No hay más que mojar la oreja al presidente del Gobierno para que se vaya de vareta, sobre todo, en los sitios donde todavía puede salvar algo de sus muebles electorales. Véase Cataluña, donde anda haciendo encaje de bolillos para salvar los palos del sombrajo a su ex ministro de industria, actual presidente de la Generalidad de Cataluña y candidato socialista a repetir en el cargo, José Montilla, después del varapalo del Constitucional al “Estatut”. O véase, el ejemplo del AVE a Cantabria. Hace apenas un par de meses, el ministro de Fomento, José Blanco, anunciaba drásticas rebajas en infraestructuras. Había que apretarse el cinturón. La leve sospecha de que entre las obras sujetas a aplazamiento se encontraba el AVE a Cantabria, enervó los ánimos del presidente autonómico de esta comunidad, el aguerrido y mediático regionalista Miguel Ángel Revilla, el de los taxis a Moncloa con el tarro de las anchoas. El especialista en pactos de conveniencia para mantenerse en el machito, aunque no haya ganado ni una sola elección autonómica en su región. El “bisagra de oro”. Revilla, como decimos, le mojó la oreja a Zapatero, advirtiéndole de que si paralizaba el AVE a Cantabria, rompía el pacto de gobierno con el PSOE en la comunidad, con el que lleva gobernando varias legislaturas, pese a que, cosas del chalaneo, ninguno de los dos partidos es el más votado. Ese pacto conlleva una buena cuota de poder, muchos cargos, muchos puestos para los socialistas, en definitiva, muchos sueldos. A Revilla, el órdago le traía al pairo; siempre le quedaría en la recámara volver a pactar con el PP. Las bisagras del PRC son de vaivén, como las de las puertas de los “saloones” de las “pelis” del Oeste. Mientras le dejen la estrella de sheriff, lo mismo le da abrirlas para un lado que para el otro. Pero el PSOE, tal y como vienen las encuestas no puede prescindir de los trozos de tarta que aún le quedan en el plato. Ni siquiera de las migajas. De modo que ahí tenemos a Zapatero enmendando la plana a su ministro de Fomento y llamando por teléfono a Revilla para comunicarle que donde Blanco dijo: “digo”; él dice: “Diego” y el AVE seguirá su curso hasta Cantabria. Que hay mucho cargo, mucho puesto y mucho sueldo en juego.
¿Qué hay de lo mío?
De momento, Zapatero le asegura que el tren de alta velocidad llegará a Cantabria a finales de 2015 y para ello garantiza una inversión de 1.400 millones de euros. Pero son sólo palabras de Zapatero. Y ya se sabe. Los plazos y detalles menores se concretarán en una próxima reunión con el ministro Blanco. Veremos. Por si acaso, otras comunidades que también se veían afectadas por el recorte de 6.000 millones en infraestructuras, a la vista del moje cántabro de oreja al Gobierno, empiezan a preguntar a Zapatero ¿y qué hay de lo mío?
Revilla afirma que la llamada telefónica del presidente le llegó cuando se hallaba en casa “friendo pimientos”. Ahora, tras secarse la oreja, el reto para Zapatero es que las comunidades que se sientan discriminadas en materia de infraestructuras no le manden a “freír espárragos”. Política de fritangas.
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