martes, 4 de agosto de 2009

CRECER EL PELO

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Hola a todos:
Hace 3 meses tome durante 3 meses mas o menos, 30 g de semillas de lino molidas, y separadas en dos tomas, como se aconseja en este foro y en muchas otras páginas, incluso de dietética.
Buscando la cantidad adecuada por internet por si 30 g fueran demasiado o muy poco, vi el siguiente comentario en esta página

http://primatehumano.blogspot.com/2008_02_01_archive.html.

Si a alguien le apetece leer y rebatir el artículo aqui os lo dejo.

Ya se ha tratado aquí anteriormente y de forma extensiva la necesidad, esencialidad e interrelación entre los diferentes ácidos grasos omega-3 de origen dietético. Aún así, no está de más volver a profundizar en algunos puntos concretos para evitar confusiones que puedan tener repercusiones no deseadas a causa de un desconocimiento de lo que se estudia.

Empecemos con un rápido resumen de la situación: los ácidos grasos omega-3, no pueden ser sintetizados por el organismo humano, y ha sido comprobada su esencialidad en reiteradas ocasiones, al menos para el cabeza de fila ácido alfalinolénico. Casi todos los estudios modernos contemplan la capacidad irrefutable del ácido graso omega-3 docosahexaenoico, un derivado del alfalinolénico, para influir en la salud del sistema nervioso central, de las retinas oculares y del aparato reproductor. Casi la mitad de la materia lipídica de un cerebro humano está compuesta por DHA (ácido graso docosahexaenoico) y AA (ácido araquidónico). Un feto humano, o un bebé sin el suficiente aporte de DHA, tiene un desarrollo cerebral por debajo de la media, llegando a casos en que nunca podrá superar el desfase físico de desarrollo de su sistema nervioso (tanto a nivel motor como cognitivo) a pesar de que se intente contrarrestar la carencia que tuvo en sus primeros meses o años de vida. Por otro lado, los estudios epidemiológicos observan una correlación clara entre el aporte de DHA a lo largo de la edad adulta y casi la mitad de probabilidad de sufrir enfermedades degenerativas propias de la tercera edad como el Alzheimer, la degeneración macular, el Parkinson o la demencia senil, entre otras.
Por descontado, el uso de aceites ricos en los ácidos grasos eicosapentaenoico y docosahexaenoico (EPA y DHA) han sido ya estudiados en centenares de ocasiones, y comprobada su eficacia en cuanto a la protección del sistema cardiovascular, tanto por su acción antiarrítmica, su capacidad de mejora del perfil lipídico sanguíneo hacia uno cardioprotector, o su poder para luchar contra la inflamación crónica de muchos sistemas y órganos.

En resumen, no es aquí donde se tratará de justificar la esencialidad o necesidad de los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 de cadena media o larga (ALA, EPA y DHA), sino la forma de obtenerlos de manera segura.

Se me pregunta acerca de la posibilidad real de aportar DHA al organismo a partir de la ingesta diaria de semillas de lino. Esta es la situación:

Los estudios que se han realizado acerca de la conversión del ácido linolénico (ALA) en DHA, difieren, aunque el consenso viene a indicar que, dentro de una significación estadística, la conversión de ALA a EPA es del orden de un 5% (4-6%) y de ALA a DHA, entre un 0.02% y un 0.5% (Plourde, 2007; Arterburn, 2006; Williams, 2006; Burdge, 2005; Wallace, 2003; Kew, 2003; Bemelmans, 2002; Sinclair, 1999; Caughey, 1996; Allman, 1995; Mantzioris, 1994; Kelley, 1993; Chan, 1993; Tang, 1993; Weaber, 1990; Irving, 1983; Sanders, 1981).

