lunes, 12 de octubre de 2009

SER SOCIALISTA EN ESPAÑA

395 | Patxi | 12/10/2009 - 21:13h

Ser socialista en España, en los tiempos que corren, es querer pertenecer al pesebre. Hay muchas personas que son como ganado, gustosos de pertenecer al pesebre. Son seres carentes de ideales propios y repiten los ideales propalados por un inconformista con un grave trastorno TDA-H con variaciones comórbidas psicopáticas y síndrome de la ¨Tourette (fíjense ustedes en el parpadeo enfermizo del señor Pérez Rubalcaba).
Quien pertenece al pesebre, quedando en un nivel tres o cuatro de conciencia, capaces lo más de llegar al nivel de un fraile, no puede comprender a quien es capaz de pensar por sí mismo y no dejarse arrastrar por los trastornados del aula. Ciertamente, ha habido avances en la humanidad, pero ellos no se han debido a cimarrones de la cultura paterna, pues lo que ha permanecido tantos siglos tiene su razón de ser aunque el trastornado con déficit de atención no comprenda cuál.
Observo con pena, desde hace treinta años, la destrucción de la España que nos legaron nuestros padres y abuelos, destruida por unos insensatos llenos de bollo y chocolate, niños mal de casas bien, jugando a cambiar España y a llenarla de lo más abyecto del planeta, a imagen y semejanza de ellos mismos. Son feos, son contrahechos y, además, están llenos de odio, su motor es el odio: o capitulas o te odian, no cabe término medio: odio o desprecio.
No albergan a Dios en su corazón porque el Señor no lo ha dispuesto así, pero ello no significa que los que sí tenemos una cultura Judeocristiana tengamos que capitular ante una ofensiva de destrucción de los valores del pasado y que queremos transmitir a nuestros hijos. Ni en la Revolución Francesa se intentó una estrategia de destrucción de los valores del pasado como está haciendo actualmente el socialismo en España.
No os daís cuenta, son enfermos peligrosos, demagogos, se hacen constantemente las víctimas mientras las van creando, dicen de los demás lo que están haciendo ellos, mintiendo constantemente, porque no tienen palabra. Su cultura es material y desconocen el espíritu, no les ha sido concedido, así que no comprenden que exista en otros. Ven a los seres humanos igual que los veían los nazis o los soviéticos: pura mercancía.
Conservemos los valores sociales heredados: el trato de usted, el respeto, la cortesía, la puntualidad, la urbanidad y el aseo, el paso preferente a personas mayores, mujeres y discapacitados; nadie nos prohíbe ser respetuosos e inculcar valores a otros, así que hagámoslo cada uno de nosotros.
Ignoremos a los que ladran, miremos para adelante, a lo nuestro, y no vayamos a los lugares que frecuenta esta chusma enferma de odio, que se mueran de hambre. Tú, empresario, tienes en tu mano no contratar a chusma infecta por la enfermedad del siglo veinte, vigila a quién metes en tu empresa, evita a los izquierdistas. También hay chicos jóvenes sanos y normales con educación tradicional y respeto al jefe.
En fin, no veo que sea tan difícil convencer a la masa media de lo conveniente de mantener lo que nos fue heredado, sobre todo el respeto.

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