jueves, 9 de julio de 2009

CAMPS Y BARBERÁ EN EL CONFIDENCIAL

Camps sugiere la existencia de un 'pacto' entre su sastre y Garzón para inculparle

El pasado día 5 de marzo el juez Baltasar Garzón se inhibía a favor de los tribunales superiores de justicia de Madrid y Valencia en el sumario conocido como ‘caso Gürtel’. Unos días después, el juez viajaba a Hispanoamérica, lo que obligó a retrasar su propia comparecencia ante el CGPJ que debía decidir el nombre idóneo para presidir la Audiencia Nacional. Pero a su vuelta, además de su propia comparecencia ante el CGPJ, se produjo otra bien distinta, la del sastre José Tomás ante el magistrado para modificar sus declaraciones anteriores e inculpar a Camps.

Estos fueron los argumentos de defensa que ayer esgrimieron los abogados del presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, ante José Flors, el juez del Tribunal Superior de Justicia de Valencia que instruye el sumario. Y lo hicieron con pruebas documentales: las actas de las declaraciones del propio sastre José Tomás ante la policía, la Fiscalía Anticorrupción y el propio magistrado Baltasar Garzón por dos veces. En estas tres declaraciones, incluida la primera ante Garzón, Tomás se ratificó en que Camps había pagado sus trajes.

De hecho, tal y como el propio sastre había relatado y estaba recogido en las tres actas, su primera relación con Camps se produjo a instancias de Álvaro Pérez, El Bigotes, cuando Tomás todavía trabajaba en la tienda de Milano en Madrid. Aquel verano, el presidente de la Generalitat acudió a la tienda y se probó cuatro trajes que hubo que confeccionar porque no le quedaban bien. Un mes después, Camps aprovechó otro viaje a Madrid para pasar por Milano y probarse los trajes confeccionados, pero como seguían sin estar a su gusto los devolvió.

En aquellas fechas, Tomás pasó a trabajar para la tienda Forever Young, fundada por Eduardo Hinojosa, y aprovechó su cambio de trabajo para volver a enviar los trajes a Camps a Valencia sin haber hecho ningún retoque en los mismos. El presidente volvió a probárselos y al ver que seguían sin estarle bien, de nuevo aprovechó un viaje a Madrid para devolverlos, pero entonces Tomás ya no estaba en Milano. Camps acudió a la nueva tienda, donde eligió telas para dos trajes, esta vez sí, hechos a medida.

Dos mil cuatrocientos euros en total

Según el sastre, Camps recogió esos dos trajes en la tienda tiempo después y pagó los mismos de su bolsillo, en efectivo, a razón de unos seiscientos euros cada traje, es decir, 1.200 euros. En una ocasión posterior, y como el sastre ya tenía las medidas de Camps, José Tomás acudió al Hotel Ritz con unos patrones para confeccionar nuevos trajes, otros dos que fueron entregados en fechas distintas y también pagados en efectivo por Camps, trajes del mismo valor que los primeros, lo que en total suma algo más de 2.400 euros.

Lejos, por tanto, de los 13.000 que el juez Garzón imputa a Camps en el sumario. ¿Dónde está la clave de esta imputación? Según las pruebas aportadas ayer por los abogados del presidente de la Generalitat, en los días posteriores a la vuelta de Garzón de México, a mediados de marzo, se produjo una nueva declaración del sastre José Tomás ante el magistrado de la Audiencia Nacional, cuando la causa ya se encontraba en manos del TSJV porque Garzón se había inhibido de la misma.

En esa nueva declaración, Tomás se desdijo de las tres anteriores y afirmó que todos los trajes confeccionados a Camps en Forever Young, incluido alguno más de los inicialmente enumerados en sus tres declaraciones iniciales, eran un regalo de Álvaro Pérez, presidente de Orange Market, la empresa supuestamente beneficiada por los contratos de la Generalitat y que forma parte de la trama de Francisco Correa. Este cambio de declaración se produjo a la vez que el sastre José Tomás era entrevistado, el día 15 de marzo, en el diario El País, una entrevista que, según fuentes del PP, estaba pactada.

¿Presiones del juez?

Según el entorno de Camps, el sastre habría cambiado su declaración ante la insistencia de Garzón. Posteriormente, el juez no abriría procedimiento por las facturas falsas a José Tomás y sí lo haría, en cambio, contra Forever Young, la empresa de Eduardo Hinojosa, de la que el sastre fue despedido cuando se conocieron las irregularidades cometidas.

Lo cierto es que el montante de facturas falsas, 400.000 euros, daría lugar a una sentencia contundente y la empresa descarga toda la responsabilidad en José Tomás, contra el que se ha querellado. De hecho, la diferencia entre lo aparentemente pagado por Camps y lo dicho por Tomás en su última declaración ante Garzón, de 2.400 a 13.000 euros, tiene mucho que ver con esto: se engordaban las facturas o se hacían facturas falsas nuevas destinadas a la trama de Correa, cuyo ‘hombre’ en Forever Young era el sastre José Tomás.

Lo que sí pone de manifiesto la declaración de Camps ante el juez es que el presidente no dispone de facturas con las que poder demostrar sus compras, dado que casi siempre paga en efectivo y son muy escasas las veces que lo hace con tarjeta. Fuentes próximas a Camps señalaron a este diario que el presidente hace esto de manera habitual, y que cuando necesita pagar algo acude a la farmacia de su mujer para hacerse con dinero en efectivo. Una costumbre, por otra parte, “muy valenciana”.


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