AÑADIR CON LO DE MÁLAGA
Sus relojes eran demandados por la más selecta clientela europea. La Casa Real española le encargó diversos trabajos: para Isabel II, varios para el rey consorte, Francisco de Asís y para algunas de las Infantas. El general Narváez, presidente del Consejo de Ministros, también presumía de poseer uno de sus “sabonetas”; pero su principal cliente fue la armada española que le designó Relojero Cronometrista de la Marina Militar (1856).
MI RECOPILACIÓN OFICIAL DE LOS RELOJES DE LOSADA
Esta relación especial con la Marina se mantuvo durante años, en los que llegó a entregar unos 70 cronómetros, y en los cuales Losada fue perfeccionando sus obras e introduciendo nuevos hallazgos e invenciones, hasta que a raíz de una grave enfermedad, contraída en 1865, empezó a decaer su capacidad de trabajo, al mismo tiempo que lo hacían las necesidades de la Marina.
El último encargo, un reloj de bolsillo, no procedía de la Marina, sino de los cuerpos de la Armada para regalárselo al almirante Casto Méndez Núñez por la batalla de El
Callao.
Este reloj es una de sus obras mas sobresalientes, y se guarda en el Museo Naval de Madrid.
Es una saboneta con las tapas realizadas en piedra verde sanguínea, que lleva las iniciales de Casto Méndez Núñez en la tapa anterior, hechas con diamantes.
Fue comprado por la marinería de España, Filipinas y Cuba y fue pagado a escote
En la tapa posterior, figuran
dos anclas cruzadas
y una corona real encima,
formadas por diamantes y rubíes.
El reloj posee una cadena de oro con adornos en piedra sanguínea con incrustaciones de diamantes y rubíes, con motivos de tipo naval, como
una boya,
una brújula
y una trompeta de mando.
Reloj regalado al vicealmirante Méndez Núñez (Madrid, Museo Naval).
Y a la vez regaló uno más modesto a toda la tripulación.
Y de ese regalo viene la tradición de los marinos vestidos de blanco todas las Noche Viejas, para agradecérselo.
Aunque con el tiempo y sin saber porque se perdió entre la niebla de los tiemposEn el Museo Naval de Madrid se exhibe una de estas sabonetas, en este caso con las tapas en piedra verde sanguínea y un escudo naval
con la corona rematada en rubíes, regalo de los marinos al Almirante
Méndez Núñez a su regreso de la batalla naval de El Callao, obsequio que, en una versión más modesta, el relojero leonés tuvo a bien extender a todos los miembros de la distinguida dotación de la fragata Numancia.
Y en reconocimiento, todas las Noche Vieja, iban vestidos de uniforma a agradecérselo, hasta que la costumbre se fue perdiendo con el tiempo.
O a lo mejor, alguien se lo prohibió, habría que investigarlo
Por cierto que los marinos de Cuba y Filipanas escotaron con una cantidad tres veces superior que el resto de los marinos de la Península y también se debería explicar el porqué.
Puede ser ¿Porque ganaban tres veces más?
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Un reloj y una batalla
Esta relación especial con la Marina se mantuvo durante años, en los que llegó a entregar unos 70 cronómetros, y en los cuales Losada fue perfeccionando sus obras e introduciendo nuevos hallazgos e invenciones, hasta que a raíz de una grave enfermedad, contraída en 1865, empezó a decaer su capacidad de trabajo, al mismo tiempo que lo hacían las necesidades de la Marina.
El último encargo, un reloj de bolsillo, no procedía de la Marina, sino de los cuerpos de la Armada para regalárselo al almirante Casto Méndez Núñez por la batalla de El
Callao.
Este reloj es una de sus obras mas sobresalientes, y se guarda en el Museo Naval de Madrid.
Es una saboneta con las tapas realizadas en piedra verde sanguínea, que lleva las iniciales de Casto Méndez Núñez en la tapa anterior, hechas con diamantes.
Fue comprado por la marinería de España, Filipinas y Cuba y fue pagado a escote
En la tapa posterior, figuran
dos anclas cruzadas
y una corona real encima,
formadas por diamantes y rubíes.
El reloj posee una cadena de oro con adornos en piedra sanguínea con incrustaciones de diamantes y rubíes, con motivos de tipo naval, como
una boya,
una brújula
y una trompeta de mando.
Reloj regalado al vicealmirante Méndez Núñez (Madrid, Museo Naval).
Y a la vez regaló uno más modesto a toda la tripulación.
Y de ese regalo viene la tradición de los marinos vestidos de blanco todas las Noche Viejas, para agradecérselo.
Aunque con el tiempo y sin saber porque se perdió entre la niebla de los tiemposEn el Museo Naval de Madrid se exhibe una de estas sabonetas, en este caso con las tapas en piedra verde sanguínea y un escudo naval
Méndez Núñez a su regreso de la batalla naval de El Callao, obsequio que, en una versión más modesta, el relojero leonés tuvo a bien extender a todos los miembros de la distinguida dotación de la fragata Numancia.
Y en reconocimiento, todas las Noche Vieja, iban vestidos de uniforma a agradecérselo, hasta que la costumbre se fue perdiendo con el tiempo.
O a lo mejor, alguien se lo prohibió, habría que investigarlo
Por cierto que los marinos de Cuba y Filipanas escotaron con una cantidad tres veces superior que el resto de los marinos de la Península y también se debería explicar el porqué.
Puede ser ¿Porque ganaban tres veces más?
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Arturo
Arturo
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