lunes, 6 de mayo de 2013

1934: LA REPÚBLICA II (1) Y EL FRENTE POPULAR, LOS TRES IGUALES

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CRÍA CUERVOS
JUNTARÁS
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PSOE
© Arturo Álvarez Martínez – 2013

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PSOE: AQUI HAY DE TODO COMO EN BOTICA Y NADA BUENO
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El aparato de agitación y propaganda fue uno de los cimientos sobre los que se asentó la hegemonía del régimen soviético (los otros fueron las purgas y el gulag); desde entonces, la izquierda ha perfeccionado sus mecanismos de persuasión colectiva hasta tal extremo que las purgas y el gulag ya ni siquiera son precisos, no al menos en sus expresiones más cruentas. La izquierda ya no necesita apiolar a sus detractores, como hacía antaño; le basta con anatemizarlos y recluirlos en un gueto de ostracismo, extramuros del Matrix progre donde los abducidos por el agit-prop viven encantados de haberse conocido. Ese gueto de ostracismo es el gulag de las democracias de progreso.

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Asesinatos colectivos en la España del Frente Popular

Por Ministerio de Justicia, 1943

El 25 de septiembre de 1936, desde que las sirenas de la ciudad de Bilbao anunciaron la presencia de la aviación nacional, las turbas, entre las que figuraban gran número de mujeres, se dispusieron, de acuerdo con los guardianes de los presos, al asesinato en masa de estos últimos.

Y así, una vez terminado el bombardeo, se dirigieron hacia los muelles de la ría próximos a la factoría de Altos Hornos, en que se hallaban fondeados los barcos Altuna-Mendi y Cabo Quilates, convertidos en prisión; algunos grupos se trasladaron en gabarras a bordo de los buques, y en el Cabo Quilates comenzó la matanza en las primeras horas de la noche, siendo asesinados sobre cubierta la mayoría de los presos, y otros en la misma bodega, sobre la que se hizo fuego desde fuera, pereciendo de este modo 41 detenidos. En el Altuna-Mendi, después de obligar a los presos, bajo la amenaza de una ametralladora, a permanecer varias horas con los brazos en alto, se asesinó a tiro de fusil, pistola y pistola ametralladora a 29 detenidos.

También en Bilbao, en la noche del 2 de octubre de 1936, un grupo de marineros, e individuos que se titulaban oficiales de Marina de la dotación del acorazado rojo Jaime I, subieron a bordo del barco-prisión Cabo Quilates, y, con la aquiescencia de los guardianes, asesinaron a 38 presos, a los que previamente despojaron de sus alhajas y objetos personales de algún valor.

En la misma capital bilbaína fueron asesinados el 4 de enero de 1937, en las distintas cárceles, un total de 209 presos, realizando los asesinatos fuerzas del Ejército rojo, constando la participación activa de varias compañías de los batallones Asturias (7º de la UGT), Fulgencio Mateos y Malatesta, perfectamente uniformadas, con armamento completo, y a las órdenes de sus jefes, respondiendo desde una de las cárceles el comandante del batallón Malatesta al presidente del Gobierno vasco, que le pedía una explicación acerca de los sucesos que estaban ocurriendo, que "cuando el pueblo se convenciese de que no quedaba un fascista en la cárcel cesarían las matanzas".

(...) Finalmente, el presidente del Gobierno vasco, José Antonio Aguirre, que no había tomado ninguna medida para evitar estos crímenes, ni desplegado ninguna energía para cortarlos una vez iniciados, encargó al Secretario de Guerra que cesara la matanza, concluyendo ésta a los pocos minutos; debiendo tenerse en cuenta que esta orden sólo se dio a las cuatro horas de comenzados los crímenes y ante las apremiantes instancias de los funcionarios de Prisiones, que suplicaban la intervención de la Autoridad.

(...)

Las matanzas de Madrid

La suerte de los presos de Madrid –después de la matanza del mes de agosto en la Cárcel Modelo–  fue haciéndose cada vez más incierta, hasta llegar muy pronto a las matanzas colectivas, respondiendo a una organización perfecta, estudiada en la propia Dirección general de Seguridad, con los antecedentes que a continuación se consignan:

El aumento progresivo del número de asesinatos con la participación, en unos casos, y la pasividad, en otros, de las autoridades que tenían obligación de asegurar el orden público, hizo que se conmoviera la opinión internacional y que las representaciones diplomáticas acreditadas en Madrid hicieran llegar a sus Gobiernos su alarma.

Hubo una nota inglesa a este respecto, y el ministro de Estado español, Julio Álvarez del Vayo, en representación del Gobierno rojo, hizo pública una comunicación, dirigida al encargado de Negocios de la Gran Bretaña, lamentándose de aquella intervención humanitaria del Gobierno inglés, que, afirmaba, carecía de fundamento, ya que "los presos se encontraban totalmente seguros y en espera de ser juzgados por los tribunales competentes".

La comunicación apareció en la Prensa los días 25 y 26 de octubre de 1936, y poco después, dentro del mismo mes de octubre, aquel Gobierno, por medio de uno de sus órganos, como era la Dirección general de Seguridad, ordenó en Madrid el asesinato de presos de la cárcel de Ventas, que no habían sido juzgados por ningún tribunal. Entre estos presos figuraban personas de destacado relieve intelectual, como don Ramiro de Maeztu, y de destacada personalidad política, como el fundador de las JONS, don Ramiro Ledesma Ramos, hallándose entre ellos los dos hermanos Borbón León, emparentados con la Casa Real española.

El director general de Seguridad, Manuel Muñoz, el día 31 de octubre de 1936 ordenó la entrega de estos presos a miembros del Comité Provincial de Investigación Pública –checa de Fomento–, con el pretexto de trasladarlos a Chinchilla; pero con la orden verbal de que fueran asesinados. Uno de los comprendidos de la relación original, don Francisco Gallego Sáenz, resistió el cumplimiento de la orden de salida y fue asesinado en el interior de la prisión.

En los primeros días de noviembre del propio año 1936, representantes de la checa de Fomento, con miembros del ejército marxista, acudieron a las cárceles de Ventas, San Antón y Porlier para requerir a los militares profesionales que sufrían prisión para que se incorporasen al ejército rojo, amenazándoles de muerte si no atendían el requerimiento. Como consecuencia de su actitud digna, negándose a mandar fuerzas militares del Frente Popular, se decretó su asesinato, sin intervención de tribunal alguno, y se hicieron listas, que se entregaron en la Dirección general de Seguridad; este organismo autorizó las sacas de presos para su asesinato, pretextando en algunos casos la libertad de los mismos, y en otros, su traslado. Desde el día 1 hasta el 7 de noviembre de 1936 se sucedieron estas expediciones, ordenadas bajo la firma del director general de Seguridad, Manuel Muñoz, en unos casos, y de los altos funcionarios de la misma Dirección, en otros.

El 6 de noviembre de 1936 se presentaron en la cárcel Modelo de Madrid policías, adscritos a la Dirección general de Seguridad, y milicianos de Vigilancia de Retaguardia, al mando del Inspector General, Federico Manzano Govantes, con una orden de libertad de presos, sin indicación de nombres ni de número; en autobuses de la Sociedad Madrileña de Tranvías se llevaron a los presos que tuvieron por conveniente, sacándolos atados, y los asesinaron en las inmediaciones de Paracuellos del Jarama y Torrejón de Ardoz.

Al día siguiente, 7 de noviembre, se repitieron los mismos hechos, siendo asesinada una nueva tanda de reclusos. La orden de extracción de la cárcel de todos estos reclusos fué firmada por el Director general de Seguridad, que dispuso que el director de la cárcel Modelo entregase a los portadores de dicha orden los presos que verbalmente le indicasen. Según declaración prestada en la Causa General por el funcionario de la Dirección general de Seguridad, don Ángel Jiménez Bella, el mandato referido se extendió y firmó después de una conversación que con dicho director general sostuvo la diputado socialista Margarita Nelken.

La Junta de Defensa de Madrid

El avance victorioso de las fuerzas nacionales y su aproximación a Madrid produjo como inmediatas consecuencias la huída del Gobierno rojo de la capital de España y la constitución de una Junta de Defensa de Madrid, presidida por el General Miaja, en la que había una Consejería de Orden Público, de la que pasaron a depender los detenidos gubernativos que lo estaban por sus ideas sin haber cometido infracción alguna.

La Consejería de Orden Público de la Junta de Defensa fué confiada a Santiago Carrillo, de las JSU, y se nombró delegado de Orden Público –cargo equivalente, en su esfera de actuación, al de director general de Seguridad– al redactor del diario socialista Claridad, Segundo Serrano Poncela.

(...)

Organización de las matanzas de Paracuellos del Jarama, San Fernando de Henares y Torrejón de Ardoz

Este Consejo, en la reunión celebrada el día 10 de noviembre de 1936, presidida por Serrano Poncela, acordó las "normas" que había de seguir para seleccionar a los presos de Madrid que debían ser asesinados en masa. A propuesta de su presidente, se estableció el siguiente turno: primero, militares con graduación superior a la de capitán; segundo, falangistas, y tercero, todos los hombres que hubieran tenido actividades políticas contrarias al Frente Popular. Para este plan se designó a unos representantes del Consejo, que acudieron a distintas cárceles y, actuando en forma de tribunal, interrogaban a los detenidos y decidían la suerte de los mismos.

También designó el Consejo un delegado suyo para cada una de las cárceles, cuya misión consistía en hacerse cargo de las relaciones de presos que debían ser asesinados, llevar a la cárcel la orden de libertad o traslado y dirigir la expedición, con instrucciones reservadas, distintas de las consignadas en la documentación oficial.

(...)

El delegado de Orden Público, Segundo Serrano Poncela, se encargó personalmente de dar las órdenes reservadas, para asesinar a los presos, al Parque Móvil de la Dirección general de Seguridad para disponer de los vehículos necesarios, y al Inspector General de Milicias de Vigilancia de Retaguardia, para tener dispuestos los elementos armados que acompañaban a las expediciones y componían los piquetes de ejecución.

El plan fue tan meditado, y preparado con tanta frialdad, que incluso se dispuso de antemano el lugar de ejecución y el de enterramiento de las víctimas; a este fin prestaron su colaboración los Comités rojos que venían actuando en los pueblos de San Fernando de Henares, Paracuellos de Jarama, y Torrejón de Ardoz, que ordenaron a individuos de estas localidades que cavasen las fosas, y acudieran los días previamente señalados para proceder al enterramiento de las víctimas.

Estos acuerdos del Consejo de la Dirección general de Seguridad, encargado por el fugitivo Gobierno del Frente Popular de la misión de velar por el orden público en la capital, comenzaron a ponerse en ejecución a mediados de noviembre de 1936; pero antes, la Junta de Defensa de Madrid –procediendo en la misma forma en que lo había hecho el Gobierno marxista, al que decía representar– publicó una nota, que apareció en la Prensa diaria el 14 de noviembre de 1936, en la que, bajo la rúbrica "Saliendo al paso de una infamia", decía:
 ... Ni los presos son víctimas de malos tratos, ni menos deben temer por su vida. Todos serán juzgados dentro de la legalidad de cada caso.

La Junta de Defensa no ha de tomar ninguna otra medida, y no sólo no permitirá que nadie lo haga, sino que, en este respecto, los que en ella intervienen y han intervenido lo ejecutarán dentro del orden y de las normas establecidas.
Y en efecto; después de esta comunicación, cuando debían creer que con ello acallaban la alarma internacional, comenzaron a ponerse en ejecución los planes de asesinatos colectivos, organizados y elaborados por los organismos del Orden público, dependientes de la propia Junta de Defensa, que no hacía, en este caso, más que seguir el ejemplo que con su actuación anterior le marcó el Gobierno del Frente Popular. Las diversas Comisiones se trasladaron a las cárceles respectivas para interrogar a los que en ellas se encontraban detenidos.

(...)

En ocasiones los presos eran sacados de la cárcel sin documento oficial alguno, y días después, para que el expediente carcelario quedase completo, se llevaba la orden de traslado o de libertad, que daba una apariencia de legalidad a la salida del recluso.

En las horas de la madrugada los milicianos que prestaban servicio de guardia en el interior de la cárcel, provistos de linternas, entraban a las galerías y, entre blasfemias, insultos y amenazas, obligaban a los presos a levantarse, y los conducían al lugar en que se concentraba para entregarlos a los miembros de las Milicias de Vigilancia de Retaguardia, encargados de su traslado y ejecución; se les registraba, robándoles lo que llevaban encima; se les ataban las manos a la espalda con bramante fino, y con fuerza tal, que les hacía saltar sangre de las muñecas, y se les obligaba a subir a los camiones, preparados al efecto, propinándoles fuertes golpes y haciéndoles objeto de otros malos tratos.

