El Catalan quiere suplantar a otras lenguas
Moderadores: Anti_paletos, Ayria
Re: El Catalan quiere suplantar a otras lenguas
por fosquet el Dom Ene 25, 2009 5:57 pm
Al imbécil de Juanjots le he proporcionado ya -¿8?, ¿10? veces- relación de algunos escritores en catalán, tanto del Principado como de Mallorca y de Valencia; sólo algunos, porque son muchísimos y porque yo relaciono los escritores que conozco y, en la gran mayoría de casos, que he leído; yo no me dedico a copiar listados de una página web -ni, menos aún, listados que terminan con la espléndida confesiónmira quien hablo, el del catalan invisible.....donde esta tu extensa literatura catalana de antes de 1914?
Seguro que faltan muchos escritores, incluso, alguno de los nominados igual no es escritor o no escribe en valenciano o ni siquiera es valenciano, pero espero disculpen esos errores.
Claro que el Juanjots ése repite sin enterarse y sin avergonzarse su misma memez 25 veces, 45 veces...
Por cierto que ¡hay que ser idiota para copiar una y otra vez este listado sin darse cuenta del ridículo que se hace!
En fin...
Última edición por fosquet el Lun Ene 26, 2009 10:20 pm, editado 1 vez en total
Amicus Plato, sed magis amica veritas.
La llengua i la memòria son el botí més eficaç per a sotmetre un poble (A. Guimerà)
Siau qui sou
La llengua i la memòria son el botí més eficaç per a sotmetre un poble (A. Guimerà)
Siau qui sou
- fosquet
- +1000
- Mensajes: 1604
- Registrado: Mié Oct 10, 2007 1:14 pm
- Ubicación: Lo regne emmig de la mar
Re: El Catalan quiere suplantar a otras lenguas
por juanjots el Dom Ene 25, 2009 6:07 pm
perdon......donde dices que esta la literatura catalala?
Las democracias se alteran sobre todo por la insolencia de los demagogos.
Aristoteles.
Aristoteles.
juanjots- +5000
- Mensajes: 14658
- Registrado: Lun Oct 23, 2006 2:26 pm
Re: El Catalan quiere suplantar a otras lenguas
por juanjots el Dom Ene 25, 2009 6:10 pm
Inutil, no digaas que son escritores mallorquines y valencianos escribiendo catalan, cuando el valenciano ya tenia su siglo de oro los pancas"paen tumaca" todavia no estabais ni en el huevo.
Escritores en catalan, no puede ser que los escritores en catalan esten en todos lados menos en cataluña, el babilonio tambien debe de ser catalan primigenio.
Es facil tu expon literatura catalana, no valenciana, ni el tiran lo blaach es catalan ni la paella tampoco, te enteras?
Escritores en catalan, no puede ser que los escritores en catalan esten en todos lados menos en cataluña, el babilonio tambien debe de ser catalan primigenio.
Es facil tu expon literatura catalana, no valenciana, ni el tiran lo blaach es catalan ni la paella tampoco, te enteras?
Las democracias se alteran sobre todo por la insolencia de los demagogos.
Aristoteles.
Aristoteles.
juanjots- +5000
- Mensajes: 14658
- Registrado: Lun Oct 23, 2006 2:26 pm
Re: El Catalan quiere suplantar a otras lenguas
por cu_cut el Dom Ene 25, 2009 8:05 pm
juanjots escribió:Inutil, no digaas que son escritores mallorquines y valencianos escribiendo catalan, cuando el valenciano ya tenia su siglo de oro los pancas"paen tumaca" todavia no estabais ni en el huevo.
Escritores en catalan, no puede ser que los escritores en catalan esten en todos lados menos en cataluña, el babilonio tambien debe de ser catalan primigenio.
Es facil tu expon literatura catalana, no valenciana, ni el tiran lo blaach es catalan ni la paella tampoco, te enteras?
Maravillosa exposición que da a entender que eres subnormal profundo.
A la mayoria ya nos habia quedado claro pero esta bien que despejes dudas.
Saludos,
Cu-Cut
Fragmento de la carta del embajador catalan en 1.714:
(...) a lo menos que restes Cataluña erigida en Republica, baix sa real protecció de la augustissima casa y de la gran alianza.
