miércoles, 9 de enero de 2013

j) 11-M - LA MOCHILA DE VALLECAS ESTABA LLENA DE MENTIRAS



1 -
Si en las muestras hay DNT, contaminación

2 - 
Si en Leganés no hay sangre de suicidas, vaporización. 

3 -
Si nadie vio la mochila de Vallecas en los trenes,
 confusión. 
4 - 
Si los perros no huelen ningún explosivo en la furgoneta de Alcalá, saturación.
¿Quién ordenó el código rojo del 11-M, Zarzalejos?
¿Quiénes son esos algunos hombres buenos
cuyo honor inexistente intentas defender?

ARTÍCULO CONFORMADO, SIN AÑADIR NI QUITAR, SÓLO CPNFORMAR

-
Estas nuevas revelaciones confirman que la famosa mochila de Vallecas

-en la que sí se encontró metralla y Goma 2-

no es más que un señuelo falso
construido con urgencia
después de que otros dos fueran desactivados.

El Partido Popular exige una vez más la reapertura de la Comisión de Investigación

Según Libertad Digital, si confiamos en la versión oficial, la mochila-bomba hallada en una comisaría de Vallecas -la que ofreció todas las pistas para las primeras detenciones- es exactamente igual a las que estallaron en los trenes. En su interior tenía un teléfono conectado a una masa explosiva repleta de clavos y tornillos, es decir, de metralla. Sin embargo, según ha podido confirmar Libertad Digital, en las autopsias realizadas a los cadáveres no se encontró metralla de origen terrorista, sólo fragmentos del revestimiento de los vagones despedidos por la explosión.

Eso sí, los intentos por hacer ver
que la mochila número 13
es como las que estallaron
han pasado por delante de los ojos del juez
con manipulaciones incluidas.

Los informes de los Tedax incluidos en el sumario pasan de puntillas sobre el tema de la metralla de las bombas, no detallándose en ningún momento qué muestras se recogieron en cada tren y no mencionando para nada los informes de autopsia.

Las comparativas de metralla entregadas al juez Del Olmo
por Sánchez Manzano, el jefe de los Tedax,
tan sólo se refieren a la encontrada en la mochila de Vallecas, 

a la incautada por la Guardia Civil en las minas asturianas
y a algunos clavos sin cabeza
encontrados por los Tedax en uno sólo de los trenes 

(el de la C/ Téllez);
estos clavos del tren de la C/ Téllez
ni siquiera coinciden tampoco
ni con los de la mochila de Vallecas,
ni con los que se encontraron en Asturias.

Según las informaciones a las que ha tenido acceso Libertad Digital de varias fuentes, esa falta de concreción de los informes policiales tendría una explicación:
las autopsias apuntan claramente a que las bombas del 11-M no tenían ningún tipo de metralla terrorista porque no se encontraron restos en los cuerpos.

Las autopsias de las víctimas mortales fueron realizadas en el pabellón 6 de IFEMA a lo largo del propio día 11 de marzo y hasta bien entrada la madrugada. Además de confirmar que no había ningún terrorista suicida en los trenes, esas autopsias y los análisis posteriores permitieron determinar la presencia de incrustaciones en los cuerpos, las cuales correspondían al material de revestimiento de los trenes;

sin embargo,

no se encontraron clavos, puntas, tuercas ni ningún otro elemento que los terroristas hubieran podido usar como metralla. Asimismo, tampoco se pudo encontrar en los cuerpos de las víctimas rastro alguno de Goma-2.

De hecho, el único producto químico que se logró identificar correspondía a los extintores utilizados para sofocar incendios después de que las bombas estallaran.

Estos datos permiten descartar, de forma prácticamente definitiva,

que la mochila de Vallecas
hubiera estado nunca en los trenes.

Como puede verse claramente
en las fotografías de la mochila de Vallecas,
y como se desprende de las declaraciones de los Tedax
ante el juez,

la Goma-2 de la mochila de Vallecas
estaba atiborrada de metralla;

el Tedax que desactivó esa mochila en la madrugada del 12 de marzo, conocido con el sobrenombre de “Pedro”, realizó una reconstrucción para la cadena Tele 5 en la que detalla cómo estaba insertada esa metralla en el explosivo.

Pero

no es posible

que las bombas de los trenes tuvieran esa composición,
porque la metralla habría quedado incrustada
 en los cuerpos de las víctimas.

La carencia de metralla en las bombas del 11-M
también echa por tierra determinados testimonios,
como el del menor conocido como “El Gitanillo”,
que en una de sus múltiples y contradictorias
declaraciones ante el juez contó cómo
Suárez Trashorras le había dicho a Jamal Ahmidan,
alias El Chino, que no se olvidara de llevarse
"los tornillos y las puntas"
al coger los explosivos de las minas.

En los últimos meses, se han ido desvelando diversos datos del sumario que arrojaban dudas cada vez mayores sobre la procedencia de la mochila de Vallecas.

Así, hemos ido conociendo que en el explosivo de Vallecas
no había rastros de ADN de los supuestos terroristas
(a diferencia del explosivo del AVE),

que la hora de programación del teléfono de la mochila de Vallecas
no coincidía con la hora en que detonaron las bombas
en la estación de El Pozo
(de donde supuestamente provenía esa mochila),

que la mochila estaba preparada para no estallar,
ya que se habían dejado dos cables sin conectar
(hecho éste que se intentó ocultar al juez Del Olmo),
o que la composición de la mochila de Vallecas
no coincidía con la otra bomba sin explotar
que fue encontrada (y detonada) por los Tedax
en la misma estación de El Pozo.

Comienzan a atarse los cabos
de lo que de verdad ocurrió en los trenes del 11-M.

Ahora también sabemos
que el sumario que instruye el juez Del Olmo
está repleto de evidencias
que apuntan a que la mochila de Vallecas
no estuvo nunca en los trenes.

Tantas, que incluso se ha llegado a manipular
ante el juez la descripción de la bomba
que los Tedax detonaron en la estación de El Pozo.



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