El conocido autor teatral don Pedro Muñoz Seca fue sacado de la cárcel de San Antón el día 28 de noviembre de 1936, y –según declaración prestada en esta Causa General por el testigo presencial don Buenaventura González de Lara– entre otros malos tratos de que fué objeto por parte de los milicianos, uno de ellos, llamado Gonzalo Montes Esteban-Sierra (a) Dinamita, le dio fuertes tirones del bigote, hasta arrancárselo en parte.

(...)

A partir de esta época, la energía con que el nuevo delegado de las prisiones de Madrid –un anarquista que, en pugna con las demás autoridades rojas, y sobre todo con el Partido Comunista, actuó desde el primer momento, por su personal y exclusiva iniciativa– acabó con las matanzas de presos, demostró la facilidad con que hubiera podido obtener este mismo resultado el Gobierno del Frente Popular, si alguna vez se lo hubiese propuesto.

En Torrejón de Ardoz –donde, después de la liberación de España, durante el mes de diciembre de 1939, fueron exhumados 414 cadáveres–, en Ribas de Vaciamadrid y sobre todo en Paracuellos del Jarama –donde en enormes zanjas yacen millares de cadáveres– fueron enterrados en montón los presos de Madrid asesinados en noviembre de 1936 por las autoridades del Frente Popular.
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NOTA: Este texto está tomado de la edición de la CAUSA GENERAL que acaba de publicar la editorial Akrón - 2008-02-17http://findesemana.libertaddigital.com/articulo.php/1276234312

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El terror de las izquierdas durante la guerra civil fue especialmente cruel, a menudo con auténtica bestialidad. Por desgracia no existe una campaña bien subvencionada para darlo a conocer, como por el contrario la ha habido con la represión en el bando nacional. Y no es esta la única diferencia, porque la segunda campaña está plagada de embustes ya desde su enfoque (los “honrados republicanos” asesinados solo por serlo) mientras que las investigaciones sobre la represión roja se atienen generalmente a los hechos, pero no reciben la inmensa atención mediática de los contrarios. Recordemos cómo los grotescos y groseros infundios sobre el  Valle de los Caídos han encontrado eco no solo en las televisiones, sino en la prensa de derecha, como el ABC.
 Dentro de esta lucha por la verdad, Santiago Mata ha publicado una aportación del mayor interés, El tren de la muerte, estudio cuidadoso y detallado sobre una de las primeras matanzas masivas (unas 200 personas) perpetradas por el Frente Popular. El crimen tuvo lugar en un apeadero próximo a Madrid, adonde llegó un tren procedente de Andalucía con presos, estos sí, detenidos simplemente por ser católicos o de derechas, y entre ellos el obispo de Jaén. El libro trata además otros episodios en el mismo Jaén y expone en el caso concreto la  relación entre los milicianos y asesinos (“el pueblo”, según las izquierdas) y las autoridades, un tema que ha estudiado más ampliamente Julius Ruiz en El terror rojo, desmintiendo el embuste de la “espontaneidad” de aquellos actos. El prólogo de Stanley Payne expone con su habitual agudeza el contexto histórico y político del suceso.
Una objeción al autor: aunque no he escrito nada sobre este hecho en concreto, sí he estudiado el contexto general, y creo haber sido el primero en analizar y demoler sistemáticamente  los mitos justificativos del terror rojo. Sin embargo no me cita, y sí lo hace con otros autores. Tampoco lo hace Julius Ruiz en su trabajo, como indiqué hace tiempo, y ocurre con otros de derecha, que recogen mis investigaciones y se atreven a hablar como no lo hacían antes de mis exposiciones… siempreolvidándome.  Parece que se ha convertido en una moda en la derecha.  No deja de tener gracia la cosa.
 Una manía de los catolicones  ha sido la de “olvidar” la historia, suponiendo que recordarla solo servía para reavivar los odios. Nada más absurdo. Los odios nacen naturalmente de la mentira y la calumnia, no de la verdad, y renunciar a defender la verdad cuando esta es atacada, o hacerlo de forma vergonzante y medrosa, no hace sino avivar las llamas de la falsedad y el odio consiguiente. ¿Por qué las grandes televisiones, por ejemplo, y a pesar de la influencia en ellas de muchos católicos y derechistas, no dan la mayor difusión posible a los estudios veraces y contrastados, mientras se ofrecen con la mayor naturalidad a las falsificaciones más groseras?
2012.          v.
http://www.intereconomia.com/blog/presente-y-pasado/cloaca-europa-no-asimila-su-pasado-tren-muerte-20120524

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Paracuellos: Catedral de Mártires

El pasado 28 de noviembre 2010 el obispo de Alcalá de Henares, Monseñor Reig, ofició una misa en la capilla del cementerio de los Mártires de Paracuellos. Unas semanas antes, el 7 de noviembre, acudí a la misa aniversario de los mártires, de los que 106 están ya beatificados por la Iglesia. La causa de otros muchos entre los que se encuentra mi padre, Ricardo de la Cierva Codorníu, sigue su camino hacia el pleno reconocimiento de la Iglesia Católica.

Asistí a este último aniversario, pero una inoportuna dolencia me impidió sumarme a la misa que algunas semanas después celebró el obispo. Me contaron que en sus palabras durante la homilía recordó que este cementerio en Paracuellos es una inmensa catedral que recuerda para siempre las lecciones de su martirio. En estas mismas semanas, se ha recrudecido lo que el Papa Benedicto XVI acaba de denunciar como “el laicismo agresivo” del anticlericarismo actual en España, tomando la expresión de las alocuciones dirigidas a toda la Iglesia durante la II República española por los obispos de España entre 1931 y 1939. Esa República que muchos ignorantes siguen definiendo como democrática, expresión que en este caso no es más que un chiste malo de la Historia.

Aquella falsa república democrática fue responsable de las matanzas de Paracuellos que empezaron en noviembre de 1936, que se han calificado como genocidio y que representan la mayor concentración martirial en toda la historia de la Iglesia católica, incluyendo las persecuciones romanas, las matanzas de católicos en el Norte de África durante la invasión musulmana después de Mahoma y los genocidios que tuvieron lugar durante la Revolución Francesa y otras hecatombes históricas. Por eso el obispo de Alcalá tenía toda la razón cuando se refirió a esta gran catedral de los mártires.

La desviada y antihistórica mentira que se llama entre nosotros, no sé porqué, Memoria Histórica, no se refiere jamás a los mártires de Paracuellos que según consta en los archivos de la Hermandad, en ese glorioso cementerio hay enterradas unas ocho mil víctimas de la Guerra Civil. De entre ellas, unas cinco mil personas fueron asesinadas en las fosas que se abrieron para ellos allí mismo. Tres mil más hasta un total de ocho mil, fueron asesinadas en otros puntos de la provincia de Madrid, donde el número de víctimas establecido por dos grandes historiadores españoles: los generales Rafael Casas de la Vega (recientemente fallecido) y Ramón Salas Larrazábal, asciende a algo más de quince mil.

Es impresionante el número de sacerdotes y religiosos, muchos de ellos ya beatificados, junto a numerosísimas monjas, mujeres y más de un centenar de niños allí fusilados por el único crimen de estudiar en colegios católicos.

La diferencia de método entre ese gran engaño de la memoria histórica y los generales citados es que hoy podemos citar con nombre y apellidos a los ocho mil mártires de Paracuellos.

Confieso que me ha impresionado la consideración del obispo de Alcalá sobre esa gran catedral a cielo abierto que hoy conserva los sagrados restos de nuestros ocho mil mártires. La gran mayoría de ellos, incluso los no sacerdotes y religiosos, fueron sacrificados en odio a la fe.

Eso es lo que jamás reconocerá esa absurda Memoria Histórica unilateral y sectaria.
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=12492
Ricardo de la Cierva
Catedrático de Historia Contemporánea, Doctor en Ciencias Químicas, amén de otras licenciaturas, Ricardo de la Cierva nace el 9 de noviembre de 1926 en Madrid, bajo el signo de la Virgen de la Almudena, Patrona de la villa.

Va a cumplir, por tanto, 84 años y está en plena producción intelectual, no en vano está preparando su libro número 156 y se dispone a escribir sus memorias que se titularán La búsqueda.

Independiente, comprometido, siempre firme en sus principios lo que le ha acarreado soledad e incluso le ha relegado al ostracismo, si bien esa actitud le ha granjeado no pocos admiradores y su obra es seguida por miles de personas en todo el mundo.
06.XII.MMX

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Asesinatos en masa. 
Cuando el NYT se dedicó a informar (es un decir) a los useños sobre el juez prevaricador Garzón y la historia reciente de España, varias personas le enviaron una carta que el intoxicador periódico no publicó, como es –pero no debiera ser– natural. La carta recordaba los asesinatos masivos de Paracuellos y la persecución más sangrienta a la Iglesia que se recuerda como los dos casos de genocidio que se dieron en nuestra guerra civil. Pero nada se pierde del todo, y en una entrevista de ese periódico, le preguntaron a Carrillo por Paracuellos.
La respuesta del personaje  no podía ser más reveladora: él no tenía autoridad sobre lo que ocurría fuera de los límites de la ciudad de Madrid. Y como no tenía tal jurisdicción, claro, no le preocupó lo más mínimo la espeluznante masacre, la mayor matanza de prisioneros de la guerra, a pocos kilómetros de la ciudad. Pero da la casualidad de que la matanza fue planificada y organizada en la misma ciudad, bajo la autoridad y dirección de Carrillo, y no existía en el extrarradio ninguna otra autoridad que pudiera contrariar la suya. Carrillo miente mucho, pero con un poco de sentido común se le descubre enseguida. Ha habido muchos intentos de disimular la responsabilidad directísima de Carrillo, también por parte de la derecha, pero fracasan todos ante los hechos conocidos y la lógica más elemental. Carrillo fue sin duda el mayor asesino en masa de la Guerra Civil, y jamás ha manifestado el menos sentimiento por ello. No pese a ello, sino precisamente por ello, es un icono de la izquierda y hasta de bastantes derechistas.
VI.MMX

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Robo de obras de arte por comunistas españoles – republicanos y anárquicos...
Como sé que el tema te interesa, te cuento lo siguiente. Por casualidad, buscando otra cosa, me topé el otro día en internet con una referencia a ciertas ventas de pinturas españolas hechas por un marchante inglés, Thomas Harris, amigo o medio socio de Anthony Blunt, en 1937, en Londres. El negocio debió de tomar bastante volumen porque , al parecer, creó una cosa llamada "Spanish Art Gallery", que no sé si era una galería especializada dentro de sus negocios, o llamó así a su galería general. Sea como sea, a comienzo de los 2000, en relación con el ruido organizado en torno al robo por los nazis en todo Europa de obras de arte y su recuperación, se publicaron algunos artículos (National Post, December 14 2000, Art in America, Feb. 2001, y supongo que hay más) donde explícitamente se indica que el tal Harris, con la asesoría técnica de Blunt, se dedicó a vender en Londres obras de arte robadas en España en la zona "republicana", derivando una parte de los beneficios a los servicios de la NKVD o algo así. Por supuesto, hay pocas dudas de que Harris, que era agente del MI 6 británico, era también compinche de Blunt como espía soviético. Es curioso que en España nadie se haya interesado por el asunto. En el Online Archive of California, que creo que dependen del Getty Museum, se guardan los archivos de los Durlacher Brothers, que fueron importantes marchantes de arte en Londres y Nueva York en los siglos XIX y XX y en ese archivo hay nada menos que 65 documentos relativos a sus tratos con el Sr. Harris, al parecer, con pinturas españolas. Pero lo más increíble viene ahora: en un artículo publicado en 1998 en el boletín trimestral de la Asociación de Bibliotecarios y Archiveros españoles, ANABAD, XLVIII, num. 1, firmado por Ana Isabel Alvarez Casado, se recogen las noticias publicadas en la prensa "republicana" que atribuían esas ventas en Londres a la actuación criminal de los fascistas, etc. ¡Toma del frasco! No me dirás que no es un tema bonito y que daría para una interesante investigación si se pudiera acceder a los archivos de Thomas Harris. 2009-03-18
http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado/robo-de-arte-por-los-republicanos-mas-sobre-franco-4603/

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Carrillo, comunista. La película en que lo negro se hace blanco.
por Francisco Torres García

De no ser porque con ello se pretende dejar un testamento cinematográfico sobre Santiago Carrillo, realizado con la clara intención de lavar su imagen, no merecería la pena dedicar unas líneas a un típico producto de la propaganda como el que nos ocupa. Se trata de sintetizar las falsedades hagiográficas de la película

El cineasta Manuel Martín Cuenca ha querido, con aires de equilibrio, producir un largo documental titulado “Últimos testigos”, dividido en dos cintas protagonizadas por Manuel Fraga y Santiago Carrillo, respectivamente. No he tenido la oportunidad de ver la cinta del ex ministro, del franquismo y la transición, y expresidente de la Xunta, pero sí, gracias a su pase por televisión en el programa “Versión Española”, que dirige y presenta Cayetana Guillén Cuervo dentro de la más ortodoxa tradición progresista, la del ex secretario general del PCE, titulada “Carrillo, comunista”.