Igualmente, los estudios indican que, tanto la inyección de hormonas estrogénicas, como el hecho de ser mujer, aumentan dicha capacidad de conversión en un factor multiplicador de entre 3 y 6 (Burdge, 2005). Esto tiene sentido si tenemos en cuenta que la mayor voracidad por obtener DHA por un cerebro humano es en el momento de la formación del feto, con lo que la mujer ha de estar preparada para un hecho así sin que suponga un factor limitante para el embrión humano. Eso no quiere decir que, para la edad adulta, el organismo esté preparado para soportar el mantenimiento de un órgano tan costoso como el cerebro pasada ya la edad reproductora de la especie con seguridad suficiente para que la descendencia pueda así mismo continuar la propagación de la misma. Es decir, que es más que probable que, mientras para un humano de 30, 40 o incluso 50 años, no tenga importancia el hecho de soportar una subcarencia de DHA, no sucederá lo mismo cuando un primate humano alcanza edades de 60, 70 u 80 años, cuando el no haber aportado suficiente DHA preformado durante la edad adulta se acuse ya de modo irreversible.


Teniendo esto en cuenta, vamos a la parte más prosaica de los cálculos. Si tenemos en cuenta que
el aceite de lino, en el mejor de los casos, tiene una riqueza algo menor de un 60% de ALA, una conversión de ALA a DHA de un 0.5% significaría que 100 gramos de aceite de lino, es decir, 60 gramos de ALA, se convertirían en 300 mg de DHA. Como la FAO/OMS recomienda una ingesta diaria de unos 200 mg de DHA diarios, tendríamos que se necesitarían, en el caso de la mejor conversión posible que se da en organismos humanos, unos 70 gramos de aceite de lino al día. Es decir, 700 kilocalorías de energía, sólo para obtener el DHA. Para una mujer joven, de estatura media, con una actividad física moderada, esto supondría, al menos, un tercio de la energía diaria recomendada. Eso sin tener en cuenta otros factores, como que una cantidad así de aceite de lino, sin un aporte masivo de vitamina E imposible de obtener de alimentos sin recurrir a una suplementación externa agresiva, sería objeto de una peroxidación tan grande en el organismo que produciría en poco tiempo una tremenda erosión de la salud y los tejidos de quién lo tomase. Uno de los mayores factores de riesgo de enfermedad cardiovascular no es tanto el colesterol como la cantidad de colesterol oxidado en la circulación sanguínea, ya que éste estimula los macrófagos y promueve la formación de placa arteriosclerótica de una forma mucho más poderosa que el mero colesterol. Ingestas no demasiado elevadas, de 20 gramos de ALA al día, esto es, tres cucharadas de aceite de lino al día, son suficientes para aumentar considerablemente el nivel de oxidación de las lipoproteínas LDL en sangre de adultos humanos (Nestel, 1997).

En caso de utilizar, por evitar esta fea situación, las semillas de lino directamente, nos encontraríamos con otra serie de obstáculos. El lignano secoisolariciresinol, presente en cantidades elevadas en la semilla completa a diferencia de en su aceite, es un antioxidante suficiente, en principio, para evitar la peroxidación del ALA. Sin embargo, como la riqueza de lípidos en la semilla de lino es del 40%, necesitaríamos ahora 150-180 gramos diarios de semillas de lino para obtener 200 miligramos de DHA (siempre en un caso óptimo o realmente favorable de conversión ALA-->DHA). Nuevamente, la cantidad de kilocalorías para conseguir dicho aporte sería enorme, aunque esta vez, tendrían el beneficio de venir acompañadas de proteína, fibra, fitoestrógenos de comprobada actividad tras ser activados en el colon por las bacterias simbióticas, vitaminas y minerales.

