EL MANIPULADOR
Otro que no le fue a la zaga,
aunque encubierto
con una máscara de mayor tranquilidad,
fue Óscar López,
secretario general del PSOE de Castilla y León. ¡
Menudo ejemplar!
Muy seráfico,
muy tranquilo
pero un manipulador sin precio.
O tal vez con él,
porque le cazaron con el carrito de los helados
con lo de la estación del AVE en Guadalajara.
López
–muy propio de él,
como saben por Castilla y León–
intentó sacar a relucir
los terrenos de la familia
de Esperanza Aguirre
recalificados allí,
olvidando que lo fueron
porque también le recalificaron
otros cercanos
al ‘tito’ Rafael Santamaría,
de Reyal Urbis.
Encima
se tuvo que tragar
que le recordaran
cómo el trazado del AVE
fue diseñado por Josep Borrell
y el paso por Guadalajara,
exigido por Bono.
Hablando de Demetrio Madrid,
¿no fue su sucesor en el PSOE castellanoleonés,
Juan José Laborda,
el primero que pidió su cabeza?
¿Olvidan algunos,
para lo que quieren,
el grado de implicación
de los clanes socialistas
en aquel ajuste de cuentas.?
Por cierto,
López,
efectivamente,
tuvo razón con que es normal
que unos padrinos
regalen por comunión.
Lo que no lo es tanto
es que esos regalos,
en vez de una cadenita
o un reloj,
lo sean por valor
de más de tres millones
de las antiguas pesetas
en concepto de decoración
de un piso piloto.
También le faltó al prócer socialista
que alguien le preguntara
lo que opinaba al respecto
de las declaraciones de su correligionario
sobre los medios de “extrema derecha”
y los periodistas “mafiosos”.
Al fin y al cabo,
y según la lógica de Bono,
su esposa es ultraderechista y mafiosa,
puesto que trabaja en un medio de extrema derecha
como Público.
Lástima de oportunidad perdida.
Siempre nos quedará la imagen
de una Karmentxu Marín
–que al parecer no se lee el diario en el que escribe–
saltando en su silla
cuando a Alfonso Rojo,
en coña,
se le ocurrió llamar ultraderechista
al periodista de El País
José María Irujo,
autor de la información sobre Porcelanosa
y la Hípica Almenara de los Bono.
aunque encubierto
con una máscara de mayor tranquilidad,
fue Óscar López,
secretario general del PSOE de Castilla y León. ¡
Menudo ejemplar!
Muy seráfico,
muy tranquilo
pero un manipulador sin precio.
O tal vez con él,
porque le cazaron con el carrito de los helados
con lo de la estación del AVE en Guadalajara.
López
–muy propio de él,
como saben por Castilla y León–
intentó sacar a relucir
los terrenos de la familia
de Esperanza Aguirre
recalificados allí,
olvidando que lo fueron
porque también le recalificaron
otros cercanos
al ‘tito’ Rafael Santamaría,
de Reyal Urbis.
Encima
se tuvo que tragar
que le recordaran
cómo el trazado del AVE
fue diseñado por Josep Borrell
y el paso por Guadalajara,
exigido por Bono.
Hablando de Demetrio Madrid,
¿no fue su sucesor en el PSOE castellanoleonés,
Juan José Laborda,
el primero que pidió su cabeza?
¿Olvidan algunos,
para lo que quieren,
el grado de implicación
de los clanes socialistas
en aquel ajuste de cuentas.?
Por cierto,
López,
efectivamente,
tuvo razón con que es normal
que unos padrinos
regalen por comunión.
Lo que no lo es tanto
es que esos regalos,
en vez de una cadenita
o un reloj,
lo sean por valor
de más de tres millones
de las antiguas pesetas
en concepto de decoración
de un piso piloto.
También le faltó al prócer socialista
que alguien le preguntara
lo que opinaba al respecto
de las declaraciones de su correligionario
sobre los medios de “extrema derecha”
y los periodistas “mafiosos”.
Al fin y al cabo,
y según la lógica de Bono,
su esposa es ultraderechista y mafiosa,
puesto que trabaja en un medio de extrema derecha
como Público.
Lástima de oportunidad perdida.
Siempre nos quedará la imagen
de una Karmentxu Marín
–que al parecer no se lee el diario en el que escribe–
saltando en su silla
cuando a Alfonso Rojo,
en coña,
se le ocurrió llamar ultraderechista
al periodista de El País
José María Irujo,
autor de la información sobre Porcelanosa
y la Hípica Almenara de los Bono.
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