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Pais 29/1/1988 - se gastaron en reparar los desperfecto - 340.000 millones de pesetas
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Y Alavedra y Prenafeta por mucho menos de 28 años después, que es menos aun, han dado la entrada para comprarse un chalet, con rejas a la calle.
Y aún Pujol anda con gilipolleces.
Claro que el truco que usaron: es que van contra Cataluña, pillo a la democracia sin saber que hacer y como hacer.
Si lo pillan hoy, les pilla el tren como a ESTEVE COLL CUTRINA, que murió, lo enterraron y santas pascuas
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Cuando en el juzgado de Vic se había enterrado jurídicamente el cadáver del funcionario judicial Esteve Coll Cutrina , en uno de los pasillos dela Audiencia de Barcelona, tuve un breve encuentro con el abogado Joan Piqué Vidal, que había asistido a uno de los detenidos del “caso de corrupción” del juzgado de Vic. Le pregunté por qué no se había investigado con mas rigor la trágica muerte del funcionario. Su respuesta, posiblemente al confundirme con un colega, me dejó helado:-“Deixem el mort en pau perquè si remanem la merda en sortirem tots enmardats i ara a l’Audiencia no hi convé soroll”-. Bajando las escaleras de la Audiencia me preguntaba si lo del “soroll” era por el “caso Banca Catalana”. Si es cierto que un periódico tan influyente como “La Vanguardia ” evitó “soroll”
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Y aún Pujol anda con gilipolleces.
Claro que el truco que usaron: es que van contra Cataluña, pillo a la democracia sin saber que hacer y como hacer.
Si lo pillan hoy, les pilla el tren como a ESTEVE COLL CUTRINA, que murió, lo enterraron y santas pascuas
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Cuando en el juzgado de Vic se había enterrado jurídicamente el cadáver del funcionario judicial Esteve Coll Cutrina , en uno de los pasillos de
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http://www.abc.es/hemeroteca/historico-03-10-2009/abc/Catalunya/pensare-en-banca-catalana-mientras-viva_103352922828.html
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Tras el asesinato del socialista Ernest Lluch, Pujol recuerda la manifestación organizada en Barcelona en la que la periodista Gemma Nierga dijo la frase «Ustedes que pueden, dialogan». Palabras dirigidas a José María Aznar, quien se volvió al presidente de la Generalitat y le preguntó «¿Y con quien tengo que dialogar?».
«Aznar ya había hablado con ETA en el transcurso de una tregua que había acabado en fracaso. Ahora ETA acababa de matar a la persona que desde la otra sensibilidad ideológica también sostenía la voluntad de diálogo. Las palabras de la periodista fueron bien acogidas por la gente, pero no eran ni realistas ni justas», sostiene Jordi Pujol en sus memorias.
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