jueves, 11 de diciembre de 2008

3- DISCURSO DEL PRESIDENTE DEL CONSEJO DE ESTADO DE LA REPUBLICA DE CUBA, FIDEL CASTRO RUZ

Sí, porque nuestro país ha tenido maestros muy heroicos, como aquellos 2 000 que se fueron a las montañas de Nicaragua, por donde pasaron muchos miles en varios años. No podría ahora decir la cifra exacta, no recuerdo con precisión cuánto duró aquel programa, pero bien puede ser que por allí pasaran de 8 000 a 10 000 maestros, viviendo en las condiciones más inconcebibles, donde a veces había un solo cuarto donde moraban el matrimonio, su numerosa familia, el caballo y el maestro, o la maestra, no residían en un hotel de cinco estrellas. Estaban a muchos días de distancia, y hasta en condiciones físicas algunas veces riesgosas para la salud, porque todos ellos tenían en Cuba determinados hábitos de mejor alimentación.

Quisimos, en determinado momento, reforzar la alimentación, ver cómo les enviábamos algo para evitar que por caída de las defensas fuesen afectados por alguna enfermedad. No era posible, porque cuando les mandamos los primeros paqueticos de refuerzo alimenticio, lo que hacían de inmediato era repartir lo que les enviábamos, fuese chocolate, leche en polvo, cualquier cosa de ese carácter, entre los niños y la familia, algo muy lógico. Nosotros recordamos con vergüenza la estupidez de intentar reforzarles la alimentación. Era un imposible.

Por eso cuando digo héroes, apóstoles, no hablo solo de estos médicos, me refiero a lo que ocurre en este momento. Hoy no tenemos maestros en esas tareas en el exterior, hoy no tenemos combatientes enfrentados a las tropas racistas y fascistas de Sudáfrica, hoy no tenemos otras actividades similares; hoy por hoy es la actividad que están desempeñando nuestros médicos lo verdaderamente impresionante, y la que van a realizar pronto será cinco o seis veces más que la que están haciendo ahora. Porque nuestro país ha creado un enorme potencial humano, no invirtió el papel en revistas de chismografía o en publicidad, no invirtió los recursos en eso, los invirtió en formar médicos hasta llegar a ser el país con más alto índice per cápita de médicos del mundo, en formar maestros hasta llegar a tener el más alto índice per cápita de profesores y maestros en el mundo; formó profesores de educación física y deportes, que están relacionados con la educación y la formación integral y no con el deporte profesional, hasta tener el índice per cápita más alto entre todos los países del mundo; tal vez también en el nivel de investigadores y personal científico y en otros campos estemos entre los primeros lugares.

En eso hemos invertido nosotros nuestros modestísimos recursos, en medio de un bloqueo que dura ya 40 años, el cual supimos resistir cuando ya no era solo el bloqueo de Estados Unidos, sino cuando a ese bloqueo se sumó la antigua Unión Soviética. En el instante en que se desintegró y desapareció prácticamente se liquidó el comercio, hasta que comenzó a mejorar un poco; pero sin alcanzar la sombra siquiera de lo que teníamos.

Han pasado casi diez años de doble bloqueo sin que se cerrara una sola escuela, un solo círculo infantil, un solo policlínico; sin que quedara un solo trabajador sin un ingreso garantizado; no se dio un solo caso de esa índole; nuestro país logró incrementar el número de médicos en estos años de período especial en 30 000 aproximadamente.

Treinta mil nuevos médicos se incorporaron en esta última década, ¡y qué médicos, qué preparación!, porque ya los programas los veníamos haciendo desde antes. Veintiuna facultades universitarias, todos los hospitales y centros asistenciales del país convertidos en centros docentes. No se sabe lo que vale eso ahora, toda la experiencia acumulada, para extenderla en aquellos países que necesitan formar urgentemente especialistas. Pueden tener un maestro per cápita o un profesor per cápita, porque a cualquiera de esos especialistas cubanos que están cumpliendo su misión en el exterior, basta ponerle un joven recién graduado de medicina, con los textos correspondientes, y se hace especialista en la mitad del tiempo en que se forman en los hospitales docentes.

He mencionado esto porque son cosas de nuestra patria de las que no se habla jamás o muy excepcionalmente, en ninguna de las noticias que se emiten en el mundo. Basta un mercenario al servicio del imperio, arrestado y sancionado a unos pocos años de cárcel, muy por debajo de la sanción que los actos de traición reciben en Estados Unidos, y entonces aparece durante un año entero, todos los días, en los cables y medios de prensa. Y no estoy culpando a los periodistas extranjeros; incluso en los últimos tiempos hemos tenido más contactos con ellos por motivo de algunos eventos, y hemos descubierto personas capaces, y un porcentaje alto de personas con las que se puede hablar y que son sensibles a la verdad.

¡No!, no se les puede responsabilizar, aparte de que hemos tenido la desgracia de haber recibido algunos que eran asalariados puros de Estados Unidos y que trabajaron en estrecha coordinación con la Oficina de Intereses de ese país. Algunos, ni siquiera muchos, ni siquiera la mayoría, ni siquiera una pequeña minoría, pero hubo casos que eran notablemente indignantes por el papel que desempeñaban en nuestro país, promoviendo actividades subversivas, cumpliendo órdenes de Estados Unidos, exaltando mercenarios, creando falsos líderes y figuras que nada más se conocían por cables y que no arrastran ni a 10 personas en este país.

