viernes, 11 de junio de 2010

EL GAL VISTO POR ANASAGASTI, DESDE LA NAVIDAD MADRILEÑA

-
Escrito por Iñaki Anasagasti
-

Acaba el 94 con la justificación del GAL

Sábado 24 de diciembre 1994

¡MENUDO AMBIENTE NAVIDEÑO!

Nunca habíamos vuelto de Madrid, con tal sensación de estupor. Aquello del fin justifica los medios, lo hemos oído hasta la saciedad en gentes que creíamos de bien. Sin embargo, en la hora de la verdad, casi todos opinan de igual manera.

El martes almorzábamos en la Gran Peña de Madrid. Una especie de “La Bilbaína” pero con aspecto de Museo de Cera. En una mesa, comía Blas Pinar. En la otra, Arespacochaga. El ex-alcalde de Madrid nos saludó y dijo que era increíble que servidoresdel Estado estuvieran encarcelados. Era el prólogo a lo que íbamos a vivir. Un ambiente fétido y poco navideño. El grito salvaje de “ETA mátalos”, era sustituido en tertulias, prensa y valoraciones, por el peligroso de “Gal, mátalos”. Terrible. Y viviendo en un estado de derecho. Algunos hacían la distinción de muertos buenos y muertos malos. Terrorismo bueno y terrorismo malo. Y eso desde la “política de Estado”:"La misma lógica asesina que la de ETA.

Por eso pedimos la dimisión de un Barrionuevo, que se jactaba de que los policías de la cúpula policial encarcelada eran unos magníficos servidores del Estado y que eso en Europa no ocurría. Claro que no. Le dijimos que era como si pidiéramos a los presuntos terroristas del “Comando Nafarroa” solidaridad y felicitaciones navideñas. Habrían puesto el grito en el cielo. Pero en Madrid, nadie se movió en serio contra el ex-ministro, que como un pavo real se paseaba por los pasillos cultivando las bajas pasiones de la ciudadanía. “Tienen ustedes que comprender el clima que se vivía en aquellos años”. “El GAL ha matado, pero mucho más ETA”. “Garzón ha reabierto un sumario de hace doce años”. No dicen que no pudo investigar en su día los Fondos Reservados del Ministerio, ni que no hay incompatibilidad cuando uno pasa de un puesto a otro de la Administración, sino cuando pasa de la Administración a la actividad privada. Y no era el caso. Otros decían que se trataba de opacar el suceso del año. El encarcelamiento de Mario Conde. Pero lo que rezumaba tanta justificación era proteger a los “leales servidores del Estado”. Y en concreto a un Barrionuevo que designó a Luís Roldan y Julián San Cristóbal y andaba jaleándose como héroe, sin el menor pudor, buscando la protección de la España profunda.

Las declaraciones de Laborda fueron lamentables. Ramón Jáuregui no estuvo nada fino. Nicolás Redondo Terreros me llamó ave de rapiña y dijo que mientras Barrionuevo defendía España, el PNV apoyaba a los “chicos” de ETA. García Damborenea, amigo de Redondo, protegido de Mayor Oreja, decía que si él hubiera sido responsable del GAL no hubiera hecho aquella chapuza. El PP, protegiendo a Damborenea y lamentando por lo bajo la foto que se hizo con Aznar. El Gobierno callando. Aznar, entrevistándose con González. Ruiz Gallardón sacando fuera sus orígenes fascistoides. ETA frotándose las manos. El “ABC” escandalizado con Garzón, y casi todos, diciendo que había que echar tierra al asunto.

En este ambiente tuvo lugar el debate sobre la creación de una Comisión que investigara los Fondos Reservados. Nosotros éramos partidarios que Garzón entrara a fondo en el asunto, se discutiera un proyecto de ley que en el futuro controlara democráticamente este asunto y que la Comisión de Secretos Oficiales, trate las chapuzas que suceden, que siempre tienen como trasfondo lo vasco. Los Fondos Reservados han de existir y si se crea una Comisión de Investigación, serían fondos de conocimiento público. Preferimos más que la ley actúe contra el delito, al espectáculo carroñero sobre este asunto.

En fin, como se ve, un magnífico ambiente navideño, que afectó a la pe seta y a la propia confianza y serenidad que requería el país.

-

No hay comentarios: