Cantabria Liberal - El trasto de la fragata Extremadura
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Las calderas de la fragata, que reventaron en diciembre de 2005 causando la muerte a un cabo primero y a un marinero, no estaban homologadas en cuanto a su mantenimiento.
Era conocido en los astilleros que para ahorrar dinero, las fragatas de la serie 'Baleares' -a la que pertenece la ‘Extremadura’- no se sometían desde 2001 a revisiones profundas ya que estos mantenimientos obligatorios son caros y exigen tener las fragatas durante muchos meses amarradas, sin navegar. El esfuerzo de ahorro que se pide desde el ejecutivo se traduce en que nuestros ejercitos no estén suficientemente operativos como consecuencia de que el ahorro no se lleva bien con la tecnología.
Lo que sí es cierto es que la causa de esa tragedia algo de culpa pudo tener ese deficiente mantenimiento de las calderas. Es una realidad y evidencia que el servicio de mantenimiento desde 2001 se cumplía pero haciendo la vista gorda en cuanto a la precisión. Se cuenta que la propia marineria realizaba trabajos que requerian una destreza y profesionalidad que esta carecía.,Son militares profesionales no soldadores.
Nadie pone en duda, conforme fuentes consultadas, que una de las piezas fundamentales lo son la calderas que requieren mayor atención. Sin embargo, se optaba por dedicar el presupuesto a fragatas más nuevas.Las carencias presupuestaria pasan factura en forma de accidentes.
Las diligencias continúan y el juez togado militar de La Coruña, que lleva el expediente por la explosión, ha tomado declaración en las últimas semanas a dos capitanes de corbeta, un teniente de navío y al cabo primero José Miguel Gago Chao.
El cabo primero, que fue sancionado con dos meses de arresto por denunciar públicamente negligencias previas a la explosión en la fragata 'Extremadura', castigo después suspendido gracias a la intervención de la reina doña Sofía,
http://maremagnumdequisicosillas.blogspot.com/2010/05/la-ministra-chacon-niega-amparo-al-cabo.html
ha ratificado que pidió a sus superiores que se apagara la caldera y no le hicieron caso.
Por su parte, los peritos han afirmado que -probablemente- aunque se hubiera apagado, habría continuado existiendo el riesgo de explosión.
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