Cinematográficamente, pese a los halagos de turno, poco tiene que ver con el cine documental bien realizado. Sólo a quienes estén dispuestos a seguirla críticamente, como testimonio histórico llega a interesar. Ahora bien, la película no está concebida para ser un “testimonio histórico”, está realizada para exaltar a Santiago Carrillo como un hombre de ideas, coherente, que sigue reivindicando el comunismo o mejor dicho el bello sueño comunista. Una película con un Santiago Carrillo en blanco y negro que fuma a lo largo de todo el metraje mientras se insertan algunas cintas de época y unas grabaciones, éstas en color, realizadas en su casa de Madrid con música de la esa que idolatraba la “izquierda divina” francesa. Planos perfectamente estudiados para dotar al personaje de un halo romántico, de tonalidades heroicas. Planos largos para mostrar sonrisas y miradas hacia lo alto. Contrastes entre el Carrillo oficial y el particular para acercar al espectador. Montaje muy distinto según parece al del documental sobre Fraga. Naturalmente, la cinta ha cosechado todos los parabienes posibles y debe incardinarse dentro de la corriente de “revisionismo” puesto en marcha por la “ley de memoria histórica”, elevada sobre la ideología del resentimiento.
Santiago Carrillo es la espada de Damocles que, mientras viva, penderá de un débil hilo sobre cualquier acto de exaltación de la “memoria histórica” promocionado por la izquierda. No en vano él mismo no tuvo problemas a la hora de alertar sobre el peligro de esta revisión, porque bien “pudiera salirnos el tiro por la culata”. Sin duda él sabía muy bien por qué lo decía. Sobre todo cuando en la presentación de las cintas Fraga le dijo “no vamos a hablar de Paracuellos”, trasunto de un cariñoso “entre bomberos no nos pisemos la manguera”.
Según comentó el director, para preparar la película, se acometió un gran trabajo de documentación y de rastreo de imágenes. Carrillo no planteó reserva alguna con respecto a los temas, aunque sí su derecho a no contestar si así lo estimaba conveniente. Si esto es así sólo cabe achacar el hagiográfico resultado a dos factores: primero, a una deficiente documentación y una muy reducida capacidad crítica a la hora de realizar la entrevista; segundo, una disección en la sala de montaje de la entrevista encaminada a presentar la historia de tal modo que las partes más oscuras y siniestras del personaje prácticamente desaparezcan o queden desmentidas. Los autores del mismo han sido Manuel Millán Mestre, Ignacio Gutiérrez Solana y Manuel Martín Cuenca. Y han hecho bien el trabajo porque aparentemente hay dureza en las preguntas comprometidas, réplicas, pero al final lo que queda es la versión y el desmentido de Santiago Carrillo. Hagiografía y exaltación porque para el productor de la cinta la vida del protagonista es “una mezcla del Che Guervara y James Bond”.
Un joven revolucionario.
No puede decirse que la cinta retrate bien al joven Santiago Carrillo hasta su llegada a la Secretaría de Orden Público en la Junta de Defensa de Madrid en noviembre de 1936. Conviene repasar brevemente la meteórica ascensión del joven socialista que entonces era.
Santiago Carrillo nace en Gijón en 1915, su padre es un dirigente socialista local que será detenido por su participación en la revolución asturiana de 1917. En 1924 llega a Madrid al ser nombrado su padre director del diario El Socialista, solo cursará estudios básicos. Inicia su carrera política en el seno de la UGT y en las juventudes socialistas. En 1930 ya escribe en El Socialista sobre política municipal. Si seguimos las diferentes versiones de su biografía, cambiantes según el tiempo en que se hicieran, pero todas próximas a él, ya entonces se sitúa dentro de las filas revolucionarias del partido frente a los reformistas, objeto constante de sus ataques durante años. En la primera legislatura republicana hará información parlamentaria. En 1932 es elegido secretario de actas de la comisión ejecutiva de las Juventudes Socialistas. Carrillo forma junto a Hernández Zancajo y Simeón Vidarte el grupo revolucionario de las juventudes, contando con un semanario propio, Renovación. Ni que decir tiene que el objetivo de estos jóvenes es acabar con la democracia e instaurar la dictadura del proletariado; acabar con la República.
Santiago Carrillo va a jugar un papel trascendente en la difusión del mito del “Lenin español”, Francisco Largo Caballero. Es el secretario de la Escuela de Verano de Torrelodones de los “jóvenes rojos” del PSOE en el verano de 1933. Largo Caballero apuesta por la revolución en esos meses: “las circunstancias nos van conduciendo a una situación muy parecida a la situación en la que se encontraron ellos (los revolucionarios rusos) cuando hicieron la revolución” (El Socialista, 13-VIII-1933). En Don Benito afirmará: “no debemos dejar de luchar hasta que en las torres de los edificios oficiales ondee la bandera roja de la revolución socialista”. En Murcia pide paciencia a los jóvenes pues “tenemos que recorrer un periodo de transición hasta el socialismo integral, y ese periodo es la dictadura del proletariado hacia la cual vamos”. En el V Congreso de las Juventudes socialistas, en abril de 1934, se estima que “los momentos actuales no permiten otra salida que la insurrección armada de la clase trabajadora para adueñarse del poder político, íntegramente, instaurando la dictadura del proletariado” En ese congreso se impone la línea revolucionaria. La comisión ejecutiva de las juventudes está formada por Hernández Zancajo, Santiago Carrillo, Segundo Serrano Poncela, Federico Melchor, José Laín y Alfredo Cabello. En aquel congreso se acordó militarizar los cuadros de las juventudes, “dotándolos de una rígida disciplina… Fuera del ejército, serán las juventudes socialistas la base militar de la actuación del partido en el orden civil”. Cabría recordar que eran las mismas juventudes que pedían la disolución del Ejército español. Las milicias socialistas son una realidad. Cuentan que el despacho de Carrillo está presidido por un gran retrato de Stalin (“Teníamos fe en Stalin”, rememora hoy).
La ascensión de Santiago Carrillo dentro del socialismo es clara ya que forma parte, junto con Indalecio Prieto y Largo Caballero, del Comité revolucionario de octubre de 1934. El intento de golpe socialista fracasa y Carrillo da con sus huesos en la cárcel Modelo. Como buen marxista hace la autocrítica de la revolución. Su explicación es ortodoxa, el problema es que en el socialismo conviven los verdaderos revolucionarios con los reformistas. Por ello pide la “depuración revolucionaria del partido socialista” y la “bolchevización”; indica que es necesario infiltrarse en los cuerpos armados para convertirlos en “órganos de la revolución”, el objetivo es la dictadura del proletariado. Carrillo ya ocupa un puesto destacado en el ala caballerista del socialismo, la que está dispuesta a poner fin por la fuerza a la experiencia democrática de la II República.
El Santiago Carrillo de la película tiene que ser más presentable. Se puede ser revolucionario en una sociedad democrática siempre que se oculte o se disimule que la revolución conduce a la dictadura. Entre 1933 y 1934, la Revolución no se presentaba y no se quería hacer como movimiento defensivo para salvar la República de un fascismo inexistente. No era un medio con justificación pseudodemocrática, era el fin perseguido por la importante ala revolucionaria del PSOE. El inteligente y hábil Prieto supo vender esa idea defensiva como nadie. Y esa es la tesis que la izquierda sigue transmitiendo como verdad oficial. La misma a la que se aferra Santiago Carrillo en la película. La revolución, según la versión de 2008, se hace para impedir que el partido “clerical-fascista”, la CEDA, tomara el poder. Y como es necesario dar credibilidad a sus palabras el director no duda a la hora de introducir unas imágenes de los sempiternos desfiles nazis compaginándolas con las de Gil Robles.
El PCE era muy pequeño en 1934. Algo lógico porque la revolución había escogido como hombre-símbolo, como su Lenin, a Francisco Largo Caballero, un Lenin de escasa altura intelectual. Santiago Carrillo, como revolucionario, era ya un comunista. De hecho desde 1934 las milicias juveniles socialistas y comunistas actuaban conjuntamente y con contundencia. Contundencia que se traducía en la práctica del atentado contra las juventudes de los grupos derechistas y falangistas. Según el futuro secretario general del PCE, fue un viaje a la URSS realizado en 1936 lo que acabó de convencerle. A pocos debiera sorprender la emoción con el que en la cinta recuerda aquellos días de estancia en el “paraíso revolucionario”. Le preguntan por Trostki, por la persecución en la URSS de los disidentes. Se refugia en un socorrido es que “en ese momento se entendía que era propaganda capitalista todo lo que se decía contra la URSS”. Y a Carrillo se le olvida su participación en la eliminación física del POUM en España, argumentando que los elementos trostkistas eran “agentes el fascismo”, afirmando, en el seno del Comité Central del PCE, en plena guerra de España, que serían aplastados. Y desde luego que fueron aplastados, hasta tal punto que los cadáveres de muchos de ellos continúan sin aparecer y los posibles restos de Nin, encontrados en una fosa de Alcalá, han sido cubiertos de tierra otra vez para evitar rememorar la historia en el paraíso de la memoria histórica.
En Moscú, Carrillo se compromete a impulsar la unificación entre las juventudes socialistas y comunistas. Es allí donde se firman los primeros acuerdos para la unificación. Nacen las JSU que utilizan uniformes y armas. Una vez en España impulsa los mítines conjuntos de José Díaz, secretario del PCE, y de Largo Caballero. Él es la estrella invitada. Ahora bien, Carrillo está dispuesto a jugar fuerte. El enemigo es Indalecio Prieto, uno de los que Carrillo califica como “héroes de barraca”. Los mítines de Prieto son sistemáticamente hostilizados por las juventudes socialistas. El incidente más grave se produce en Écija el 31 de mayo. Prieto y Negrín son abucheados y soportan los gritos a favor de Largo Caballero y Santiago Carrillo. No pueden tomar la palabra. Suenan los disparos. Negrín tiene que sacar la pistola. La guardia personal del Prieto, “la motorizada”, saca sus pistolas ametralladoras. Prieto es introducido en un coche, mientras Negrín y Saez se suben a los estribos pistola en mano. Sólo disparando salen de allí. No es un invento. Ahí quedan como prueba los artículos en la prensa socialista y el enfrentamiento en el seno de la dirección socialista. Pero nada de esto se recuerda en la película.
Un lugar llamado Paracuellos.
Entra la película en uno de los cuatro puntos calientes de la vida política de Santiago Carrillo sobre los que se ocupa la cinta. Se tiene prisa por enlazar el pasado con el comunista que se sacrifica por la paz y la concordia en la transición. Pero este punto no nos interesa en esta revisión. Aunque nos anuncian que pudiera haber una segunda parte para esos otros espinosos temas de la historia de Santiago Carrillo. El primer punto caliente es Paracuellos del Jarama.
El 18 de julio sorprendió a Carrillo en París. Se incorporó a la lucha y estuvo brevemente en combate en San Sebastián. Allí asalto un hotel, “refugio de fascistas”. Le reclaman en Madrid. Es en los primeros días de noviembre de 1936 cuando ingresa en el Partido Comunista. Es en ese momento cuando, con las tropas de Franco a las puertas de la capital, mientras todos huyen, le nombran Consejero de Orden Público de la Junta de Defensa de Madrid que dirige el general Miaja. Desde los primeros días de noviembre hasta primeros de diciembre, sistemáticamente, miles de personas van a ser sacadas de las cárceles, asesinadas en Paracuellos del Jarama, y enterradas en fosas comunes convenientemente ocultadas.
Santiago Carrillo ha montado bien su justificación. Comienza su explicación hablando de las “atrocidades que comete el ejército franquista” y que cuentan los que llegan a Madrid huyendo. Canta la heroica defensa de la ciudad mientras retrata como cobardes a los ministros que se marchan. Ve decenas de miles de inexistentes muertos por los bombardeos franquistas. Habla de la existencia de la “quinta columna” nacional en Madrid y de su peligrosidad; además “el enemigo atacaba precisamente por la zona de la cárcel Modelo” y allí había más de “dos mil jefes y oficiales” presos que se unirían a los franquistas. Entonces se toma la decisión lógica de evacuar las cárceles: “Yo doy las órdenes: La Comandancia de Milicias de retaguardia pondrá las fuerzas”. Carrillo se excusa. Afirma que carecía de un aparato real con el que imponer la autoridad. Recuerda que le visitó Felix Schlayer contándole que los presos estaban siendo desviados a Paracuellos y eliminados. Pero “yo estoy liado”. Confía en que el problema lo resolvería su segundo, Serrano Poncela. Efectivamente lo estaba resolviendo. Y he aquí que el viejo Carrillo se lanza a fondo, le dice al entrevistador que no puede seguir si no apaga las cámaras porque claro, Serrano Poncela, al que él destituyó a los veinte días, tiene familia y ha pasado el tiempo, y no quiere… “ha muerto en el exilio y seguramente tiene hijos”. Pero nadie le recuerda que los asesinatos se prolongaron a lo largo de un mes.
Carrillo continúa su justificación: “yo no tenía lista de presos… una cantidad enorme de presos que el gobierno nos había dejado y era un problema muy gordo que teníamos… Evidentemente hubo atrocidades que en esa situación era imposible evitar… Madrid machacada todos los días… era una ciudad revolucionaria… diez o doce organizaciones con poder… claro que hay excesos… tu no piensas en la responsabilidad histórica sino que Madrid no caiga, la preocupación no es lo que va a decir la Historia”.
No sé si esta contestación de Santiago Carrillo es un claro testimonio de la traición que a última hora le hace la memoria, porque ese fue el motivo de eliminar a varios miles de personas a lo largo del mes de noviembre. Además, cabría recordar que Serrano Poncela no es alguien que aparece en la historia a pie de página. Era un íntimo de Carrillo, la sombra de Carrillo en el sector revolucionario de las juventudes socialistas, pero esto ni lo sabía el entrevistador ni Carrillo quería recordarlo. Pero ¿Cuál es la verdad? La verdad está en los documentos. Dejemos constancia en la memoria histórica de tres textos clarificadores.
El primero: hace poco tiempo Javier Reverte encontró en el archivo de la CNT el borrador del acta de la reunión del Comité Nacional de la CNT celebrado en Madrid el 8 de noviembre de 1936, en el que se da cuenta de la reunión que han sostenido con los responsables socialistas (Santiago Carrillo) de Orden Público. Allí está registrado el acuerdo para el exterminio:
“Vuelve a informar la Federación local, leyendo primeramente el comunicado dirigido por el Gobierno al General Miajas (sic), en el que se establece la constitución de la Junta de Defensa de Madrid, bajo su presidencia y con la colaboración de las organizaciones sindicales y políticas de izquierda. En este documento se prevé en caso de retirada, que debe ser hecho sobre Cuenca. Informa de la constitución de la Junta, y confirma lo anterior sobre el interés de las Embajadas sobre presos y refugiados políticos, citando el caso de que se quiso ayer asaltar la Embajada de Chile por saber los compañeros de manera positiva que allí hay refugiados fascistas en gran cantidad, intento que hubo que cortar.
A continuación se da cuenta de los acuerdos que han tendido con los socialistas que tiene la Consejería de Orden Público sobre lo que debe hacerse con los presos, habiendo tomado el acuerdo de dividirlos en tres grupos, a saber.
Primer grupo. Fascistas y elementos peligrosos. Ejecución inmediata, cubriendo la responsabilidad.
Segundo grupo. Detenidos sin peligrosidad, su evacuación inmediata al penal de Chinchilla. Con todas las seguridades.
Tercer grupo. Detenidos sin responsabilidad, su libertad inmediata con toda clase de garantías sirviéndonos de ello como instrumento para demostrar a las Embajadas nuestros humanitarismo”.
Segundo: el 12 de noviembre de 1936, Santiago Carrillo pronuncia un discurso ante los micrófonos de Unión Radio que, afortunadamente, pese a que algunos han negado las palabras, es recogido en la prensa del día siguiente. En el alardea de haber acabado con la Quinta Columna:
“Conviene afirmar que la única resistencia que tiene la Junta de Defensa es la resistencia que le ofrece el enemigo, la resistencia que le ofrecen los combatientes facciosos que están a nuestras puertas, porque la resistencia que pudiera ofrecerse desde el interior está garantizado que no se producirá, ¡que no se producirá! Porque todas las medias, absolutamente todas, están tomadas para que no pueda suceder en Madrid ningún conflicto ni ninguna alteración que pueda favorecer los planes que el enemigo tiene con respecto a nuestra ciudad. La “quinta columna” está camino de ser aplastada, y los restos que de ella quedan en los entresijos de la vida madrileña están siendo perseguidos y acorralados con respecto a la ley, con arreglo a todas las disposiciones de justicia precisas”.
Tercero: El delegado en España de la Komintern, Stoyán Minev “Stepanov”, realiza en 1939 un detallado informe, calificado como “absolutamente secreto”, remitido al Secretario General de la Internacional Comunista y al propio Stalin. En el mismo, subrayándolo como uno de los “principales momentos de actividad del Partido Comunista” durante el gobierno de Largo Caballero, en el que ya milita Santiago Carrillo, el Consejero de Orden Público, se señala la “limpieza” de la “Quinta Columna” en un par de días decidida por el Partido Comunista:
“Cuando el general fascista Mola dijo la verdad acerca de que, además de las 4 columnas del ejército que avanzaban sobre Madrid, había una 5ª columna, que se encontraba en el propio Madrid, la cual propinaría el golpe decisivo a la ciudad, el Partido Comunista comprendió inmediatamente la importancia de ella, sacó sus conclusiones y llevó a cabo en un par de días todas las operaciones necesarias para limpiar Madrid de quintacolumnistas. Esta operación de “limpieza” contribuyó a la salvación de Madrid no en menor medida que los combates a las puertas de la ciudad”.
Poco espacio queda para la duda.
Las otras espinas.
Como no podría ser de otro modo la cinta se extiende en el enfrentamiento de Santiago Carrillo con su padre Wenceslao y las célebres cartas cruzadas entre ambos. Gracias a esta película nos enteramos que por mediación de La Pasionaria (“si predicamos la reconciliación nacional tienes que hacerlo con tu padre”) se reconciliaron. Aunque el viejo comunista se encarga de precisar que nunca hablaron del golpe casadista en el que participó su padre, motivo de la ruptura definitiva, porque su opinión continuaba siendo la misma (“traición y deshonor”).
La tercera espina de la película es el maquis. Carrillo se siente especialmente fuerte. Nadie en España sería capaz hoy de enfrentarse a la leyenda rosa de los heroicos guerrilleros contra Franco, aunque dejaran casi un millar de víctimas entre las que se cuentan mujeres, niños y ancianos. En un momento dado el entrevistador le pregunta: “¿Qué significa golpear?”. Carillo responde: “¡Matar!”. A renglón seguido vuelve a las viejas consignas. Aquellos jefes guerrilleros que fueron detenidos por la policía franquista tras sospechosas confidencias y los que fueron eliminados “por chivatos” pesan sobre su espalda, pero, “para luchar contra un sistema opresivo hay que utilizar esos métodos… o eres así o te haces socialdemócrata y esperas”. Y ahí queda el testimonio del hijo del guerrillero comunista Víctor García recordando: mi padre “no murió por un tiro de la Guardia Civil. Fue Carrillo quien dio la orden de asesinarlo” en 1948 bajo la acusación de infiltrado. Lástima que no preguntaran a exsecretario general del PCE, enviado por Stalin a Francia para hacerse cargo de la dirección de los maquis primero y después, al cambiar de estrategia, para terminar con ella.
Queda saldar la última de las espinas: la fe en Stalin. Es hábil ante las preguntas. Se olvida de los varios millones de asesinados, de los campos de concentración, de lo que ha significado la dictadura del proletariado llevada a la práctica. Sólo tiene palabras de consternación para las víctimas de los famosos “procesos”, para los comunistas caídos en desgracia, que confesaron falsas culpas para no dañar al comunismo, pero ni una palabra para los varios millones de víctimas del stalinismo; ni para el sistema del GULAG puesto en marcha por Lenin. Para Carrillo, simplemente, “toda revolución tiene víctimas inevitables”. Lo que hace Carrillo es reivindicar el comunismo porque ha sido el “elemento fundamental de la lucha contra el fascismo”. Su único poso de amargura es haber fracasado al frente del PCE, aunque tiene dardos para responsabilizar a otros.
Y Carrillo ha quedado contento con el resultado pues “no me arrepiento de nada, he cometido errores y he intentado subsanarlos. No soy un santo, sino un hombre de carne y hueso. La película ha sido un ejercicio de sinceridad, porque no tengo nada que ocultar de mi vida”.
Lo sorprendente es que estas declaraciones, que quedan para la historia, envueltas en un halo de lucha romántica y cánticos de izquierda, no hayan merecido ni la más nimia de las condenas.
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Francisco Torres García  2009.IX.13
http://www.arbil.org/arbil122.htm

