El dispositivo, que mide la millonésima parte de un milímetro, es el primer paso para construir ordenadores cuánticos ultra rápidos
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A pesar de su reducidísimo tamaño, apenas cuatro nanómetros, frente a los 40 de un transistor corriente (un nanómetro es la millonésima parte de un milímetro), el transistor realiza satisfactoriamente su función de regular el flujo de corriente eléctrica. Pero las auténticas posibilidades que abre este logro no se limitan a la construcción de aparatos electrónicos cada vez más pequeños, sino que son un primer paso para la construcción de ordenadores cuánticos ultra rápidos y con una potencia de cálculo capaz de ridiculizar a las más poderosas computadoras actuales
A pesar de su reducidísimo tamaño, apenas cuatro nanómetros, frente a los 40 de un transistor corriente (un nanómetro es la millonésima parte de un milímetro), el transistor realiza satisfactoriamente su función de regular el flujo de corriente eléctrica. Pero las auténticas posibilidades que abre este logro no se limitan a la construcción de aparatos electrónicos cada vez más pequeños, sino que son un primer paso para la construcción de ordenadores cuánticos ultra rápidos y con una potencia de cálculo capaz de ridiculizar a las más poderosas computadoras actuales
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