Lean:
“Bajar impuestos es de izquierdas”.
“Los 130.000 no son parados, sino que son personas que se han apuntado al paro”.
“Yo puedo equivocarme, pero no engañar sobre la crisis económica”.
“España no recortará la ayuda a la cooperación y el desarrollo a pesar de la crisis”.
“Nuestro objetivo no es sólo asegurar las pensiones, sino equipararla a la media europea”.
“Con el recorte del déficit no se verán afectados los sueldos de los funcionarios”.
“De los recortes siempre quedará excluido el cheque bebé que fomenta la natalidad o la adopción”.
“Superado este paréntesis, retornaremos a elevadas tasas de crecimiento y reanudaremos la generación de empleo”.
“Hay una enorme confianza en el mundo en nuestra economía”.
“El origen de todas las turbulencias financieras se sitúa en Estados Unidos”.
“No llegaremos a los cuatro millones de parados de ninguna de las maneras”.
“Lo anunciaré de forma sencilla pero ambiciosa: la próxima legislatura lograremos el pleno empleo en España. No lo quiero con carácter coyuntural, lo quiero definitivo”.
“España está a salvo de la crisis financiera”.
“Tenemos la tasa de paro más baja de la historia. El modelo económico español es un modelo internacional de solvencia y eficiencia”.
“Haciendo uso de un símil futbolístico, se podría decir que España ha entrado en la Champions League de la economía mundial”.
“No hay atisbo de recesión económica. La economía española tiene muy buenos fundamentos”.
“Crear un alarmismo injustificado en torno a la economía de un país puede dañar las expectativas. Permítanme que diga que hablar de la crisis es lo menos patriótico que conozco”.
“La crisis es una falacia, puro catastrofismo. Vamos a seguir creando empleo y teniendo superávit”.
“Señor Rajoy: no vale la demagogia en economía”.
“Prometo crear 2 millones de nuevos empleos”.
“La peor previsión de paro que podamos tener por delante será siempre una previsión mejor que la mejor que tuvo el PP”.
“La actitud de quienes exageran sobre el alcance de la actual situación económica es antipatriótica, inaceptable y demagógica”.
“Es probable que lo peor de la crisis económica haya pasado ya”.
“La economía española crecerá a velocidad de crucero durante los dos próximos años, en los que avanzará en torno a un 3%”.
“No hay derecho, lo digo como presidente del Gobierno, a que nadie ponga en duda la solvencia de las cuentas públicas de España como país… es inmoral”.
“Vamos a un ligero déficit, pero no me preocupa”.
“Cada día somos más fuertes en el mundo”.
“Vamos a realizar un aumento de las pensiones, especialmente para los que viven solos y las viudas”.
“No llevaré a cabo esa receta de Rajoy de un drástico recorte del gasto público porque esos planes siempre chocan contra los más débiles”.
“Los que proponen recortes de salarios y de derechos, que no llamen a las puertas del Gobierno”.
“El camino para transitar la crisis es un camino social o no será”.
“El cheque bebé por recién nacido no se tocará”.
“Se va a respetar el acuerdo con los sindicatos y no se tocará nada que se refiera a las retribuciones de los funcionarios”.
… Y finalmente:
“Yo siempre hago honor a la palabra dada”.
Espantosa situación
Si, después de haber repasado esta antología incompleta del peor (o mejor) Zapatero, alguien piensa que aún tiene resortes o mínima capacidad para gestionar el protectorado español, la filial de China, Estado Unidos, Alemania y Francia, es que ha perdido un punto, o más de un punto de cordura. El pasado viernes nuestra columnista Consuelo Sánchez-Vicente escribía que Zapatero es el peor presidente de nuestra historia. Tenía razón, pero no es sólo eso. Es el político falaz, presuntuoso y bodoque que ha destruido con cuatro brochazos la mejor situación económica que nunca haya vivido España, porque tal cosa sería, con todas las dificultades del mundo, superable. El problema es que ha dinamitado los valores de toda la sociedad, ha dinamitado la estructura territorial de nuestro país y, no contento con eso, se dispone a cumplir los dos años que le quedan de legislatura democrática con una única intención: disimular sus taras recogiendo a la peor izquierda, la más montaraz, las más revanchista, para regresar a un estado de confrontación en que todo puede ser posible. Incluso lo más dramático. Quien no se dé cuenta de esto, definitivamente es que es un idiota. De tomo y lomo. Porque este individuo es un peligro.
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