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Aclarando ideas al señor Carrillo

A lo que nos oponemos muchos es a que las víctimas izquierdistas sean presentadas como defensoras de la libertad y la legitimidad. Eran tan defensoras de tales cosas como siempre lo ha sido usted en su calidad de stalinista.

Pío Moa – 2010.IV. 14

En un diálogo de internet, alguien dice a Carrillo:
Quería preguntarle si aprueba el revisionismo de algunos magistrados, como Garzón, para juzgar los crímenes de la Guerra Civil y el Franquismo. En caso afirmativo, me gustaría saber si también considera que deberían someterse a juicio los crímenes cometidos durante el conflicto por el bando republicano, cuyos autores tampoco fueron castigados.

Respuesta de don Santiago:
Los crímenes que se produjeron en el campo republicano, mucho menores de los que hubo en el franquista, fueron juzgados muy severamente al terminar la guerra por el régimen franquista. Miles de personas fueron ejecutadas como consecuencia de aquello. A las ejecuciones se unió el denigramiento de esas personas. Creo que si hubiera que juzgar hoy algún crimen, sería el de los franquistas que naturalmente no sólo no se juzgaron a sí mismos, sino que glorificaron y premiaron a los autores de sus crímenes. De todas maneras, pienso que hoy no se trata tanto de juzgar crímenes de hace muchos años sobre los cuales el juicio de la historia fue decisivo, sino de dar sepultura cristiana o civil, según las creencias, a las víctimas de aquellos crímenes, que siguen todavía en las cunetas y en las tapias de los cementerios, a fin de que sus deudos puedan rendirles homenaje como suele hacerse en nuestra sociedad.

Veamos:
Los crímenes del Frente Popular, que no del "campo republicano", no fueron mucho menores que los contrarios, sino prácticamente iguales en número, mayores proporcionalmente a la extensión y población sometidas a ellos, y acompañados de un sadismo que no se alcanzó en el bando nacional. Todo eso está hoy suficientemente documentado, le recomiendo que lea, entre otros, a R. Salas Larrazábal, a A. D. Martín Rubio, o mi Los crímenes de la guerra civil.

Fueron juzgados severamente muchos de ellos porque ustedes, los líderes del Frente Popular, se apresuraron a escapar de España con las espaldas bien cubiertas y los bolsillos repletos, abandonando a su suerte a los miles de sicarios que cometieron directamente los crímenes que ustedes ordenaban o facilitaban. Pero está bien que usted reconozca que se trataba de crímenes y que los culpables fueron juzgados, no simplemente asesinados.

La represión fue muy dura, efectivamente, y ocasionó numerosas víctimas inocentes al lado de una mayoría de culpables. ¿Por qué olvida usted los crímenes de pronto y sólo habla de "personas" fusiladas? ¿Equipara usted a inocentes y a chekistas, como hace la "memoria histórica"? ¿Le parece injusto que los chekistas fueran "denigrados"?

Los franquistas autores de crímenes no fueron juzgados, como pasa en todas las guerras con los vencedores. En la II Guerra Mundial también los aliados cometieron numerosos crímenes, pero no se juzgaron a sí mismos. Y ya que usted es comunista, ello vale especialmente para los soviéticos: ¿recuerda usted si los violadores y masacradores soviéticos, y quienes los incitaban, fueron juzgados por ello?