(...) a lo menos que restes Cataluña erigida en Republica, baix sa real protecció de la augustissima casa y de la gran alianza.
cu_cut- +5000
- Mensajes: 5427
- Registrado: Vie Feb 08, 2008 12:33 pm
- Ubicación: Catalunya
Re: El Catalan quiere suplantar a otras lenguas
por _BLUES_ el Dom Ene 25, 2009 11:32 pm
Catalunya no cumple
Por Albert Branchadell, profesor de la Facultad de Traducción e Interpretación de la UAB (EL PERIÓDICO, 22/01/09):
El 19 de diciembre del 2007 el Parlamento de Catalunya rechazó tramitar una iniciativa legislativa popular sobre bilingüismo escolar que tenía como rasgo distintivo el derecho de los niños “a recibir la enseñanza preescolar y primaria en su lengua materna”. En el debate de totalidad de esta iniciativa legislativa, la diputada de ERC Mercè Roca justificó su rechazo aduciendo que el derecho de los niños a recibir la primera enseñanza en su lengua materna “ya lo garantiza la ley de política lingüística”. Daniel Font, en nombre del PSC, se extendió algo más para repetir el argumento: “Afirmamos que el derecho a la primera enseñanza en la lengua materna está garantizado por la legislación vigente cuando la lengua materna es una de las dos lenguas oficiales. Las familias pueden acogerse a este derecho, y el sistema educativo tiene la obligación de habilitar una enseñanza específica, y esto es así”.
CIERTAMENTE, la ley de política lingüística, que todavía está en vigor, dice lo que Font dijo que dice: “Los niños tienen derecho a recibir la primera enseñanza en su lengua habitual, sea esta el catalán o el castellano. La Administración ha de garantizar este derecho y poner los medios necesarios para hacerlo efectivo”. Otra cosa es que, como quiere Font, esto realmente sea “así”. Un año después de aquel debate parlamentario, en plenas vacaciones navideñas, el Tribunal Supremo dio a conocer una importante sentencia sobre esta cuestión que desmiente levemente a Font, Roca y a cuantos sostienen que el derecho de recibir la primera enseñanza en castellano está realmente garantizado en las escuelas de Catalunya.
La historia es un poco larga: en el año 2000, la asociación Convivencia Cívica Catalana, entonces liderada por Aleix Vidal-Quadras, presentó un recurso contra los impresos de preinscripción escolar para el curso 2000-2001, con el argumento de que no incluían una casilla para señalar la lengua habitual de los alumnos. El 14 de septiembre del 2004, el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) estimó parcialmente el recurso de Vidal-Quadras y compañía, y anuló el impreso de preinscripción y declaró “la obligación de la Administración educativa de adoptar las medidas necesarias para que en el modelo oficial se pregunte por su lengua habitual a los padres o tutores de los niños, a fin de poder hacer efectivo su derecho a recibir en aquella la primera enseñanza”. La reacción de la Generalitat fue presentar recurso ante el Tribunal Supremo y, mientras, negarse a adoptar ninguna “medida necesaria” con el argumento de que la sentencia recurrida no era firme, en una actitud que los sucesivos consejeros de Educación (de Marta Cid a Ernest Maragall) han mantenido, a pesar de los requerimientos del TSJC a propósito de nuevos recursos contra los impresos de preinscripción de cursos posteriores. El 27 de diciembre del 2008, finalmente, el Supremo zanjó el asunto, desestimando el recurso de la Generalitat y estableciendo la firmeza de la sentencia inicial del TSJC y, por tanto, la obligación ineludible de la Administración educativa de adoptar las medidas necesarias para que en el impreso oficial de preinscripción se pregunte por la lengua habitual de los niños.
La alegría de los impulsores de los sucesivos recursos contra los impresos de preinscripción ha sido manifiesta. Como también ha sido manifiesto el silencio de la Administración educativa. El único alto cargo de la Generalitat que se ha pronunciado sobre esta cuestión es el locuaz Bernat Joan, secretario de Política Lingüística, aunque la educación no pertenece realmente a su negociado. Entre despectivo y condescendiente, Joan declaró que “como mucho, pondremos una casilla de más en las hojas de preinscripción de las escuelas”, minimizando el posible impacto de esta medida en el modelo de plena inmersión. En la mente de un cargo público como Bernat Joan –que, a pesar de las apariencias, no deja de sopesar sus palabras– está lo que la Plataforma per la Llengua sí se atrevió a pedir en el comunicado emitido a raíz de la sentencia del Tribunal Supremo: una modificación de la legislación actual “para evitar sentencias como esta”.
