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Senex dijo el día 19 de Noviembre de 2010 a las 09:13:48:
SOBRE LOS COMENTARIOS PRECEDENTES
Soy adicto a los sistemas monárquicos, mientras permanezca su utilidad para la Nación. He apreciado en los comentarios una generalizada crítica negativa hacia la gestión de nuestro Rey, y muy peyorativa hacia su persona. A mi parecer, no son justos -sino, muy injustos-. La actividad del Rey, llena de audiencias de todo tipo, viajes largos y peligrosos , actos representativos cansativos y lecturas de discursos impersonales, debería ser juzgada como abrumadora por cualquier persona que imaginara estar en su lugar. Limitándome a los hechos conocidos más destacados: la dimisión de Arias Navarro, la elección por las Cortes de Adolfo Suárez, la dimisión de este mismo y los acontecimientos del 23-F, Juan Carlos I ha dado suficientes muestras de ultrapasar las limitaciones que nuestra Constitución le impone, cuando por el interés de la Nación lo ha considerado necesario. Tal vez, ahora fuera el momento de que lo hiciera una vez más, aunque sea la última; pero, la prudencia en alto grado es una virtud esencial y exigible en tal alta magistratura. Por otra parte, no creo que en esas instancias se den muchas puntadas sin hilo; el nuevo "look" del Príncipe - que tiene demostrada su firmeza de carácter en la elección de esposa: la lista, según la ciudadanía asturiana de la época, de entre las hermanas Ortíz Rocasolano, y en la que tengo depositadas muchas esperanzas- y el reciente encargo -no sólo explicable por razones de salud real- para que asuma la función real en las audiencias con los mandos operativos de los Ejércitos, podrían ser algunas de esas "puntadas".
Últimamente, los medios hablan de ciertos movimientos en las altas esferas del PSOE, protagonizados por elementos de su "vieja guardia". La gravedad de la situación actual no se le escapa a nadie. Las diferencias están en los medios y medidas para salvarla. Con los años, las personas se libran de muchas pasiones, se les abren los ojos y empiezan a temer el juicio de los suyos, de la Historia, o de Dios. Para promover aquella salvación, la "vieja guardia", podría desempeñar un papel esencial, y con él alejar el riesgo de involución democrática, con sus graves inconvenientes colaterales, que creo muy real. El problema estaría en que las medidas a adoptar deberían ser, según opino, más o menos las del informe de referencia. Es decir, de derecha pura y dura, al parecer de sindicatos, izquierdistas, etc. Rezaré.
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