jueves, 21 de abril de 2016

LOSADA,¿ LA CRUZ DE CARLOS III? (NO, 3 CONDECORACIONES) Y ALGO DEL PADRE DE JOSÉ ZORRILLA. MONTAÑAS DEL TELENO


NO UNA TRES CONDECORACIONES

2 -

Losada fue condecorado con dos Cruces de Carlos III

a)
Caballero por Real Decreto de 3/10/54

b)
Encomienda por Real decreto de 2/10/66

c)
Y una de Isabel la Católica en su grado de Comendador
Por Real Decreto de 5/6/1859

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Ni más ni menos que el cabreirés natural de Iruela, José Rodríguez de Losada Conejero, conocido como el "Relojero Losada" es a quien debemos el que el año se inicie con las campanadas del reloj de la madrileña Puerta del Sol.

La historia de nuestro paisano es muy interesante, a pesar de que existen lagunas sobre algunas etapas de su vida, y es todo un ejemplo de superación...
En su honor, a orillas de la carretera que conduce a Encinedo y desde el año 1993, se levanta un pequeño monumento formado por dos agujas de reloj hechas en negra pizarra y media esfera metálica que apuntan al cielo marcando la “una en punto”, dedicado por los vecinos en honor al primero o al mejor relojero de la historia cuya vida comenzó en Iruela y cuyo diseño estuvo a cargo de otro iruelense.
Os ponemos unas pinceladas de su biografía que hemos extraído de la "Guía Montañas del Teleno":
"El relojero Losada, hijo de Miguel Rodríguez de Losada y María Conejero, hidalgos de condición humilde, nació en Iruela (antigua Jurisdicción de Losada), bello pueblo de La Cabrera Alta...

De allí salió, según la tradición, huyendo siendo apenas un chaval por miedo a las represalias del cura de Valdecañada, dueño del rebaño que él pastoreaba, por la pérdida de cinco cabras a manos de los lobos. (
Ovejas o Ternero)

Entre este hecho y su llegada a Londres, la leyenda se ha encargado de enredarse con la historia y trazar dos caminos bien distintos: mientras unos dicen que se fue a Sevilla al amparo de los muleros que periódicamente acudían a las ferias de esa provincia a vender ganado y desde allí embarcó hacia las islas británicas.

Otras versiones aseguran que huyó a través de la comarca sanabresa hacia Portugal y allí se enroló como soldado, vivió en Madrid y por sus ideas políticas liberales se vio obligado a exiliarse;

Otra por Ponferrada, donde hizo de aguador y trabajó en una relojería.
Todo después de intentar quitar a su abuela el dinero que no le pagaba por hacer de pastor de su rebaño, sólo le daba la manutención.


Llegado a Londres, se estableció como mozo para limpiar un taller de relojería, y el tesón que mostró por aprender el oficio le permitió “ascender” a la categoría de ayudante del relojero.
El alumno aventajó a su maestro, y una vez que falleció, se casó con su viuda, pasando a regentar el negocio que floreció hasta alcanzar un enorme prestigio y fama.
Sin embargo, el testimonio verídico nos muestra otro semblante menos romántico, aunque no deja de ser novelesco, de la vida de José Rodríguez de Losada Conejero.
Este cabreirés fue un oficial del cuerpo de Caballería del ejército español, condecorado, por Real Decreto de 3 de octubre de 1854, como Caballero de la Orden de Carlos III.
Según figura en su expediente, literalmente

("Don José Rodríguez de Losada, oficial que ha sido de Caballería y constructor de relojes en Londres"), se puede deducir que el oficio de relojero lo pudo aprender durante su servicio en el ejército y no como mozo en la capital inglesa.

Su establecimiento en Londres se debió a causas políticas pues dada su ideología, contraria a Fernando VII, fue perseguido.

Su fuga de España se produjo en 1828 tras caer en una trampa que preparó el superintendente de la policía de Madrid que, a la sazón, infiltrándose disfrazado de fraile en una de las reuniones clandestinas de los liberales a las que era asiduo nuestro paisano.

Fue al contrario, montaron una trampa al superintendente, padre de José Zorrilla, le hicieron firmar un salvoconducto para el relojero y lo mantuvieron atado, mientras huía hacia Francia y luego lo soltaron.
Su hijo fue muy amigo de Losada y le dedico algunas obras obras,


Una estrofa dice así:


Mi padre, ministro un día,
Puso a precio su cabeza:
El con hidalga nobleza
Salvó mas tarde mi honor:
Hoy, sin temor ni bajeza,
Del mundo a la faz lo digo:
El es mi mejor amigo
Y no le tuve mejor.


http://relojerolosada.blogspot.com.es/2015/12/9-zorrilla-y-losada-una-repeticion-de.html

El superintendente de Madrid era Ministro.



Pasó a Francia donde vivió dos años y en 1830 cruzó el Canal de La Mancha. 
Cinco años después, abrió una modesta relojería que pronto trasladó a la mejor calle comercial de la ciudad, Regent Street. 

Entró a trabajar en una relojería como mozo de limpieza
Sus relojes eran demandados por la más selecta clientela europea.
La Casa Real española le encargó diversos trabajos: para Isabel II, varios para el rey consorte, Francisco de Asís y para algunas de las Infantas. 
El general Narváez, presidente del Consejo de Ministros, también presumía de poseer uno de sus “sabonetas”; pero su principal cliente fue la armada española que le designó Relojero Cronometrista de la Marina Militar (1856). 
En 1838, se había casado con Hamilton A. Sinclair, diez años mayor que él, aunque no se tiene constancia de que fuera viuda de otro relojero como asegura la leyenda. 
En todos los años de exilio, José Rodríguez únicamente regresó a España en tres ocasiones y sólo en una de ellas, en 1859, junto con su esposa, visitó su pueblo natal y a su familia (Fue solo) siempre)
Falleció en Londres el 6 de marzo de 1870, dejando una fortuna de 30.000 libras esterlinas, que heredaron sus hermanas, su sobrino Norberto (continuador al frente de su taller hasta 1890), su médico y sus sirvientes.
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Relojero Losada Blog
F. Javier, A. Prada

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