Sin embargo, habitualmente en la naturaleza, funciona el principio de que mucho de una buena cosa no tiene por qué ser tan bueno como parecía, nos encontramos que acompañando al ALA y toda la plétora de nutrientes que nos prometíamos, tenemos componentes secundarios no tan bienvenidos. Para
empezar, entre ellos, observamos los indeseables glucósidos cianogénicos. Estos compuestos son un grupo de sustancias naturales que se encuentran en multitud de plantas y son capaces de liberar grupos cianuro, altamente venenosos o tóxicos (McMahon, 1995; Montgomery, 1980; Hathcock, 1999). Podemos encontrarlos por ejemplo, en las semillas de las manzanas o peras, en altísimas dosis en las almendras amargas o semillas de albaricoque o melocotón, o en cultivos como la mandioca, sorgo o judías lima. En altas dosis, estos compuestos pueden matar un animal del tamaño de un organismo humano, como por ejemplo, consumiendo un par de docenas de almendras amargas (cuyo horriblemente intenso sabor intenta impedirnos tal proeza, desde luego). Sin embargo, consumos menos elevados durante tiempos más prolongados, pueden producir otros efectos, como indica por ejemplo su altísima capacidad bociogénica, esto es, productora de bocio por interferir con la glándula tiroides en el metabolismo del yodo (Whitney, 1999; Cameron, 1930; Hathcock, 1982). En el caso concreto que nos ocupa, la semilla de lino, el consumo de una o dos cucharadas al día (10-24 gramos), no sería suficiente para desencadenar tal efecto, pero en ningún caso esta cantidad sería suficiente para aportar ALA en la medida necesaria para que se observara un mínimo aumento de DHA en el plasma sanguíneo. Continuando el hilo de los compuestos secundarios de la semilla de lino, nos encontramos también con la linatina. Este compuesto es un antinutriente antagonista de la vitamina B6, de efectos documentados (Klosterman, 1967). A esto podríamos añadir que, la cantidad de ácido fítico presente en tal cantidad de semillas de lino como 100 o 150 gramos, es más que suficiente para afectar a la absorción de nutrientes como el Zinc, Calcio, Hierro, Magnesio o Cobre (Jenkins, 1999; Morris, 1980).

Todo ello no quita valor a la toma diaria de una cantidad moderada de semillas de lino, como una o dos cucharadas, por su aporte en lignanos con capacidad fitoestrogénica beneficiosa, contribución con cantidades adecuadas de ALA, su contenido en aminoácidos esenciales, vitaminas, fitonutrientes o mucílagos protectores de la mucosa intestinal. Aun así, como reza el dicho, en la dosis está el veneno, y si bien una cantidad adecuada como la aquí prescrita, no sólo no presenta inconveniente alguno, sino que tiene probada influencia positiva en la preservación de la salud, no mucho de lo bueno es mejor, y un aporte excesivo de este alimento puede tener claros efectos perniciosos.

Espero que este somero acercamiento a la problemática de intentar sustituir el aporte directo de DHA preformado a partir de una cantidad moderada de pescado
graso como son unos 60 gramos al día, por semillas de lino o aún de su aceite, haya sido suficiente para poner las cosas en perspectiva.

Por otro lado, todo esto ha sido estudiado siempre bajo un ángulo en que la conversión se da de forma óptima y efectiva en la cascada ALA-->EPA-->DHA, lo cual no es el caso más frecuente, teniendo en cuenta la cantidad de factores que han de darse simultáneamente, como la presencia de determinados minerales (Zn, Mg…), vitaminas (C, B6…) o enzimas (Delta-6-desaturasa, Delta-5-desaturasa, elongasas…); todo ello sin contar ya con la competición entre los ácidos grasos que compiten por estos recursos, tanto de la familia omega-6 como los mismos ácidos grasos saturados o monoinsaturados que circulan por el torrente sanguíneo o se encuentran en el medio celular.

En ningún momento se ha tratado, en esta exposición, del poder cardioprotector del ALA y/o semillas de lino, el cual está absolutamente comprobado, bien por mejoría del perfil lipídico producto de la ingesta de dicho ácido graso, bien por las capacidades antiinflamatoria y productora de eicosanoides y/o prostaglandinas adecuados, propias de su metabolito el EPA. Sólo estamos refiriéndonos al valor estructural del DHA y de la posibilidad o no, de su obtención a partir de los ácidos grasos EPA o ALA. De todas maneras, aunque sólo sea por mencionarlo aquí como tema relacionado, estudios comparativos entre una cantidad de aceite de lino de 25 gramos al día y una ración diaria de salmón de 75 gramos, observaron una potencia del último tres veces mayor, en cuanto a su capacidad protectora respecto a todos los factores de influencia en el sistema cardiovascular (Caughey, 1996).

El DHA forma parte de las membranas celulares de todo el organismo, dándoles flexibilidad e interviniendo de forma profunda en su comportamiento, su metabolismo y su forma de comunicarse entre sí. En el caso del cerebro o la retina, es un componente fundamental.

1 comentario:

Mar dijo...

Hola. A mi se me cae el pelo y aun no encuentro una solucion. Me recomendaron un nuevo producto (www.stopcaida.com.mx), parece que previene la caída y da más fuerza al cabello
Lo conocen?
Saludos