sábado, 3 de marzo de 2012

ALFREDO LANDA CUMPLE 79 AÑOS



Alfredo Landa cumple 79 años

CINE
.

El actor,
una de nuestras grandes referencias
cinematográficas,
teatrales
y televisivas,

tiene el número 3
asociado a su vida

Alfredo Landa nació el día 3 del mes 3 del año 1933 a las 3 de la tarde. Cumple, hoy, por lo tanto 79 años. Se proclama «libre, liberal, navarro y español». Tiene tres hijos, tres Goyas, vive en el número tres, y ha campeonado en tres grandes rings -cine, teatro, televisión- imbatido siempre: 139 películas, Palma de Oro en Cannes... entre sus innúmeros reconocimientos.
Y tan asociado está el número tres a su vida que a «Alfredo el Grande» -títula de sus espléndidas memorias puestas negro sobre blanco por Marcos Ordóñez-, el día de su estreno teatral, le aplaudieron tres mutis. Y al tercero se hizo cómico: «Fue un destello extraño, que entró dentro de mí...». La primera vez que hizo cine fue en esa película sublime, absolutamente maestra, titulada «Atraco a las tres». Él habría pagado por actuar (ganó 9.000 pesetas).
Como escribió José Luis Garci -al que considera su mejor director-, Alfredo Landa está forjado en plastilina y en un acero tan intenso como el de James Cagney y Al Pacino. En los años 60 Alfredo Landa era un peso ligero y en los 70, campeón de los medios sin conocer el fracaso en un puñado de comedias, que tenían y tienen su público. Luego creó un fenómeno sociológico, el «landismo», un género literario. Landa aporta al arte la sabiduría de sus ídolos. En «El verdugo» pegó la hebra con Pepe Isbert. ¿Qué le decía?
-Que me iba a ir bien, y que en esta profesión hay que ser humilde, paciente e ir a por todas.
Landa se fue a por todas, y medio siglo después de trabajar sin descanso descubrió que se le había ido la pasión. Le dio vueltas y más vueltas y su mujer, Mayte, le miró a los ojos y le dijo: «Ole». Y se quedó más contento que una pera.
Alfredo Landa tiene una mirada como la de Spencer Tracy John Ford, puro valor de ley. Y nadie tampoco le ha derrotado en el campeonato mundial dry-martini. Su fórmula secreta:
-Botella de ginebra, un vaso mezclador, y ocho copas escogidas por mí. En vez del vermú Martini Seco, utilizo uno que se llama Noilly Prat, que es el seco francés. Hay diferencia, sí. En el vaso mezclador, helado, pongo hielo, tres dedos de Noilly Prat —invención mía—, le doy tres vueltas y lo tiro. Impregno así de olor el hielo y las paredes del vaso mezclador. Luego echo la ginebra que está helada, le doy cuatro meneos, y a servirlo en la copa helada. Cuando tiras del vaso mezclador a la copa parece que es aceite por la densidad.
Y mano de Santo Alfredo Landa.
Landa jugó al fútbol, del que también ha salido invictus. Elías Querejeta era su amigo y rival en aquellos campos de barro. En un encuentro, el equipo de Alfredo Landa ganaba 2 a 0 en el descanso, pero el de Querejeta empató con gol del «diminuto» jugador de la Real Sociedad. Casi al final pitaron un penalti que iba a lanzar el donostiarra, y... Alfredo Landa abrazó el balón, se puso de rodillas en el campo, y le imploró:
-¡Elías, por tu madre, que es tan guapa y tan simpática, no lo metas, por favor!.
No le hizo caso.
—Sí, lo metió el puñetero de él. ¡Sabía tanto de fútbol, jugaba tan bien!, que yo le supliqué encarecidamente, arrodillado. Fue en el viejo campo de Amara en San Sebastián. Maravilloso.
Alfredo Landa jugó en un equipo, del que fue fundador, llamado Indarra.
-¡Anda!, que no me he cansado yo de llevar los palos al hombro para poner las porterías en la playa. Aquello era una maravillosa escuela de convivencia, de hacer amigos, de participar, de sentir la vida. No tenía precio.
Alfredo Landa, nacido un día 3 del 3 del 33 a las 3 de la tarde, debería haber llevado la camiseta número 3 de lateral izquierdo (Junior, Camacho, Gordillo, Cabrini, Briegel...)
—Pues llevaba el número 6. Era un mediovolante correoso.

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