Y hablando de vencedores y vencidos, un dato crucial es el de quiénes iniciaron la guerra civil en 1934 y luego la provocaron con un sinfín de asesinatos y arruinando la legalidad republicana. Seguro que usted lo sabe perfectamente. Porque el que inicia una pelea a golpes no puede quejarse de que le contesten de igual modo: no es posible mantener la calma y la ecuanimidad en tales condiciones.

Dice usted que no se trata tanto de juzgar crímenes pasados como de dar digna sepultura a las víctimas que todavía yacen en cunetas, etc. Pero usted sabe que en Paracuellos, por ejemplo, sigue yaciendo un gran número de víctimas inidentificadas. Y sabe también que el problema no está ahí: nadie se opone a eso. A lo que nos oponemos muchos es a que las víctimas izquierdistas sean presentadas como defensoras de la libertad y la legitimidad. Eran tan defensoras de tales cosas como siempre lo ha sido usted en su calidad de stalinista. Y usted mismo ha señalado que, por lo menos gran parte de ellos, cometieron crímenes.

Además, afirma usted que no se trata "tanto" de juzgar: o sea, que se trata también de juzgar. Pero ocurre que ustedes quieren declarar inválidos los juicios de posguerra. En tal caso habría que volver a juzgarlos todos, pues los crímenes existieron, como usted mismo admite. Si se quiere juzgar los de un lado, habrá que hacerlos también con los del otro necesariamente, si se quiere hacer algo parecido a la justicia.

Pero, como usted sugiere a medias, no se trata a estas alturas de juzgar a personas muertas, una idea que sólo puede ocurrírsele a un Gobierno colaborador del terrorismo como el actual y a los jueces próximos a él. Los juicios sobran a estas alturas. De lo que se trata es de clarificar la historia y acabar de una vez con unos mitos que están envenenando de nuevo a la sociedad española. Y a usted no acaba de vérsele la intención de ello.
http://www.libertaddigital.com/opinion/pio-moa/aclarando-ideas-al-senor-carrillo-54287/

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**Sobre las elecciones del Frente Popular me he extendido en El derrumbe de la república. Solo se publicaron oficialmente los escaños que supuestamente habían ganado unos u otros, pero no las cifras de las votaciones. Eso aparte de muchas otras irregularidades, coacciones y violencias durante el recuento, reconocidas por el mismo Azaña, quien sin embargo no dudó en beneficiarse de ellas. La CEDA quedó tan aplanada moralmente que se acogió a las promesas (falsas) de moderación de Azaña y aceptó los resultados (en ello se basan polemistas vacuos y enredosos como H. Southworth para afirmar que las elecciones fueron legales). La atemorizada sumisión de la CEDA (Gil-Robles cayó en una verdadera depresión) no calmó a las izquierdas, sino que las estimuló para arrebatarle, de nuevo ilegalmente, unos veinte escaños que les habían sido reconocidos al principio. Los monárquicos no admitieron los resultados. Aquello fue un auténtico golpe de estado, seguido de un sangriento e incendiario proceso revolucionario. Solo a principios de los años 70 las investigaciones de J. Tusell permitieron acercarse a las votaciones reales, ya que los historiadores discrepaban hasta en un millón y más de votos en sus estimaciones. Lo asombroso es que no dedujesen de ahí la evidencia de que las elecciones no habían sido democráticas (pasa en otros muchos aspectos, como la implicación de Prieto en el asesinato de Calvo Sotelo, que no fue explicitada y razonada hasta que yo la señalé; o el comienzo de la guerra civil en octubre de 1934, solo pasajeramente interrumpida para reanudarse en el 36). Con la recuperación de los documentos de Alcalá-Zamora —que puede significar su pérdida definitiva, ya que han ido a parar a manos de los delincuentes que nos gobiernan—, quizá se aclare un poco más el asunto. Yo creía que los documentos no aportarían gran cosa sobre las elecciones, pues Alcalá-Zamora apenas las cuestiona en susMemorias reescritas, pero la negativa asombrosa (asombrosa en una democracia, no en una dictadura) del ministerio de "Cultura" a publicarlos, indica que proporcionan datos de interés. Debe señalarse asimismo la nula reacción de la inmensa mayoría de los historiadores a este nuevo atraco del gobierno delincuente, buena prueba del nivel de bajeza en que ha caído la profesión historiográfica en España.
**Ciertamente la perversión del lenguaje ha existido desde que existe el lenguaje. Pero en España, actualmente, es sistemática por parte de la izquierda y el separatismo...¡y resulta que sus teóricos enemigos la aceptan!
06.2010

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…del Frente Popular, su ilegitimidad…

En Época 
LA LEGITIMIDAD, SEGÚN LEGUINA Y CERCAS

   Al revés que Cercas, no digamos que la pornógrafa del miliciano sudoroso y otras gentes aficionadas a quemar libros, Joaquín Leguina, como otras personas razonables de la izquierda, ha evolucionado notablemente en su modo de ver ciertas cosas, como la guerra civil y la república, un hecho del pasado en extremo relevante para entender las políticas actuales. Pero todavía le quedan resabios de viejos mitos, los creados por la propaganda comunista en primer lugar.
 
  Así, en una réplica al indocumentado Cercas, Leguina afirma que “la mayor culpa y la responsabilidad más alta de aquella tragedia la tuvieron quienes levantaron las armas contra el legítimo Gobierno”. En esta cuestión, la de la legitimidad, radica el punto decisivo en torno a la guerra civil, del que derivan todos los demás: ¿era legítimo o ilegítimo  el gobierno del Frente Popular? ¿Era democrático el Frente Popular mismo?
   
En realidad, la cuestión está hoy totalmente solventada en el terreno intelectual e histórico, no tanto en el de la opinión pública, pues los sostenedores de los mitos propagandísticos disponen de abundantes medios y piensan que siempre podrán seguir estafando a la gente: la falsificación de la historia se ha convertido en un auténtico negocio en España, de la mano del gobierno actual.
   
Ni Leguina ni los demás pueden ignorar que el gobierno del Frente Popular procede de unas elecciones cuyas votaciones nunca se publicaron, y por tanto no fueron democráticas. Ello, sin contar las violencias, robo de urnas y motines que las acompañaron, como reconoció el propio Azaña. ¿Le parece ello legítimo a Leguina y los demás? Sería una buena cosa que lo aclarasen o se aclarasen al respecto.
   
Ni Leguina ni ningún izquierdista o separatista ignoran que  el gobierno del Frente Popular promovió a continuación medidas radicalmente ilegítimas, como la revisión de actas, la destitución del presidente de la república, la depuración política de aparatos estatales o la eliminación de la independencia judicial y la sumisión de los jueces a organizaciones partidistas. De nuevo valdría la pena una aclaración sobre lo que entienden por legitimidad con respecto a estos hechos.
  
Ni Leguina ni ningún izquierdista o separatista pueden ignorar a estas alturas que en medio de una oleada de crímenes políticos sin precedentes, el gobierno ni cumplió ni hizo cumplir la ley (la Constitución), a pesar de las peticiones de la derecha en las Cortes. Tales peticiones fueron respondidas hasta con amenazas de muerte, y no gratuitas, como también es de sobra conocido, pues culminaron en el asesinato de Calvo Sotelo. Un gobierno que no cumple ni hace cumplir la ley, ¿es legítimo, a juicio de nuestros izquierdistas? Parece que sí, siempre que el gobierno sea de izquierdas.
  
  También es sabido que en solo cinco meses, bajo el estado de alarma (censura y restricción de derechos ciudadanos) hubo unos 300 asesinatos, casi todos realizados por las izquierdas,  incendios de iglesias y obras de arte, de periódicos y sedes de la derecha, de registros de la propiedad, etc. Y la policía, en lugar de perseguir a los criminales, si estos eran izquierdistas, perseguía a sus víctimas. ¿Consideran esto legítimo?
  
  Tampoco cabe ignorar que el Frente Popular se componía de marxistas radicales del PSOE, stalinistas del PCE, golpistas republicanos de izquierda y nacionalistas catalanes, apoyados por los anarquistas y el racista PNV. La mayoría de ellos había participado en el asalto a la república en 1934, planteado como guerra civil. ¿Llamarían demócratas a  aquellas gentes Leguina y los demás?
   
En la historia real, un gobierno salido de unas elecciones fraudulentas amparó un proceso revolucionario de orientación totalitaria. A mi juicio, carecía de cualquier legitimidad, y rebelarse contra él no era solo un derecho, sino un deber. Me gustaría saber qué opinan de ello estos señores
06.2010

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EN LOS PROPIOS DOCUMENTOS SOVIÉTICOS
César Vidal recuerda que la responsabilidad de Carrillo en Paracuellos está probada – 2008.XI.

El escritor, historiador y director de La Linterna de COPE ha recordado que son los propios agentes de Stalin en España durante la Guerra civil, tanto Dimitrov como Stepanov, quienes señalan a Santiago Carrillo como responsable de la matanza de Paracuellos.

(Libertad Digital) César Vidal es autor del ensayo histórico Paracuellos- Katin, Planeta. 2005 que demuestra la responsabilidad de Santiago Carrillo en la matanza perpetrada por los republicanos en Paracuellos del Jarama en la que al menos 5.000 personas fueron brutalmente asesinados de forma sistemática.
Después de que este miércoles el ex dirigente comunista haya negado su responsabilidad durante la presentación del libro Morir en Paracuellos, César Vidal ha comentado a Libertad Digital que Carrillo sabe que miente cuando atribuye los asesinatos a "grupos incontrolados".
Vidal recuerda que Carrillo aparece como responsable directo de las matanzas en la propia documentación soviética. Uno de los hombres enviados por Stalin a España,Dimitrov comenta en un informe que "un joven dirigente comunista se encarga de los fusilamientos en Paracuellos". Stepanov, otro de los agentes soviéticos, elaboró un completísimo informe sobre la Guerra Civil para Stalin en el que también aparece Carrillo como responsable de la matanza. Documentos que se pueden consultar enParacuellosKatin.
Carrillo excusó su presencia en la presentación de Morir en Paracuellos,probablemente por temor a incidentes, pero envió una nota al autor Julián Delgado en la que dice que hizo todo lo posible para evitar la matanza que se produjo –según él– cuando "grupos incontrolados" asaltaron un convoy de militares prisioneros.
2008.XI.06

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Los republicanos (socialistas-comunistas españoles 1931/1939) quemaron iglesias y con ellas archivos parroquiales, los mismos que ahora exige un juez, Sr.Garzón. Mientras tanto, para registrar los niños hasta de siete y ocho meses asesinados en el vientre materno, no desean inscribirlos, ni al no nacido ni a quien comete el infanticidio.- MMVIII.IX.


Manipular las fosas de la Guerra Civil ¡Qué vergüenza!
Si hay algo que nos llena de orgullo a los españoles que no conocimos el franquismo y que hemos vivido en democracia es ese espíritu de concordia que caracterizó laTransición española.
Una reconciliación basada en el perdón que alumbró un nuevo régimen político en libertad, en el que se selló la paz entre ambos bandos y que dejó para la historia el odio de la guerra. Por esta razón, me pareció absolutamente despreciable que el Gobierno socialista quisiera revivir esta triste etapa de la historia de Españacon una Ley de Memoria Histórica cuyo único objetivo era remover el rencor. También por esta razón, ahora me parece igual de despreciable que el juez Baltasar Garzón vuelva a abrir las fosas para buscar a los que ya no están e intentar devolver la dignidad a quienes ya la recuperaron con el pacto que la sociedad española selló para, entre todos, caminar hacia la democracia. Para el juez Garzón parece que no hay más problemas en la Justicia española que la búsqueda de los fallecidos y desaparecidos en el franquismo y en la Guerra Civil, claro que los hay, pero no le situarían en el primer plano de la actualidad informativa. Espero que el mediático juez, en su búsqueda, no se quede sólo en las Iglesias y en los Ayuntamientos, sino que también interrogue a Santiago Carrillo, por si conociera algo de lo que sucedió en Paracuellos del Jarama, y que se dé una vueltecita por el Ministerio de Defensa, y le pregunte a la ministra Chácón que ha pasado con la fosa encontrada en la sede de la Brigada Paracaidista de Alcalá de Henares. Los muertos son todos iguales y no se pueden manipular las fosas en función de unos intereses determinados.
De Paloma Cervilla  (el 06/09/2008 a las 13:30:48, en Politica – ‘ABC’)

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Las matanzas de Paracuellos

por María del Pilar Marcos Carrión
Lo acontecido durante los días 6 y 7 de Noviembre de 1936 en un pueblo hasta entonces anónimos, de la provincia de Madrid. Este es Paracuellos del Jarama.