DICHO DE otra manera: la única modificación legal que puede “evitar sentencias como esta” consiste en eliminar el derecho a recibir la primera enseñanza en castellano que establece la ley de política lingüística. Ernest Maragall está en ello, aunque sea a regañadientes: por imposición explícita de un socio de Gobierno, la ley de educación que se tramita en el Parlamento limita de cinco cursos a uno solo la posibilidad de ejercer el derecho a recibir la enseñanza en castellano (en un artículo, por cierto, que de forma reveladora no lleva la coletilla “la Administración debe garantizar este derecho y poner los medios necesarios para hacerlo efectivo”). En otras palabras, lo más probable es que la casilla de la lengua habitual del alumno figure en los impresos de preinscripción cuando el derecho a recibir la primera enseñanza en la lengua habitual que esgrimía Font en el debate del 2007 haya quedado detrás de las líneas rojas que Joan Puigcercós ha trazado; José Montilla, asumido, y Artur Mas, aplaudido. (Saura está demasiado ocupado con Gaza.) Un gran servicio a la causa, pero no precisamente a la del multilingüismo.
Por Albert Branchadell, profesor de la Facultad de Traducción e Interpretación de la UAB (EL PERIÓDICO, 22/01/09):
El 19 de diciembre del 2007 el Parlamento de Catalunya rechazó tramitar una iniciativa legislativa popular sobre bilingüismo escolar que tenía como rasgo distintivo el derecho de los niños “a recibir la enseñanza preescolar y primaria en su lengua materna”. En el debate de totalidad de esta iniciativa legislativa, la diputada de ERC Mercè Roca justificó su rechazo aduciendo que el derecho de los niños a recibir la primera enseñanza en su lengua materna “ya lo garantiza la ley de política lingüística”. Daniel Font, en nombre del PSC, se extendió algo más para repetir el argumento: “Afirmamos que el derecho a la primera enseñanza en la lengua materna está garantizado por la legislación vigente cuando la lengua materna es una de las dos lenguas oficiales. Las familias pueden acogerse a este derecho, y el sistema educativo tiene la obligación de habilitar una enseñanza específica, y esto es así”.
CIERTAMENTE, la ley de política lingüística, que todavía está en vigor, dice lo que Font dijo que dice: “Los niños tienen derecho a recibir la primera enseñanza en su lengua habitual, sea esta el catalán o el castellano. La Administración ha de garantizar este derecho y poner los medios necesarios para hacerlo efectivo”. Otra cosa es que, como quiere Font, esto realmente sea “así”. Un año después de aquel debate parlamentario, en plenas vacaciones navideñas, el Tribunal Supremo dio a conocer una importante sentencia sobre esta cuestión que desmiente levemente a Font, Roca y a cuantos sostienen que el derecho de recibir la primera enseñanza en castellano está realmente garantizado en las escuelas de Catalunya.
La historia es un poco larga: en el año 2000, la asociación Convivencia Cívica Catalana, entonces liderada por Aleix Vidal-Quadras, presentó un recurso contra los impresos de preinscripción escolar para el curso 2000-2001, con el argumento de que no incluían una casilla para señalar la lengua habitual de los alumnos. El 14 de septiembre del 2004, el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) estimó parcialmente el recurso de Vidal-Quadras y compañía, y anuló el impreso de preinscripción y declaró “la obligación de la Administración educativa de adoptar las medidas necesarias para que en el modelo oficial se pregunte por su lengua habitual a los padres o tutores de los niños, a fin de poder hacer efectivo su derecho a recibir en aquella la primera enseñanza”. La reacción de la Generalitat fue presentar recurso ante el Tribunal Supremo y, mientras, negarse a adoptar ninguna “medida necesaria” con el argumento de que la sentencia recurrida no era firme, en una actitud que los sucesivos consejeros de Educación (de Marta Cid a Ernest Maragall) han mantenido, a pesar de los requerimientos del TSJC a propósito de nuevos recursos contra los impresos de preinscripción de cursos posteriores. El 27 de diciembre del 2008, finalmente, el Supremo zanjó el asunto, desestimando el recurso de la Generalitat y estableciendo la firmeza de la sentencia inicial del TSJC y, por tanto, la obligación ineludible de la Administración educativa de adoptar las medidas necesarias para que en el impreso oficial de preinscripción se pregunte por la lengua habitual de los niños.
