Tampoco es bueno que los españoles (pueblo soberano), sigamos pagando las nóminas y complementos de nuestros parlamentarios (nuestros subordinados), habida cuenta del estado de la nación y la numerosa quiebra y ruina de incontables personas y familias afectadas por su gestiones y sin embargo mire, ahí estamos pagando. Hay que tener valor, Valeriano.
El trabajo hace falta hoy, no a finales de año. ¿De que van a vivir las familias que hoy no tienen ingresos, hasta que tengan trabajo a partir de fin de año? Yo se lo diré, de la caridad de sus semejantes salvo que caigan prisioneros de usureros y prestamistas, por tanto ¿Van ustedes a repartir su nómina hasta entonces entre los necesitados? Por que con cinco millones de hogares afectados por la crisis, que a una media de cuatro personas por hogar supone una afectación directa para media España e indirecta para la otra media, se hace dificil seguir respirando y pagando tributos a una administración que no garantiza íntegramente ni la vida, ni la moral, ni el trabajo, ni el honor, ni la vivienda, ni la intimidad, ni la hacienda, ni la imagen, ni la libertad, ni la dignidad de todos los soberanos de esta empresa común que les tienen contratados, llamada España.
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Señor Ministro de trabajo del reino de España, como miembros soberanos de este país podemos decirle que, en cuaquier empleo, si el trabajador no cumple con su trabajo el propietario de la empresa puede rescindir el pago del salario y dar por concluido el contrato; cumpla Usted entonces con el suyo y comience a crear puestos de trabajo inmediatamente y en los terminos constitucionales establecidos, o cumpliremos nosotros como pueblo soberano y dejaremos de abonar tributos inmediatamente para proceder al despido fulminante por incumplimiento de contrato. Mire Gómez, esta patría es voluntariosa y no le gusta dejar para mañana lo que puede hacerse hoy mismo, y si es que no pueden o no saben hacer su trabajo, entonces díganlo honradamente y como cualquier asalariado cojan la baja o dimitan con honor para que otros puedan cumplir el cometido de garantizar los derechos universales constituidos, que para eso han sido Ustedes contratados y eso es lo que juraron ante una cruz, una bíblia, una carta magna y un Rey que nos representa a todos.
.... pero sí los precios.
Le faltó decir al inefable sindicalista converso.
No cabe mayor cara dura.
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