Es éste un pueblo situado al este de Madrid, al lado de la actual Terminal T4 de Barajas. El cementerio está situado al pie de una loma, la cual tiene una enorme cruz hecha con losas de piedra y que se puede ver desde el avión si éste sale de Barajas en dicha dirección.
Este cementerio ni este pueblo no serían de destacar si no fuese porque alberga los cuerpos de unos 8354 mártires de nuestra Cruzada del 36 y que desgraciadamente están en el olvido de quien más obligados están a recordarlos y honrarlos. Los hechos de Paracuellos constituyen un punto y aparte en la propia historia de la Guerra, ya que en pocos días aniquilaron a un número escalofriante de personas. Se puede denominar GENOCIDIO a lo allí ocurrido. Si miramos en el diccionario la definición de dicha palabra nos encontramos que dice “destrucción sistemática de un grupo social, por motivos de raza, religión o ideología política”. Y en Paracuellos se asesinó de forma masiva ( a muchas personas a la vez), sistemática, es decir, siguiendo un sistema establecido (lo comentaremos más adelante), y solamente por ser religioso, profesar la religión católica o ser “sospechoso” de ello. Según palabras de José Antonio García-Noblejas, lo ocurrido en Paracuellos es “el más grande holocausto católico de todos los tiempos sucedido en España y uno de los mayores en la Historia de la Iglesia”
En estas matanzas participó de una forma destacada un hombre que una vez acabada la “transición política” hacia el nuevo sistema de gobierno, democrático, ha recibido todos los honores por ser una de las personas que luchó activamente por conseguir la “libertad” para España, después de los “horribles “ años de “dictadura” franquista. Ese hombre es Santiago Carrillo, el cual firmaba sentencias de muerte en su tierna juventud veinteañera y que tuvo maestros de la talla de Stalin, o Lenin, ahi es nada, dos personajes destacadísimos del comunismo ruso, fuente de incalculables atrocidades a lo largo de la Historia mundial y bajo cuyo yugo han padecido ( y siguen padeciendo, porque todavía existen en la actualidad gobiernos comunistas) millones de personas durante muchos años.
Los hechos de Paracuellos no son aislados. La represión roja venía actuando en Madrid y en otras muchas provincias españolas desde hacía tiempo y con un claro procedimiento.
Los rojos, ante cualquier circunstancia adversa para ellos, algún revés bélico, desorganizativo, etc, se cebaban con los presos que a millares tenían en sus cárceles, checas, barcos-prisión, etc.
Ese procedimiento era muy sencillo. Durante el día la vida parecía normal, en calma, pero cuando anochecía las tropas revolucionarias llenaban el centro de Madrid. “Tropas” constituidas por milicianos y milicianas armados con fusiles y pistolas, “patrullas” de milicianos se presentaban de madrugada ( a las 2 o las 3) en las casas, las registraban y detenían a los que consideraban sospechosos. Los detenidos eran llevados a las citadas checas, donde eran interrogados, en muchos casos torturados y luego fusilados. A eso los rojos lo llamaban “dar el paseo”.
A partir de las 10 de la noche todas las personas que caminaban por la calle eran detenidas e interrogadas. A veces, en las casas se detenían a “sustitutos”, entre los miembros de una familia. Así, familias enteras desaparecían los varones uno tras otro. Cuando no se tenían noticias de una persona en 2 o 3 días, la madre de familia comenzaba a recorrer las checas buscando a su familiar hasta que encontraba el cadáver de la persona buscada o le presentaban la foto.
A parte de estos asesinatos diarios, se produjeron algunas matanzas colectivas de 100 o 200 personas de una vez, como fue el caso del Cuartel de la Montaña, cuartel asediado por los rojos y que una vez que los que quedaban no pudieron escapar fueron asesinados vilmente. En total unas 200 personas perecieron de una vez bajo, las balas satánicas.
Ese era el procedimiento habitual de los rojos en su afán por exterminar el catolicismo y todo lo que tuviera que ver con lo religioso, con el orden. Detención de los “sospechosos”, traslado a las chekas, interrrogatorios y en muchos casos torturas y finalmente el “paseo”, la muerte, la entrada para los muertos en la Gloria, en la Eterna Paz.
En Madrid había 226 checas. De donde salieron los presos para ser fusilados y enterrados en Paracuellos es de las checas de San Antón, Porlier y Modelo.
En las checas los presos tenían todo tipo de incomodidades y privaciones: hambre, frío, aislamiento de sus familias, falta de higiene. Pero en todas las checas, el espíritu era de auténticos héroes, admirable. En esos días de reclusión se vivían los más altos valores del espíritu: abnegación, confianza en Dios, camaradería. Se rezaba constantemente, sobre todo el Rosario, los sacerdotes recluidos administraban el sacramento de la Penitencia sentados, tumbados de forma discreta. En definitiva se preparaban para el momento póstumo, el de su comparecencia ante Dios, sin miedo, con serenidad y valentía y, además con una heroica caridad que les hacía perdonar a sus verdugos.
Los sacerdotes aconsejaban no negar la condición de católico si preguntaban por ella, y sobre cuestiones políticas, para salvar la vida, decían que es lícito faltar a la verdad.
Algunos presos que habían abandonado las prácticas religiosas, encontraron en su cautiverio en las checas el momento para retomarlas, en esos trascendentales instantes de la vida, contagiados por el enorme fervor que se respiraba.
Siguiendo el orden cronológico hay que apuntar que el mismo día 3 de noviembre se constituye un tribunal popular en la cárcel de Porlier, donde estaban encerrados muchos militares. Esos tribunales se nombraron en todas las cárceles de Madrid y en muchas de sus poblaciones, y es de imaginar la poca profesionalidad de los mismos, cuya sentencia prácticamente estaba dictada de antemano.
En sólo tres días se llevaron a cabo 18000 juicios, con lo que se puede calcular el tiempo que les llevaba “juzgar” cada caso. Una de las excepciones fue la del autor teatral Pedro Muñoz Seca, el cual, aún sabiendo cuál era su destino final, tuvo humor para discutir al tribunal el motivo de su detención.
A principios de noviembre de1936, las tropas nacionales llegan cerca de Madrid, tomando localidades muy cercanas a la capital, como el Cerro de los Ángeles. El ministro de la Gobernación, Ángel Galarza dio orden de evacuar a los presos. Esa “evacuación” en realidad tenía intención de ser “definitiva”. La idea era la de fusilar sin control. El creador del famoso Regimiento de milicias dijo “matar...matar, seguir matando hasta que el cansancio impida matar más...........más vale fusilar de más que de menos”.
En Madrid se hace cargo la Junta de Defensa, con todas las facultades.
Comenzaron así la tarde del 6 de noviembre las famosas y enormes “sacas” de las checas, de donde se sacaba por la noche a un número importante de presos, previamente nombrados leyendo una lista que portaban los milicianos. Se les obligaba a abandonar sus pobres pertenencias, se les ataba de 2 en 2 por los codos con alambre, y al camión, en el que eran llevados hasta el lugar del suplicio. Al principio los lugares de fusilamiento eran Boadilla del Monte y Aravaca, pero a partir del 6 de noviembre se optó por Paracuellos.
En la madrugada del 7 de noviembre se llevan a cabo las mayores sacas de este horroroso genocidio. Los hechos ocurridos fueron tan graves que llegaron al Cuerpo Diplomático de Madrid, el cual pidió explicaciones al Gobierno sobre lo sucedido. Éste negó todo lo ocurrido y el Cuerpo Diplomático hizo venir a un representante del Comité Internacional de la Cruz Roja, quien llegó a obtener una lista de 1600 presos sacados, de los que solamente llegaron a Alcalá de Henares 300. Los 1300 restantes fueron asesinados en masa en la madrugada del 7 de noviembre. Entre ellos había militares de distintas graduaciones, 40 religiosos y sacerdotes y familias enteras perdieron a todos sus miembros varones, dejando multitud de viudas y huérfanos de padre.
El método de fusilamiento era muy cómodo para los verdugos. A los presos se les colocaba al borde de las enormes zanjas y eran fusilados por piquetes de 40 o 50 milicianos. Caían acribillados a las zanjas, unos muertos y otros agonizando, siendo éstos enterrados sin haber expirado aún.
En la noche y madrugada del día 8 de noviembre se produjeron nuevas sacas. Viendo los rojos que las fosas ya estaban llenas, obligaron a los vecinos del pueblo, pistola en mano, a cavar otras nuevas y llevar allí los cuerpos de los mártires.
Llegó un momento en que en Paracuellos ya no se podían hacer más zanjas, no cabían más muertos. Decidieron entonces trasladar el lugar de la sepultura a una zona cercana a Torrejón de Ardoz (pueblo también de la provincia de Madrid).
Ante semejantes barbaridades, los diplomáticos extranjeros en Madrid investigaron los hechos y consiguieron parar las sacas hasta el día 17 de noviembre en que se reanudaron hasta el 4 de diciembre.
El fin de todas estas sacas lo puso un tal Melchor Rodríguez, nuevo delegado de prisiones de Madrid, anarquista pero con buen corazón y sentimientos humanitarios.
El número de sepultados en Paracuellos, incluidos los llevado allí procedentes de Boadilla, Rivas, Torrejón y otros lugares (exceptuando los 800 de Aravaca) podría fácilmente acercarse a los 8654, escalofriante número y ante el que sobran los comentarios.
El pueblo de Madrid ignoró los hechos hasta que se acabó la guerra. Entonces se construyó allí un monumento recordatorio y los mártires empezaron a recibir durante muchos años testimonios de devoción de las gentes y de altas representaciones de la Iglesia y del Estado.
El mismo General Franco hizo por escrito un sentido homenaje a los Caídos en Paracuellos. Estas son sus palabras:
Madrid, 1º de abril de 1950
Rindo mi sentido homenaje a los doce obispos, 4000 sacerdotes, 2000 religiosos, 200 religiosas y millares de personas que murieron perseguidos por razón de su fe confesando al Señor.
Frente al rencor satánico de sus verdugos, ofrecieron su mansedumbre y su perdón. El odio sectario de los enemigos de Cristo alfombró el camino de su gloria. Aportación cuantiosa al martirologio de la Iglesia no igualada por ningún otro pueblo en nuestra era.
Si el ofrecimiento de la vida constituye el más grande y hermoso de los holocaustos, la sangre de los mártires es la que sin duda mueve más el corazón amantísimo de Jesús.
Legión angélica de 7000mártires, valiosos intercesores de la Patria que tanto amaron. Ellos fueron parte principalísima de nuestra victoria y hoy fieles celadores de nuestra grandeza.
¡Dichosa la tierra que cuenta con tales hijos, pues no puede ser abandonada de la mano de Dios!
Ante su recuerdo besemos la tierra bendita de nuestra Patria que regó su sangre y cogió sus restos.
Francisco Franco.
Pero, por desgracia, a partir de los años 60 el silencio y el olvido de quien más obligados están hacia los Mártires, es lo que domina. Parece que nunca existieron y todo se silencia como si nada hubiera ocurrido. Sólo la Hermandad de Nuestra Señora de los Caídos de Paracuellos del Jarama mantiene su devoción hacia estos Mártires conservando el cementerio y organizando actos en su memoria y honor.
Esta es la exposición de unos hechos que ocurrieron, que ya no se pueden cambiar ni eliminar de la Historia. Muchos pueden ser los comentarios. Solamente las cifras de asesinados bastan para hacer una valoración de lo que ocurrió. Los motivos de las masacres acentúan el carácter de Cruzada de la Guerra sufrida en España de 1936 a1939. Todo ello da una idea del odio satánico de quien perpetró este atropello......y aumenta grandemente la lista del Martirologio de la Iglesia, dando gloria a Dios una vez más con su testimonio, con la valentía de confesar la Fe en los momentos más tremendos, no existiendo ni un sólo caso de apostasía ni de negación de la condición de católico. Es tremendamente emocionante recorrer en silencio las zanjas, con infinidad de cruces, algunas con nombre y otras sin él, del cementerio de Paracuellos. Las lágrimas afloran desde el corazón......y también las oraciones hacia ellos, que ya gozan de Dios, que supieron entregar su vida de forma generosa antes que renegar de la Fe, que son un vivo ejemplo de virtudes para nosotros y que desde el Cielo interceden por quienes les rendimos el honor que otros les niegan.
Que ellos nos ayuden en este difícil caminar hasta llegar a estar con ellos dando eterna Gloria a Dios en el Paraíso.
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María del Pilar Marcos Carrión – Arbil nº116 – 2008.VI.

