el poder a cualquier precio y criminalizar al adversario.Eso es lo que hace el psoe a día de hoy, y menos mal que-de momento- no existen milicias... Cada vez soy más consciente de que la historia aquella que nos contaban (yo lo estudié en el colegio poco después de la muerte de Franco...) del mito de la república" tan buena y democrática era un cuento chino... Sobre todo,viendo lo que hacen y dicen los que se dicen sus herederos naturales.
29
JOAN
10.4.2011 10:02h.
Responder
Esta visto, a la luz de los mensajes, que la "transición" apenas si ha sido un espejismo, que ni la pertenencia auna entidad supranacional mayor, la UE, ni la realidad de la globalización, son capaces de enterrar la bilis ideológica que se erige así en nuestra más destacada marca genética, generación tras generación,por encima de los discursos y de las palabras, para seguir avivando el rescoldo. Lad dos Españas, en el escondido recóndito de la memoria, en espera de otro tiempo histórico, prestas a saltar una sobre la otra. Cualquier motivo o afrenta irredenta, valen.
26
LIMPIEZA ETNICA
10.4.2011 09:56h.
Respondiendo a #25
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UN GENOCIDIO ES LA DESTRUCCION DE UN GRUPO ETNICO, RACIAL O NACIONAL, FRANCO BUSCABA LA DESTRUCCION DE LA IZQUIERDA CON LOS FUSILAMIENTOS Y EL EXILIO
25
PALAS ATENEA
10.4.2011 09:51h.
Respondiendo a #23
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El exilio no es genocidio sino la consecuencia normal de todas las guerras, 200.000 personas aleatorias tampoco constituyen genocidio. El genocidio lleva implícito la desaparición de familias enteras, el asesinato de niños es la marca del genocidio, si no lo hay no existe genocidio. Todos los genocidios reconocidos: el Holocausto, el Holodomor, el armenio y el ruandés implican el asesinato de miles de mujeres, ancianos y niños. Franco no exterminaba familias, mataba personas y estoy segura que de esos 200.000 la mayoría eran hombres mayores de edad.
24
REALISTA
10.4.2011 09:49h.
Responder
España tiene que modernizarse y mirar al futuro. Dándole vueltas y elegiendo a los mismos de una Republica FRACASADA no mejoraremos nuestra vida.
23
LIMPIEZA ETNICA
10.4.2011 09:40h.
Respondiendo a #21
Responder
SEGUN LOS HISTORIADORES QUE SE CITAN ARRIBA, MAS DE 200.000 PERSONAS FUERON FUSILADAS EN LOS 10 AÑOS QUE SIGUIERON AL FINAL DE LA GUERRA....HASTA 1950 MAS O MENOS Y MILLONES FUERON EXILIADAS, HASTA 1975 MILES FUERON TORTURADAS Y ASESINADAS
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FASCISTAS
10.4.2011 09:37h.
Respondiendo a #20
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ODIO?....LEY DE DEPENDENCIA, LEY DE IGUALDAD, LEY DE VIOLENCIA DE GENERO, CHEKE-BEBE, 400 EUROS IRPF, LEY DE MATRIMONIO ENTRE HOMOSEXUALES, SUBSIDIO PARA PARADOS DE LARGA DURACION, NEGOCIACION CON ETA PARA QUE NO MATARAN(COMO AZNAR EN EL 98), LEY DE AYUDA AL ALKILER, SE BAJO EL PARO DEL 11% AL 8%, SE CONSTRUYERON 7000 KM DE AVE(CON AZNAR 1000)...ETC ETC, POR COSAS COMO ESTAS LOS FASCISTAS JUSTIFICAN EL GOLPE DEL 36
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PALAS ATENEA
10.4.2011 09:36h.
Respondiendo a #19
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Odio no significa un sentimiento destructivo solamente sino una acción también. No puedes poner odio a secas-odio sin consecuencias-por un lado en contraposición con algo tan material como torturas, robos y asesinatos. Es sectario totalmente, el odio se contrapone al odio; las torturas, asesinatos y robos a torturas, asesinatos y robos. Seamos serios.La República lo único que tuvo de bueno es que duró poco, como el III Reich, el régimen de Franco duró mucho, como el comunismo en Rusia. Y en ningún caso hubo genocidio, para que lo hubiera habido Franco tendría que haber acotado a un sector de la población española y haberlo exterminado: hombres, mujeres y niños. Tal cosa no ocurrió.
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EL ODIO SIGUE
10.4.2011 09:32h.
Responder
Tras vivis estos 7 años de PURO ODIO muchos ya adivinamos bastante bien lo que debió sr esa república y el porqué de la guerra.

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