La gente en paro, 46.000 personas en León, no está en una nebulosa estadística. Está a disposición del Servicio Público Estatal de Empleo (Sepe) y de Servicio Público de Empleo de Castilla y León (Ecyl). Antes todo el mundo sabía que era el Inem o la oficina del paro.
Ahora son dos desconocidos que comparten oficinas y sólo se hablan para cruzarse datos acerca de los nombres que están detrás de las 30.000 nóminas que el Sepe paga mensualmente en concepto de prestaciones contributivas o ayudas familiares.
Las sanciones a parados han aumentado un 17% en León en menos de un año. El Sepe registró en el 2011 un total de 3.200 expedientes sancionares y en el 2012, hasta el 30 de noviembre, un total de 3.745, según datos facilitados por la Subdelegación del Gobierno en León.
La mayoría de ellos, un 70% más o menos, tienen su causa ne que no renovaron la demanda de empleo, es decir que no se presentaron a las oficinas a sellar, indica el organismo estatal. Las otras causas por las que una persona puede perder la prestación son: estar trabajando, incumplimientos por no comunicar cambios de situación, salida al extranjero y superación de rentas por ingresos extraordinarios, así como otros incumplimientos de obligaciones, como no acudir a cursos o planes de formación a los que hayan sido convocados por la Junta.
Salir al extranjero es motivo de sanción desde 1985, pero con matices. El artículo 6.3 del Real Decreto de la Ley de Protección por Desempleo establece que «el derecho a la prestación por desempleo quedará suspendido en los supuestos de traslado al extranjero para la realización de trabajo o perfeccionamiento profesional por un período inferior a seis meses. En otro caso, el traslado de residencia al extranjero supondrá la extinción del derecho».
A esta norma ha remitido la Subdelegación del Gobierno para explicar los numerosos expedientes —no se contabilizan oficialmente— que se han tramitado en León contra extranjeros beneficiarios de la prestación por desempleo que viajaron a su país sin solicitar permiso.
Un folleto informativo del Sepe de enero de 2013 indica de manera ambigua: «Si se trata de una salida ocasional por un tiempo máximo acumulado de 15 días al año, resulta conveniente que se comunique en la oficina de prestaciones». Y añade: «A su regreso debe presentarse el primer día hábil siguiente a aquel en que se cumpla dicho período desde que salió de España o de asusencia de terrrtorio español».
Comisiones Obreras ha tramitado entre 70 y 80 reclamaciones previas de inmigrantes que han sido sancionados a lo largo del 2012 por salir del país sin permiso del Sepe, mientras cobraban la prestación por desempleo. También ha presentado varias demandas en los Juzgados de lo Social.
«Es escandalosa esta forma de recaudar dinero a costa de exprimir a los más débiles, muy poco ética», subraya la secretaria de Política Social e Inmigración de Comisiones Obreras, Rosa Castro. Detrás de estas sanciones ha visto «auténticos dramas humanos y sociales» y una traba más a la hora de actualizar sus documentos como extranjeros, explica.
El sindicato mantuvo una reunión con responsables del Sepe para pedir explicaciones. «No fue nada satisfactoria. Su idea es que todos los inmigrantes engañan y todos saben bien las leyes», apunta. La mayoría de las personas afectadas son marroquíes y en menor medida dominicanos.
Aziz
«Estuve un mes y luego me quitaron la ayuda y el paro»
Aziz trabajó en el sector de la construcción y se quedó sin trabajo. Tiene a dos de sus tres hijos en Marruecos. La tercera nació en España, pero los dos primeros son marroquíes y para que puedan venir reagrupados a España le exigían unos ingresos que no alcanzaba cuando trabajaba. «No sabía que había que pedir permiso y me fui un mes a Marruecos», cuenta.
Fue poco después de ir a renovar sus papeles de residencia cuando recibió la carta. «Me quitaron el paro y la ayuda familiar y dicen que les debo 1.700 euros por lo que había cobrado», explica.
Hasta ahora ha tirado de los ahorros, pero «me queda muy poco», comenta en la oficina de Comisiones Obreras donde le asesoran sobre las alegaciones para recurrir la sanción. «Creemos que es cierto que la mayoría de estas personas no sabían que tenían que pedir permiso y si es cierto que les han dado un folleto al solicitar la prestación, como nos dicen en el Sepe, no se han enterado», sostiene Castro mientras argumenta que «muchos no saben leer en su idioma y menos en español».
El sindicato exige que se de información verbal a los parados, especialmente a los extranjeros, cuando solicitan la prestación por desempleo.
Mohamed
«No tengo dinero para pagar los 6.000 euros que me reclaman»
Mohamed trabajó de panadero durante más de cinco años. Cuando se quedó en el paro fue a solicitar la prestación. Recuerda que era el 15 de julio de 2011. El 17 de agosto se fue a Marruecos: «Era sábado y no sabía que había que pedir permiso», alega.