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¿Resistencia a investigar?

Pío MOA- HISTORIADOR
Se escandaliza el héroe de Paracuellos de que haya quienes muestren "resistencia a investigar" sobre las fosas y demás. Y tiene algo de razón por lo que respecta al PP de Rajoy, empeñado en mirar a un futuro de color de rosa y en inglés, y olvidarse del enfadoso pasado. "¡Claro!", dirá el ciudadano corriente, "¡tiene un pasado tan brutal ese partido...!"
Pero algunos no sólo no nos oponemos a la investigación, sino que hemos investigado abundantemente, mientras que han sido los amiguetes del citado héroe quienes han procurado por todos los medios ocultar los resultados de la investigación. Así que resumiré tan solo uno de esos resultados, suficiente a mi juicio.
Ante todo, los crímenes de la guerra son originados por el hundimiento de la legalidad. El problema crucial y decisivo consiste, por tanto, en quiénes y cómo hundieron la legalidad republicana. Ese problema, de cuya solución dependen todas las demás cuestiones, creo haberlo resuelto definitivamente: fue el Frente Popular, compuesto, de hecho o de derecho, por comunistas, anarquistas, golpistas republicanos, golpistas separatistas y racistas del PNV. Hacer pasar por demócratas y republicanos a estos partidos constituye a su modo una verdadera hazaña, que debe reconocerse a sus promotores, pues han conseguido hacerlo creer a la mayoría durante muchos años. No por ello deja de ser un fraude colosal, del que derivan tantos otros.
Si esos promotores no creyesen que podían apuntalar el fraude explotando los sentimientos de las gentes desinformadas, ni el Gobierno, ni Garzón ni el héroe de Paracuellos habrían dedicado una fracción de segundo a pensar en los muertos. Les dedican atención pura y exclusivamente por eso, porque, por una alquimia prodigiosa, los restos de aquellas personas se transforman, setenta años después, en rentas políticas contantes y sonantes. Por ninguna otra razón se ocupan de ellos, y para el caso viene bien recordar las palabras de Gregorio Marañón dedicadas a aquellos "demócratas": "¡Qué gentes! Todo es en ellos latrocinio, locura, estupidez (...) Tendremos que estar varios años maldiciendo la estupidez y la canallería de estos cretinos criminales, y aún no habremos acabado. ¿Cómo poner peros, aunque los haya, a los del otro lado? (...). Y aun es mayor mi dolor por haber sido amigo de tales escarabajos."
Los desenterradores no sólo son amigos sino que se identifican de lleno con quienes Marañón calificaba tan dura, pero acertadamente. Y tal como el Frente Popular destruyó la legalidad republicana, estos están corroyendo todos los días la legalidad democrática nacida de la transición.
Es el colmo del descaro la pretensión de pasar por serias las "investigaciones" en curso sobre las fosas, realizadas por gente ideologizada hasta la médula, ignorante voluntaria de la historia real y documentada, y subvencionada generosamente desde el poder. Investigaciones típicas de una mentalidad y poder totalitarios, como la misma ley de "memoria histórica", al estilo de las que podría practicar el régimen cubano. O el mismo héroe de Paracuellos, para el caso. 2008-IX-07

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"EL NÚMERO PUEDE SER ESCALOFRIANTE"
La fosa de Alcalá se cavó junto a un paredón de fusilamiento republicano.

Nuevos datos de la fosa común de la Guerra Civil encontrada en antiguas dependencias militares del bando republicano en Alcalá de Henares. El diario ABC -que ha cedido las fotos a Libertad Digital- indica este jueves que los restos encontrados hasta ahora corresponden a siete personas, aunque la fosa, de tres metros de hondo y 140 de largo, aún no ha sido descubierta totalmente y "el número de cadáveres podría ser escalofriante". De momento, dice el diario, se sabe que "a escasos metros" había un paredón de fusilamiento. El Gobierno y las llamadas asociaciones de "defensa de la memoria", tan solícitos en otros casos

Foto de los huesos encontrados cedida por ABC
...[...]...
La zona donde ha aparecido la fosa fue un acuartelamiento republicano durante todala Guerra Civil. En las inmediaciones se localizaba el aeródromo a donde fue conducido el líder del POUM, Andreu Nin, después de ser detenido y brutalmente torturado por agentes españoles y rusos de la policía secreta de Stalin, con la pasividad cómplice del Gobierno de la República. Según diversas fuentes historiográficas, Nin fue asesinado en la zona donde ha aparecido la fosa. Su cuerpo nunca se ha encontrado.

Cinco familias han adelantado su intención de aportar el ADN de sus antepasados desaparecidos para comprobar si se corresponden con algunos de los cuerpos encontrados en Alcalá de Henares. Entre esos parientes, está la nieta de Nin. Según ABC, el juez Togado Militar se ha mostrado dispuesto a que las asociaciones que dicen defender la "memoria histórica" se impliquen en el seguimiento de la excavación arqueológica. Generalmente solícitas cuando se trata de fosas halladas en zonas del bando nacional, ninguna ha manifestado, hasta ahora, el menor interés por la fosa de Alcalá.

El Gobierno, mientras tanto, sigue guardando silencio sobre este hallazgo. Ningún portavoz del Ministerio de Defensa, ni del de la Presidencia ha informado a la Opinión Pública del estado de las investigaciones. Todo lo que se sabe, de momento, es gracias a las pesquisas periodísticas del diario ABC con fuentes oficiosas y no identificadas. 2008-03-13
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Fue descubierto un ´campo de concentración republicano´, podrían estar los restos de Andreu Nin, líder del POUM, y víctima de las brutales matanzas perpetradas en el bando republicano contra los miembros de este partido. El líder del POUM, Andreu Nin, después de ser detenido y brutalmente torturado por agentes españoles y rusos de la policía secreta de Stalin, con la pasividad cómplice del Gobierno de la República. 2008.III.

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Las víctimas de la represión republicana durante la Guerra Civil podrían alcanzar las 70.000.

La fosa común de Alcalá, de grandes dimensiones, podría contener restos de mujeres
Las víctimas de la represión republicana durante la Guerra Civil, que podrían alcanzar las 70.000, han sido las grandes olvidadas por la historia. Ahora, tras el descubrimiento de la fosa de Alcalá zona en la que desapareció Andreu Nin, se retoman las investigaciones. En "La Mañana" de la COPE, tres expertos han destacado que podría haber restos de mujeres entre los cuerpos exhumados. Según avanzó Libertad Digital, la fosa contiene restos de al menos nueve personas, aunque tiene una capacidad para un centenar. 2008.IV.03

(Referencias y tantas: las hay también por los testigos vivos hoy y escritos de ayer, aunque el gobierno del Rodríguez Zapatero, no quiera oír, hablan). 2008
SE ESCUDA EN QUE NO HAY "REFERENCIAS ESCRITAS"
Defensa reconoce que pueden existir más fosas en Alcalá pero se niega a buscarlas
El ministerio de Defensa ha reconocido que podrían existir varias fosas comunes en la sede de la Brigada Paracaidista de Alcalá de Henares, además de la ya descubierta el pasado once de febrero. A pesar de esta revelación, el departamento de José Antonio Alonso ha descartado iniciar la búsqueda porque no hay "referencias escritas". Por otro lado, el ministerio reduce a seis las personas halladas en la primera de las fosas, aunque otras informaciones apuntan a nueve. Las víctimas de la represión republicana durante la Guerra Civil podrían alcanzar las 70.000.

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La propaganda consiste en el adoctrinamiento o catequización concienzuda y sistemática del pueblo (los agentes del Matrix progre nunca dicen «pueblo», sino «ciudadanía», porque «pueblo» incluye cierto rasgo de heterogeneidad en su definición, mientras que «ciudadanía» designa a un conjunto homogéneo de individuos o autómatas que comulgan la misma rueda de molino), mediante el riego por aspersión o sirimiri de clichés ideológicos que incluyen la corrección política, la falsificación histórica, el feminismo a ultranza, el laicismo a machamartillo y demás flores fétidas del jardín progre. La propaganda actúa sobre las mentes como un napalm arrasador; pero los demiurgos del Matrix progre saben bien que la conducta humana (y aun la conducta de los esclavos) no siempre la rigen las neuronas, sino también ese amasijo de atavismos y pulsiones irracionales que denominamos «emociones» (los ideólogos del Matrix progre han puesto en circulación la expresión «inteligencia emocional», que es como decir «chorizo de espinacas», para que la pobre gente abducida crea que su conducta difiere en algo de las reacciones inducidas en el perro de Paulov). 2008

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CREO EN LA SANTA IGLESIA CATÓLICA - "Cristo es la luz de los pueblos. Por eso, este sacrosanto Sínodo, reunido en el Espíritu Santo, desea vehementemente iluminar a todos los hombres con la luz de Cristo, que resplandece sobre el rostro de la Iglesia, anunciando el evangelio a todas las criaturas". Con estas palabras comienza dogmática sobre la Iglesia" del Concilio Vaticano II. Así, el Concilio muestra que el artículo de la fe sobre la Iglesia depende enteramente de los artículos que se refieren a Cristo Jesús. La Iglesia no tiene otra luz que la de Cristo; ella es, según una imagen predilecta de los Padres de la Iglesia, comparable a la luna cuya luz es reflejo del sol.
El artículo sobre la Iglesia depende enteramente también del que le precede, sobre el Espíritu Santo. "En efecto, después de haber mostrado que el Espíritu Santo es la fuente y el dador de toda santidad, confesamos ahora que es El quien ha dotado de santidad a la Iglesia" (Catech. R. 1, 10, 1). La Iglesia, según la expresión de los Padres, es el lugar "donde florece el Espíritu" (San Hipóli to, t.a. 35).
Creer que la Iglesia es "Santa" y "Católica", y que es "Una" y "Apostólica" (como añade el Símbolo nicenoconstantinopolitano) es inseparable de la fe en Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo. En el Símbolo de los Apóstoles, hacemos profesión de creer que existe una Iglesia Santa ("Credo ... Ecclesiam"), y no de creer en la Iglesia para no confundir a Dios con sus obras y para atribuir claramente a la bondad de Dios todos los dones que ha puesto en su Iglesia (cf. Catech. R. 1, 10, 22).

¿Qué puede decirnos la tercera caída de Jesús bajo el peso de la cruz? Quizás nos hace pensar en la caída de los hombres, en que muchos se alejan de Cristo, en la tendencia a un secularismo sin Dios. Pero, ¿no deberíamos pensar también en lo que debe sufrir Cristo en su propia Iglesia? En cuántas veces se abusa del sacramento de su presencia, y en el vacío y maldad de corazón donde entra a menudo. ¡Cuántas veces celebramos sólo nosotros sin darnos cuenta de él! ¡Cuántas veces se deforma y se abusa de su Palabra! ¡Qué poca fe hay en muchas teorías, cuántas palabras vacías! ¡Cuánta suciedad en la Iglesia y entre los que, por su sacerdocio, deberían estar completamente entregados a él! ¡Cuánta soberbia, cuánta autosuficiencia! ¡Qué poco respetamos el sacramento de la Reconciliación, en el cual él nos espera para levantarnos de nuestras caídas! También esto está presente en su pasión. La traición de los discípulos, la recepción indigna de su Cuerpo y de su Sangre, es ciertamente el mayor dolor del Redentor, el que le traspasa el corazón. No nos queda más que gritarle desde lo profundo del alma: Kyrie, eleison – Señor, sálvanos (cf Mt 8,25).

Ya el profeta Jeremías advertía:  "El corazón es lo más retorcido; no tiene arreglo:  ¿quién lo conoce?" (Jr 17, 9). La traición de Judas, y también la de Pedro, muestran la gran debilidad de la naturaleza humana. 
ORACIÓN - Señor, frecuentemente tu Iglesia nos parece una barca a punto de hundirse, que hace aguas por todas partes. Y también en tu campo vemos más cizaña que trigo. Nos abruman su atuendo y su rostro tan sucios. Pero los empañamos nosotros mismos. Nosotros quienes te traicionamos, no obstante los gestos ampulosos y las palabras altisonantes. Ten piedad de tu Iglesia: también en ella Adán, el hombre, cae una y otra vez. Al caer, quedamos en tierra y Satanás se alegra, porque espera que ya nunca podremos levantarnos; espera que tú, siendo arrastrado en la caída de tu Iglesia, quedes abatido para siempre. Pero tú te levantarás. Tú te has reincorporado, has resucitado y puedes levantarnos. Salva y santifica a tu Iglesia. Sálvanos y santifícanos a todos.

