domingo, 2 de agosto de 2009

CACERÍAS DE BERMEJO QUE HEMOS PODIDO SACAR DE INTERNET

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A CAMBIO DE QUE Y SI ESTO NO ES UN COHECO MÁS GRAVE QUE EL DE CAMPS

Recopilado de Internet

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En noviembre de 2008 Bermejo acudió a cazar a la finca El Sotillo, propiedad del empresario Ramón Lorenzo, en Fuenlabrada de los Montes, y su puesto costó seis mil euros.

También acude (no dice veces) a los cotos de:

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Peñas Blancas -Ciudad Real-, (no dice veces)

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y Balandrinos –Toledo- (no dice veces), donde suele ir acompañado del empresario Francisco Samper. ¿Pero para tanto da el sueldo de un ministro?, se preguntaron los diputados de la oposición cuando salió a la luz la cacería de Bermejo y Garzón. Y en caso contrario, ¿a cambio de qué eran esos regalos? La afición cinegética de Bermejo es cara. Tan cara que sólo por presumir es capaz de gastarse un millón de pesetas en comprar una cabeza de venado después de una cacería fallida. Un comportamiento muy progresista y muy propio de alguien que se considera de «izquierdas» y que forma parte de un gobierno obligado con el cuidado del medio ambiente y el ecologismo.

4 -
Quintos de Mora (Finca del Gobierno)
«Éstos se creen que una vez que han llegado al Gobierno todo lo público es suyo», le comentó a su mujer mientras aguardaban la llegada del ministro, junto a su esposa y su hija. Enseguida aparecieron a lo lejos las luces del Jeep de la Guardia Civil y, detrás, el coche del ministro y el de la escolta. Aparcaron en la entrada y el chófer se apresuró a abrir la puerta del coche para que bajara el ilustre invitado. «Ocúpense de las maletas», espetó Bermejo a Luis y a su mujer sin casi mirarles, «y prepárennos algo de cenar después de enseñarnos la casa. Luego quiero dar una vuelta por los alrededores». El ministro y su familia pasarían tres días seguidos en la finca. Su intención, hacer aguardos nocturnos de jabalíes y una montería, en la que tenía previsto recibir invitados. Bermejo le dio las oportunas instrucciones a Luis sobre sus planes para el largo fin de semana, y una final: «Aquí sólo cazo yo, los guardeses, a partir de ahora, tienen prohibida la caza». «Vaya —pensó Luis—, con éstas venimos.» La caza estaba, y sigue estando, prohibida; con la excepción sólo de la que sea necesaria para mantener el equilibrio ecológico de la zona.

5 -
Antonio —otro nombre ficticio— circulaba tranquilo por la A-5, carretera de Extremadura, entre Móstoles y Villaviciosa de Odón, cuando tres coches y una furgoneta le adelantaron con enorme rapidez. Acudía a visitar a un viejo amigo, taxidermista y cazador. Cuál no sería su sorpresa cuando, al llegar al lugar, se encontró con que la furgoneta y los tres coches se encontraban en el mismo lugar al que iba él. Y allí estaba el ministro Fernández Bermejo charlando con su amigo. En un momento dado, los acompañantes del ministro entraron en el taller y sacaron una enorme y majestuosa cabeza de venado y la introdujeron en la furgoneta. Otro de los acompañantes se acercó a su amigo y le entregó un sobre. Un fajo de billetes de quinientos euros hasta sumar doce de ellos, es decir, seis mil euros.
(Sigue)

6 -
Muy propio de un ministro, pensó Antonio, quien no pudo resistir la tentación de interrogar a su amigo. Es que hace un par de años estuvimos de caza juntos en una finca de Jaén. Él no consiguió abatir ninguna pieza, pero yo conseguí un venado que le entusiasmó. -¿Y ha venido hasta aquí para comprarla? -preguntó Luis. -Sí, ya ves. Se encaprichó, le puse un precio y aceptó.

7 -
NAVALTORNO – 7/FEBRERO
El viernes 6 de febrero, a eso de las ocho de la tarde, el Hotel del Val, en la localidad de Andújar, recibe la visita de unos personajes ilustres. Situado a los pies de Sierra Morena y a orillas del Guadalquivir, a 210 metros de altitud, el Hotel del Val es uno de los pocos lugares selectos de la zona.
Allí llegaron el ministro Mariano Fernández Bermejo, el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, la fiscal Dolores Delgado y el comisario de la policía judicial Juan Antonio González. Puede ser que hubiera algún comensal más presente, pero entre los gestos de complicidad sentimental de Garzón y Delgado y las bravatas de Bermejo, la conversación giró sobre un único asunto: la trama de corrupción en el PP. Garzón y Delgado pasaron allí la noche anterior a la montería. ¿Juntos? La llamada que recibió Garzón de su esposa unos días después en su despacho de la Audiencia Nacional y el «sofocón» con ingreso en el hospital por subida de tensión incluida como consecuencia de la misma, hacen pensar que sí.
A Garzón y Bermejo se unió en la montería de Navaltorno el magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Madrid Tomás Sanz, muy amigo del titular del Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional. Puede ser que entre las nueve personas que participaron en la cacería estuviera también el comisario jefe de la Policía Judicial, Juan Antonio González. ¿Por qué tanto celo? No se sabe, pero lo cierto es que al día siguiente, domingo 8, las cosas cambian radicalmente.
En NAVALTORNO se abatieron treinta y cuatro reses. Garzón y Bermejo consiguieron cuatro cada uno, que serían enviadas a un taxidermista de Andújar bajo las iniciales de B. G. y M. F. B. ¿alguien puede dudar de a quiénes se refieren?
Parece ser que no. Los nueve puestos de la montería de Navaltorno costaron 22.500 euros, pagados por un empresario cuyo nombre no ha trascendido, pero entre el coste del puesto y el valor de las piezas, Garzón y Bermejo se ahorraron en torno a diez mil euros cada uno, sólo en esa montería

8 -
CABEZA PRIETA - 8/Febrero
Esa noche ambos durmieron en el cortijo Cabeza Prieta, en Torres, pueblo natal del magistrado, y al día siguiente en ese mismo cortijo participaron en la segunda montería en la que se dio caza a ocho muflones y cinco jabalíes. El juez abatió tres muflones y Bermejo dos.
Los nueve puestos de la montería de Navaltorno costaron 22.500 euros. La de Cabeza Prieta tendría un coste parecido.

9 -
El sábado 24 de enero el encuentro se realizó en la Dehesa de Valhondillo, ubicado en la localidad toledana de Casar de Talavera. Según informa el diario, aquel día el balance fue muy pobre y sólo volvieron con un jabalí. ABC también cita a un vecino del juez de su pueblo natal de Torres. Éste apunta que la presencia del juez en cacerías no es infrecuente y que el precio que se suele pagar para participar en ellas ronda los 1.200 euros.

Además, este testigo de la presencia de Garzón y Bermejo en la misma jornada señala que aquel día también participaron el ex candidato socialista para el Ayuntamiento de Jaén, Marcos Gutiérrez, y la fiscal Dolores Delgado, muy cercana al juez Garzón. El caso de ésta última fue desvelada este miércoles por La Nación.

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