La alegría de los impulsores de los sucesivos recursos contra los impresos de preinscripción ha sido manifiesta. Como también ha sido manifiesto el silencio de la Administración educativa. El único alto cargo de la Generalitat que se ha pronunciado sobre esta cuestión es el locuaz Bernat Joan, secretario de Política Lingüística, aunque la educación no pertenece realmente a su negociado. Entre despectivo y condescendiente, Joan declaró que “como mucho, pondremos una casilla de más en las hojas de preinscripción de las escuelas”, minimizando el posible impacto de esta medida en el modelo de plena inmersión. En la mente de un cargo público como Bernat Joan –que, a pesar de las apariencias, no deja de sopesar sus palabras– está lo que la Plataforma per la Llengua sí se atrevió a pedir en el comunicado emitido a raíz de la sentencia del Tribunal Supremo: una modificación de la legislación actual “para evitar sentencias como esta”.
DICHO DE otra manera: la única modificación legal que puede “evitar sentencias como esta” consiste en eliminar el derecho a recibir la primera enseñanza en castellano que establece la ley de política lingüística. Ernest Maragall está en ello, aunque sea a regañadientes: por imposición explícita de un socio de Gobierno, la ley de educación que se tramita en el Parlamento limita de cinco cursos a uno solo la posibilidad de ejercer el derecho a recibir la enseñanza en castellano (en un artículo, por cierto, que de forma reveladora no lleva la coletilla “la Administración debe garantizar este derecho y poner los medios necesarios para hacerlo efectivo”). En otras palabras, lo más probable es que la casilla de la lengua habitual del alumno figure en los impresos de preinscripción cuando el derecho a recibir la primera enseñanza en la lengua habitual que esgrimía Font en el debate del 2007 haya quedado detrás de las líneas rojas que Joan Puigcercós ha trazado; José Montilla, asumido, y Artur Mas, aplaudido. (Saura está demasiado ocupado con Gaza.) Un gran servicio a la causa, pero no precisamente a la del multilingüismo.
"Ser de izquierdas es, como ser de derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejía moral."
_BLUES_- +5000
- Mensajes: 6239
- Registrado: Lun Ago 04, 2008 4:02 pm
- Ubicación: Barcelona. ( ESPAÑA )
Re: El Catalan quiere suplantar a otras lenguas
por Juanito juanito juanito el Dom Ene 25, 2009 11:39 pm
Y el caralsol ¿ qué ?
¿ Hasta cuando se seguirá torturando a los niños en Catalunya impidiéndoseles cantar este himno de tan recia raigambre patriótica ?
Ein ?
¿ Hasta cuando se seguirá torturando a los niños en Catalunya impidiéndoseles cantar este himno de tan recia raigambre patriótica ?
Ein ?
- Juanito juanito juanito
- +5000
- Mensajes: 11591
- Registrado: Mar Dic 05, 2006 4:05 pm
Re: El Catalan quiere suplantar a otras lenguas
por _BLUES_ el Dom Ene 25, 2009 11:52 pm
Por Albert Branchadell, profesor de la Facultad de Traducción e Interpretación de la UAB (EL PERIÓDICO, 28/09/08):
Atrás queda el verano y los niños regresan a las escuelas después de tres interminables meses de vacaciones. Quienes tengan hijos que hayan empezado P-3 o hayan cambiado de colegio acaso recuerden el periodo de preinscripción y en especial el impreso que rellenaron con mano temblorosa ante el riesgo de no obtener plaza en el centro educativo deseado. Si alguien conserva las instrucciones que acompañaban al impreso en cuestión, todavía podrá leer una nota que pronto será historia: de acuerdo con la ley de política lingüística, “los niños tienen derecho a recibir la educación infantil y el primer ciclo de educación primaria en su lengua habitual” (léase, castellano). ¿Historia? Sí. El pasado 14 de agosto, en plena temporada de rebajas, el conseller Ernest Maragall presentó finalmente ante el Parlament el proyecto de ley de educación de Catalunya, que justo empieza su andadura parlamentaria. Si hasta ahora, al menos sobre el papel, se podía solicitar la educación en lengua castellana desde P-3 hasta segundo de primaria (es decir, durante cinco años), la futura LEC limita esa posibilidad a P-3 o a primero de primaria (es decir, durante un año y basta).