Esa era la tarea que más interesaba al imperio: dividir, desestabilizar, crear artificialmente figuras y exaltarlas con inescrupulosos procedimientos. No los culpo, porque los periodistas también viven de un trabajo, de un salario. Yo preguntaba por eso si había alguien de la SIP aquí, porque sencillamente ustedes saben que los cables se emiten hacia las sedes, y son las sedes las que deciden lo que se publica. Esa es la libertad de prensa con que cuentan, como regla, los que se ven obligados a laborar con las grandes empresas de la publicidad y la información, muchos de los trabajadores intelectuales de la prensa.

Organos tan prestigiosos, como el New York Times, cuando de la Casa Blanca le llamaron para que no publicara la información que poseían sobre la inminente invasión de Bahía de Cochinos, no publicaron una sola palabra, con lo cual se embarcaron ellos y embarcaron a Estados Unidos, con la humillante derrota que sufrió en esa invasión.

Hay cosas que no las ordena el gobierno, realmente, en la prensa del mundo capitalista. Una parte de ella se declara enemiga acérrima de todo lo que sea progreso; otra parte tiene posiciones asociadas por encima de todo a los intereses nacionales; y otra parte, sencillamente, se autocensura. Digamos, una parte, junto a los peores intereses; otra parte, próxima al gobierno, o a las posiciones del gobierno; y otra que, por un sentido patriótico, o un falso sentido patriótico, no publica aquellas cosas que consideran no convienen a su país. Quiero decir con esto que si hay una derrota humillante en Naciones Unidas no publican la noticia, ni otras muchas; si se ha creado histeria contra Cuba, o se han sembrado imágenes tales y más cuales, no se arriesgan a decir algo positivo de Cuba.

Al considerarnos adversarios del gobierno de Estados Unidos, por instinto prácticamente, por costumbre, por tradición, no publican determinadas noticias que están en contradicción total con el crimen del bloqueo o en contradicción total con la política del gobierno del imperio. Son las distintas causas por las que no se conoce la verdad en el mundo.

No es que les digan: "Oigan, no publiquen esto." Ellos tienen una línea, una práctica. Entonces, ¿dónde está realmente la libertad de prensa? ¿Dónde?

Admitido, yo no digo que exista una falta total de libertad de prensa, de vez en cuando hay un periodista que escribe unas cuantas verdades. Hay periodistas que hacen análisis, investigaciones y otros esfuerzos; hay muy buenos periodistas norteamericanos. ¡Ah!, pero publican una vez nada más; el segundo artículo ya no llega, porque las presiones bajan desde la Casa Blanca hasta niveles bastante modestos, que aconsejan en nombre de supuestos intereses nacionales no tocar esto o lo otro.

Hasta los órganos más serios de Estados Unidos llegan presiones que impiden publicaciones de artículos y materiales determinados, y, en general, por otro lado, se hacen eco de clichés estereotipados sobre nuestro país. Hay clichés infalibles, invariables, cuando van a hablar de Cuba, un solo adjetivo. Hasta cuando combaten la monstruosidad del bloqueo, el argumento es: ha fracasado, lleva 40 años y no ha logrado los objetivos para alcanzar de verdad un cambio democrático, un respeto a los derechos humanos, un régimen pluripartidista, etcétera, etcétera, etcétera. No aparecen consideraciones éticas o de aspecto humano.

Hasta cuando recomiendan rectificar algo declaran, como lo hace también el señor Clinton, que es para lograr destruir la Revolución Cubana. Quieren destruir —y lo digo sin chovinismo— la mejor obra social y la más humana que se ha hecho en este siglo (Aplausos).

¿Cuál país del Tercer Mundo redujo el analfabetismo a cero y en qué tiempo? ¿Qué país del Tercer Mundo alcanzó un nivel promedio de nueve grados para la población en un brevísimo lapso de tiempo? ¿Qué país en este mundo tiene una población con los conocimientos y la cultura política de nuestro pueblo, donde cualquier joven sabe dónde está China, Viet Nam, la Cochinchina, como se decía antes, o un país remoto del Pacífico, que la inmensa mayoría de los políticos norteamericano no saben dónde están?

¿Qué país sabe de historia universal, digamos, y de los problemas esenciales que pasan en cualquier parte del mundo? ¿Qué pasó en Viet Nam, qué pasó en el Sahara, qué pasó en Sudáfrica? ¿Qué pasó en cualquier país latinoamericano, en Argentina, en Uruguay, en Chile? ¿Qué pasó en Centroamérica? ¿Qué pasó con las guerras sucias? ¿Quién armó y entrenó a los torturadores y criminales más grandes que han existido en este mundo? ¿Quién es el culpable de que aquella invasión mercenaria tipo Girón, en un país hermano de Centroamérica, diera lugar a 150 000 muertos, y entre ellos alrededor de 100 000 desaparecidos?

Son los "apóstoles" de la democracia, de la justicia, de los derechos humanos, los que pactaron con gobiernos fascistas en aquel momento en que concluyó la Segunda Guerra Mundial, se llevaron a los técnicos nazis en armamento, que contaron en Estados Unidos con los medios para fabricar bombas más perfectas, misiles y todos los armamentos sofisticados con que hoy dominan o pretenden dominar el mundo.

¿Qué país robó más cerebros? Baste decir que este continente graduó en varias décadas 1 500 000 médicos, de los cuales 750 000 están en el extranjero y casi todos en Estados Unidos.

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