¿Nada nuevo?
Ciertamente, los españoles ya vamos sabiendo en manos de quienes estamos, aunque muchos lo sospecháramos ya.
El Psoe,
una secta destructiva,
y el PP una olla podrida;
nada nuevo bajo el sol.
En definitiva, un pueblo sin gobierno y sin oposición, el mejor de los escenarios posibles para el caos y el desastre nacional.
La solución no es fácil, teniendo en cuenta que quienes tienen los medios para solucionarlo, son los que nos han llevado a esta situación; podemos esperar que nos salve san Obama o la Unión Europea, pero me temo que ya tienen bastante con sus propios asuntos, como para resolvernos los nuestros. No dudo que haya gente en la vida pública española, decente y que haga todo lo posible por la sociedad española, pero es el conjunto lo que no funciona, y frente a eso, cualquier esfuerzo individual en estéril.
Desde Ferraz han destapado el cubo de la basura de Génova;
los del PP no están dispuestos a aprovechar esta magnífica oportunidad para ventilar su casa y con ello, regenerar la democracia española; quieren seguir viviendo en el chapapote de la corrupción y tampoco les interesa demasiado atacar la corrupción del Psoe, porque saben que éstos tienen muchos informes contra el PP.
Es la Ley de la omertá (silencio); la misma que aconsejó a Aznar no levantar alfombras para no provocar la venganza del Psoe;
la Ley de la omertá ha sido rota por Zp, parcialmente, ya que sólo en la dirección que afecta al PP, los delitos socialistas no existen para él;
de la misma manera que rompió la paz entre los españoles inventándose la ley de memoria histórica, para remover los restos de un bando, ignorando a las víctimas inocentes del otro.
Es lo que tiene estar gobernado por un psicópata infantil; discordia civil, descontento, rabia, impotencia, asco y verguenza ajena.
Sólo una reacción sana de la propia sociedad puede corregir esta situación tan peligrosa; la dificultad para que esto ocurra es que la propia sociedad no está en su mejor momento, precisamente por la manipulación ideológica y moral a la que es sometida sistemáticamente.
Los españoles no estamos acostumbrados a preveer y corregir nuestro destino, dejamos en manos mercenarias nuestra propia libertad;
por eso hemos perdido tantas batallas históricas, sólo en circunstancias límite y con la soga al cuello hemos reaccionado contra todo pronóstico y de forma intempestiva para nuestros verdugos.
¿Nada nuevo?
Ciertamente, los españoles ya vamos sabiendo en manos de quienes estamos, aunque muchos lo sospecháramos ya.
El Psoe,
una secta destructiva,
y el PP una olla podrida;
nada nuevo bajo el sol.
En definitiva, un pueblo sin gobierno y sin oposición, el mejor de los escenarios posibles para el caos y el desastre nacional.
La solución no es fácil, teniendo en cuenta que quienes tienen los medios para solucionarlo, son los que nos han llevado a esta situación; podemos esperar que nos salve san Obama o la Unión Europea, pero me temo que ya tienen bastante con sus propios asuntos, como para resolvernos los nuestros. No dudo que haya gente en la vida pública española, decente y que haga todo lo posible por la sociedad española, pero es el conjunto lo que no funciona, y frente a eso, cualquier esfuerzo individual en estéril.
Desde Ferraz han destapado el cubo de la basura de Génova;
los del PP no están dispuestos a aprovechar esta magnífica oportunidad para ventilar su casa y con ello, regenerar la democracia española; quieren seguir viviendo en el chapapote de la corrupción y tampoco les interesa demasiado atacar la corrupción del Psoe, porque saben que éstos tienen muchos informes contra el PP.
Es la Ley de la omertá (silencio); la misma que aconsejó a Aznar no levantar alfombras para no provocar la venganza del Psoe;
la Ley de la omertá ha sido rota por Zp, parcialmente, ya que sólo en la dirección que afecta al PP, los delitos socialistas no existen para él;
de la misma manera que rompió la paz entre los españoles inventándose la ley de memoria histórica, para remover los restos de un bando, ignorando a las víctimas inocentes del otro.
Es lo que tiene estar gobernado por un psicópata infantil; discordia civil, descontento, rabia, impotencia, asco y verguenza ajena.
Sólo una reacción sana de la propia sociedad puede corregir esta situación tan peligrosa; la dificultad para que esto ocurra es que la propia sociedad no está en su mejor momento, precisamente por la manipulación ideológica y moral a la que es sometida sistemáticamente.
Los españoles no estamos acostumbrados a preveer y corregir nuestro destino, dejamos en manos mercenarias nuestra propia libertad;
por eso hemos perdido tantas batallas históricas, sólo en circunstancias límite y con la soga al cuello hemos reaccionado contra todo pronóstico y de forma intempestiva para nuestros verdugos.