¿POR QUÉ esta rebaja tan drástica en el ejercicio del derecho a recibir la primera enseñanza en castellano? Buena pregunta. Pero a lo mejor la pregunta no hay que hacérsela a Ernest Maragall, sino a Joan Puigcercós, que ahora mismo no está en el Govern, pero sin duda influye en sus decisiones. Joan Puigcercós y otros dirigentes de su partido encarnan de modo excelente la respuesta más inteligente que se ha dado desde Catalunya al Manifiesto por la Lengua Común impulsado por El Mundo. Si Fernando Savater y demás expresan reservas (por utilizar un término suave) sobre la posición que ocupa el castellano en el sistema educativo de Catalunya, lo que hay que hacer no es examinar la posible razonabilidad de las reservas, sino debilitar abiertamente esa presencia, en este caso reduciendo (sin justificación conocida) las posibilidades de solicitar la enseñanza en lengua castellana. Es decir, añadiendo más leña a un fuego que es fácil encender, pero que luego cuesta mucho sofocar, si no es que acaba abrasándonos a todos. Y las posibilidades de rectificación del apartado lingüístico de la futura LEC en el trámite parlamentario son escasas: con rostro sombrío, la portavoz de ERC en el Parlament, Anna Simó, lo dejó muy claro en su rueda de prensa del día 17: “No dejaremos que se modifique el título lingüístico”.
Ahora bien, la rebaja impuesta por Puigcercós a Maragall no es nada comparado con lo que otros miembros de ERC han llegado a sugerir este verano. En el marco de la Universitat Catalana d’Estiu, donde impartía el curso Planificación lingüística y diversidad de la Unión Europea, Bernat Joan insinuó que ni siquiera sería necesaria la asignatura de lengua castellana en las escuelas. “Aunque no se enseñara en el sistema educativo de Catalunya, la gente sabría castellano por pura inmersión en el medio”. En otras palabras, no hacen falta tres horas de castellano, como exige el ministerio, ni dos, como defiende la Generalitat: con cero horas basta, porque el castellano ya se aprende en la calle. El mismo Bernat Joan reconoció que suprimir la asignatura de castellano tiene un pequeño problema, y es que el castellano (aún) es una lengua oficial.
Pero el verdadero problema de la propuesta de Joan no es ese sino otro. Por un lado, sugerir que un sistema educativo debería prescindir de la enseñanza formal de una lengua porque esta ya se aprende en la calle se aproxima bastante a lo que, con todos los respetos y el diccionario en la mano, podríamos definir como una solemne sandez. ¿Alguien se imagina a Ìorgeráur Katrín Gunnarsdóttir, ministra de Educación de Islandia (por poner un caso de país lo más monolingüe posible), sugiriendo que no es necesario enseñar islandés en las escuelas con el argumento de que la lengua se aprende “por pura inmersión en el medio”? Por otro lado, el problema es que Joan no es un miembro de ERC cualquiera, sino un “alto cargo” de la Generalitat, como explica la web de su propio partido, y no un alto cargo cualquiera, sino nada más y nada menos que el secretario de Política Lingüística: es decir, el encargado de hacer cumplir la ley que, a fecha de hoy, todavía reconoce no solo la obligación de enseñar castellano a todos los escolares, sino también la posibilidad de solicitar la enseñanza en castellano desde P-3 hasta segundo de primaria.
BERNAT JOAN siempre podría escudarse en la libertad de expresión diciendo que acudió a Prada a título personal. No… En el programa del curso, Joan no figura como doctor en Filología Catalana, sino como secretario de Política Lingüística. En el temario, por cierto, figura un punto interesante: La política lingüística catalana com a referent europeu. ¿Qué referente vamos a ser para el comisario europeo de Multilingüismo, Leonard Orban, si todo lo que pensamos ofrecer es un sistema educativo tan monolingüe como cualquier otro? Con profesores como Joan, no es extraño que las universidades catalanas prefieran mantener las distancias con una Universitat Catalana d’Estiu que lastra su valor académico con una carga política que algún futuro equipo rector debería tener la valentía de sacudirse
Atrás queda el verano y los niños regresan a las escuelas después de tres interminables meses de vacaciones. Quienes tengan hijos que hayan empezado P-3 o hayan cambiado de colegio acaso recuerden el periodo de preinscripción y en especial el impreso que rellenaron con mano temblorosa ante el riesgo de no obtener plaza en el centro educativo deseado. Si alguien conserva las instrucciones que acompañaban al impreso en cuestión, todavía podrá leer una nota que pronto será historia: de acuerdo con la ley de política lingüística, “los niños tienen derecho a recibir la educación infantil y el primer ciclo de educación primaria en su lengua habitual” (léase, castellano). ¿Historia? Sí. El pasado 14 de agosto, en plena temporada de rebajas, el conseller Ernest Maragall presentó finalmente ante el Parlament el proyecto de ley de educación de Catalunya, que justo empieza su andadura parlamentaria. Si hasta ahora, al menos sobre el papel, se podía solicitar la educación en lengua castellana desde P-3 hasta segundo de primaria (es decir, durante cinco años), la futura LEC limita esa posibilidad a P-3 o a primero de primaria (es decir, durante un año y basta).
