El "franquismo" de los trasvases y la oratoria de Indalecio Prieto

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(Libertad Digital) La reforma del Estatuto de Castilla La Mancha vuelve a poner de relieve la eterna discusión sobre los trasvases entre cuencas hidrográficas en España. Tanto PP como PSOE ya han dejado patente su falta de criterio nacional para hablar de agua y su nula voluntad por tratar el preciado elemento como un bien que genera riqueza y vale dinero. Pero lo llamativo de la discusión es cuando a algún líder político se le ocurre invocar la historia sin memoria. Lo ha hecho José María Barreda, el presidente de Castilla La Mancha:

"Yo no descalifico el trasvase por franquista, lo descalifico por ineficaz y obsoleto a medio y largo plazo".

Se cumplen 30 años desde que el Trasvase Tajo-Segura comenzó a llevar agua desde la cabecera del río a las cuencas hidrográficas del río Segura. Las obras comenzaron en 1966 y terminaron en 1979. Lo que olvida Barreda es la data de los primeros proyectos y, sobre todo, cómo se defendieron. Y resulta que fue en la Segunda República, tan ejemplar para Zapatero. Indalecio Prieto, entonces ministro de Obras Públicas, ya tenía en mente que el trasvase era una solución contra la que no cabía oposición. En 1933, meses antes de ese año que la Memoria Histórica no consigue nunca recordar, Indalecio Prieto dijo, desde Alicante, lo siguiente:

"Esta no es obra a realizar en el período brevísimo de días, ni de meses; es obra de años, para la cual se necesita la asistencia de quienes hoy gobiernan, de quienes estén en la oposición, de quienes sirven al régimen republicano y, oídlo bien, de quienes están en contra de él; porque quienes por patrocinar el régimen republicano una empresa de esta naturaleza le negara su asistencia y su auxilio, serían, no enemigos del régimen, sino unos miserables traidores a España".

Hace poco que la ministra Magdalena Álvarez mentó al ministro Prieto para negarse a dimitir con el aval de Zapatero–"antes partía que doblá"– diciendo que la derecha siempre se ha reído de aquel ministro de la República que pasó por moderado.

Miguel Hernández, tan republicano que fue combatiente en la guerra, lo dejó escrito.

"Donde no haya río habrá
canales a agua y granito,
que están pidiendo en un grito
el Tajo y el Ebro ya."

Barreda ha preferido quedarse con el tópico de los pantanos.