Regresó y siguió cobrando el paro hasta que encontró un nuevo trabajo temporal en el campo. «Trabajé y volví a presentar la solicitud de la prestación. En abril de 2012 me llegó una carta en la que me comunican que debo pagar más de 6.000 euros y me dejan sin los dos años de paro que tenía acumulados. Ahora no tengo para pagarlo», lamenta.
Muchos extranjeros creen que el motivo de no poder salir de España sin permiso es que el Gobierno no quiere que gasten el dinero que les dan en España en sus países de origen. Mohamed reitera una y otra vez que cuando marchó no había cobrado la primera mensualidad y que cuando regresó pagó la renta de la vivienda en la que vive. «Está escrito en la cartilla», insiste.
También ha presentado un recurso, pero no tiene muchas esperanzas de que le sirva. «Lo único que quiero es encontrar trabajo. Ahora dependo de las a amistades incluso para ir a buscar trabajo», alega.
Algunos inmigrantes han optado por hacer el pago aplazado del dinero cobrado que les exigen devolver. Ahora en el sindicato les aconsejan que no lo hagan: «Si solicitan el pago aplazado y no pagan una mensualidad les cobran intereses».
Fatima
«Tengo una hermana enferma y no sabía que necesitaba permiso»
Fatima es el nombre ficticio de otra de las inmigrantes afectadas por las sanciones. Viajó a Marruecos el 17 de diciembre de 2010. «Tengo una hermana enferma y no sabía que tenía que pedir permiso». En mayo de 2012 recibió una carta del Ministerio de Empleo en la que le comunican una propuesta de sanción por «cobro indebido» de la prestación de desempleo al haberse ausentado del país sin permiso.
Además, la carta apunta que la propuesta de extinción de su derecho a la prestación. En el recurso que formuló presentó un justificante médico. Después de seis años en España nunca se había visto en una situación igual. El Servicio Estatal Público de Empleo rechazó sus alegaciones: «Salió usted al extranjero por tiempo superior a 15 días sin que el motivo de dicha salida fuese por búsqueda o realización de trabajo, perfeccionamiento profesional o cooperación internacional», subraya la respuesta a su recurso.
Halima asegura que ya ha pagado los 1.600 euros que le reclamaban con parte de las mensualidades de la ayuda familiar que ha percibido. En septiembre fue llamada por el Ecyl para un curso de formación, pero cuando fue a inscribirse le dijeron que no tenía derecho debido a la sanción.
En el recurso tipo que ha elaborado el servicio de atención a Inmigrantes de Comisiones Obreras se alega la condición de extranjeros y el desconocimiento de las leyes. «Considero que es responsabilidad de la administración informar, aunque sé que el desconocimiento de la ley no me exime de su cumpliento», señala el escrito.
Con permiso del Sepe
La peripecia de una marroquí para salir 15 días de León con su hija
F. K., una mujer marroquí, quería ir a visitar a su familia a Marruecos estas Navidades. Está en paro desde noviembre y no sabía cómo tenía que pedir el permiso para salir de España sin ser multada.
Cuenta que el año pasado fue a recoger a su hija de cinco años a Marrakech, tras lograr la reagrupación familiar y a los dos meses el Sepe la sorprendió con una carta en la que le comunicaban que tendría que devolver más de 2.000 euros por la prestación cobrada entre noviembre y enero. En febrero encontró trabajo, pero ahora está de nuevo en el paro.
Para ir a la oficina de prestaciones del Sepe en la calle La Serna, recurre a unas amistades de León. Tiene que pedir cita por teléfono (901 119 999) o por Internet. Allí rellena un papel y le dan el permiso por 15 días.
La funcionaria le explica que para tener derecho a atención médica en Marruecos, tanto ella como su hija, tendrá que acudir a una oficina de la Seguridad Social, donde le darán el papel. Tendrá que pedir cita para presentarse en la oficina al día siguiente de su regreso a León.
Lo que no sabe y nadie le dice es que además tiene que ir a la oficina del Ecyl, en el mismo local pero con otra puerta de acceso. Se entera, casualmente, porque antes de hacer el viaje quiere asegurarse de tener la cita en la oficina de prestaciones para no ser multada de nuevo. Por error, va al Ecyl donde le informan que tiene que darse de baja durante el tiempo que esté en su país, para que no la llamen para posibles demandas de empleo o cursos. Cuando regrese tendrá que volver a darse de alta.
Si F. H. no hubiera sido acompañada por una persona hispanohablante no hubiera viajado a Marruecos por miedo. Entiende el español con dificultad y no tiene muchos recursos lingüísticos para expresarse.
La primavera pasada llegaron sanciones por viajes realizados en el 2010 y en el 2011. «Lo suelen detectar después de que renuevan la documentación», explican en Comisiones Obreras
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