jueves, 16 de febrero de 2012

MOU ATACA LAS JUGADAS A BALÓN PARADO PORQUE SON UNA SANGRÍA DE GOLES Y MALAS LECHES PARA REMONTAR

El técnico, descontento con los goles a balón parado, ensaya para no recibir más tantos en el Bernabéu que le compliquen su marcha en Champions


Minuto 4 del partido ante Levante. Farinós bota una falta. Sergio Ramos la toca en el primer palo y Cabral machaca en el segundo. 0-1. Otra vez, de nuevo, el Madrid abajo en los primeros minutos de partido del Santiago Bernabéu. Mourinho se levanta como un resorte, las venas del cuello hinchadas como cuerdas de violín y gritando como un poseso. A Mou le saca de quicio que al Madrid le metan goles a balón parado. Se irrita porque considera que es una labor más suya que cualquier otro aspecto del juego y que con goles así se podría pensar que el equipo no está trabajado.
Pero no es cierto. Nada más llegar al Madrid, el técnico portugués era consciente de que una de las lagunas del Madrid en defensa era las jugadas a balón parado. Es sabido que Casillas no es el rey de las salidas aéreas, aunque haya mejorado mucho al respecto, y que el Madrid recibía muchos goles en ese tipo de jugadas. Lo primero que hizo Mourinho al aterrizar en Valdebebas fue trabajar durante tres meses seguidos en el juego aéreo defensivo. El Madrid mejoró... hasta ahora.
El Madrid es el segundo equipo de la Liga española que más goles recibe en su casa. El primero es el Sevilla, con 16, luego va el Madrid con 15, empatado con el Málaga y el Zaragoza. De hecho, el equipo blanco ha recibido goles en los seis partidos oficiales disputados en su estadio en 2012. Además, en la Copa del Rey, tanto el Málaga como el Barcelona hicieron sendos dobletes en el estadio madridista. En la Liga, también consiguieron goles los cuatro rivales: Granada, Athletic, Zaragoza y Levante (2). En total, Casillas ha recibido nueve goles en seis partidos en el Bernabéu. Según Mourinho, no son cifras en absoluto tolerables.
El temor del técnico no es infundado y tiene sus raíces en la Champions. Para un entrenador como él, convencido de que los equipos se hacen desde atrás hacia adelante, la firmeza defensiva es fundamental, por lo que estos días está realizando entrenamientos mentales y físicos para erradicar el fallo. Repite una y otra vez a sus jugadores que un gol en casa es mortal en un torneo como la Champions y que hay que volver a la concentración de los primeros meses.
Según Mou, no es un problema solo de colocación, sino de mentalidad a la hora de atacar el balón. Por otra parte está el problema de los laterales. El técnico está harto de decirle a sus laterales defensivos algo que es de catón de patio de colegio: si sube un lateral el otro se queda. Pues nada, allí van los dos subiendo como posesos, por lo que los centrales se quedan vendidos. Convencidos de su superioridad, el Madrid ataca demasiado en casa, y eso hay que arreglarlo.

Se adelanta el viaje a Moscú

Por otro lado, el equipo ha adelantado su viaje a Moscú para la disputa de la ida de los octavos de final de la Champions League frente al CSKA. El motivo es poder aclimatarse mejor al tremendo frío reinante. Hace dos días, los moscovitas batieron récords de temperaturas mínimas, con -31 grados, aunque se piensa que cuando llegue la hora del partido habrá subido a -9 que, con el viento y demás, dará una impresión de -15 grados.
El equipo blanco aterrizará en Moscú el domingo, dos días antes del choque, a las 20:00 horas (23:00 en Rusia) con una temperatura aproximada de -10. Es la primera vez desde 2006 que los blancos dormirán dos noches seguidas fuera de Madrid. En aquella ocasión se jugaba contra el Steaua de Bucarest, pero se viajó no por las inclemencias meteorológicas, sino porque Capello se jugaba el puesto tras haber perdido con el Getafe.
Los blancos llegarán el domingo y se entrenarán el lunes en el estadio Luzhniki, que cuenta con un césped artificial de última generación,

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