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«Duc in altum» (Lc 5,4) dijo Cristo al apóstol Pedro en el Mar de Galilea.
Es hora de responder de nuevo con Pedro: «Señor, en tu palabra, echaré la red».
Las llaves, la humildad y el timón- Como sucesor de Pedro, el Papa es el que ha recibido las llaves y el timón, para abrir los inagotables arcones de la misericordia de la Iglesia, o para cerrar las puertas a lo que no cabe en la casa de la fidelidad a Cristo. Es el timonel que debe guiar en la barca que es la Iglesia, no siempre navegando en tiempos favorables, pero nunca abandonada del viento del Espíritu.
Si su poder no es de este mundo, como lo dijo Jesús, tampoco lo es el libro que el Papa emplea para dictar las lecciones de su magisterio. En esta cátedra, solamente se imparte la doctrina de la fe, que es aceptación de lo que Dios ha revelado de sí mismo. De una manera especialmente clara e inconfundible, lo ha hecho en la vida, en la doctrina y el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo.
Maestro es, pues, el Papa de una fe que se hace comportamiento y vida. Por eso, se habla de la fe y de las costumbres. Porque quien mira y acepta a Dios, ha de hacer que su comportamiento moral sea coherente con aquello que se acepta como doctrina y que ha de empapar por completo la vida cristiana. El Papa es ese maestro inequívoco, infalible, cuando proclama solemnemente una verdad, reconocida y auspiciada por la Iglesia universal, y una forma de aceptarla y vivirla. MMV.


La oración alimenta la esperanza, porque nada expresa mejor la realidad de Dios en nuestra vida que orar con fe. Incluso en la soledad de la prueba más dura, nada ni nadie pueden impedir que nos dirijamos al Padre «en lo secreto» de nuestro corazón, donde sólo él «ve», como dice Jesús en el Evangelio (cf. Mt 6, 4. 6. 18).
Vienen a la mente dos momentos de la existencia terrena de Jesús, que se sitúan uno al inicio y otro casi al final de su vida pública:  los cuarenta días en el desierto, sobre los cuales está calcado el tiempo cuaresmal, y la agonía en Getsemaní. Ambos son esencialmente momentos de oración. Oración en diálogo con el Padre, a solas, de tú a tú, en el desierto; oración llena de «angustia mortal» en el Huerto de los Olivos. Pero en ambas circunstancias, orando, Cristo desenmascara los engaños del tentador y lo derrota. Así, la oración se muestra como la primera y principal «arma» para «afrontar victoriosamente el combate contra las fuerzas del mal» (Oración colecta).
La oración de Cristo alcanza su culmen en la cruz, expresándose en las últimas palabras que recogieron los evangelistas. Cuando parece lanzar un grito de desesperación:  «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado» (Mt 27, 46; Mc 15, 34; cf. Sal 21, 1), en realidad Cristo hace suya la invocación del que, asediado por sus enemigos, sin escapatoria, sólo tiene a Dios para dirigirse y, por encima de todas las posibilidades humanas, experimenta su gracia y su salvación.
Con esas palabras del Salmo, primero de un hombre abrumado por el sufrimiento y, después, del pueblo de Dios inmerso en sus sufrimientos por la aparente ausencia de Dios, Jesús hace suyo ese grito de la humanidad que sufre por la aparente ausencia de Dios y lleva este grito al corazón del Padre. Al orar así en esta última soledad, junto con toda la humanidad, nos abre el corazón de Dios.
Así pues, no hay contradicción entre esas palabras del Salmo 21 y las palabras llenas de confianza filial:  «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu» (Lc 23, 46; cf. Sal 30, 6). También estas palabras están tomadas de un Salmo, el 30, imploración dramática de una persona que, abandonada por todos, se pone segura en manos de Dios.
La oración de súplica llena de esperanza es, por tanto, el leit motiv de la Cuaresma y nos hace experimentar a Dios como única ancla de salvación. Aun cuando sea colectiva, la oración del pueblo de Dios es voz de un solo corazón y de una sola alma; es diálogo «de tú a tú», como la conmovedora imploración de la reina Estercuando su pueblo estaba a punto de ser exterminado:  «Mi Señor y Dios nuestro, tú eres único. Ven en mi socorro, que estoy sola y no tengo socorro sino en ti, y mi vida está en gran peligro» (Est 4, 17 l). Ante un «gran peligro» hace falta una esperanza más grande, y esta esperanza es sólo la que puede contar con Dios.
La oración es un crisol en el que nuestras expectativas y aspiraciones son expuestas a la luz de la palabra de Dios, se sumergen en el diálogo con Aquel que es la verdad y salen purificadas de mentiras ocultas y componendas  con diversas formas de egoísmo (cf. Spe salvi, 33). Sin la dimensión de la oración, el yo humano acaba por encerrarse en sí mismo, y la conciencia, que debería ser eco de la voz de Dios, corre el peligro de reducirse a un espejo del yo, de forma que el coloquio interior se transforma en un monólogo, dando pie a mil auto-justificaciones.
Por eso, la oración es garantía de apertura a los demás. Quien se abre a Dios y a sus exigencias, al mismo tiempo se abre a los demás, a los hermanos que llaman a la puerta de su corazón y piden escucha, atención, perdón, a veces corrección, pero siempre con caridad fraterna. La verdadera oración nunca es egocéntrica; siempre está centrada en los demás. Como tal, lleva al que ora al «éxtasis» de la caridad, a la capacidad de salir de sí mismo para hacerse prójimo de los demás en el servicio humilde y desinteresado.
La verdadera oración es el motor del mundo, porque lo tiene abierto a Dios. Por eso, sin oración no hay esperanza, sino sólo espejismos. En efecto, no es la presencia de Dios lo que aliena al hombre, sino su ausencia:  sin el verdadero Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, las esperanzas se transforman en espejismos, que llevan a evadirse de la realidad. En cambio, hablar con Dios, permanecer en su presencia, dejarse iluminar y purificar por su palabra, nos introduce en el corazón de la realidad, en el íntimo Motor del devenir cósmico; por decirlo así, nos introduce en el corazón palpitante del universo.
En conexión armónica con la oración, también el ayuno y la limosna pueden considerarse lugares de aprendizaje y ejercicio de la esperanza cristiana. Los santos Padres y los escritores antiguos solían subrayar que estas tres dimensiones de la vida evangélica son inseparables, se fecundan recíprocamente y llevan tanto mayor fruto cuanto más se corroboran mutuamente. Gracias a la acción conjunta de la oración, el ayuno y la limosna, la Cuaresma forma a los cristianos para ser hombres y mujeres de esperanza, a ejemplo de los santos.
Ahora quiero reflexionar brevemente también sobre el sufrimiento, pues, como escribí en la encíclica Spe salvi, «la grandeza de la humanidad está determinada esencialmente por su relación con el sufrimiento y con el que sufre. Esto es válido tanto para el individuo como para la sociedad» (n. 38). La Pascua, hacia la cual se orienta la Cuaresma, es el misterio que da sentido al sufrimiento humano, partiendo de la sobreabundancia de la com-pasión de Dios, realizada en Jesucristo.
Por consiguiente, el camino cuaresmal, al estar totalmente impregnado de la luz pascual, nos hace revivir lo que aconteció en el corazón divino-humano de Cristo mientras subía a Jerusalén por última vez, para ofrecerse a sí mismo en expiación (cf. Is 53, 10). A medida que Jesús se acercaba a la cruz, el sufrimiento y la muerte bajaban como tinieblas, pero también se avivaba la llama del amor. En efecto, el sufrimiento de Cristo está totalmente iluminado por la luz del amor (cf. Spe salvi, 38):  el amor del Padre que permite al Hijo afrontar con confianza su último «bautismo», como él mismo define el culmen de su misión (cf. Lc 12, 50).
Ese bautismo de dolor y de amor, Jesús lo recibió por nosotros, por toda la humanidad. Sufrió por la verdad y la justicia, trayendo a la historia de los hombres el evangelio del sufrimiento, que es la otra cara del evangelio del amor. Dios no puede padecer, pero puede y quiere com-padecer. Por la pasión de Cristo puede entrar en todo sufrimiento humano la con-solatio, «el consuelo del amor participado de Dios y así aparece la estrella de la esperanza» (Spe salvi, 39).
Al igual que sucede con respecto a la oración, también por lo que atañe al sufrimiento la historia de la Iglesia está llena de testigos que se entregaron sin medida por los demás, a costa de duros sufrimientos. Cuanto mayor es la esperanza que nos anima, tanto mayor es también en nosotros la capacidad de sufrir por amor de la verdad y del bien, ofreciendo con alegría las pequeñas y grandes pruebas de cada día e insertándolas en el gran com-padecer de Cristo (cf. ib., 40).
Que en este camino de perfección evangélica nos ayude María, cuyo corazón inmaculado, juntamente con el de su Hijo, fue traspasado por la espada del dolor. Precisamente en estos días, recordando el 150° aniversario de las apariciones de la Virgen en Lourdes, se nos invita a meditar en el misterio de la participación de María en los dolores de la humanidad. Al mismo tiempo se nos exhorta a encontrar consuelo en el «tesoro de compasión» (ib.) de la Iglesia, al que ella contribuyó más que cualquier otra criatura.

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"En la actividad, no sean descuidados... sean cariñosos unos con otros... Que la esperanza los tenga alegres... Practiquen la hospitalidad... Bendigan... Tenganigualdad de trato unos con otros... Pónganse al nivel de la gente humilde... No muestren suficiencia... No devuelvan a nadie mal por mal... No se dejen vencer por el mal, venzan al mal a fuerza de bien" (San Pablo: Rm 12, 9-21).

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"Obras todas del Señor, bendecid al Señor".-
Crisis ecológica y crisis moral - La crisis ecológica contemporánea es un aspecto preocupante de una más profunda crisis moral y es efecto de una equivocada concepción de un desarrollo desmedido que no tiene en cuenta el ambiente natural, sus límites, sus leyes y su armonía, especialmente en cuanto se refiere al uso-abuso del progreso científico-tecnológico. La tierra sufre a causa del egoísmo del hombre.

Por venir a visitarnos, os agradecemos.-
Benedicto PP XVI: 2008.I.01 ‘Día mundial de la paz’ como cada primero de enero. Familia humana: comunidad de paz’ lema 01 enero para el 2008. 40 aniversario de la celebración de laprimera Jornada Mundial de la Paz (1968-2008) ‘la celebración de esta Jornada, fruto de una intuición providencial del Papa Pablo VI’.-
Anno Domini 2008 - Mane nobiscum, Domine! ¡Quédate con nosotros, Señor!.
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¿Por qué repetimos y recomendamos algunos libros? - No responde esta habitual insistencia a ningún imperativo ni legal, ni moral, ni de compromiso alguno. El único compromiso es el del servicio a la conformación de una cultura católica que hoy es más necesaria que nunca.
 ‘MAESTRO DE LOS PUEBLOS’ - Una teología de Pablo, el Apóstol.
Jordi Sánchez Bosch - Verbo Divino - 735 páginas - 2008
2º ´Los ojos de María´, de Vittorio Messori y Rino Cammilleri - Es 1796: tropas napoleónicas van hacia Roma; hay milagros de estatuas que lloran. Messori investiga estos milagros. – Editorial ‘Styria’ -  251 páginas – Esp.
3º ‘Jesús de Nazaret’ – ‘Benedicto XVI’. 2007;al siglo: Joseph Cardenal Ratzinger
4º ‘El Libro negro de las nuevas persecuciones anticristianas’, Thomás Grimaux es el autor - Favre, 160 páginas. Valeurs Actuelles, 2008 -. Todo un acierto.
Recomendamos vivamenteLA LEYENDA NEGRA, de PHILIP W. POWELL (1913-1987), publica la editorial Áltera en su colección ‘Los Grandes Engaños Históricos’. 2008 – Como también:
‘LEYENDAS NEGRAS DE LA IGLESIA’. Autor Vittorio MESSORI – Editorial “PLANETA-TESTIMONIO” 10ª EDICIÓN – Óptimo libro para defenderse del cúmulo de opiniones arbitrarias, deformaciones sustanciales y auténticas mentiras que gravitan sobre todo en lo que concierne a la Iglesia.
In Obsequio Jesu Christi.
El amor alienta, el odio abate 

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