¿POR QUÉ esta rebaja tan drástica en el ejercicio del derecho a recibir la primera enseñanza en castellano? Buena pregunta. Pero a lo mejor la pregunta no hay que hacérsela a Ernest Maragall, sino a Joan Puigcercós, que ahora mismo no está en el Govern, pero sin duda influye en sus decisiones. Joan Puigcercós y otros dirigentes de su partido encarnan de modo excelente la respuesta más inteligente que se ha dado desde Catalunya al Manifiesto por la Lengua Común impulsado por El Mundo. Si Fernando Savater y demás expresan reservas (por utilizar un término suave) sobre la posición que ocupa el castellano en el sistema educativo de Catalunya, lo que hay que hacer no es examinar la posible razonabilidad de las reservas, sino debilitar abiertamente esa presencia, en este caso reduciendo (sin justificación conocida) las posibilidades de solicitar la enseñanza en lengua castellana. Es decir, añadiendo más leña a un fuego que es fácil encender, pero que luego cuesta mucho sofocar, si no es que acaba abrasándonos a todos. Y las posibilidades de rectificación del apartado lingüístico de la futura LEC en el trámite parlamentario son escasas: con rostro sombrío, la portavoz de ERC en el Parlament, Anna Simó, lo dejó muy claro en su rueda de prensa del día 17: “No dejaremos que se modifique el título lingüístico”.
Ahora bien, la rebaja impuesta por Puigcercós a Maragall no es nada comparado con lo que otros miembros de ERC han llegado a sugerir este verano. En el marco de la Universitat Catalana d’Estiu, donde impartía el curso Planificación lingüística y diversidad de la Unión Europea, Bernat Joan insinuó que ni siquiera sería necesaria la asignatura de lengua castellana en las escuelas. “Aunque no se enseñara en el sistema educativo de Catalunya, la gente sabría castellano por pura inmersión en el medio”. En otras palabras, no hacen falta tres horas de castellano, como exige el ministerio, ni dos, como defiende la Generalitat: con cero horas basta, porque el castellano ya se aprende en la calle. El mismo Bernat Joan reconoció que suprimir la asignatura de castellano tiene un pequeño problema, y es que el castellano (aún) es una lengua oficial.
Pero el verdadero problema de la propuesta de Joan no es ese sino otro. Por un lado, sugerir que un sistema educativo debería prescindir de la enseñanza formal de una lengua porque esta ya se aprende en la calle se aproxima bastante a lo que, con todos los respetos y el diccionario en la mano, podríamos definir como una solemne sandez. ¿Alguien se imagina a Ìorgeráur Katrín Gunnarsdóttir, ministra de Educación de Islandia (por poner un caso de país lo más monolingüe posible), sugiriendo que no es necesario enseñar islandés en las escuelas con el argumento de que la lengua se aprende “por pura inmersión en el medio”? Por otro lado, el problema es que Joan no es un miembro de ERC cualquiera, sino un “alto cargo” de la Generalitat, como explica la web de su propio partido, y no un alto cargo cualquiera, sino nada más y nada menos que el secretario de Política Lingüística: es decir, el encargado de hacer cumplir la ley que, a fecha de hoy, todavía reconoce no solo la obligación de enseñar castellano a todos los escolares, sino también la posibilidad de solicitar la enseñanza en castellano desde P-3 hasta segundo de primaria.
BERNAT JOAN siempre podría escudarse en la libertad de expresión diciendo que acudió a Prada a título personal. No… En el programa del curso, Joan no figura como doctor en Filología Catalana, sino como secretario de Política Lingüística. En el temario, por cierto, figura un punto interesante: La política lingüística catalana com a referent europeu. ¿Qué referente vamos a ser para el comisario europeo de Multilingüismo, Leonard Orban, si todo lo que pensamos ofrecer es un sistema educativo tan monolingüe como cualquier otro? Con profesores como Joan, no es extraño que las universidades catalanas prefieran mantener las distancias con una Universitat Catalana d’Estiu que lastra su valor académico con una carga política que algún futuro equipo rector debería tener la valentía de sacudirse
-
No hay comentarios:
Publicar un comentario