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Khedira ya se entrena con el grupo y Mou le espera para aplicar el 4-3-3 que más le gusta
Los dragaminas comienzan a reconstruirse en este Madrid repleto de arte y algo corto de músculo merced a una enfermería más repleta de lo que debería a estas altura de temporada. A medida que empiezan a salir de ella los hombres grandes, a Mourinho se le alegra la cara y le asoma la sonrisa porque, poco a poco, va a poder construir un equipo a su imagen y semejanza.
El primero de ellos ha sido Sami Khedira, que es un jugador muy del gusto del técnico portugués. Mou asegura en su círculo interno que el alemán da más equilibrio al equipo merced a su gran recorrido y a que es un jugador que pierde muy poco la posición, algo fundamental en el estilo de juego del portugués.
Khedira sufrió una sobrecarga muscular en el partido de vuelta de la final de la Supercopa ante el Barcelona y ha estado parado desde entonces. La lesión trastocó un tanto los planes de Mou, que llegó a decir que metía a Coentrao al lado de Xabi Alonso porque «no me queda otra, no tengo a más jugadores para esa posición», obviando el papel que puede jugar Granero. Khedira lleva dos días entrenándose con el grupo y hoy podría entrar en la convocatoria del equipo para Zagreb, donde el Madrid disputará el primer partido de la liguilla de la Champions League. La entrada en juego del germano es un alivio para Mourinho, que ve necesario su concurso para que haga pareja de baile con Xabi Alonso y equilibre el equipo más de lo que hasta ahora ha conseguido Coentrao.
Cambio de sistema
Ahora, a medida que gente como Altintop y, sobre todo, Sahin, vayan incorporándose al equipo, a Mou se le avecina un agradable problema: cómo configurar el grupo para guardar la viña al mismo tiempo que se mantenga intacta la potencia de fuego. Según el entorno del luso, es más que probable que en breve, casi ya, Mou se incline por insistir en un 4-3-3 que le convence más.
Es un sistema que ya empleó a menudo la temporada pasada y que le da más confianza pues mantiene mejor la defensa y deja a los delanteros con más huecos arriba para conseguir las mismas cifras que con el 4-2-3-1.
El problema del 4-3-3 es que Mourinho tiene que renunciar a uno de los cuatro hombres de arriba. Uno es inamovible, que es Cristiano.
Hay un segundo que, tal y como están las cosas, también es fijo, y es Karim Benzema. Así pues, la duda se establece entre Ozil y Di María. Teniendo en cuenta que el argentino viene de la Copa de América y que su comienzo no ha sido convincente (más bien todo lo contrario), lo más probable es que esa línea de tres quede configurada con Ozil, Benzema y Cristiano Ronaldo.
Eso sí, por detrás siempre van a estar Higuaín y Kaká al acecho.
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